Hola, ¿cómo están? Hoy leerán sobre la entrevista entre el padre de Sebastián y su hijo. También Úvatar volverá aparecer, para quienes lo extrañaban. Espero que este fragmento les guste y les deseo un buen fin de semana.
Capítulo 21
El amanecer llegó muy rápido Amelia debía volver a su casa. Ana había pasado con unas amigas la noche anterior, pero Amelia quería llegar antes que su hermana menor. Sebastián también tenía el día muy ocupado al enfrentar a su padre, luego ir al hospital a ver a su madre y además trabajar.
El pintor llegó al edificio de su padre como a las diez de la mañana se quedó sentado en la calle mirando a la gente pasar. Sin desearlo recordó pequeñas escenas de su niñez que le dejaron un amargo sabor de boca. Hubiera dado todo por haber podido caminar sin muletas y mostrarse más altivo hacia su padre. Siempre parecía que por más que lo enfrentaba nunca ganaba, aún hoy parecía manejar su vida.
Entró a un edificio enorme que era de su padre tuvo que dar sus documentos y luego le indicaron que vaya al último piso. Una secretaria prepotente y con expresión de haber comido algo amargo lo llevó a una oficina fría en la que su progenitor estaba sentado revisando unos papeles.
— Como siempre, haces lo que te da la gana . Llegas temprano.
— Buenos días, son las 10.25.
El padre de Sebastián levantó los hombros como saludo— Las cosas deben ser hechas en el momento justo. Te dije que la reunión era 10. 30 en punto.
Sebastián solo puso los ojos en blanco para no contestar.
— Con tu actitud haces que todo mi día se complique.
— Si quieres salgo, espero 5 minutos y entró nuevamente a tu oficina.
Cesar gruñó y golpeó la mesa con deseo de dañar a su hijo.
— Siempre haces y dices todas las pendejadas que se te pasan por la cabeza. Nunca pudiste ser un buen hijo y un hombre de bien por más que me esforcé en criarte. ¿En dónde depositó lo que te debo?
—Solo vine a ver la dirección del hospital en el que está mi madre. No deseo y nunca he querido su dinero.
El padre de Sebastián lo miró furioso — ¿Pero?
— No, soy igual a usted, que finge s er un buen hombre sin serlo.
Cesar golpeó nuevamente el escritorio. Luego miró la a hijo con esa pose altiva a pesar de estar con muletas. Sin poderse contener se acercó a su hijo y lo abofeteó.
—Respeta a tus mayores , muchacho malcriado.
Sebastián se mostró altivo, ni siquiera pestañeó. Con desprecio se alejó de su padre. En parte porque se sintió de nuevo como un niño de 12 años al que su progenitor siempre humillaba y en parte por tener miedo de responder al golpe. Cesar se alegro al ver a su hijo avergonzado. Por fin su día mejoraba algo.
— Se nota que han pasado los años. Sus golpes no son como los de antes. Debe sentirse genial pegar a mujeres, niños o personas indefensas.
El rostro Cesar se puso rojo y de su boca salió espuma . A Sebastián le recordó a un toro. Cuando Cesar se aproximo a golpearlo de nuevo Sebastián con dificultad le sujeto la mano.
—Porque respeto a mis mayores, no respondí a su golpe anterior. Intente lastimarme de nuevo y descubrirá que ya no soy un niño , ni le tengo miedo.
Cesar se quedó mirando a su hijo por unos minutos. Aunque deseaba azotar a Sebastián, se alejo de él. El muchacho era más alto y fornido que él. No estaba seguro que si se enzarzaban en una pelea el saliera sin una lesión.Con fastidio regreso a su escritorio y le tiró un papel. El pintor casi se cae por levantarlo , pero al final lo hizo.
Cesar golpeó nuevamente el escritorio. Luego miró la a hijo con esa pose altiva a pesar de estar con muletas. Sin poderse contener se acercó a su hijo y lo abofeteó.
—Respeta a tus mayores , muchacho malcriado.
Sebastián se mostró altivo, ni siquiera pestañeó. Con desprecio se alejó de su padre. En parte porque se sintió de nuevo como un niño de 12 años al que su progenitor siempre humillaba y en parte por tener miedo de responder al golpe. Cesar se alegro al ver a su hijo avergonzado. Por fin su día mejoraba algo.
— Se nota que han pasado los años. Sus golpes no son como los de antes. Debe sentirse genial pegar a mujeres, niños o personas indefensas.
