Bienvenidos a mi blog. He creado este por que tengo un montón de historias en mi mente que me gustara compartir. Miles de mundos y personajes siempre me acompañan, decidí, que era hora de hacer que fueran conocidos. Quiero, que sean capaces de expresar y soñar junto a mi. Espero, que les guste mi casa y tendrán una voz aquí. Mi cariño y amistad también.

viernes, 10 de febrero de 2012

El desierto de mi corazón. Capitulo 9

Aquí tienen un nuevo capitulo y les deseo un lindo fin de semana 
 Capitulo 9 
La casa en el lago 


 Tres días después. Ana bostezo mientras prendía la luz en su habitación, Harry estaba en su cama mirándola con reproche. Ella se sacó, los zapatos, y miro sus pies con dolor. Luego de abrazar y tapar con una frazada a su gato . Miro el reloj era las tres de la mañana. Dio un suspiro, no pensó que era tan tarde. Sonrió acordándose de la primera fiesta a la que asistió. A su abuela no le gustara que saliera de noche y con lo tímida que era nunca hasta entonces fue invitada a una celebración. Lo único que le daba pena era que fuera una fiesta de despedida; al otro día Herrick y sus amigos se iban de Bariloche.

A pesar de que tenía dos pies izquierdos se divirtió mucho y bailo toda la noche con Diego, Henrick y sus amigos. Lastima que Urian se portó tan tosco en toda la velada. La muchacha imaginó que el motivo era que su hermano volvía a Viedma, pensar en su jefe le produjo una extraña sensación en el estómago. 

 Había pasado tres días desde su discusión y las cosas habían mejorado un poco. Aún era grosero e impaciente, pero por lo menos no tenía que soportar a Alice y podía estar en una modesta pensión con Harry. Hasta sea había comunicado con su abuela. Si bien ella le presionaba para volver y estudiar para maestra. Le había enviado su ropa y algo de dinero. A pesar de esa muestra cariño ella decidió quedarse un tiempo. Era mejor mantenerse así misma y cuanto más alejada este de ella mejor, ya la conocía demasiado bien. 

 Se quitó el pantalón, de él cayeron unos pedazos de papel con unos números telefónicos. Dos eran de chicos del pueblo, tres de los amigos de Henrick y había uno con un corazón que era del propio Henrick. No pudo más que sentirse extrañada que tantos chicos se interesaran en ella . Siempre pasaba desapercibida. Lo que más le gusto esa noche es que Alice rabiaba de lo celos. Sin embargo, aunque se divirtió mucho, le hubiera gustado que Urian no estuviera tan gruñón esta noche y que fuera idea de él que se fueran a descansar. 

No tenía idea la razón de que estuviera tan furioso esa noche, ni le importaba . Harry ronco a su lado y decidió acabar de desvestirse e ir a la cama. 

 Urian estaba hecho una fiera, lo peor es que tenía celos. No entendía que le veía a Ana : era rellenita, exasperante. Apenas sabía bailar y la verdad la prefería cuando era tartamuda, ahora hablaba cada rato y siempre le impedía fumar. Hasta tuvo la osadía de hacer que coma ya que estaba acostumbrado a picar algo y no comer debidamente. Se tiró en la cama su hermano dormía ni bien llego y se acostó se durmió. Como lo envidiaba y no solo por eso. Se preguntó por millonésima vez ¿Cómo sería besar a Ana? ¿Podría percibir su aroma a manzana y canela? ¿Sería apasionada cuando la besara? Gruño ella era solo una niña, una monosabia con ínfulas de santa, a la que mejor era mantener lo más alejada de su mente y de su cama. 

Recién a las 6 pudo dormirse con la resolución de alejarse lo más rápido de la muchacha. Ana miro con pereza el reloj eran 7.50. Conociendo a Urian ya la estaría esperando abajo gruñendo por como se demoraba. Se estiró, y se arropó por unos minutos. Luego tomo a Harry para llevarlo al cuarto de doña Irene. Se sorprendió de no ver a Urian y lo espero por 15 minutos para llamarlo. Nadie le contesto, un poco preocupada fue al hotel donde se hospedaban, cuidando no encontrarse con su padre fue a su habitación. 

