Bienvenidos a mi blog. He creado este por que tengo un montón de historias en mi mente que me gustara compartir. Miles de mundos y personajes siempre me acompañan, decidí, que era hora de hacer que fueran conocidos. Quiero, que sean capaces de expresar y soñar junto a mi. Espero, que les guste mi casa y tendrán una voz aquí. Mi cariño y amistad también.

martes, 28 de febrero de 2012

Concursos muy interesantes

Como están aquí les traigo unos concursos muy interesantes en los que voy a participar . Primero les pongo el de mi buena amiga Anna, que es genial. 

Aquí les dejo el banner


 Y si desean participar solo presionen este enlace bases 

 El segundo concurso es una forma de ayudar a una bella cuidad, Lorca. 

11 de Mayo de 2011. Una tarde bañada por el sol de primavera se vio interrumpida por un inesperado temblor, que provocó desconcierto, miedo e incredulidad. Una hora más tarde, un segundo temblor cambió Lorca, la dejó rota... por dentro y por fuera. Casi un año después, los que vivimos aquí, sentimos miedo cuando retumba un cristal por efecto del viento, cuando pasa un camión con su carga pesada sobre un badén, cuando, por un descuido, algo a nuestras espaldas se rompe al caer al suelo. Lorca cambió y nos cambió. Andamos a diario por calles intransitables con andamios, bajo edificios marcados por grietas remendadas y pilares forrados con corazas de hierro. 
Se nos pierde la mirada en los innumerables solares donde antes vivían cientos de familias, y nos preguntamos cómo llevarán su día a día acogidos por familiares o en pisos de alquiler, sin sus recuerdos. 

 Los blogs tinta y acordes y Complemento realizan este concurso aquí les el banner
Tinta por Lorca







Y las bases solo presionen el enlace Bases 

Y ahora el ultimo concurso en el participo y el más emocionante si es que te gusta leer. Tienes muchos libros geniales que elegir. Lo realiza mi amiga Dulce a través de su blog el el club de las escritoras Aquí les dejo el banner 

 Y las bases solo presionen el enlace. bases


 Perdone que haya puesto los tres concursos en una sola entrada pero me pareció lo más lógico y ahora me despido





lunes, 27 de febrero de 2012

El desierto de mi corazón. Capitulo 12

Bueno con una pereza enorme y algo dormida aún pongo este capitulo. Pero, antes de hacerlo doy muchas gracias a las personas que se han pasado a desearme buenas vacaciones y aclarar a mi amigo Drac, el motivo por que la verificación del comentario. Lamentablemente no lo voy a quitar. Lo que pasa es que hace dos años tenía una persona que escribía mensajes molestos en el blog y tuve que ponerlo para que no vean sus insultos, si bien hace tiempo que no me escribe y hasta me pidió perdón,  es preferible prevenir que lamentar. Y ahora si pongo el capitulo.


 Capitulo 12 
La señora Orbe 

La señora  Orbe.


 Ana caminaba de regreso al hotel junto con Urian que cargaba Harry, que  se  fue hacer un chequeo medico. Su relación había cambiando un poco desde lo que ocurrió en la casa del lago. Aprendió a verlo con deseo pero también a conocerlo bien Urian a pesar de que siempre se veía tan serio era un hombre dulce y muy solitario. Iban a cruzar al hotel y como siempre tomo su mano para ayudarla, eran esos pequeños detalles que habían hecho que ella comenzara apreciarlo. Él aprisionó más su mano, Ana le sonrió mientras se estremecía.

 ― ¿Tienes frió? 

 ― Un poco, pero ya llegamos a la pensión. Urian se quedó distraído con su sonrisa una persona lo empujo para que él reaccionara. 

 ― Debes esta cansada el día ha sido pesado. Ana asintió mientras Harry maullaba. 

 ― Lo peor es que no encontramos ninguna casa o edificio que realmente sirva para el local. Ha este paso cree que deberíamos ir a Viedma. Bueno, Ana mejor te dejo entrar o la pizza se te enfriara. 

 ― Entra. 

 ― No tendrás problemas con la casera.

Ana se sonrojó y luego le respondió. ―Ella piensa que eres mi hermano. Espero que no te moleste. 

 Urian toco su mejilla pensando que si ella supiera los sueños y pensamientos tan poco fraternales tenía hacia ella. Cuanto más conocía a Ana mayor cariño empezaba a tenerle. 

 ― Entonces entremos, quiero un pedazo bien grande. 

 Ana rió, mientras su rostro se iluminaba. Entraron al pequeño cuarto. 

Urian soltó a Harry mientras ella ponía en una mesa la pizza y buscaba unos platos. Al principio comieron en un silencio cómodo. Hasta que Ana hablo. 

 ― Y mismo no aceptaras la propuesta del Señor García. Urian tomo algo de coca cola 

― No la casa es muy chiquita, no me gusto y para el precio debería tener los pisos cubiertos de oro. Ana, le dio un poco de queso Harry que ronroneo. Luego respondió. 

 ― En eso tienes razón era muy pequeña la que era grande y muy hermosa a pesar de lo vieja era la casa del lago. Urian casi se atranca aun recordaba vividamente ese lugar, no podía olvidar el sabor de los besos de ella. Si verla al rostro para no delatarse dijo. 

 ― El lugar me recuerda Groningen , mi cuidad natal. Sabes deberíamos volver a explorar esa casa y hablar con el cuidador capaz que esta a la venta. Ana asintió mientras le servia a Urian otro trozo de pizza y preguntaba. 

 ― ¿Extrañas tú cuidad? 

 Urian pensó un momento antes de contestar. 

 ― Cuando era joven odiaba ese lugar, aun recuerdo como destetaba como el erwtensoep 

 ― ¿El er que? 

 ― Sopa de guisantes. 

 ― Mi abuela me la obligaba a comer podía estar horas frente al plato. 

 ― Lo sé, la mía era maniática que tome la sopa de tomate. Sabes a veces le extraño pero lo que más añoro es tocar el piano. 

 Con un poco de miedo Urian pregunto, no deseaba alejarse de ella 

― ¿Deseas volver a tu vieja vida? 