El rostro Cesar se puso rojo y de su boca salió espuma . A Sebastián le recordó a un toro. Cuando Cesar se aproximo a golpearlo de nuevo Sebastián con dificultad le sujeto la mano.
—Porque respeto a mis mayores, no respondí a su golpe anterior. Intente lastimarme de nuevo y descubrirá que ya no soy un niño , ni le tengo miedo.
Cesar se quedó mirando a su hijo por unos minutos. Aunque deseaba azotar a Sebastián, se alejo de él. El muchacho era más alto y fornido que él. No estaba seguro que si se enzarzaban en una pelea el saliera sin una lesión.Con fastidio regreso a su escritorio y le tiró un papel. El pintor casi se cae por levantarlo , pero al final lo hizo.
— Gracias.
Cesar no contestó nada. Sebastián se fue de ese ambiente tóxico lentamente. Pensó que se iba a ahogar cuando salió al bullicio de la calle. Se se sorprendió al ver a Amelia esperándolo la abrazó y volvió a respirar.
Tres semanas después.
Sebastián llegó a su pequeño departamento vació y sintió una punzada en su corazón cada día que pasaba le costaba estar lejos de Amelia. En especial desde la muerte de su madre. Aunque habían transcurrido dos semanas , la herida estaba latente y puede que nunca cicatrice por completo. Recordó lo triste que fue ir al cementerio , sabiendo que nunca más volvería hablar con ella. La soledad, la culpa y tristeza lo hubiera devastado de no ser por Amelia. Apenas recordaba esos días como si hubieran sido una bruma en su memoria, de lo único que estaba seguro era de Amelia su cariño y compresión.
Todavía a oscuras y algo aliviado por fin de haber dejado las muletas. Su pierna ya estaba bien, aunque el doctor le dijo que no la forzará por lo menos en unos días más. Fue a su cama y se acostó mirando el techo, el pesado día le pasaba factura. Sin embargo, no podía dormir, saco de su bolsillo un anillo que había permanecido a su madre, que le dio unos días antes de morir. Aún recordaba lo que le dijo cuando se lo dio — “ No olvides que aunque dejaste a tu familia esta siempre será parte de ti . Te doy el anillo que me dio mi madre cuando me casé para que recuerdes tu origen , pero con la promesa de días mejores. Espero que se lo des a la mujer que amas cuando decidas formar una familia. Solo el amor te puede salvar, solo el amor te da esperanza.”
Una familia, no había pensado en necesitar o tener una hasta que conoció a Amelia. se dio cuenta de que deseaba vivir con ella. Despertar cada mañana con Amelia en sus brazos y luego de un día duro hablar con ella, amarla y sobre todo hacerla feliz. Como todavía no podía dormir , fue por su cuaderno de dibujo y se puso a jugar con un boceto que tenía en mente, como últimamente le pasaba su modelo era Amelia.
Ella estaba con túnica negra, que apenas cubría su bello cuerpo. Caminó descalza por un río a lo lejos él plasmó al Guaugua Pichincha. No se dio cuenta cuando se quedó dormido y tiro a un lado el cuaderno y el carboncillo que utilizo para dibujar a Amelia y el resto del paisaje .
Oyó un golpe en la puerta y la voz de su madre — Sebastián, ten cuidado, la oscuridad se acerca . "Solo el amor te puede salvar, solo el amor te da esperanza."
Sebastián se quedó sorprendido aún algo adormilado, pensó que todavía estaba soñando. Cuando escucho que se abrió su ventana y la voz de su madre le llamó de nuevo.
— Sebastián, ten cuidado la oscuridad se acerca. " Solo el amor te puede salvar, solo el amor te da esperanza."
Sebastián se despertó por completo se sentó en la cama, de nuevo volvió a oír la voz de su madre. Estaba seguro de que no era un sueño
—Sebastián...
Sebastián prendió la luz y miró que su ventana estaba abierta, había cientos de rosas negras y rojas esparcidas en el piso. Se tropezó con su cuaderno para pintar cuando lo tomó sangre salía de sus hojas. Asustado lo soltó y observó que su dibujo cobraba vida. Ahora parecía como un vídeo, pero era real. Amelia le sonrió mientras caminaba por el río . El pintor podía oír el sonido del viento, de los pájaros y el agua corriendo. Con miedo tomó el cuaderno y topó con su dedo el arroyo. Sintió su dedo mojado , iba a examinarlo mejor cuando oyó un grito de su madre.
—Cuidado, Sebastián.
