Lágrimas de luna. Capítulo 10 ( Primera parte)

Hola ¿cómo están? Hoy les traigo un nuevo capítulo esperó que les  guste. Es  romántico y  algo triste, 

Capítulo 10 

 Heli  a  pesar  de que  Amelia  venció a  Úvatar  por el momento.  Decidió  invadir los sueños   de su amiga.  Por  varias  razones, la principal era   advertirle sobre el peligro y que no  se  crea  que  el enemigo no estaba  al acecho.  La  otra razón era  ver  al  demonio  misterioso.  Ese   con el que soñaba  al principio  pensó  que  era  su imaginación  y que  no podía  hacer  viajes  astrales  pero todas las noches soñaba   con un hombre  aveces  solo oía  su voz  otras sentía su olor  o miraba   a sus  ojos  azules.  

Se  forzó  a creer   en esos  sueños  y ese  hombre  supuso   que  era  un  ángel  o un demonio. Aunque no quería reconocerlo siempre esperaba  ver  a ese  ser misterioso.  Últimamente   él  se quedaba  con ella  y hablaban de todo   desde poesía  hasta    dulces.  

Fue  hasta   el  sueño   Amelia y como siempre  encontró la  barrera que la esperaba todos  los  días.  Iba a intentar   destruirla como  lo  hacía todas las noches .  Cuando sintió unas gotas  de lluvia  , supo que  él  venía.  

Heli se peinó nerviosa   el  cabello con los dedos   y  sonrió. Se quedó congelada  su demonio misterioso,  del que nunca  se acordaba  la  cara   luego  de sus  sueños.  Su demonio estaba  con los ojos atormentados y  su  rostro triste. Quiso acercarse a consolarlo, pero se  quedó en su sitio  sin  saber  qué hacer  con las   manos  y  mordiéndose  el labio por las  palabras  que no se atrevía a decir. Con  voz  ronca  y parecida  al de un ratón  por  fin habló ―  Pensé que no ibas a venir.

Seirim  limpio  la  gotas  de lluvia  de la  cara  de  Heli  perdiéndose  en la suavidad  de  su piel  y de su  calor.  

 ― Siempre  vengo, aunque no quiero ,  aunque no debo.  Tú  eres la luz  que persigo en  mi oscuridad. Sé que es una locura, que  solo...

Heli puso  su  dedo en la boca  de  Seirim  ― No digas que es una locura, la vida  se hace  de momentos locos  llenos de dudas  y sueños. 

Seirim se perdió  en los ojos    azules  de  Heli que le recordaban  al río Taumaril .  Solo podía pensar  en  besar a  Heli.  Ni siquiera   con  Lilith  sintió tanto  deseo  y miedo  a la  vez.  Parecía  un niño y no un demonio de  tres  mil años. Miró nuevamente   a la boca  de  Heli.  Solo tenía  que  dar  un paso más   y   sus   labios  tocarían los  suyos.  Solo un paso más  pero  era  como si  estuviera  a  kilómetros de distancia.  Respiró profundo y se alejó de ella  era lo que  tenía  que hacer.  El  deber  ante  todo. Un peligro siniestro  estaba a punto   de  desatarse  y  estar a  su lado  sería muy peligroso  para  Heli. 

Heli  respiro frustrada siempre parecía pasarle  eso  .  A este paso nunca sería  besada  ni en sueños lo conseguía era  patética. Descargó su  ira en el muro   que  protegía los  sueños  de  Amelia.  Para su sorpresa  casi  se  cae al querer  traspasarlo, porque  la  barrera se desvaneció. Lo peor  fue    caer  en  brazos  del  demonio  que tanto le  gustaba  y que le  rechazó   solo hace  unos  segundos.

―¿Estas  bien?

― Sí.

Seirim  acarició su rostro  ―. No eres patética, si  supieras   cuánto te deseo.  Todas las noches  me  prometo que  será  la última que  te  vea.  Sin embargo, siempre  caigo  en la tentación   de  verte  de hablar  contigo  de estar  cerca  de  ti.

Hoy descubrí algo importante  que  me  va a servir en mi lucha  contra  Úvatar  ,  más  lo dejé  todo para   verte.

Heli no sabía que decir  solo  se  cobijó aún más  en sus  brazos.  Una parte  de ella  tenía miedo a mirarlo y   ella lanzarse a  besarlo.  Las  chicas sensatas  esperan a que  los hombres den  el primer paso pensó.  Aunque estaba harta  de  ser  sensata.  Seirim  la abrazó más  fuerte  como si quisiera  grabar  su olor  y  la sensación de  tenerla  en sus brazos.

Minutos más  tarde se separó. 

―  Será mejor  que le  adviertas a tu amiga  sobre  Úvatar   y   de qué  va  a  ver nuevos peligros.

― Me  vas  a dejar  ir. Pensé que era peligroso.

 ― Lo es, pero creo que tienes  razón ― Heli sonrió  feliz  

― Gracias por dejarme  hacerlo .  Aunque  por el momento  no creo que  Amelia  corra  mucho peligro ya  que  Úvatar  fue  vencido en una  batalla.

―Por  el momento, pero la  bestia   cuando está herida es más peligrosa.

 ―Heli tembló ― Seirim  la acaricio  solo un momento más.   Será mejor que  adviertas a tu amiga.  Es ahora  o nunca.

