Bienvenidos a mi blog. He creado este por que tengo un montón de historias en mi mente que me gustara compartir. Miles de mundos y personajes siempre me acompañan, decidí, que era hora de hacer que fueran conocidos. Quiero, que sean capaces de expresar y soñar junto a mi. Espero, que les guste mi casa y tendrán una voz aquí. Mi cariño y amistad también.

viernes, 4 de diciembre de 2015

Ilumina mi corazón. Capítulo 17 ( primera parte)

Hola,  ¿cómo  están?   Hoy les  traigo un  nuevo  capítulo,  que espero que  les guste.  Le  mando  un  beso y  les deseo un genial   fin  de semana .
Capítulo  17

Amelia bostezó mientras  subió  las  gradas  , para  ir     a  su aula  de  clases.  Apenas  pudo dormir por  culpa  de  una nueva  pesadilla,  de  solo  recordarla   le  daba  escalofríos en su espalda.   A diferencia  de   sus  sueños anteriores   en las que  observaba  a  un demonio  tomar el alma   de personas  o  atacar  a sus  seres queridos   .
En  esta pesadilla  su madre apareció  al principio  estaba  sentada  con ella mirando el jardín   a lo lejos  se podía  ver  el  Guagua Pichincha De repente  el cielo se  volvió  rojo, las  flores  se marchitaron. Oyó un estruendo cuando giro el volcán Pichincha explotó, pero  la lava que   brotaba  de  la  montaña  era   sangre. Amelia  y su madre  corrieron  a la  casa, mas el  demonio de ojos  rojos las  esperaba en  la puerta.
La madre  de  Amelia  empujó  a su hija y le   gritó   —. Huye.
Amelia se quedó parada  
— No  voy  a  ninguna parte  , sin  ti.
— No  me  busca   a mí , huye  Amelia.  Tú  eres  la  clave, la luz  de tu alma    destruirá la oscuridad.Recuerda  huye de las sombras, encuentra la  luz  en tu  interior.
Solo  tenía  que cerrar los ojos, para  ver   de nuevo su pesadilla.  Harta  de  sentir  miedo  se obligó   a  quitar  esas  imágenes  de su mente. Se sentó  en una  grada ,  sacó  su  celular .  Iba  a mandar  un mensaje a  Sebastián, cuando     se  acercó  a  saludarla  Mario  Villegas que  era  el presidente   del consejo estudiantil, Amelia  no lo soportaba y siempre  que podía lo evadía. 

Su compañero de clases era  un  hombre alto,  de  cabellos  negros y desgarbado.   A pesar,  de  su apariencia     actuaba como si las mujeres  solo con mirarle  cayeran  rendidas  a su pies. Siempre  estaba adulando  a los profesores  o a las  autoridades  esperando  conseguir  algo. 
— Hola, compañerita.
— Hola,  Mario — dijo Amelia  sin dejar  de mirar  a la pantalla  del celular.
—¿Por  qué no fuiste  a la  reunión del consejo  estudiantil  ayer?
—Estuve  ocupada,  Ximena  me dijo  que no  iban  a   hablar  más  que  de temas  administrativos  y que podía  faltar por esta  vez.
Mario hizo una  mueca  y suspiró desdeñosamente.  Amelia   no se  atrevió a mirarlo, no  deseaba   ver  su  rostro condescendiente.
—Toda  reunión del consejo es  de suma  importancia   fuiste   elegida  para  servir  y  sobre todo para  resolver los problemas que afectan a  la  facultad  de psicología.
Amelia  se  sorprendió que no  se lanzará a  político  Mario parecía    siempre  a  punto de dar  un gran discurso.  La  chica,  seguía  apretando las  teclas  de su celular.
—Me imagino, que me  vas a decir   ¿sobre qué trató la reunión?
—Aunque  deberías ,  preocuparte  por  tu  deber  y tu mismo  ver las actas.  Como presidente  del consejo y  ser  humano  preocupado  por  el alma ...
—Sé que tienes  razón,  Mario.  Era mi deber ir  a la reunión.
Amelia     miró a su compañero,  esperando que su  rostro  refleje  algo de  arrepentimiento, aunque no lo sentía para nada.  Mario la  miró  con una expresión de  suficiencia,  que lo  hacía intratable.   Amelia  se concentró  en  no golpearlo como deseaba  hacer cada  vez   que   charlaba  con  él  más  de  5  minutos.  
— Acepto,  tus  disculpas.  Casi toda  la reunión  se  trató  sobre qué materiales necesitamos  para la  oficina del consejo  y sobre la misa  de  3  meses   del profesor  Rodríguez.
A Amelia  casi  se le cae su celular al piso. La viuda  del profesor  quiso celebrar una misa por su  alma   y  nosotros  iremos   como  representación  de los  estudiantes.
—¿Nosotros?
— Como no  estabas ahí, fuiste elegida.  Te  veo   6   en la  iglesia  de  Santa  Teresita. No, llegues tarde.   
Amelia se quedó  sin palabras mientras     observaba  irse a  su  compañero.  Había  esquivado irse  al funeral del profesor  Rodríguez,  ya que  se sentía  culpable de su muerte.  Ahora tendría que ir  a   una misa  en honor de los tres meses  de muerto. 

