Hola ¿cómo les va? Yo ya me encuentro mejor, muchas gracias por su preocupación y saludos.
Bueno con esta leyenda me despido y les deseo una genial semana
A pesar de que ya paso Halloween, y como les prometí aún les colgare una leyenda de mi patria. El próximo año, les pondré más. Esta leyenda tiene su origen en Ibarra
Ibarra de Noche |
San Miguel de Ibarra es
una ciudad ubicada en la región andina al norte del Ecuador.
Conocida
históricamente como "La Ciudad Blanca" por sus
fachadas y por los asentamientos de españoles y portugueses en la villa.
También son muy comunes las frases: "ciudad a la que siempre se
vuelve" por su pintoresca campiña, clima veraniego y amabilidad de
sus habitantes; "la bohemia del norte" por su gente
conservadora, amable, abierta al arte y a la música, y tan creyente de la
religión; y "Cupido del Ecuador" por el enorme significado
del amor y el romance para sus habitantes". Es muy visitada por los
turistas nacionales y extranjeros como sitio de descanso, paisajismo, cultura e
historia. Es una ciudad cultural en donde predomina el arte, la escritura, la
pintura, el teatro y la historia; además existe una gran producción turística y
hotelera ofrecida para toda la zona.
Bueno ahora que les hice conocer un poco de esa bella ciudad, les contare la leyenda:
La Caja Ronca
Había una vez, hace mucho tiempo
en San Juan Calle, un chiquillo tan curioso que quería saber en qué sueñan los
fantasmas. Sí queridos amigas y amigos: fantasmas, esos que atraviesan las
paredes. Por eso escuchaba con atención la última novedad: unos aparecidos que
merodeaban en las noches de Ibarra, sin que nadie supiera quiénes eran pero
seguro no pertenecían a este Mundo.
-¡Ay Jesús!, decía Carlos, ojalá
que no salgan justo la noche en que tengo que regar la chacra. Sin embargo,
este muchacho de 11 años era tan preguntón que se enteró de que las almas en
pena salían a medianoche para asustar hasta quienes salían a cantar los
serenos. Estos seres, según decían los mayores, penaban porque en su codicia
dejaron enterrados fabulosos tesoros y hasta que alguien los encontraran no
podían ir al Cielo. Estos entierros estaban en pequeños baúles de maderas
recias para que resistieran la humedad de las paredes. En esas cajas, además,
estaba guardada la Avaricia. Carlos, fácil es suponer, se moría de ganas de
conocer a esas almas en pena, aunque sea de lejos. Acudió a la casa de su mejor
amigo, Juan José, para que lo acompañara al regadío en el Quiche Callejón, como
se denominaba el lugar en aquella época del siglo XIX. Ahora pertenece a las
calles Colón y Maldonado, pero sólo imagínense cómo sería de tenebroso si no
había luz eléctrica. -¡Qué estás loco!, dijo Juan José y le recordó que él
también estaba en el barrio cuando hablaron de la Caja Ronca, que era como
habían denominado a esa procesión del Averno. A él no le hacían gracia los
fantasmas.
-No seas malito, le dijo Carlos,
de ojos vivaces, mientras argumentaban que esas eran puras mentiras para
asustar a los niños. Evitó decirle que él mismo sentía pánico de aventurarse
por la noche y peor con la certeza de dormir en una cabaña vieja de su
propiedad.
Porfió tanto el jovenzuelo que el
otro aceptó a regañadientes, con la condición de que después del regadío le
brindara un hirviente jarro con agua de naranjo con dos arepas de maíz, de esas
que se hacían en el horno de leña.
Más pudo la barriga que el miedo
y así los dos chiquillos caminaron pocas cuadras hasta el barrio San Felipe,
como se llamaba en aquella época, en medio de higueras prodigiosas y geranios
perfumados.
Antes de oscurecer llegaron al
descampado donde se apreciaba las plantaciones de hortalizas y en la mitad el
árbol de higos, como si sus ramas fueran inmensos dedos retorcidos y su tronco
pareciera una mano recia que saliera de las entrañas de la tierra. Los jóvenes
comprobaron que los canales de agua estuvieran dispuestos. Después, prendieron
una fogata y esperaron que el tiempo transcurriera, eso sí evitando hablar de
la temible Caja Ronca.
Atraídos por la magia del fuego
los amigos no tardaron en dormirse, mientras afuera un viento helado se
escurrió muy cerca de los surcos, a esa hora pardos por los destellos de la
Luna. Mas, un ruido imperceptible pareció entrar por ese portón del Quiche
Callejón.
Los mozuelos se despertaron y el
sonido se hizo cada vez más fuerte. Se levantaron. Antes de preguntarse si
valía la pena acercarse al pórtico gastado ya estaban sus orejas tratando de
localizar ese gran tambor que sonaba en medio de la noche. Entonces, a
insistencia del indagador Carlos que no quería perderse ningún detalle, se
acercaron a la hendidura y lo vieron todo:
Las lenguas de fuego parecían
acariciar a ese personaje y ya no había otra explicación: era algún Diablo
salido del Infierno. Eso a juzgar por sus ojos resplandecientes como carbones
encendidos y sus cuernos afilados, que eran golpeados por la luz que despedía
la procesión funesta.
Este Señor de las Tinieblas iba
recio y parecía que de sus ojos emanaban las órdenes para sus fieles, que
caminaban lentamente como arrepintiéndose. De su mano derecha sobresalían unas
uñas afiladas que se confundían con su capa escarlata. Era como si estos
conjurados del Miedo anunciaran la llegada de días terribles.