 Golpeo nadie le contestaba, segura de que no estaba se arrimó a la puerta pensado ¿Qué haría? ¿O donde estaría? Fue cuando oyó unos gemidos iba a marcharse cuando oyó su nombre. 

 ― Ana. Segura que la puerta estaba cerrada la abrió. En tocador estaba una nota de Henrick. Ni siquiera la tomo, iba a marcharse cuando oyó. 

 ― Ana, eres tan suave, tan dulce. 

 Ella se quedo petrificada. Urian nunca le hablaba de forma tierna y tan apasionada. Se acercó a él, era tan guapo dormido sin ese cejo fruncido. Su piel era bronceada y su boca era tan sexy. Toco su pecho fornido y velludo con un poco de curiosidad, era tan suave. Su piel era tan cálida y se le veía tan pacifico durmiendo. Ana suspiro con sus malos pensamientos le mandaba a ver debajo de las mantas. 

Y si se despertara, pero nunca había visto un hombre desnudo. ¿Cómo serían? Se acercó casi temblando, respiro fuertemente. Urian volvió a gemir. Ella saltó hacia atrás y casi se cae al suelo. ― Zapalla, con tanto ruido se va despertar. ― Volvió a pensar. 

 Tomo la cobija muy lentamente las manos le sudaban, el corazón le palpitaba a mil por hora.

 ― No, lo puedo hacer. 

 Ana soltó las frazadas. Urian no se movió revelando algo de sus piernas. Ella suspiró y volvió a pensar. 

 ― Tú puedes, tú puedes. Es ahora o nunca vas ver en que se diferencia de las mujeres

 Él gimió. Ana casi chillo y tuvo que morderse la lengua. 

 ― No puedo. ― Se dijo acobardada. 

 Soltó la cobija, no podía hacerlo, camino un paso hacia la puerta. Urian susurro. 

 ― Anaa 

 Ella se volteó y perdió el equilibrio cayendo encima de él. Ahora si lo había arruinado Urian se despertaría. Sin embargo, paso lo contrario, él le abrazo fuertemente, Ana se sintió acalorada a pesar de que temblaba Urian murmuraba algo que ella no entendió y le empezó a besarla el cuello.  

Dios que pare, pensó.― Él la siguió besando, cada vez más al sur. Era tan diferente de cualquier cosa que había sentido. Estaba mareada, tenía una sensación extraña en todo su cuerpo.  

Urian se detuvo, a respirar mientras Ana pensaba 

Mierda, que no pare.  Él aspiró su cabello y susurro. 

 ― Amo tu olor. 

 Ana pensó, en su misteriosa tocaya . Esa mujer tenía suerte, antes que pudiera articular otra idea Urian volvió a tocar la piel de ella con sus labios, la muchacha gimió. 

 Urian oyó el sonido era tan real. Debía dejar de soñar con esa chica, Aspiro un olor a manzanas y canela. 

Luego se dio cuenta de que sentía un peso extraño. Abrió los ojos temiendo encontrar a Alice en su cuarto como hace 2 dos días. Pero Ana estaba encima de él y lo miraba entre asustada y deseosa. Ella fue la primera en reaccionar se paró con si le hubieran dado un pinchazo. 

Urian estaba molesto y con una gran erección. 

 ―¿Qué haces aquí? ¿Qué hacías encima mió? 

 ― ¿Yooo? 

 ― Habla. Ana movía los ojos de un lado a otro y caminaba para atrás queriendo encontrar la puerta y correr hasta Jujuy o tal vez más lejos. 

 ― No te muevas Ana y contéstame. 

 Ana se quedó quieta Urian temía que llore. 

Ella respiro fuerte y dijo de corrido en voz muy baja que apenas pudo entender. 

