Bienvenidos a mi blog. He creado este por que tengo un montón de historias en mi mente que me gustara compartir. Miles de mundos y personajes siempre me acompañan, decidí, que era hora de hacer que fueran conocidos. Quiero, que sean capaces de expresar y soñar junto a mi. Espero, que les guste mi casa y tendrán una voz aquí. Mi cariño y amistad también.

lunes, 12 de marzo de 2012

El desierto de mi corazón. Capitulo 16

Con frió y algo engripada les deseo una buena semana y pongo un nuevo capitulo espero que les guste.

 Capitulo 16 
Consejos 

Henrick

 Ana se quedó paralizada en la cama. Estaba casi desnuda y lo único que deseaba era ser tragada por la tierra. Nunca tendría tal suerte. Urian estaba en la puerta gritándole a los obreros. Ana no quería oír, la frase de solo eran amigos o que le pidiera perdón que fue un error. Así que sin tiempo que perder se metió al baño. No fue hasta que entro y se miró al espejo que se dio cuenta que estaba llorando. El chef, les dio el día libre a sus trabajadores, cuando entro en la habitación, esta estaba vacía. Busco por todos lados, hasta que oyó alguien en el baño. Golpeo la puerta, al principio nadie respondía. Luego la voz apagada de Ana le contesto. 

 ― Estoy indispuesta.

 ― Necesito hablar, contigo. Es importante. 

 Ella se estremeció en la puerta estaba a punto de abrir, cuando toco la manija. No se atrevió su rostro tenía un sin fin de lágrimas y no podía hablar en ese estado con él. Temía oír lo que fuera a decirle. 

 ― No, puedo 

 ― Déjame entrar.

 ― Por favor, necesito espacio . 

 Urian mascullo algo, que ella no entendió. 

 ― Urian, por favor. 

 No se escuchaba nada pero, ella sabía que él estaba allí. Se sentó en el piso del baño y lloro por lo que pudo ser. Urian al otro lado refunfuñaba sintiéndose confundido y perdido. Unos minutos más tarde tocaron el timbre. El chef bajo las escaleras y se encontró frente a Diego, que le saludo con la cabeza. El día estaba empeorando a cada segundo Urian iba a despachar al fideo con patas, cuando Ana llego a la puerta. Le partió el corazón verla sufrir de esa manera. Así que ella consideraba lo que ocurrió entre los dos un error. Los dos se quedaron viendo sin saber que decir. Fue Diego el que los interrumpió. 

 ―Será,  mejor que nos marchemos Ana o va ver un colometro en las inscripciones. Urian tomo su brazo antes que ella salga de la casa y suplico. 

 ― Quédate, tenemos que hablar. Ella se estremeció a su contacto. 

 ― Hablaremos más tarde. 

 Urian sabía que la iba perder. Cuando la vio irse pensó que su corazón estallaría. Quería llorar, mas no lo hizo nunca se había dado por vencido, lucharía por el corazón de Ana. Se sentó sin saber que hacer, no había tenido esos problemas con ninguna mujer. La verdad que tampoco había tenido relaciones serías. Se sentía como un adolescente inexperto. Fue cuando se le ocurrió llamar a su hermano. 

 ― Henrik, ¿Cómo estás?

 ― Bien ¿ y tú ? 

 ― Mal. 

 ― ¿Qué paso ? ¿Tu pierna empeoró? 

 ― Bese a Ana. 

 ― ¿Y? Eso no es bueno. 

 ― Creo que le asuste.  Urian respiro sintiendo un vació en el estómago y continuo. No sé. ¿Qué hacer? 

 Herinck se sintió confundido y feliz a pesar del problema de su hermano. Era la primera vez que Urian lo buscaba. Pensó un momento antes de contestar. ― ¿Estás enamorado de ella? 

 ― Sí. 

 ― Se los has dicho. 

 ― Le bese. Herinck gruño mientras Urian sacaba su caja de cigarrillos. 

 ― Ana no es como las chicas que frecuentabas. 

 ― Crees que no lo sé. 

 ― Dile lo que sientes de forma romántica. Urian gimió 

― Deseas que le cante como la lombriz del tercer mundo. 

 ― No, tú conoces mejor a Ana que ese don Juan de cuarta . Ábrele tu corazón y lucha por ella. 



Diego.


 Ana temblaba y estaba a punto de llorar. Diego le apretó el hombro y le pregunto. 

 ― ¿Qué te paso? ¿Te hizo algo, el atorrante de tu jefe? 

 Ana se separó rápidamente un poco incomoda y mirando al restaurante. Mientras caminaba con desgana. No pudo ver Urian maldiciendo. Diego fue detrás de Ana y le grito. 

― Ana ¿qué paso? 

 ― Nada, ― dijo ella mientras se quitaba las lágrimas. 

 ― No me mientas mochocha. ¿Estás enamorada de es idiota? 

 Ana hipo. ― No sé que le vez, pero no logras nada huyendo. 

 ― Él solo quiere mi amistad. 

 Diego miro al restaurante. ― Estas segura. Eres una mujer preciosa, haz que cambie de opinión. ― ¿Por qué haces eso ? ¿Pensé que te gustaba ?

 Diego golpeó al piso y respondió. ― Estoy loco por ti. Pero, tú no me darás una oportunidad mientras estés enamorada de ese gorila. Además, quiero que seas feliz . Dame los papeles veré si puedo inscribirte. Ve y enfrenta a ese desabrido. 

 Ana le dio un beso y regreso a la casa. Urian estaba en el salón de música recién había llegado el piano después de mandarlo afinar. Ana pasaba horas en ese lugar, él podía sentir su olor y por un momento la imagino ahí. 

 ― ¿Cómo te digo que te amo Ana? En ese momento ella entraba.



4 comentarios:

Anna Soler dijo...

Por dios!!
El corazón me late a mil.
Que se lo diga yaaaaaaaaaaaaaaa.
Merecen ser felices.
Un beso y mejorate de tu refriado.

Byron C dijo...

Te envié un correo ayer! Espero que me contestes >.<
Un beso!^^

mientrasleo dijo...

Qué bárbaro, menudo ambiente generas.
Besos

MariCari dijo...

Oh!! Te ha quedado impresionante, creo que no va a hacer falta que se lo diga... ya se lo ha oído ¿no? Perfecto Citu, un capítulo impresionante!! Bss