Hola, ¿Cómo están?
Hoy les traigo un nuevo fragmento de mi novela. Hoy aprovecho para desear feliz día a las mujeres y que debemos seguir luchando por la igualdad.
Y que mejor que celebrar el día de la mujer con mujeres fuertes y decididas como mis personajes femeninos.
Capítulo 5
Horas más tarde, cuando por fin volvió a dormirse de nuevo Anazareth soñó con su madre. Recordó las imágenes que observó cuando su medio hermano Azidahaka le llamó. No era posible, ya que su madre murió cuando solo era una niña de 5 años. Y la inundación ocurrió 13 años después. Se preguntó ¿cómo era posible?
Quiso recordar lo que pasó cuando creó el gran cataclismo, pero como siempre su mente estaba en blanco. Seirim y Chatel estaban convencidos que ella no tuvo nada que ver con la inundación y que ni siquiera hizo el hechizo.
Ella siempre asumió que lo que pasó era su culpa ¿ Y si ella no fue? Adremelech y Dauroji creían que utilizó el hechizo para defenderse. Ella no lo sabía porque estaba como enloquecida cuando le encontró Dauroji.
Si las imágenes que observó eran ciertas y ella estaba segura de que sí. La presencia de Azidahaka quería decir que él quiso hacerle daño y convertirla en su esclava.
Lo que no entendía era la presencia de su madre. Y lo que ocurrió después. De lo único que se encontraba segura era de que debía descubrir si esas imágenes eran reales o no.
Fue a la torre esperando ver a su abuela. Se sorprendió al verla llorando en su habitación. Desde que la conoció su abuela nunca lloró y hoy lo hacía a solas y en la oscuridad. De seguro no quería que nadie se entere. Su abuela siempre se esforzaba por verse dura en todas las circunstancias. Llorar y quejarse es de débiles siempre le decía.
Se fue sin hacer ruido. Se dirigió a la sala y la llamó. Su abuela acudió a la sala como si no hubiera derramado una lágrima.
Solo si uno se fijaba bien podía ver tristeza y miedo en sus ojos. Su abuela no era dada a ser cariñosa, pero esta vez corrió a abrazarla hasta dejarla sin aire.
Anazareth se sintió mal debe haberse ido sin darle una explicación. Pero luego de las imágenes necesitaba pensar . Aunque se moría de ganas por preguntar a su abuela sobre su madre se calló y no dijo nada. Por un momento se perdió en su cariño y volvió a ser una niña. Las dudas quedarían para después.
Luego de un momento, su abuela le soltó. Y Anazareth volvió a convertirse en adulta.
— ¿ Estás bien?
— Nno dddestruí el mundo.
—Eso lo sé, tú sabes que siempre pensé que te inculparon.
Anazareth Era el momento de preguntar sobre su madre y sobre lo que Halrinach sabía acerca de la inundación.
— ¿Abbbuela, tuu sssabes ...
Halrinach interrumpió a su nieta. Al oír una flauta quera la forma en la que otros anunciaban que deseaban entrar en la torre.
— Maldición, debe ser Seirim. Debo ir a ver como estar Adremelech y Vanora. Me olvidé por completo de la maldita reunión convocada por Dauroji.
— Yooo iré — dijo Anazareth tragándose su deseo de preguntar. No era el momento.
Luego de unos minutos ambas partieron de la torre a sus destinos. Anazareth fue hacia el salón de los elegidos. Que era donde los líderes de los clanes demoníacos se reunían para discutir sobre diferentes proyectos.
Anazareth odiaba ese lugar. Aún recordaba que ella apenas podía mantenerse en pie. Cuando le llevaron para ser juzgada por los líderes de los diferentes clanes demoníacos. Tamar exigía su muerte al igual que Haborym el líder del clan de los demonios de fuego y padre Is. Otros líderes con Vala el líder de los semi demonios querían que fuera desterrada al mundo humano.
Respiró hondo. Ni siquiera tuvo juicio y su pena fue menor de lo que había esperado. Nunca entendió que paso. Su abuela y su padre no le explicaron nada. Tampoco encontró archivos, ni nadie que hablara sobre el tema.
Estaba tan concentrada en sus pensamientos que no oyó que alguien le llamaba. Y cuando le tocó el hombro . Anazareth le atacó sin pensarlo. el miedo que Azidahaka le acechara volvió. Iba a lanzar solo un hechizo paralizante para ver al sujeto . Sin embargo, creó una enorme nube que mojó a su atacante.
Kappa en lugar de sentirse ofendido se puso a reír.
— Se nota que es la primera vez que utilizas el hechizo del agua eterna.
— No lo es.
Kappa no le hizo caso y la miró con sus enormes ojos verdes y su expresión de suficiencia alteró más Anazareth.
— Te duele la cabeza, te sientes mareada y apenas controlas tu magia. Son los efectos de hacer el hechizo del agua eterna. Si yo que lo he practicado tres veces me siento cansado de que será de ti.
Anazareth estaba tan alterada que ni siquiera tartamudeo. — Yo ya lo hice, no te acuerdas que se me fue de control y casi destruí el mundo humano.
Kappa movió la cabeza en señal de desaprobación. — Eso es lo que crees, nunca estuve convencido. Halrinach y yo pensamos que te inculparon por eso. Yo iba a declarar si hubiera habido un juicio.
—¿ En serio? Pensé que todos creían que era culpable.
— Claro que no. Tus abuelos en especial Halrinach estaba convencida que fue Tamar la que se inculpó por algo que hizo Azidahaka. Y luego pasó lo del rapto...
Anazareth no lo podía creer y solo podía articular la palabra — ¿ Qué?
— Ya te lo dije. Y es mejor que me calle prometí a Halrinach no hablar sobre ese tema.
Anazareth no lo podía creer lo escuchaba. Necesitaba saber la verdad.
— Tienes que contarme todo lo que sepas Kappa.
Kappa miró a los lados tratando de buscar una salida. Los ojos suplicantes de Anazareth no lo dejaban moverse de su lugar.
— Diablos, no es que sepa mucho . Deberías hablar con tu abuela, si deseas conocer la verdad.
Anazareth seguía mirándolo con ojos de perrito perdido y con hambre.
— Lo sé, pero ella está muy dolida por la muerte de Amras. Te prometo que hablaré con ella. Pero, por favor, cuéntame todo lo que sabes.
Les deseo un genial fin de semana.