 ― No para nada. He hablado con mi abuela pero la verdad me gusta donde estoy― sin darse cuenta Ana tomo la mano de Urian. 

 Él se estremeció pero no la retiro la miro a los ojos perdiéndose en su color y su dulzura. 

 ― Me alegro, no sé que haría sin ti. Ana se sonrojó y soltó la mano de Urian. 

 ― Sabes lo que más odiaba Purmamarca era lo sola que me lo que me sentía. A veces pensaba que era como una sombra que nadie veía. Urian toco su mejilla ― liefde, (querida) podría haber un millón de personas que yo siempre te miraría. 

 Ninguno de los dos habló solo se miraron casi a punto de besarse nuevamente en ese instante golpearon la puerta. 

 ― Ya estas en casa Ana,  quieres un poco de chocolates y alfajores. Acabo de comprarlos. Urian se separo de ella, miro a la ventana. 

Ana abrió la puerta Diego entro e hizo una mueca al ver al holandés. 

 ― Será mejor que me mache, mañana iremos la laguna ¿Cómo se llamaba? 

― Nahuel Huapi. Urian se paro acaricio suavemente a Harry y se dispuso a tomar su chaqueta. Y a en la puerta empezó a despedirse de Ana. 

 ― Tot morgen ( adiós) Ana. Ana fue a la puerta y le beso en la mejilla mientras repetía bajito. 

 ― Tot morgen Urian 

 Él se topo la mejilla sabiéndose cada vez más perdido por la magia de Ana. 

 A la mañana siguiente Urian estaba soñoliento apenas había podido dormir un poco. Cuando por fin lo conseguía terminaba soñando con ella. Ana apareció un poco despeinada pero como siempre sonriéndole. Desayunaron y fueron a otra vez a la casa del lago encontraron al guardián de la casa junto a su perra Lulu. Él no les dio muchas esperanzas de que la señora Orbe les vendiera. Cuando fueron a verla la mujer no los quiso recibir. Urian se sintió un poco triste cuando Ana lo vio se acerco a él y lo abrazo con ternura. 

Él no recordara a nadie que le diera una muestra de cariño tan sencilla y espontánea. Iban a tomar un taxi, cuando una criada los alcanzo. La señora Orbe quería verlos. La mujer era una anciana muy alta y flaca. A Ana le recordaba a su abuela. Ni bien entraron la mujer sin ni siquiera darles los buenos días los interrogo.

 ― ¿Por qué me buscaban? Mientras instintivamente tomaba la mano de Ana. 

 ― Deseamos ver si vende la casa del lago. 

 ― No, si es todo márchense. Ana caminaba a la calle. Pero Urian no se movía. 

 ― Por si acaso, vende el piano que tiene en la casa. 

 ― ¿El piano de mi madre? Ana apretó la mano de Urian mientras protestaba. 

 ― Urian no es muy caro y que voy hacer con piano si ni casa tenemos. 

 La señora Orbe los miro como examinándolos y pregunto. ― ¿Qué van hacer con la propiedad si les vendo. 

 ― Poner un restaurante en la planta baja y nuestra casa en la alta. 

 ― ¿Van alterar el mobiliario? ― No le importa, pero creo que no la casa es muy bella solo necesita un poco de atención. La señora se rasco la barbilla. 

 ― Mi sobrina, desea que la venda. Sé, que cuando yo me muera lo hará y derribaran la casa de mis ancestros no deseo eso. Si les vendo me prometen que la casa seguirá en pie. Urian asintió. 

― Podría poner yo el nombre al restaurante. Antes que pudiera decir algo Urian Ana contesto. ― ¿Cuál sería? 

 ― Nuevos comienzos, así lo llamaba mi Gustavo a esa casa. 

 ― Me gusta ― dijo Urian. 

 ― Y otra cosa si les vendo ¿ustedes vivirían ahí al igual que sus hijos ahí? 

 ― No estamos casados, somos solo amigos. 

―La mujer rió, ante la contestación de Ana. 

 ― Lo estarán , se ven que están muy enamorados . 

Les venderé mi casa si no la altera, llaman al restaurante nuevos comienzos y ponen a su primera hija Euclipide. ― Ni loca llamara a mi hija así, parece una tortura más que un nombre. 

 ― Lo hará. 

 ― Trato hecho mañana venga y hablaremos del precio. 

 Ana aún protestaba  y no podía dejar de pensar en lo que dijo la mujer. ― "Lo estarán , se ven que están muy enamorados." ― Ella no podía estar enamorada del gigantón, era una locura, la señora estaba loca.


sábado, 25 de febrero de 2012

Feliz aniversario club de las escritoras

Bueno antes de lo previsto  he publicado para  dar un abrazo a Dulce por el aniversario del Club de las escritoras al que  también pertenezco con mucho orgullo. Aunque,  muchas  veces no participo como debería y ahora que es  su aniversario quise darle  una abrazo  a Dulce y este  simple regalo  espero que le guste. 





viernes, 17 de febrero de 2012

Me voy de vacaciones

Como saben  estamos  a punto  de celebrar  carnaval así que  me voy a  tomar  una semana  de  vacaciones  sin publicar para viajar  a Guaranda, una  cuidad  de mi país, que es  muy bonita  aquí les  muestro algunas  fotografías.





Espero que  disfruten estos  días  de  feriado y se diviertan en carnaval les  mando un beso y nos  vemos  el lunes  27 de  febrero.



El desierto de mi corazón. Capitulo 11

Les deseo un lindo fin de semana y más ya sabiendo que se acerca carnaval les mando un nuevo capitulo espero que les guste. 

Capitulo 11 
Después de la lluvia 


 Urian se sentía en el cielo solo con rozar los labios de Ana nunca nadie le había dado tanto placer con esa caricia tan inocente. Sin embargo, necesitaba más quería probarla saciarse en ella hasta que ya no pudiera sentir sus labios. Ana temblaba, nunca se imaginó que su primer beso en una casa abandonada juntó aun hombre que le intimidaba. Su corazón latía, como un tambor y sentía una extraña sensación en todo su cuerpo. Urian le mordió el labio con si fuera una fresa o cereza ella abrió un poco la boca y sintió con la lengua de él entraba suavemente como si le pidiera permiso. 