Amelia   cruzó  la  calle, sin muchas  ganas de  ir  a su  destino. Aunque  lloviera,  prefería mojarse  que entrar  en     la Iglesia  de  Santa  Teresita.  Por  un momento mientras    camino  por   la  hermosa  estructura   se  imaginó  que    le gritaban que era  una asesina.   Había llegado  diez minutos  tarde propósito para no tener  que  saludar   se   sentó  en  la  última fila.  La  iglesia  estaba llena  y el cura que oficiaba  la misa    estaba  leyendo  la biblia.  Ella  apenas puso atención al  sermón.  Por  un momento  se sintió, que alguien la vigilaba luego se dio cuenta de que  su  celular  sonaba, por  suerte  era un mensaje. Se apresuró a  atender  antes   que   la   gente que estaba  en la iglesia   se enojara por su falta de respeto.  Furiosa  miró que era  un mensaje  de  Mario.
¿Dónde estás?
Puso  los ojos  en blanco, miró  a su alrededor, cómo  estaba  sola. Tecleó un mensaje .  
Estoy  en la iglesia  en la última  fila, atendiendo  la misa  en lugar  de   mandar mensajes  idiotas.
Luego  de eso apago  su celular , por  si acaso  a Mario se le  ocurría una  contestación. Se dispuso a  atender  lo que el  clérigo estaba  diciendo,  pero   el hombre  se  centró  en las virtudes   de su difunto profesor.   Amelia  miró  la  fotografía    qué trajo   la   familia  del profesor. Sin querer  su mente   volvió    al momento  de su muerte  casi tuvo  miedo que  sus recuerdos  despierten al demonio que  le acechaba constantemente.  Sebastián  pensaba que ella lo había  vencido y   le  repetía   que no  debía preocuparse  por  eso. Sin embargo,  ella estaba segura de que  tarde  o  temprano   el demonio de  los ojos  rojos  la atacaría  de nuevo.   Algo inquieta  cerró  los ojos,  el olor  de la iglesia  le mareaba  al  igual que la culpa.  Una parte  de ella  se molestó al oír    todos lo halagos  que  le  daban   al machista  y grosero profesor. 
Parecía    que   el hecho  de   estar muerto lo volviera un santo.  Odiaba  ese tipo de  misas, por traer  recuerdos  de    cuando su  madre  murió. Sintió  una opresión en el pecho y  se  forzó  a respirar  bien.  Oyó  unos pasos   alguien  se sentó a su lado;  con alivio  se dio cuenta de que era Sebastián.  Él  tocó su mano  y ella por primera  vez  desde que entró en la iglesia tuvo algo  de paz.
Sebastián  tuvo  que  cambiar  el turno con  Carlos   y prometerle reemplazarlo  por  lo menos  3  veces.  No importaba, con tal de apoyar  a Amelia ,   mientras  tomaba  su mano  se  dio  cuenta  lo mucho que la  amaba.  Aunque era  un pensamiento alegre  y  que  lograba  que  él supere  cualquier  cosa   para lograr  la felicidad  de su amada.  Al ver   su antigua  casa  ,  volvió  a  tener ese  sentimiento  que no  se  merecía  nada.  Su padre  miles  de  veces  le  dijo  “que era  un demonio  que  nació  para  hacer sufrir  a quienes  le  rodean”.  Cuantas  veces   miró  llorar a su  madre  por  su culpa.  Nunca    fue  el  hijo ideal  siempre    desafió  a  su padre  con su  deseo de pintar  y   sus  malas  notas. Sintió  el  calor    y  la  fuerza  de  la mano  de  Amelia; él pensó  que estaría apoyándola, pero  era  al  revés.  La  mano y  el calor  del cuerpo   de  Amelia  le sostenían su alma  le  hacían  creer  en él. Amelia  se  volteó  y  lo miró  con sus   grandes  ojos  negros  en los que Sebastián  podía  sumergirse en ellos  para encontrar  paz y libertad.
Desde  que empezó  a  salir  con ella  se prometió  no  hacer  daño  a Amelia .  Lo que  más  temía  era que  su padre  tuviera  razón y   fuera  un ser sin alma.  A veces  , pensaba  que  si Amelia  supiera su pasado     se  alejaría  de  él. Se prometió que  por nada  del mundo   iba a  dejar  que ella se  fuera  de su vida.
La  misa  terminó pronto ,  Amelia  de mala  gana  fue  a  dar   sus respetos  a la viuda  e  hijos  de su profesor. Casi  cuando se  iba  de la iglesia  la interceptó  Mario.
—Debías  venir  temprano y sentarte    junto  a mí.
Sebastián iba  a decir  algo,  pero  Amelia  se le  adelantó.  La muchacha  estaba furiosa.
—Vine  como era mi deber,  pero no tengo porque  sentarme  contigo .  Ni pavonearme,   cuando uno  cumple  con su labor  no tiene  que  estar  publicándolo a  los  cuatro  vientos.
Luego de  decir  eso  jalo  a  Sebastián  por las  gradas  de la iglesia. Caminaron  por    la  calle   hasta llegar  al lugar  donde  estacionó el pintor  su moto.
— Gracias, por  venir. Pensé que  tenías  trabajo.
Sebastián     se  volteó  a  mirar  a  Amelia  aún  tomaba  su  mano.
—Quise, estar contigo.  Sé que duro era para ti estar  aquí — tocó su mejilla — Ven,  cuando me siento  triste   hay algo que me anima.
Amelia  montó junto  a  él, condujeron  a   alta  velocidad, por la carretera    evadiendo el miedo  y la culpa.

