Hola, ¿Cómo están?
Hoy les traigo un nuevo fragmento de mi historia. Sabrán que paso con Úvatar y Azidahaka. Y de pasó conocerán más de Azidahaka. Uno de los personajes que más me repele y que se me hizo muy dificil crear.
Respondiendo a lagunas dudas de mi novela. Diré que Dauroji no haría daño a los humanos. Solo los desprecia y el personaje de Kappa lo conocerán más adelante y sus razones también.
Capítulo 3
Azidahaka resoplaba cansado, desnudo y con hambre. Se encontraba sentado en una roca en la frontera de Seragon. Úvatar estaba desesperado por raptar a Gilraren y volver loco a Amras.
A Azidahaka le decepcionó que Úvatar lo rescató de su celda porque lo necesitaba. Era triste saber que nadie lo amaba. El sentimiento era peor por lo que hizo Anazareth.
No sabía que le dolía más si el encontrarla casi besándose con ese vampiro o que ella haya osado atacarle. Nunca pensó que la hembra que tanto amaba fuera tan ingrata y valiente. Como extrañaba los días en que ella lo temía más que a nada en el mundo.
Ya no quedaba más de la niña que él atormentaba con arrojar a los volcanes o la que golpeaba, o le dejaba encerrada en una pequeña tumba llena de bichos. Para obligar a Anazareth a decirle que lo amaba.
Como todo lo bueno esa época llegó a su fin cuando la madre Anazareth comenzó a sospechar de sus juegos. Lo único bueno es que esa mujer que le privó de la compañía de Anazareth pagó con su vida. Fue el primer ser al que mató Azidahaka. O eso creía siempre dudo de esa muerte. Los recuerdos le eran borrosos.
Azidahaka se encontraba aburrido. Bostezó mientras con sus manos destruía las hierbas que lo rodeaban. Fue cuando oyó una voz que lo llamaba.
— Azidahaka.
Se paró buscando la voz. Pero no encontró a nadie. Volvió a oír que lo buscaban.
— ¿Quién eres ?
De repente cientos de flores negras y rojas cubrieron Azidahaka.
— Somos tus amigas. Recuérdanos.
Azidahaka inhalo un olor dulzón. Y recordó eventos que su madre había borrado de su memoria. con un suspiró dijo —. Maldita bruja.
Se puso a bailar con las flores. Mientras ellas le susurraban —. Te lo daremos todo. Mientras tus nos obedezcas. Ve a la Patagonia ahí hay una cueva esperándote y más instrucciones. Azidahaka asintió sin dejar de bailar.
Oyó venir a Úvatar y se hizo el dormido. Era mejor que lo considerasen tonto y bueno para nada que se dieran cuenta de su potencial. Casi siempre sobrevivió de esa forma. Ni sus padres, ni su abuelo, ni mucho menos sus hermanos sabían de lo que era capaz. Cuando se dieron cuenta era muy tarde.
Pasó una hora. Úvatar lamentaba no tener un plan firme se sentó al lado de Azidaka que fingía dormir debajo de un árbol. Se despertó al sentir a su lado al demonio.
— ¿ Pudiste entrar?
Úvatar suspiró para luego decir. —Si rompo el campo de fuerza miles de dragones y demonios nos perseguirán.
— Hay una forma de entrar al valle.
Uvatar lo miró con furia y estuvo a punto de matar a Azidahaka que se alejó al ver la expresión de su amigo. Si iba a morir por lo menos que no fuera por hipotermia.
— Tenemos que esperar a la luna llena para lograrlo. Pero si seguimos aquí exijo que me des ropa y comida o podemos ir...
Úvatar solo gruñó como respuesta.
— ¿ A dónde quieres ir?
— Al mundo humano, específicamente a la Patagonia. Tengo una casa ahí...
Úvatar para dejar de oír las quejas de Azidahaka los transportó a la Patagonia en medio de la ciudad. Por suerte Úvatar los teletransporto junto con el campo de fuerza y los seres humanos no podían verlos.
Azidahaka se puso a temblar a pesar de que era verano en ese lugar. Hacía frío.
— Mi casa está a las afueras de la ciudad.
Con asco Úvatar tocó a Azidahaka para poder ver sus pensamientos y encontrar la dirección exacta. Ni bien llegaron entraron a una finca apartada. Estaba con una familia de 5 personas a las que Azidahaka o uno de sus empleados rentó.
Ni bien entraron Üvatar los congeló para tomar sus almas luego. Azidahaka le suplico que le permita violar a la mujer. Lo cual Úvatar le dejó. Marchándose con los otros miembros de la familia para tomar sus almas y alimentarse en otro lugar.
Aunque Azidahaka deseaba a la mujer. La dejó encerrada en un cuarto y caminó por la propiedad hasta encontrar sus amadas y peligrosas flores. Como pudo olvidarlas. Esas flores le darían la sumisión de Anazareth y si Uvatar no cumpliría su promesa el poder del demonio elfo.
Les deseo un genial fin semana.