Ella al principio no sabía que hacer hasta que por instinto su propia lengua siguió el ejemplo de Urian. Él pensó que se iba quemar al sentir la reacción de Ana, deseaba que el contacto de sus labios no cesara la estrecho más y sus manos empezaron a acariciar su espalda. Ana gimió, mientras tocaba la piel de Urian. Todo el tiempo mientras estuvo tocando intento no verlo a través de la sabana ahora su único deseo era quitarle la prenda. Ella misma se sorprendía por lo pervertida que era y con suavidad casi con timidez toco el pecho desnudo de Urian. 

 Él perdió el control cuando ella lo toco de esa necesitaba verla desnuda sentir su piel. Dejo de besarle la boca para empezar explorar su cuello y el principio de sus senos. Estaba a punto de sacarle la sabana que cubría el cuerpo de Ana cuando oyó unos ladridos y a un hombre que gritaba. 

 ― Lulu ahí no hay nadie. Vas hacer que me dé un resfriado perra psicótica. 

 Urian se quedó paralizado al oír a los intrusos, ¿qué iba hacer? Miro a Ana con los ojos oscuros por la pasión y los labios enrojecidos por sus besos. Por un lado su deseo era llevarla a la sombra y poseerla hasta que ninguno de los dos pudiera caminar. Sin embargo, la respetaba y sobre todo sentía una gran ternura hacia ella, sabía que sería injusto tratarla así. 

 Se alejó de ella y con voz más ruda de lo que pretendía dijo ― Es mejor que nos marchemos, parece que la lluvia ya ha cesado. 

 Ana solo asintió, no sabía que hacer o como comportarse. Casi estuvo a punto de perder la virginidad con el gigantón era una cualquiera, el primer hombre que la besa y ya quiere más.Pero solo tenía que mirarlo para ver perder el aliento. No entendía que un chico así de guapo se pudiera fijar en ella. 

 ― ¿Ana? 

 Ella se movió como autómata y recibió la ropa que él le dio. Urian se volteó la muchacha a un no se movía. 

 ― ¿Qué esperas? 

 ― No lo sé, estoy confundida ― Respondió tocándose los labios. Urian camino a la ventana y revisaba que ya no hubiera nadie en los alrededores. 

 ― Ana solo fue un beso. 

 ― Ah, para ti no fue algo especial, podías haber besado Alice u otra chica y seria lo mismo. 

 ― Sí. Es un acto de deseo, estaba aburrido y deseaba algo de pasión. No lo conviertas en una novela rosa. 

 ― Aja. 

Ana estaba a punto de llorar como algo tan mágico quedo en algo común y sucio. Era una idiota. 

― Ana vístete, por favor. Ella no le respondió y se vistió deprisa. 

 ― Es hora de irnos, quiero llegar casa deseo ver Harry y Diego me invito a cenar. Urian gruño levemente al oír el nombre de Diego y con una frialdad que no sentía dijo. 

 ― Bien. 

 Estuvieron caminando callados por 10 minutos, Ana contenía las ganas de llorar o reclamarle. Urian estaba acostumbrado a que silbara o parloteara, pero no ha ese silencio cruel. Cuando volteo a verle ella tenia una mirada tan triste que casi le rompe el corazón. 

 ―Shit, dus stop met naar me te kijken.( Mierda deja de mirarme así) 

 ― ¿Que? 

 Urian se le quedo viendo. Ana con furia y caminando más rápido le grito. 

 ― Maldita sea, otra vez me estás hablando en holandés.

― Él se puso rojo y luego respondió. ― ¿Por qué me miras de esa forma? 

 ― Yo puedo mirarte como se me dé la gana. Así que déjame en paz y ve a besar a otra idiota. 

 ― Shit, ( mierda ) Ana espera. 

 ― ¿Por qué? Camino más a prisa un poco asustada, por la forma en como Urian la miraba. 

 ― Espera. 

 Ella corrió. Urian la alcanzo rápidamente, no podía dejar que se marchara No entendía la razón pero desde que la vio en tirada en el suelo la noche que la conoció. Algo cambió en su interior, era como si la conociera de toda la vida y no pudiera dejarla ir así. La tomo entre sus brazos y la arrincono contra un árbol, la miro unos minutos. 

Ana temblaba de miedo, y él deseaba tranquilizarla consolarla. Sin pensarlo dos veces. Le beso con desesperación Ana no deseaba responder a su beso, no después de lo que dijo pero su deseo la traiciono. Urian se perdió dentro de ella por unos minutos. No pensó, en nada más que hundirse en su interior y no salir jamás Ana con la poca fuerza de voluntad que tenía dejo de besarlo y dijo con voz queda. 

 ―Urian 

 Eso hizo que él recobre un poco el control y se aleje algo de ella. Sin embargo, no de aprisionarla en sus brazos. Ana confundida preguntó. 

 ― ¿Por qué? 

 ― ¿Qué? 

 ― Mierda, ¿por qué me sigues besando? 

 ― Porque te deseo, tanto que me quemo. 

 Ana trago saliva, mientras temblaba como un flan. ― Pero me dijiste que no significa nada para ti. 

 ― Mentí, y eso no quiere decir que no te desee. Solo que... 

 ― ¿Qué? 

 ― No quiero que seas como las otras mujeres. Yo tengo sexo con alguien y lo alejo de mí. Creo que me he apartado casi a todos los que me rodean, hasta de mi propio hermano. 

 ― ¿Quieres alejarte de mí? 

 ― No, es lo más raro hay algo en ti que me recuerda el niño que era en Holanda. Hay pocas personas que en realidad dejo que entren en mi vida. No sé ni como pasó pero te convertiste en mi amiga y confidente no quiero que eso cambie por un poco de sexo. 

 Ana se soltó y miro al suelo. Estaba confundida parte de ella quería volverlo a besar, pero la parte racional lo entendía muy bien. Urian se reclinó en el árbol y pregunto . Dejándola libre. 

 ― ¿Qué vas hacer? 

 Ana libre de su abrazo lo miro mientras decidía que hacer . 

 ― Entiendo, yo también tengo pocos amigos.― Se acercó y lo beso en la mejilla . 

 ― Ven quiero irme. 