Espero que les  haya  gustado el  capítulo, aunque  fue  muy cortito.  Tenga  un  buen fin de semana y que se diviertan y  descansen




13 comentarios:

Violeta dijo...

Hola preciosa!
No he leído el capitulo, pues ya sabes que quiero sacar un tiempito libre para leerlo todo de corrido. Te deseo un feliz fin de semana. Cuídate mi niña. Besotes

MaRía dijo...

Con lo romántica que soy .. solo puedo soltar un suspiro ¡
ains

muchos besitos y buen fin de semana

Nena Kosta dijo...

Este Mario es un pollo jajaja,qué irritante.
No creo que si Amelia conociera el pasado de Sebastian se alejara de su lado, como él no se aleja de ella y la apoya en cuanto tiene oportunidad; así es el amor, o así debería ser. Las dificultades se vencen mejor en pareja.
Horrible la pesadilla de Amelia, por suerte sólo era eso, aunque probablemente tiene razón y el demonio de los ojos rojos volverá a atacarla.
Veremos qué pasa.
Disfruta mucho del finde.
Bsosssssss

Ariel - El Vikingo Dark dijo...

Hola Citu, buenos dias,
aaaaaaaaaaah.... cortito pero muy bonito,
me gustó como has termino este capi.... romántico full!!!

Te deseo un lindo fin de semana
un beso grande

Mela dijo...

Creo que comprendo a Amelia cuando se concentra para no acabar golpeando a Mario ;-)
La pesadilla de Amelia ha sido espantosa... es lógico que sienta escalofríos al recordarla
A mí me parece que el padre de Sebastián actuó como un auténtico cretino diciéndole semejantes barbaridades, y no sabiéndole apoyar en lo que realmente le gustaba... la pintura
Me ha encantado el capítulo
Este finde aquí va a ser largo... sábado, domingo, lunes y martes
Te deseo un finde genial

Mi tarde junto a un libro dijo...

Más corto, más largo, siempre me haces sentir muchas cosas y este no ha sido menos. Me ha encantado y espero con ganas saber como sigue todo :)
Besos y feliz fin de semana!!

LOBEZNA dijo...

Buen finde para ti también. Un abrazo.

Sunako Chan dijo...

Hola Citu! Por fin, he podido leerte y la verdad que Mario es idiota. Amelia es un encanto y Sebastian es genial. Te leo en siete días! Un besote y mejor fin de semana.

Angy dijo...

¡Hola! =) Vaya, vengo al tarde, ya vero que vas por el capítulo 14. Pues he empezado a leer, pero como estaba algo perdida, he decidido parar y cuando tenga más tiempo ya leeré todo desde el principio.

Un besooo

Unknown dijo...

Hola!!

uuyy vaya que sueño mas lokis de Amelia O.O todo esta muy interesante, volvere a la espera del siguiente capi :P

Mientrasleo dijo...

La pesadilla es terrible. El capítulo tiene un final... menudo final, chica.
Besos

Laura dijo...

Que pesadilla mas horrible tubo Amelia, ojala que no la vuelva a tener y que bien que Sebastian la acompaño en la misa, asi ella no iba a estar sola, muy bueno el capitulo, gracias!!

RAMONIKA POEMAS dijo...

Genial me encanta leerte lo sabes aun cuando no dejo huella ,.. esas pesadillas me dan un tanto de miedo he tenido algunas parecidas por fortuna terminan al despertar, un abrazo grande.


Maravillosas letras...