Los curiosos estaban
adheridos al portón como si fueran estatuas. Y entonces la puerta crujió. A su
lado se encontraba un penitente con una caperuza que ocultaba sus ojos. Les
extendió dos enormes velas aún humeantes y se esfumó como había llegado. Los
encapuchados formaban dos hileras y sus trajes rozaban el suelo, aunque
parecían que flotaban. Una luz mortecina golpeaba esas manos que a los ojos de
los chiquillos se mostraron huesudas y deshechas, que parecían fundirse con las
enormes veladoras verdes. La enorme procesión recorría acompañada de dos
personajes siniestros que tocaban un flautín junto a un gran tambor. Más atrás,
un carromato envuelto en llamas finalizaba este espectral séquito.
A Juan José le pareció que esa
carroza contenía a la temible Caja Ronca, que no era otra cosa que algún baúl
lleno de plata perdido en el tiempo y el espacio y que -desde otros laberintos-
buscaba unas manos que lo liberaran de su antiguo dueño.
Ni cuenta se dieron cuando se
orinaron en los calzones, peor cuando se quedaron dormidos, ni aún en el
momento en que sus pies temblorosos los llevaron hasta sus casas de paredes
blancas. En San Juan Calle, las primeras beatas que salieron a misa de cuatro
los encontraron echando espuma por la boca y aferrados a las velas fúnebres.
Cuando fueron a favorecerles comprobaron que las veladoras se habían
transformado en canillas de muerto.
Fue así como de boca en boca se
propagaron estos sucesos y los chicos, entonces, fueron los invitados de las
noches cuando se reunían a conversar de los prodigiosos sucesos de la Caja
Ronca, para regocijo de las nuevas cofradías de curiosos, que aún se
preguntaban en qué soñaban los fantasmas. A veces, sin embargo, había que
recogerse antes de la media noche porque un tambor insistente se escuchaba a la
distancia...
Bueno con esta leyenda me despido y les deseo una genial semana
23 comentarios:
Citu, una leyenda muy curiosa. Se dice que la curiosidad mato al gato, los chicos son curiosos por naturaleza, la próxima vez se lo pensaran.
Un fuerte abrazo.
Que tal Citu, que bonita ciudad!! y esa leyenda esta buenisima, muy original.
Besos, buena semana.
Hola Citu, me alegro que estés mejor.
La curiosidad y la ambición los perdió pero bueno, tuvieron el privilegio de ver "más allá" de la realidad.
Un saludete.
Hola Citu,bonita Ciudad y bonita leyenda,aunque pienso que para los chicos no lo fue.
Me alegro que estés mucho mejor.
Un beso y cuídate mucho.
hola amiwa oohh que buena la leyenda te deja curiosa jajaja XD
Me alegro que estés mejor.
Una leyenda muy curiosa que me ha encantado.
Un besote preciosa.
¡Hola Citu!
Qué leyenda más curiosa, no había escuchado antes de ella y me encantó. Me alegra que te encuentres mejor, a seguir así.
Besos, feliz inicio de semana.
Ante todo nos alegramos que ya te encuentres mejor. Un saludito.
Que bueno que estés mejor. Un poco terrorífica la leyenda. Los entierros que nombraba entre medio me recordó que acá, se supone que la único día al año que se puede buscar los entierros es la noche de San Juan. Besos.
Hola Citu, muy buenas tardes,
mmm clima veraniego... todo el año? =D
Que "curioso",
oí una historia parecida, pero hace tanto que ya ni sé donde fue.
Te deseo una gran semana
un abrazo
¡Hola Citu! La curiosidad es peligrosa a veces. Me ha gustado la leyenda y esas imágenes que acompañas de tu bello país.
Estoy con un poco de fiebre pero prometo pasar en la semana. Besotes guapa.
que leyenda mas curiosa jajaja >.< saludoss citu mua espero estes muy bien :D
Como decía el Filósofo francés,Michel Eyquem de Montaigne:
"La curiosidad de conocer las cosas ha sido entregada a los hombres como un castigo".
Me ha encantado la Leyenda que desconocía por completo.
Abrazos y Besos.
¡¡¡Gracias por Estar y por Ser siempre en mi blog!!!
Me alegra tu recuperación. Preciosa leyenda. Cuidate.
Citu, se nota mucho que estas mejor sigue cuidandote.
Leyenda de enseñanza,
gracias por dejarme aprender.
Besos muchos ♥♥♥
Hola Citu hermosa leyenda
y enseñanza..
Besos y cuidate..
Hola Citu.
¡Qué contenta estoy de que estés mejor!
Es bueno conocer leyendas de otros lugares. Son todas interesantes y hermosas.
Nosotros tenemos "Las Leyendas" de Gustavo Adolfo Bécquer. Tenemos "El monte de las ánimas", "El rayo de Luna", etc.
Son leyendas con cierta dosis de terror, pero muy bellas.
Un fuerte abrazo.
Me ha gustado mucho la leyenda. Un ABRAZO
FELIZ DIA
A mi amigalla cautivada por las letras,puede que le gustaria entrar por esa puerta y poder ver lo que existe detras,seguro que quedaria encantada.
A mi amigalla cautivada por las letras,puede que le gustaria entrar por esa puerta y poder ver lo que existe detras,seguro que quedaria encantada.
Me alegro que estés mejor. Me ha gustado mucho conocer esta leyenda de tu tierra, me encanta conocer historias de otros lugares.
Un saludo!
Qué buena leyenda y qué propia con el boca a boca hasta nuestros días.
Me encanta ir conociendo cosas de tu cultura
Besos
Espectacular tu ciudad, Citu. Tambien me da satisfacción saber que ya estas recuperada. Por lo demás, déjame decirte que esta leyenda está tremenda. Valla nenes, que imprudencia.
Saludes
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