 Urian camino sabiendo que algo había cambiado definitivamente en su vida y que no tendría fuerza de resistir si Ana deseaba besarle.




lunes, 13 de febrero de 2012

Feliz día del amor y la amistad

Aunque yo no creo en ese tipo de fechas, creo en la amistad


y ustedes siempre ha estado ahí , por eso les digo

Espero que lo pasen bien y se diviertan cuando buscaba imágenes esta me enternecieron y se las dejo un beso y cuídense.

El desierto de tu corazón. Capitulo 10

Estamos en una nueva semana y espero que esta les traiga muchas alegrías les mando un beso y les pongo un nuevo capitulo, espero que les guste. 

 Capitulo 10 

Ladrones 



 La lluvia arrasaba , Ana temblaba mientras se frotaba las manos para darse calor. Ambos se guarecían de la lluvia en un portón. Urian intentaba llamar a un taxi pero al parecer se le acabo el saldo y el teléfono de Ana ya no tenía batería. 

 ― Shit, ¿wat doen we nu? (Mierda, ¿ Qué hacemos ahora?) 

 ― No otra vez, odio cuando haces eso. 

 ― ¿ Qué? 

 ―Hablas en holandés, eres un mal educado. 

 ― Y tú una insoportable. 

 ― Prefiero mojarme antes que aguantarte.

 ― Afscheid ( Adiós)  ― Ana le hizo un gesto obsceno con el dedo y corrió a toda velocidad. Minutos después se resbalaba y caía al suelo. 

 Urian solo oyó un grito. Debía dejarla en la lluvia, mas no lo hizo. Camino hacia el lugar donde estaba ella con el pantalón roto llena de lodo y apunto de llorar. 

 ― ¿Por qué siempre me encuentras en los peores momentos? 

 ― Suerte. 

 Urian la levanto del piso. 

 ― No lo hagas. 

 ― Tarde. 

 ― ¿Por qué me rescataste?

 ― Ni idea. 

 Se quedaron un momento en silencio. 

 ― ¿Te puedo hacer una pregunta? 

 ― ¿Cómo si eso te detuviera? 

 ― ¿Por qué a vvveces me hablas en holllllandés? 

 ― No sé tal vez porque me vuelves loco. ─ Cuando Urian expreso esas palabras ella tembló de deseo. Él parecía como si fuera a besarla, pero en el último momento la puso en el piso. 

 ― ¿Quédate aquí? 

 ―¿ Qué vas hacer? 

 ― Buscar un mejor refugio. Lo vio, revisar puertas y ventanas. 

 ─ ¿Vas alienar esta casa? 

 Urian se volteó, y con sonrisa lobuna dijo. 

─ ¿Entras? Ana se quedó parada, sin saber que hacer . 

 ─¿Te vas a quedar parada? Después que me tome tantas molestias e hice algo que jure no volver hacer. Ana le miro ternura y pregunto. 

 ─ ¿Por qué tantas molestias? No soy tan importante. 

 ─ Claro que lo eres. Más de lo que te imaginas. ─ Tomo la mano de ella y la arrastro a sus brazos. Estaba tan cerca de Ana que podía sentir su aliento, ver sus largas pestañas. Era tan guapo que se sentía mareada. Sus labios eran tan tentadores, que se preguntó ¿cómo sería besarlos. Se estremeció cuando le toco sus mejillas, sus manos no eran delicadas pero esa caricia era tan dulce, como adictiva. 

 Se acercó la iba besar, pero no en la boca sus labios rozaron su frente. 

 ─ Niña, tonta eres como el sol que se adentra en tu piel y haces que te necesiten todo el tiempo. Ni entiendo el momento en que… 

 Ana se aproximó más a él quería sumergirse en su olor a cuero y tabaco. Necesitaba sentir su calor. Urian se quedó aterrado cuando le tomo cariño a la tartosa. Si seguía así iba a besarla, era mejor separarse porque si tomaba sus labios sabía que no pararía. 

 ─ Estás temblando, será mejor que entremos. 

 Ana asintió y para hacer algo pregunto. ¿Cómo empezaste a robar? Urian investigo la casa vieja, era enorme, no quería hablar de su pasado. Pero al ver la cara ansiosa de ella, era mejor que supiese lo terrible que era. 

 ─ No me acuerdo. Creo, que a los 15 años estaba en un internado en Inglaterra y tenía que conseguir plata para drogarme. A los 16 me expulsaron porque apenas podía pararme de lo mal que andaba. Así que salí de ahí y empecé a ver el mundo. Esperaba que ella sintiese lastima o asco, pero solo lo miraba. 

 ─ ¿Y tus padres? 

 ─ No los tengo, mi padre ni sabe que existo y para mi madre fui un error. Según sus propias palabras, fue criado hasta los doce por mi abuela, cuando ella murió la solución de mi madre fue mandarme a un internado.

 Cuando me expulsaron , me dio el ultimátum me enmendaba o me iba la calle. Así que desde los 16 me he mantenido. Dejo de explorar la casa para ver la expresión de sus ojos . Se imaginaba que sentiría lastima o algo, pero le sorprendió que ella lo miraba de la misma forma que siempre. 

─ Te entiendo, sé como te sientes y difiero con tu madre no eres un error. 

 ─ ¿Cómo lo sabes? 

 ─ Lo sé. Él se acercó a confrontarla. 

Ella lo miraba sonriente , tan bella que solo deseaba desnudarle y probar su piel hasta terminar saciado. Para disipar su deseo pregunto. 

 ─ ¿Cómo lo sabes? 

 ─ Lo sé. ─ Ella se puso de puntilla y tomo su mejilla. Urian apenas podía respirar, solo debía acercarse un poco más y la besaría. A pesar de sus deseos, se separó de ella y pregunto con la intención que Ana se enojara. 

 ─ ¿ Cuéntame algo de ti ? 

 Ana se horrorizó, que estaba a punto de hacer si él no se separaba de ella . Hubiera probado su labios. Trato de pensar en otra cosa, que disipara le deseo y se concentró en la pregunta que le hizo Urian. 

 ─ Mi padre nos abandono a mi madre y a mi cuando tenía 7 años. Yo también fui criada con mi abuela. Son fregadas, a veces creo que la mía me va sacar canas verdes. 