Heli se separó    entró por un  camino  de mármol a un enorme  palacio  en la sala  principal  en  el trono  dorado estaba  Amelia cómodamente sentada  . Oyó  música suave   mientras  veía  bailar      a un  hombre  de espaldas que se desnudaba.

Heli se sonrojó al ver  los  sueños lujuriosos que  Amelia  tenía  y   lo peor  es que una parte  de ella deseaba   ver  al hombre  desnudo. Estaba segura de que  era  Robert  Downey  Jr.  Se  recordó que   su  demonio misterioso  estaba a su lado y por un momento  se imaginó  verlo desnudo.  Bajó la  vista   al recordar   que  él podía leer  sus pensamientos.  Debía   hacer  como en los libros  de  vampiros  y  tararear  una  canción  idiota  para  que   el intruso no pueda  leer  su mente.

 ― Despacito

Quiero respirar tu cuello despacito

Deja que te diga cosas al oído

Para que te acuerdes si no estás conmigo

― Ni se te ocurra cantar más  esa canción  o voy...

Heli sonrió   provocadora ― Que  me  vas a hacer  despacito . No me importa  si lo haces  rápido.

Seirim suspiro. Por  un momento imagino   atraerla  hacia él  y  besarla   lentamente  su  cuello   y luego  desnudarla    poco a  poco  .  Memorizar  cada parte  de su cuerpo  primero con vista   luego con  su tacto y   su lengua.  Desechó esos pensamientos.  Era mejor centrarse en  Amelia  que  lo miraba  sorprendida.

―  No  voy  a  hacer nada.  Tu amiga es  la prioridad.

 Heli  gruñó  y se acercó  a su amiga   que estaba  sentada en un gran trono  tomando  chocolate   caliente.

 ―Heli, no pensé  soñar contigo.  Estoy tan feliz  por qué es mi primer  sueño sin ese  demonio. 

― Amelia ha venido a advertirte.

Amelia   dejó el  chocolate ―  Ven y  disfruta el espectáculo   aquí.

Heli miró a un hombre  con  barba  ―  Ese es  el de las  50 sombras.

Amelia sonrió.  Oyó  una tos . 

Heli se concentró  ―  He venido a advertirte  sobre  el demonio   que   se mete en tus sueños.

Amelia   frunció el  entrecejo ― Lo he  vencido.

―  No los has hecho, solo lo derrotaste por  el momento.    Su nombre  es  Úvatar  y desea   tu alma. Tú puedes  vencerlo. Amelia  ...

Heli  sintió  que alguien  la jalaba  .  El enorme  palacio  de mármol  en donde  Amelia  estaba  sentada  en un trono  junto    a los hombres  que se desnudaban    se alejó de  su vista.  Ahora estaba  en el mismo paisaje  de  siempre  con la lluvia  cayendo  sobre su cuerpo. 

―¡Maldita sea! ¿Por qué no me dejaste seguir  hablando con mi amiga?

Seirim limpio  las  huellas  de lluvia  en la  cara  de  Heli.

― No quería que  Úvatar se diera cuenta  de nuestra presencia  o de  tu aviso.

―Y si no me entendió o  se le olvida el sueño.   

Seirim siguió  acariciando el rostro de  Heli.  La muchacha dejó de pensar   en su  amiga  o en Úvatar .  Solo  deseaba  que  él  la acariciara para siempre.

  Heli tragó saliva sin  saber qué otra  hacer. 

Heli se  alejó  furiosa. El demonio paró   de  acariciarla  y  la miró  con sus   grandes ojos  azules  que parecían que la  desnudaban.

―  ¿Cómo me  pides que me aleje  de  Amelia?

Seirim la  jalo   a  sus   brazos  sin importarle nada  

―  Tu seguridad  es   más  importante,   para mí.  Que tu amiga,  que  el mundo hasta   que mi deseo  de  venganza.

Heli   iba  a decir  algo  pero  el  demonio  inclinó  la  cabeza  y le  beso  en  la  boca. Seirim no pudo  refrenar  ni sus sentimientos  , ni sus deseos y  besó  a  Heli  como tantas  veces quiso hacer  en sus  sueños. Con pesar  se separó  de  Heli  tocó  su  barbilla .

―  Es mejor que me  vaya  y que me olvides. Solo  fui  un sueño,  una locura,  un  error  que olvidarás  con el tiempo.  Adiós,  Heli   debes ser  fuerte. La oscuridad  crece  y Úvatar     se  está preparando  para una  gran  batalla.  

 Luego de decir eso   dejó  a la muchacha  parada  en  medio  de  la lluvia. 

Heli despertó   en su  cama   llorando   con el  cabello mojado  y  el corazón  roto  a su lado  estaba   un libro de poemas  de  Neruda  abierto.

Ausencia

Apenas te he dejado,

vas en mí, cristalina

o temblorosa,

o inquieta, herida por mí mismo

o colmada de amor, como cuando tus ojos

se cierran sobre el don de la vida

que sin cesar te entrego. 

Heli   se juró que encontraría  al  demonio.  No podía   besarla  y dejarla  de  esa  manera. Estaba harta  de  renunciar  a lo que le importara y que otros decidan por  ella.

Esperó  que les haya  gustado y  les deseo un buen fin de semana