 ― Me preocupaste y fui a vertee. Luego me tros tro tropecé . 

 Urian estaba seguro de que mentía, pero no tenía idea del motivo. 

― Te creo. Será, mejor que te marches. Ana aun veía al piso estaba muy asustada y excitada al mismo tiempo. 

 ― Márchate. 

 Ella salio de su ensoñación. ― ¿ Qué? 

 ― Qué te marches ¿o quieres verme desnudo? 

 Ana pensó, si supiera. Corrió a la puerta y luego fuera del hotel. Diez minutos más tarde Urian estaba junto a ella muy de mal humor fumando un cigarrillo y con el cabello mojado. 

 ― Hemos perdido casi toda la mañana. Será mejor que nos apresuremos. Hoy iremos a Nahuel Huapi. Ana asintió, en todo el camino apenas hablaron y la actitud de él fue más fría que nunca. Recorrieron todo el lago, Urian estaba insoportable ni el mismo se aguantaba y Ana decidió alejarse de él. Iba camino a esperar unos taxis cuando se perdió. Anduvo unos 5 ó 10 minutos mientras el celular que le regalo Urian sonaba como loco. Ella contestó. 

 ― ¿ Alo? 

 ― ¿Dónde estas? 

 ― Ni idea. 

 ― Piensa. 

 ― No me hables así, márchate si te la gana. 

Iba cerrar el teléfono cuando un gran perro empezó a ladrarle Ella corrió con miedo que la mordiera y el animal la perseguía. Urian se desesperó al oírla gritar y fue corriendo por donde oía unos ladridos. Ana había trepado como si fuera un gato en un árbol cerca del lago el perro cansado de ladrarle se largó. Urian se aproximó un poco muerto de risa. 

 ― ¿Quieres que te ayude? 

 Ana movió la cabeza e intento bajar pero sentía miedo y cuando lo iba hacer se tropezó pensó que caería. Mas unas manos fuertes la sujetaban 

 ― ¿Por qué eres tan necia? 

 ― No lo soy. 

 ― Será, mejor que nos marchemos antes que vuelva a llover o vuelva el perro. 

 ― Tienes razón ― Dijo Ana alejándose de él. 

 ― Es la primera vez que te oigo decir eso. 

 ― La vida te da sorpresas y los milagrosos existen. 

Luego de decir esas palabras empezó a caer una lluvia fuerte. Urian le agarro de las manos y la llevo corriendo a toda velocidad. 

 ― No es por aquí 

― Le grito Ana cuando dieron con un puente viejo cubierto por rosas. 

 ― Mierda, tienes razón. Empezó a caer truenos y la lluvia seguía cada vez peor Ana empezó a temblar a lo lejos vio una casa. 

 ― Ay una casa por ahí, tal vez podamos guarecernos.


4 comentarios:

Anna Soler dijo...

Que bello capi ¡me encantó!

besos

mientrasleo dijo...

Tenía muchas ganas de leer la continuación, y cada vez se pone mejor.
Besos

MariCari dijo...

¡¡Me encantó, amiga, ja, ja... !! No sé si te va a doler la cabeza pero...

No he podido sujetar al Jardín y te ha premiado... ¡lo siento! juas ,juas...

http://caridad65.blogspot.com/2012/02/me-obliga-la-gran-men-porque-he.html

Bsukis!!

Ariel dijo...

HOLA CITU!!!
MIL GRACIAS POR TUS PALABRAS, HOY PASO TEMPRANITO A AGRADECER, PORQUE ASÍ LO SENTÍ!

HAY LOCOS EN TODOS LADOS, PERO ULTIMAMENTE TENGO UN IMÁN! JAJAJA

UNA PREGUNTITA
EN EL CAPITULO 12
-LEÍ UNA PALABROTA???
MIER...
JAJAJA

MUCHOS BESITOS DE AGRADECIMIENTO!
UN BONITO Y FELIZ VIERNES!