 ─ No tienes idea, la mía era una maniática del orden. Ella me enseño a cocinar. 

 Ana se quedo mirando los ojos verdes de Urian que brillaban cuando hablaba de su abuela y sintió que extrañaba a la suya en la noche la llamaría. 

 ─ ¿Por ella eres chef? 

 ─ No, tal vez, en parte. Para cambiar de tema el dijo 

― Este mausoleo es enorme.

 ― Es hermosa. Urian miro la casa y luego a Ana que estaba mojada llena de barro y con los ojos brillantes.

― Es hermosa, parece común hasta que la miras bien y es encantadora. 

 ― Tienes razón. Se quedaron callados hasta que Urian pregunto algo que le intrigaba. 

 ― ¿Qué relación tienes con el dueño del hotel? 

 ― ¿Cómo sabes de él? 

 ― Yo, pregunte primero ―dijo Urian entrando a la cocina de la casa. Era enorme con un toque antiguo pero muy cómoda. 

 ― Es mi padre ¿Cómo sabías que tenía algo con él? 

 ― Te vi hablar con él, también me amenazo si te hacía algo. 

 ― Que raro según mi padre no puedo formar parte de su vida. 

 ― Es un asno, no sabe lo que se pierde. Ana sonrió y estornudo. 

 ― Que estúpido, que soy entramos aquí para que entres en calor. Yo voy a buscar algo seco que podamos utilizar, tú haz lo mismo en la planta baja. 

 ― Sí, mi capitán. Ana entro a un gran salón que tenía una chimenea vieja y un piano lleno de polvo. Cuando lo vio se acordó del suyo con gran nostalgia. Lo que más extrañaba de Pumamarca era tocar. A punto de llorar toco unas de las teclas, luego como hipnotizada empezó a tocar la canción que tenía a medio acabar. Hasta que oyó a lo lejos la voz de Urian. 

 ― ¿Ana donde estas? Ana estornudo, estuvo a punto de alejarse del piano. 

 ― ¿Tocas? 

 Ana lo miro y parecía que hombre que estaba a su alrededor era muy diferente del gigante que le caía mal. Algo el rato que entraron en esa casa hizo que todo cambie. Tratando de ser sincera con él dijo. 

 ― Te acuerdas esa tarde en el parque cuando me decías que significa cocinar, lo mismo me pasa cuando toco el piano. Estaba tan molesta que te mentí. Espero que Urian le reclamara, pero él solo le dio una sonrisa, que hizo que le ella se derrita. 

 ― Vístete y aséate. ― Le dio unas sabanas viejas. Mientras lavo nuestras ropas. Encontré en la cocina una lavadora vieja luego calentaremos nuestras ropas en el horno. 

 ― Claro, ya voy. 

 ― Ana. 

 ― ¿Sí? 

 ― ¿Podrías tocar para mí? 

 Ana miro al suelo mientras le respondía muy colorada. 

 ― Nunca antes he tocado para nadie. Mi profesora Noelia me decía que me falta mucha técnica.  

― Lo veré cuando toques para mí. Ana no podía resistirse a esos ojos verdes. 

 ― Sssi, achuuuu. 

 Luego envuelta en una sabana se sentó en la banqueta junto al piano y toco las canciones que Noelia le enseño. Hubo muchas veces que se equivocó, más de lo acostumbrado porque sabía que él la miraba. Ana después de tocar unas 5 canciones, se volteó y dijo tímidamente. 

 ― Te lo advertí, no soy muy buena. Mejor me toco cuando compongo mis propias canciones. Urian se aproximó, a ella y estuvo a punto de rozarle la espalda. 

― A mí me gusto. ¿Por qué no me tocas una canción tuya? 

 ― Me da vergüenza.

 ― Hazlo, por favor. 

 Ana sonrió cuando le contesto. ― Con una condición . 

 ― ¿Cuál? 

 ― Anoche baile con todos menos contigo. 

 ― Lo sé, no me gusta bailar. 

─ Urian se alejó a la sombra, aun se sentía celoso Ana fue en su busca y le reto. 

 ― Gallina. 

 ― Toca, lo haré. Más nerviosa que de costumbre ni Noelia había oído sus canciones se dirigió nuevamente al piano y empezó tocar. 

 Nunca se sintió tan compenetrada con una canción. Estaba a punto de llorar, se volteo y vio que no era la única Urian también tenía los ojos llorosos. 

 ― Viste, no soy gran cosa. Él casi si voz le respondió. 

 ― Fue grandioso eres una tonta tocas como los Ángeles . 

 Ella se puso colorada y sonrió tontamente. Estuvieron en un silencio incomodo. 

 ― Parece que ya ha escampado, será mejor ver si la ropa esta seca para irnos. 

 ― Aún no, me debes un baile. 

 ― No hay música. 

 ― Yo me encargaré. 

 Él se le acerco la ayudo a levantar y la estrecho en sus brazos mientras ella silbaba. 

Al principio bailaban torpemente hasta que se quedaron mirando a los ojos. Urian no se pudo contener e hizo lo que había deseado toda la mañana. Tomo la barbilla de Ana y acerco sus labios contra los suyos en una caricia lenta.




viernes, 10 de febrero de 2012

El desierto de mi corazón. Capitulo 9

Aquí tienen un nuevo capitulo y les deseo un lindo fin de semana 
 Capitulo 9 
La casa en el lago 


 Tres días después. Ana bostezo mientras prendía la luz en su habitación, Harry estaba en su cama mirándola con reproche. Ella se sacó, los zapatos, y miro sus pies con dolor. Luego de abrazar y tapar con una frazada a su gato . Miro el reloj era las tres de la mañana. Dio un suspiro, no pensó que era tan tarde. Sonrió acordándose de la primera fiesta a la que asistió. A su abuela no le gustara que saliera de noche y con lo tímida que era nunca hasta entonces fue invitada a una celebración. Lo único que le daba pena era que fuera una fiesta de despedida; al otro día Herrick y sus amigos se iban de Bariloche.