Él sintió un escozor en el dedo para ver que se llenaba de sangre igual que el río en que se encontraba Amelia. El cielo azul del cuadro se volvió rojo y el volcán que estaba al fondo de la pintura estaba a punto de estallar pero en lugar de lava lo que salía de la mole de piedra y tierra era sangre. Sebastián angustiado grito— Amelia sal de ahí.
La muchacha trató , pero no podía moverse . El agua del río empezó a carcomer la piel de Amelia que chillaba con dolor Sebastián iba a entrar en el cuadro para salvar a su amada cuando oyó la voz de su madre gritar —No lo hagas, Sebastián, es una trampa.
Asustado soltó el cuaderno; de él apareció una calavera de ojos rojos —nunca podrás salvarla, Sebastián. Amelia es mía.
—No, te dejaré dañarla.
La calavera que quemó el cuaderno mientras Sebastián aterrado gritó — No.
El asqueroso demonio rio, luego se dispuso atacar a Sebastián , pero este fue cubierto de rosas . La calavera se marchó y Sebastián aún envuelto en el aroma de las rosas oyó a su madre
—Cuidado, Sebastián las sombras se acercan. Amelia y tú estáis en peligro. “Solo el amor te puede salvar, solo el amor te da esperanza. Solo la esperanza te librará de las sombras . Las sombras se acercan, ten cuidado."
Todo se volvió negro y Sebastián se desmayó, cuando volvió en sí. Se dio cuenta de que solo fue un sueño, su habitación estaba igual que la otra noche y el cuaderno de dibujo no se encontraba quemado. Pero por un momento sintió el perfume a rosas de su madre. Al mirar el bosquejo que hizo de Amelia , temió que ella estaba en peligro y se juró que nada le pasaría. Daría su vida para que ella y su familia estén a salvo. A pesar de que eran las tres de la mañana, llamó a Amelia para saber si se encontraba bien. No le contó sobre la pesadilla con el demonio de los ojos rojos. Luego de pedirle disculpas, se fue a dar un baño para poder pensar con claridad.
Después de vestirse y tomar un poco de café montó en su motocicleta sin dejar de pensar en la advertencia de su mamá. No le sorprendió encontrarse en la entrada de su antigua casa miró al jardín de su madre, por un momento pensó verla cuidando sus rosas. Iba a irse cuando oyó a su padre.
—¿También la extrañas?
Sebastián asintió, confuso . Era la primera vez que hablaban desde la reunión en su oficina. Ambos tenían mucho cuidado en no toparse cuando la visitaron en el hospital. Su padre examinaba las rosas y Sebastián decidió irse , no deseaba pelear con él.
—Solo pasaba por aquí, será mejor que me vaya.
César se limpió la tierra de las manos
— Sabes Victoria nunca dejó de quererte. No me perdono, que te haya alejado de su vida. Te odie y siempre tuve celos de ti. No podía soportar que haya otro cariño en su corazón.
—¿En verdad la amabas ?
—Siempre, Victoria era mi vida y corazón. No me di cuenta, que al alejarla de ti le hice daño a ella.
Sebastián no supo que responder su padre se veía tan carcomido y sin vida.
—Sebastián tú eres mi hijo, pero para mí eres un extraño. Sin embargo, llevas una parte de tu madre en ti. La veo en tu mirada, en tu sonrisa. Por eso te voy a dar un consejo. No dejes que el amor se escape de tu vida. No tengas miedo amar y no dejes que la desesperación y el egoísmo te alejen de lo que más quieres. Nunca debes dar nada por sentado.
—"Solo el amor te puede salvar, solo el amor te da esperanza".
—Tu madre decía eso, debes hacerle caso.
Luego de despedirse de su padre. Se fue a visitar a doña Caridad y a don Pedro, aunque en realidad deseaba ver a Meche. una vez lo ayudó a salvar a Amelia espera que pudiera volver hacerlo de nuevo . Se decepcionó al no encontrarla en el café de doña Caridad, pero la anciana le indicó dónde buscarla.
Sebastián llegó en poco tiempo al lugar donde vivía Meche. Ella residía solo a unas cuadras del café de doña Caridad. Cuando llamó a la puerta se sorprendió al ver el rostro demacrado de Meche, parecía como si la cocinera hubiera envejecido 100 años en un día . La anciana le invito a pasar a un pequeño cuarto en el que había un cama pequeña, un velador y una mesa vieja. Sebastián se sentó en la silla, mientras ella lo hizo en la cama.
—Te esperaba, desde hace días.
Sebastián la miró asombrado — ¿Cómo ha estado?
