Hola, ¿Cómo están?
Hoy les traigo un fragmento pequeño. Luke y Anazareth tienen un nuevo encuentro.
Capítulo 10
Horas más tarde Luke y Anazareth se encontraron en las Isla de Skye. Para luego ir a Londres y revisar los diarios de la bisabuela de Luke. Apenas había información que los ayudara para terminar con Úvatar. De lo único que estaba segur Luke es que despreciaba cada vez más su tátara abuelo.
Aún en el ático de Luke de su casa en Londres. Anazareth agotada se quedó dormida en un sillón. De nada le sirvió leer los diarios y otros libros más. Entonces oyó pasos. Por un momento creyó que Azidahaka. Abrió los ojos con temor. Sin embargo, al que observó llegar hacia ella fue a Luke con su camisa negra y un jean viejo del mismo color .
Luke caminó hacia ella con una bandeja de té.
— Pensé que necesitabas esto.
— Té de jazmín. Gracias, ¿ cómo sabes que me gusta? — preguntó Anazareth mientras tomaba el plato y la taza de té.
— Me lo pediste la otra vez, cuando estuvimos en el castillo.
Su deseo de huir se desvaneció a medida que tomaba el té. Luke era tan detallista. El resplandor de la luna iluminó su pelo y su corta barba hasta convertirlos en rubios, ensombreció sus bellos ojos azules.
Su expresión era ilegible mientras se sentaba a su lado y se tomaba una coca-cola de sangre. Ella se enderezó. Si estaba enfadado, bueno, se lo merecía.
— No pretendía dormirme. Entrelazó los dedos. — Estaba tan cansada y te hago perder tiempo...
Luke frunció el ceño — Tú nunca me haces perder el tiempo. Me gusta estar contigo. Y yo te hice perder el tiempo. Estos diarios no contienen ninguna información sobre Úvatar.
Anazareth tomó un poco de té para darse valor. En voz muy baja dijo — Estar contigo , nunca es perder el tiempo.
A Luke se le escapó una larga exhalación de alivio.
Los ojos de Anazareth se entrecerraron. — Preocupado.— Sin pensarlo dos veces tomó su mano.
—Deberías quejarte de que te haya quitado el poco tiempo que tienes para descansar o para tus negocios.
La mirada de Luke pasó por delante de ella y se dirigió a la ventana. A lo lejos se observaba el jardín.
— Eso sería como quejarse de respirar.
Ella lo estudió por un momento. La camisa negra de Luke se encontraba abierta. Lo que permitió vislumbrar una parte de su musculoso pecho. Anazareth nerviosa jugó con su taza de té.
— Creo que debemos irnos. No vamos a sacar más información de aquí —. Dijo Luke mirando a las cajas esparcidas alrededor de Anazareth.
Anazareth se sintió algo desilusionada. El vampiro ya no quería estar con ella. Sin embargo, Luke dejó la botella de coca-cola de sangre en un tacho de basura para reciclar. Y luego se sentó a su lado. Para volver a preguntar — ¿Qué deseas hacer?
Anazareth golpeó la taza e hizo que desapareciera. Su corazón latía a mil por hora. Ya que lo que deseaba hacer era besar a Luke. Él se quedó mirándola siempre paciente.
Anazareth ni se dio cuenta de que expresó sus pensamientos en voz alta. — Besarte.