A pesar de que tenía dos pies izquierdos se divirtió mucho y bailo toda la noche con Diego, Henrick y sus amigos. Lastima que Urian se portó tan tosco en toda la velada. La muchacha imaginó que el motivo era que su hermano volvía a Viedma, pensar en su jefe le produjo una extraña sensación en el estómago. 

 Había pasado tres días desde su discusión y las cosas habían mejorado un poco. Aún era grosero e impaciente, pero por lo menos no tenía que soportar a Alice y podía estar en una modesta pensión con Harry. Hasta sea había comunicado con su abuela. Si bien ella le presionaba para volver y estudiar para maestra. Le había enviado su ropa y algo de dinero. A pesar de esa muestra cariño ella decidió quedarse un tiempo. Era mejor mantenerse así misma y cuanto más alejada este de ella mejor, ya la conocía demasiado bien. 

 Se quitó el pantalón, de él cayeron unos pedazos de papel con unos números telefónicos. Dos eran de chicos del pueblo, tres de los amigos de Henrick y había uno con un corazón que era del propio Henrick. No pudo más que sentirse extrañada que tantos chicos se interesaran en ella . Siempre pasaba desapercibida. Lo que más le gusto esa noche es que Alice rabiaba de lo celos. Sin embargo, aunque se divirtió mucho, le hubiera gustado que Urian no estuviera tan gruñón esta noche y que fuera idea de él que se fueran a descansar. 

No tenía idea la razón de que estuviera tan furioso esa noche, ni le importaba . Harry ronco a su lado y decidió acabar de desvestirse e ir a la cama. 

 Urian estaba hecho una fiera, lo peor es que tenía celos. No entendía que le veía a Ana : era rellenita, exasperante. Apenas sabía bailar y la verdad la prefería cuando era tartamuda, ahora hablaba cada rato y siempre le impedía fumar. Hasta tuvo la osadía de hacer que coma ya que estaba acostumbrado a picar algo y no comer debidamente. Se tiró en la cama su hermano dormía ni bien llego y se acostó se durmió. Como lo envidiaba y no solo por eso. Se preguntó por millonésima vez ¿Cómo sería besar a Ana? ¿Podría percibir su aroma a manzana y canela? ¿Sería apasionada cuando la besara? Gruño ella era solo una niña, una monosabia con ínfulas de santa, a la que mejor era mantener lo más alejada de su mente y de su cama. 

Recién a las 6 pudo dormirse con la resolución de alejarse lo más rápido de la muchacha. Ana miro con pereza el reloj eran 7.50. Conociendo a Urian ya la estaría esperando abajo gruñendo por como se demoraba. Se estiró, y se arropó por unos minutos. Luego tomo a Harry para llevarlo al cuarto de doña Irene. Se sorprendió de no ver a Urian y lo espero por 15 minutos para llamarlo. Nadie le contesto, un poco preocupada fue al hotel donde se hospedaban, cuidando no encontrarse con su padre fue a su habitación. 

 Golpeo nadie le contestaba, segura de que no estaba se arrimó a la puerta pensado ¿Qué haría? ¿O donde estaría? Fue cuando oyó unos gemidos iba a marcharse cuando oyó su nombre. 

 ― Ana. Segura que la puerta estaba cerrada la abrió. En tocador estaba una nota de Henrick. Ni siquiera la tomo, iba a marcharse cuando oyó. 

 ― Ana, eres tan suave, tan dulce. 

 Ella se quedo petrificada. Urian nunca le hablaba de forma tierna y tan apasionada. Se acercó a él, era tan guapo dormido sin ese cejo fruncido. Su piel era bronceada y su boca era tan sexy. Toco su pecho fornido y velludo con un poco de curiosidad, era tan suave. Su piel era tan cálida y se le veía tan pacifico durmiendo. Ana suspiro con sus malos pensamientos le mandaba a ver debajo de las mantas. 

Y si se despertara, pero nunca había visto un hombre desnudo. ¿Cómo serían? Se acercó casi temblando, respiro fuertemente. Urian volvió a gemir. Ella saltó hacia atrás y casi se cae al suelo. ― Zapalla, con tanto ruido se va despertar. ― Volvió a pensar. 

 Tomo la cobija muy lentamente las manos le sudaban, el corazón le palpitaba a mil por hora.

 ― No, lo puedo hacer. 

 Ana soltó las frazadas. Urian no se movió revelando algo de sus piernas. Ella suspiró y volvió a pensar. 

 ― Tú puedes, tú puedes. Es ahora o nunca vas ver en que se diferencia de las mujeres

 Él gimió. Ana casi chillo y tuvo que morderse la lengua. 

 ― No puedo. ― Se dijo acobardada. 

 Soltó la cobija, no podía hacerlo, camino un paso hacia la puerta. Urian susurro. 

 ― Anaa 

 Ella se volteó y perdió el equilibrio cayendo encima de él. Ahora si lo había arruinado Urian se despertaría. Sin embargo, paso lo contrario, él le abrazo fuertemente, Ana se sintió acalorada a pesar de que temblaba Urian murmuraba algo que ella no entendió y le empezó a besarla el cuello.  

Dios que pare, pensó.― Él la siguió besando, cada vez más al sur. Era tan diferente de cualquier cosa que había sentido. Estaba mareada, tenía una sensación extraña en todo su cuerpo.  

Urian se detuvo, a respirar mientras Ana pensaba 

Mierda, que no pare.  Él aspiró su cabello y susurro. 

 ― Amo tu olor. 

 Ana pensó, en su misteriosa tocaya . Esa mujer tenía suerte, antes que pudiera articular otra idea Urian volvió a tocar la piel de ella con sus labios, la muchacha gimió. 

 Urian oyó el sonido era tan real. Debía dejar de soñar con esa chica, Aspiro un olor a manzanas y canela. 

Luego se dio cuenta de que sentía un peso extraño. Abrió los ojos temiendo encontrar a Alice en su cuarto como hace 2 dos días. Pero Ana estaba encima de él y lo miraba entre asustada y deseosa. Ella fue la primera en reaccionar se paró con si le hubieran dado un pinchazo. 

Urian estaba molesto y con una gran erección. 

 ―¿Qué haces aquí? ¿Qué hacías encima mió? 

 ― ¿Yooo? 