La anciana hizo un ruido raro y se acomodó en la cama.
— No viniste a ver como estoy —afirmó molesta.
Sebastián asintió , un poco fastidiado por la forma en la que ella podía leer su alma.
— Es verdad.
—¿Por qué viniste?
—Tuve un sueño raro — Sebastián se sintió tonto luego de decirlo.
—No fue un sueño, más bien fue una advertencia. He tenido visiones horribles. Las sombras van a emerger y dejar el mundo en una era de oscuridad.
—¿Qué son las sombras?
— Las sombras , son todo lo negativo que los seres sentimos todo el odio , miedo y violencia. Un hechizo maligno libera todo eso sentimientos y anula la parte positiva.
Meche movió su mano hacia la luz proyectando la sombra de ella —. Vez mi mano así es el ser humano tiene luz y oscuridad , si se hace ese hechizo la sombra toma el poder y elimina la luz . Las sombras sin un equilibrio destruyen todo a su paso, pero no es lo peor. Mis visiones muestran que estas sombras son lideradas por un demonio que anulará toda voluntad de las sombras convirtiéndolas en sus sirvientes.
—¿Pero qué tiene que ver con Amelia y yo?
Meche se rascó la barbilla — Hace mucho tiempo deje, mi mundo . No sé si me creas o si consideres que estoy loca. Yo era una gran hechicera , sangre de dragón corre por mis venas . Me fui huyendo de un monstruo al que llaman Billy el sangriento que para obtener mi poder mató a mis dos hijos y a mi esposo. No deseaba vivir, pero no tuve el valor de matarme. Caridad y su esposo me encontraron cuando yo estaba solo esperando la muerte y me dieron esperanza.
—Lo mismo, me sucedió. ¿ pero qué tiene que ver con Amelia?
Meche se movió de la cama como si estaba dispuesta a dar un coscacho a Sebastián en el último momento desistió. Se paró y miró a la ventana en busca espias. Cuando considero que estan seguros . Fue a la cama y respondió la pregunta de Sebastián.
—Como te dije , hace mucho dejé mi mundo y decidí vivir una de forma tranquila. Hasta la noche que te topaste con ese demonio oscuro, pensé que estaba a salvo.
— Usted, me protegió y me ayudó a salvar a Amelia.
— Lo sé, y lo haría de nuevo. Cuando te enfrentaste a ese demonio supe que mi hora estaba por llegar y que dios me mantuvo viva para algo.
Sebastián iba a interrumpir a la anciana, pero esta hizo una señal para que no lo haga.
— Averigüé muy poco. No debería decirte esto, pero el demonio que está persiguiendo Amelia se llama Úvatar y ella es una de las piezas claves para vencerlo. Lo presiento
— ¿Cómo puedo ayudar a Amelia ?
—No puedes hacer mucho , las sombras se alzaran eso es inevitable, pero hay una forma de vencerlas.
—¿Cómo?
—"Solo la esperanza te librará de las sombras . Solo el amor te puede salvar, solo el amor te da esperanza."
—Eso , es lo mismo que dijo mi mamá, en la madrugada.
—Hazle caso, y promete que cuando las sombras se alcen protegerás a doña Caridad y su esposo.
Sebastián asintió sintiéndose más angustiado y más lleno de dudas que antes de ver a Meche.
Fue a ver a Amelia antes de que partiera a la universidad, no le importó llegar tarde al trabajo. Desea ver que estaba sana y salva. Ella lo recibió con una sonrisa y luego lo beso. Al sentir su aroma tan familiar y su calor. Supo que deseaba casarse con ella y no le importaba enfrentarse a las sombras o al más terrible demonio por el simple hecho de estar con ella.
Espero que les haya gustado el capítulo, a pesar de lo largo que esta. Les mando un abrazo y se me cuidan mucho.
Espero que les haya gustado el capítulo, a pesar de lo largo que esta. Les mando un abrazo y se me cuidan mucho.
Hola preciosa!
ResponderBorrarGenial el capitulo de hoy. Que tengas un bellos fin de semana. Cuidate mi niña. Besotes
Me enferma César, no me apena su tristeza y no querría yo su amor ni "regalao". Ahora la madre de Sebastián vela por él y por Amelia, tanto ella como Meche le dicen lo mismo... en momentos difíciles Sebastián tendrá que descifrar lo que esas palabras significan realmente. Úvatar vuelve a la carga y conviene estar alerta. Terrorífico el sueño de Sebastián, no augura nada bueno.
