Capitulo 2

Andréi

Visitas inesperadas

No hay nada mejor que lo inesperado. Para que te plantees que es lo que deseas. Diario de Bakar




Sebastián se quedo mirando como partía el trole, luego observo su reloj. Tenía el tiempo justo para ir a clases.Se fue corriendo a casa tomo su automóvil y se fue a clases. Llego uno minutos antes que el profesor, cansado se sentó atrás.

Su amigo Fabián prácticamente dormía mientras el profesor hablaba sobre la calidad total. Sebastián miraba a la ventana por la ventana la hermosa cuidad de Quito, sus edificios. Pensando en ¿Donde estaría ella? ¿Cual sería su nombre?¿ La volvería a ver?

En vez de anotar nombres y cifras fue al final de su cuaderno. En una hoja en blanco empezó a dibujar el rostro de la muchacha tratando de copiar todos sus pequeños detalles.

La forma en sus ojos cafés, que se iluminaban cuando sonría. Su piel blanca sedosa, su largo y sedoso cabello color café oscuro con olor a chocolate, más tentador que cualquier dulce, ran suave que se resbalaba de sus manos. Esa boca que cuando sonreía era más deslumbrante que el sol.

Dejo su lápiz en el pupitre y con su mano toco la boca que dibujo imaginando acariciarla, besarla. ¡Dios tanto le faltaba enamorada!

Vio alrededor, no era eso. No conocía esa muchacha, pero se juro que la encontraría y se haría su amigo, tal vez algo más. Había algo especial en ella y descubriría que era.

Termino la clase cuando salían de aula. Vio el pelo corto y rubio dorado de Vanesa. Estaba con piel bronceada, sus gafas de diseñador su ropa cara y una mueca en vez de sonrisa. Miraba a todo el mundo como si apestara o fueran insectos a punto de atacarla.

Sebastián se escondió detrás de su amigo Fabián.

-Por favor distráela, no la aguanto.

-Ni el Papa la aguantara si la conociera. Esa mujer nos es plástica, es un sorbete echa toda de plástico y hueca en el medio.

Sin reírse de su broma Sebastián miraba a los lados buscando vías de escape.
Fabián volvió a hablar mientras Vanesa avanzaba hacia ellos.

-¿No entiendo que ve en ti? ¿Y por qué no le has dicho que no te interesa?

-Eso he hecho, pero es tan tonta que no entiende un no. Te doy lo que quiera, distráela por favor.

-Me debes una.

Fabián fue directo a Vanesa.

-Hola preciosa.

-Hola Pedro. ¿Has visto Sebas?

-Olvido algo en su carro iba para allá.

-Gracias Juan.

Bastian le sonrió desde una esquina a su amigo, por un rato se libro de la molestia que era Vanesa.

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Ameli se despidió de Eli hablando de miles de formas totalmente inútiles de descubrir el nombre de su salvador o como encontrarle de nuevo.

Fue a sus clases danza y se entero que había sido seleccionada con otras dos jóvenes para representar a sus universidades en un evento de caridad auspiciado por la mayor industria de dulces del país.

Emocionada llamo a sus padres y a Eli, luego fue al teatro Sucre a conocer a sus compañeras. La primera era chica callada llamada Karina que representaba la universidad Católica y otra presumida y mal educada que representaba la universidad más cara del país.Cuando vio Ameli y a Karina prácticamente las trato como si fuera unas sirvientas leprosas y ella fuera una súper estrella. Su nombre era Vanesa Guitierrez

Ameli no le importo soportar a Vanesa a pesar de todo estaba feliz había encontrado al hombre de su sueños, solo rezaba volver a verlo. Cuando estaba sola en medio de escenario, alguien boto unas luces encima de ella.

Por un pelo se salvo una fuerza extraña fuerza la empujo. Andrei cansado miro burlonamente a Lucuis salir huyendo del teatro. Mientras todo el mundo se acercaba su protegida.

Y una muchacha de cabello rubios despotricaba por el mal olor dañaba su piel.


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Andrei con una mano limpio el mal olor que Lucius dejo. Y se fue preocupado no podían seguir a ese ritmo. Era inmortal y sobre natural, pero también tenía algo de humano y se cansaba. No había tenido ni un minuto de paz desde que Ambrocuis volvió.

Ameli era a pesar de todo el menor de sus problemas, si contaba a la otra protegida Hope Smith La mujer tenia un nombre muy sencillo hasta común, pero de común solo tenía eso.

Desde que la vio la primera vez había sido bañado en cerveza, rociado con gas pimienta, casi le quemaron el pelo. Y ella lo había hecho sin ayuda de Ambrocuis o a propósito. Esa mujer era un peligro para ella o cualquier ser humano o sobrenatural.

Antón no querías saber de él. Anoche le dijo prácticamente que los vampiros no lo ayudarían. Los hombres lobo al contrario ni siquiera se dignaron a decir si irían o no a la reunión de esta noche.

No podía esperar si Antón recapacitara, como sabría que pasaría. Tenía que lograr que Michael Collins, lo ayudara. Aunque eso significaba un gran dolor de cabeza.


Fue aun penhouse en New York. Cuando entro las habitaciones estaban vacías.

Andrei entro a la recámara principal. Luego siguió al baño. La ducha se oía correr. Un hombre alto de cabellos negros y extraños ojos violetas salio.

Completamente desnudo con las gotas de agua cayendo por su pecho musculoso. Una de sus hermosas manos tenía una espada a punto de utilizarla.

-Hola Michael.

-¿Qué deseas Andrei?

-Necesito tu ayuda y la de tu gente. Ian Scoutt me dijo que hable contigo, si aceptas él también lo hará.

-Como te dije lo pensare.

-Te voy a ofrecer algo que deseabas desde hace mucho tiempo.

-No necesito nada de ti, todo lo he ganado por mi mismo.

-Vístete. Y escúchame solo eso te pido.

-Muy bien.