 ― Habla. Ana movía los ojos de un lado a otro y caminaba para atrás queriendo encontrar la puerta y correr hasta Jujuy o tal vez más lejos. 

 ― No te muevas Ana y contéstame. 

 Ana se quedó quieta Urian temía que llore. 

Ella respiro fuerte y dijo de corrido en voz muy baja que apenas pudo entender. 

 ― Me preocupaste y fui a vertee. Luego me tros tro tropecé . 

 Urian estaba seguro de que mentía, pero no tenía idea del motivo. 

― Te creo. Será, mejor que te marches. Ana aun veía al piso estaba muy asustada y excitada al mismo tiempo. 

 ― Márchate. 

 Ella salio de su ensoñación. ― ¿ Qué? 

 ― Qué te marches ¿o quieres verme desnudo? 

 Ana pensó, si supiera. Corrió a la puerta y luego fuera del hotel. Diez minutos más tarde Urian estaba junto a ella muy de mal humor fumando un cigarrillo y con el cabello mojado. 

 ― Hemos perdido casi toda la mañana. Será mejor que nos apresuremos. Hoy iremos a Nahuel Huapi. Ana asintió, en todo el camino apenas hablaron y la actitud de él fue más fría que nunca. Recorrieron todo el lago, Urian estaba insoportable ni el mismo se aguantaba y Ana decidió alejarse de él. Iba camino a esperar unos taxis cuando se perdió. Anduvo unos 5 ó 10 minutos mientras el celular que le regalo Urian sonaba como loco. Ella contestó. 

 ― ¿ Alo? 

 ― ¿Dónde estas? 

 ― Ni idea. 

 ― Piensa. 

 ― No me hables así, márchate si te la gana. 

Iba cerrar el teléfono cuando un gran perro empezó a ladrarle Ella corrió con miedo que la mordiera y el animal la perseguía. Urian se desesperó al oírla gritar y fue corriendo por donde oía unos ladridos. Ana había trepado como si fuera un gato en un árbol cerca del lago el perro cansado de ladrarle se largó. Urian se aproximó un poco muerto de risa. 

 ― ¿Quieres que te ayude? 

 Ana movió la cabeza e intento bajar pero sentía miedo y cuando lo iba hacer se tropezó pensó que caería. Mas unas manos fuertes la sujetaban 

 ― ¿Por qué eres tan necia? 

 ― No lo soy. 

 ― Será, mejor que nos marchemos antes que vuelva a llover o vuelva el perro. 

 ― Tienes razón ― Dijo Ana alejándose de él. 

 ― Es la primera vez que te oigo decir eso. 

 ― La vida te da sorpresas y los milagrosos existen. 

Luego de decir esas palabras empezó a caer una lluvia fuerte. Urian le agarro de las manos y la llevo corriendo a toda velocidad. 

 ― No es por aquí 

― Le grito Ana cuando dieron con un puente viejo cubierto por rosas. 

 ― Mierda, tienes razón. Empezó a caer truenos y la lluvia seguía cada vez peor Ana empezó a temblar a lo lejos vio una casa. 

 ― Ay una casa por ahí, tal vez podamos guarecernos.


lunes, 6 de febrero de 2012

Feliz Aniversario Iris

Estoy muy contenta por  que  mi  amiga  Iris cumple dos  años  de  aniversario de su blog y pronto  publicara otro libro. Felicidades Iris  te mando un beso y este pequeño regalo







El desierto de tu corazón. Capitulo 8

Ya sin jaqueca y con ánimos les deseo una buena semana y les mando un nuevo capitulo. 

 Capitulo 8

 El encanto de tu sonrisa 



 Ana aún se sentía mareada por el chocolate o era por la sonrisa de Urian. Sentía mariposas en el estómago, su corazón le latía como un tambor y su cuerpo se estremecía en zonas que le hacían ponerse sonrojada de solo pensarlo. Él le tomo de la barbilla sin dejar de sonreír, ella sentía que no podía respirar y que su toque le quemaba. ¿Desde cuándo el gigante tenía los ojos tan lindos? Esa maldita sonrisa , la hechizaba y hacía que su cuerpo imagine cosas. Ni si quiera se dio cuenta que le estaba hablando.

 ― ¿Estás bien? ¿Ana estas bien? 

 Ella miró a la calle para poder concentrarse y responder. 

 ― Si, solo tengo algo de frío. Él se quitó de nuevo su chamarra y se la dio. 

 ― No es necesario. Urian ayudo a acomodarse la prenda a Ana. 

 ― No quiero que te enfermes. 

 Ana asintió y se alejó de su contacto . 

Eso le puso un poco molesto, quería recuperar el momento cuando le dio el pedazo de chocolate. Así que le dijo. 

 ― Es mejor, que nos marchemos si quieres encontrar un lugar donde dormir hoy. 

 ― Gracias. ― Ana le sonrió, su miembro se le puso duro deseo y tuvo que aspirar el viento frío de la tarde, para poder controlarse y no besarla. 

 La muchacha sintió que él la podía derretir con su mirada y decidió caminar a prisa. Estaba tan distraída, que ni siquiera vio la calle y cruzo sin atención. Urian tuvo que correr para alcanzarla, llego justo a tiempo que un auto le atropelle. Le jalo y la llevo a sus brazos, por unos minutos se quedaron abrazados, hasta que oyeron la voz Henrick a lo lejos. 

 ― ¿Cómo están chicos? 

 Urian separo de Ana como si le quemara. 

 ― Bien, estamos buscando a Pablo. 

 ― ¿Por qué? 

 ― Ana quiere encontrar un lugar para quedarse, como él conoce la zona, tal vez, tenga una idea. 

― Así que ya no aguantas a Alice. No eres la única, Rosa le está teniendo alergia. Hoy casi se van a las manos. 

 ― Uy y ¿Por qué?  Urian gruño ― ¿Sabes donde esta Pablo? 

 ― Creo, que se fue con Rosa a ver a un amigo suyo tocar en el bar de Alejandro o algo así se llama. Espera le llamo al celular y podemos ir para allá. 