ResponderBorrarHa estado entretenido el capi.
Un beso y buen finde!
Hola, JP... Es incomprensible que Cesar arme jaleo porque su hijo llegue cinco minutos antes
ResponderBorrarMe ha dado rabia que le haya pegado... y me ha encantado que Sebastián le haya sujetado la mano y no le haya permitido continuar con su abuso
He sentido que haya muerto su madre... estoy segura que Amelia, con su amor, le ayudará en un momento tan amargo
Me ha sorprendido todo lo que le ha contado Meche... y el sueño-pesadilla ha sido terrible
Un capítulo intenso e interesante... Felicidades
Besos
Hola Judith! Espero que estes bien. Intenso el capítulo. Cesar detestable, pero bueno Sebastian siempre está ahí. Pensaba que Uvatar no aparecería pero bueno ha vuelto a dar guerra. Bueno te leo en siete días, que tengas buen fin de semana.
ResponderBorrarSebastian hizo bien en no devolver los golpes se habria puesto a su misma altura. Un capitulo interesante.
ResponderBorrarBesotesssssssss
Lo de que "nunca fuiste un buen hijo" qué duro me ha sonado.
ResponderBorrarQué pases buen finde.
Un abrazooo.
Hola! Sabes dejarnos en el mejor momento de la historia para que sigamos con ganas los capítulos, jajaja. Este me ha gustado mucho, con la visión me has transmitido miedo. Con ganas de seguir leyéndote me quedo, jejeje.
ResponderBorrarBesos!
Por fin lo conseguí, me costó pero al día me puse. Me encanta la historia, amo a Sebastian y la dulzura de Amelia y odio profundamente a Cesar que no me da ninguna pena. Tengo que felicitarte por la preciosa historia que te está quedando y la maravillosa imaginación que desbordas y aunque comenté en este capítulo decirte que el anterior te quedó super super, menudas escenitas.
ResponderBorrarEnganchada y a la espera del siguiente.
Un beso muy grande cuídate mucho. Besos enormes.
Los capítulos de tu novela,son trozos de la misma vida,acompañados con tu creatividad
ResponderBorrarHola Citu!! de nuevo me tendré que poner al dia con esta apasionante historia.
ResponderBorrarMuchos besos y cuidate mucho niña:)
Hoy no puedo leer tu capítulo porque no pude visitarte en el anterior, así que cuando lea el anterior, podré opinar.
ResponderBorrarFeliz fin de semana para tí también.
Un abrazo!
¡Hola querida amiga! Hermoso capítulo. Ese Cesar que detesto!!! Pobre Sebastian por lo que habrá pasado. Pero el amor todo lo cura, tienes razón. Uvatar... Mmm... me tienes comiéndome las uñas. ¿Qué se vendrá ahora que ha aparecido?
ResponderBorrarExcelente como siempre cariño. Te felicito. Un beso enorme y gracias por compartir tu obra.
Muy bueno el capitulo, ese Cesar solo se va a quedar por malo y también por que alejo a su hijo, que triste por la madre de Sebastian, lo bueno fue que él estuvo con ella en sus últimos días, parece que Uvatar esta muy decidido el volver hacer daño a todos, pero el amor va a triunfar, mil gracias por el capitulo!!!
ResponderBorrarEs una pena que que Sebastian y su padre no hagan las paces, no pueden estar peliando todo el tiempo. Seguro que el amor triunfa.
ResponderBorrarSaludos.
Un capítulo genial, me encanta empezar la semana acompañada de tus personajes
ResponderBorrarBesos
Hola Citu, buenas tardes,
ResponderBorrarwow.... volvió mi preferido "Úvatar" =)
bastante sombrío el fragmento central.... me gustó mucho,
un poco de oscuridad, demonios y calaveras como para empezar la semana... y rosas para que no sea tan dark =)
Te deseo una linda semana
un beso
Me gusto este capítulo, la narración, el contexto de las situaciones. Cesar es pedante hasta la medula, un personaje casi odiado, pero claro, tiene sus razones y veo las has aclarado. Describes muy bien la arrogancia en el dialogo (Évora, foto) de Cesar, me hiciste imaginarlo hablar como en una telenovela. Muy oportuna la madre para dejarle saber que era un atrampa, me alegro que no haya sucumbido. Que enigma esconderá meche? Nos dejas el suspenso.
ResponderBorrarUn abrazo y buen comienzo de semana. =)
Mis mayores votos para que tu imaginación nunca decaiga
ResponderBorrar