 Minutos más tarde, yendo al norte de la cuidad. Henrick miro con asombro como Urian ayudaba a bajar del taxi a Ana y luego tomaba su mano para cruzar la calle. Su hermano casi siempre era arisco, apenas toleraba el contacto con otra persona. Miro bien a Ana a aquella muchacha sencilla que parecía estar a punto de romperse y resistía hacerlo. Era una chica fuerte, tal vez ella ayudaría a Urian amar. Con ese pensamiento entro al bar. 

 Pablo estaba junto a Rosa y otro chico de cabello negro y muy alto. Se acercaron hacia ellos. Luego de saludarse muy cordialmente presentaron al muchacho flaco y alto que estaba junto a ellos. 

 ― Les presento a Diego Cavaliari .   El muchacho tomó la mano de Urian y Henrick sin dejar de sonreír, luego cuando se acercó a Ana La miro examinándola con sus grandes ojos negros, se acercó y le beso en la mejilla mientras le susurro al oído. 

― Encantado de conocerte, mariposita. 

 Urian gruño y saco un cigarrillo para no golpearlo. 

 ― ¿Desean algo? Pablo, miro su vaso y dijo 

― Por mí otra ronda de cervezas, Henrick y Rosa asintieron con una sonrisa 

 Urian pidió una coca-cola al igual que Ana. Minutos más tarde, llegaba Diego con las bebidas. Cuando llego el turno de Anna le dio una piña colada, pero sin alcohol . 

 ― Pensé que te agradaría más que esa bebida aburrida, ― Dijo mientras le sonreía . 

― No te preocupes no tiene alcohol y va por mí. 

 A Urian cada vez le caía más mal ese tipo. Ana le sonrió un poco embobada era la primera vez que un hombre le coqueteaba tan descaradamente, se sintió bonita y algo femenina. Cuando Diego iba a marcharse , la voz de su amigo le impidió. 

 ― Flaco, conoces una pensión modesta que permita gatos. 

 El muchacho, volvió a sonreír, para luego preguntar. 

 ― ¿Ana necesita un lugar para quedarse? 

 Pablo asintió. 

 ― Creo que podría ser en mi pensión a Doña Irene no le importa cuidar animales,ni niños pequeños. Si esperan a que termine mi turno los llevo . Una chica que vestía muy ceñido se le acerco y le susurro algo al oído. El joven le dio a ella su bandeja y dijo muy serio. 

 ― Esta canción va dedicada a la mariposita y a bella Rosa. Dos hermosas mujeres que me quitan el aliento y me inspiran a soñar. Disculpen  que  cante  italiano  pero es el idioma de mi corazón,   Rosa sonrió al igual que Ana las dos estaban sonrojadas y miraban al muchacho con simpatía. 

 Urian en cambio deseaba golpearlo, sin curiosidad pregunto 

 ― ¿Pensé que era mesero? 

 Pablo dejando su vaso en la mesa contesto. ― Él es músico, pero hace de todo para sobrevivir. Aquí le dejan cantar,  cuando lo hace llena el lugar. 

 El chico flaco, se puso en el piano y empezó a tocar. 



 Perdona pero te llamo amor - Sugarfree 

 Perdona pero te llamo amor, no sé decir nada más. 
Perdona si te he dado un nombre, sólo digo que eres tú. 
Rediseñas mi destino y coloreas el deseo en mis ojos. 
Yo ya no tengo frío ahora que he aprendido a llorar. 
Y no tengo miedo cuando siento que vuelvo a nacer. 
Yo vuelvo a meterme en juego ahora dejo correr mi corazón hacia ti.
 No es demasiado tarde, 
en el bolsillo ahora tengo la libertad, puedes sacarla cuando quieras. 
 Una vida por reescribir, en tu corazón que tiene mil páginas, 
hojearé poemas que hablan de nosotros, de un amor que no tiene edad. 
 Perdona pero te llamo amor y no puedo decir más, 
Perdona si no puedo tener los años que ahora tienes tú 
pero guardo ese instinto, para volar como una cometa en libertad. 
El amor no es convención, no se delimita, corre en nuestros corazones ahora. 
 Una vida por reescribir, en tu corazón que tiene mil páginas, 
hablaré de un amor que sobrepasa las distancias, 
no se para nunca, no se para nunca. 
 Tengo una vida por reescribir, en tu corazón que tiene mil páginas, 
hojearé poemas que hablan de nosotros, de un amor que no tiene edad. 
 Perdona pero te llamo amor. 
No sé decir nada más perdona si te he dado un nombre 
Ahora puedes darme un nombre tú también. 

 Ambas muchachas se sonrojaron Urian oyó como suspiraba Ana y miraba embelesaba al chico desabrido que tocaba. Luego de una hora y media se fueron Diego Ana y Urian una pequeña pensión. 
La dueña era una mujer asequible, que acepto a Harry en la pensión y además iba cuidar de él cuando ella estuviera en el trabajo. Luego de arreglar las cuentas Urian dejo a Ana instalarse en su nuevo hogar. 

Él estaba un poco celoso de verla reír junto a Diego, que sería su vecino en su nuevo hogar. Cuando iba a cruzar la calle para ir a su hotel. Oyó la voz de Ana 

 ― Uriannnnnnnnn Se volteo preocupado. 

 ― ¿Pasa algo? 

 ― Pensé que necesssitaras, esto. 

― Le dio la chamarra de cuero. 

 ― Estoy bien, no hace frío. 

 ― Mentiroso. Urian temblaba estaba tan cerca de ella que podía sumergirse en sus bellos ojos azules. Quería sentir el sabor de la boca jugosa de Ana, se acercó un poco más, sin importarle lo que fuera a suceder. Tomo la barbilla de Ana para poderla besar, fue cuando oyó la voz chillona del fideo con patas. 

 ― Anaa, ¿Dónde estas? Urian, se alejó de Ana que respondía. 

 ― Aquí Diego. El chico flaco se apareció a los pocos minutos. 

 ― Me estaba despidiendo de Urian. 

 Ana se acercó a Urian de nuevo se puso en puntillas y le beso en la mejilla 

 ― Gracias , por todo. Ten la chaqueta hace frío. ― Hazme caso. 

Urian se puso la chamara mientras Diego lo miraba con antipatía y el sentía el aroma a manzanas y canela  llenarle el alma.