Hola, ¿cómo les va? Me alegra que les haya gustado el capítulo anterior. Hoy veamos como sigue la pareja de Sebastián y Amelia. Para desilusión de algunos este fragmento me salio cortito y con algunas dudas que serán resueltas en capítulos posteriores.
Capítulo 19
Sebastián dormido junto a ella. Su celular seguía tocando como loco en el bolsillo de su jean que estaba en piso junto a su cama. Amelia no sabía cómo soltarse de los brazos de Sebastián sin despertarlo. Iba a su tercer intento, cuando oyó gemir a su pareja. Sebastián tenía una pesadilla. Ella se acercó y lo beso en la mejilla.
—¡Por favor, no me golpees! Yo...
—Sebastián.
Sebastián se movió agitado. Amelia volvió a llamarlo — Sebastián, despierta.
Él abrió los ojos , y le tomó un buen tiempo darse cuenta dónde estaba y con quien.
— ¿Qué pasó?
— Solo tuve una pesadilla.
—Sebastián quería levantarse y salir corriendo como siempre hacía para no dar explicaciones. Odiaba soñar con su niñez, cuando su padre lo castigaba. Tal vez había sido que Ana le recordó viejos traumas , que pensó echarlos al olvido. Como no podía irse y arruinar lo mejor que le había pasado. Sintió que Amelia le tocaba su mejilla y luego le daba un beso.
—Estás a salvo.
Sebastián pensó que era un idiota al querer huir. Ya no necesitaba correr en busca de un lugar seguro o de un hogar. Se dio cuenta de que en los brazos de esa pequeña y frágil mujer lo tenía todo.
— Lo sé.
Besó a Amelia con ternura dejando atrás sus pesadillas y miedos. Pero el deseo empezó a adueñarse de ambos. Sebastián pasó a besar a Amelia en el cuello.
—¿Qué hago para que se te pase la pesadilla? — preguntó Amelia mientras sus manos buscaban al miembro de Sebastián que estaba poniéndose erecto.
— Ya pensaremos en algo.
Después de 15 minutos , volvió a sonar el celular de Amelia. Sebastián de mala gana se paró para ir en su busca. Fue cuando ella observó su espalda llena de cicatrices.
—¿Qué te pasó en la espalda?
—Cosas del pasado
— ¿Quién te hizo eso?
— También tengo mis monstruos Amelia —dijo Sebastián entregándole el celular.
Amelia apagó su teléfono luego de ver que eran llamadas de Mario sobre la reunión del consejo estudiantil, dejó el artefacto en su velador.
— Ahora no estas solo Sebastián deja que borre tus malos recuerdos, tus pesadillas. Enfrentaremos a nuestros monstruos juntos.
—¿Pero?
— No hay pero que valga.
Sebastián se rindió ante Amelia y volvió a besarla en los labios. Refugiándose en su cuerpo y en su amor.
Horas más tarde.
Amelia volteó la carne que estaba en friendo en la sartén . Sebastián se estaba bañando había pasado toda la mañana amándose. Él faltó al trabajo y ella a la universidad. Ahora que ella estaba sola no podía dejar de pensar en las cicatrices que tenía en la espalda Sebastián. Cuando quiso hablar con él sobre eso le dio evasivas. Se dio cuenta de lo poco que conocía sobre la familia y el pasado de Sebastián. No le presentó a sus padres, ni a sus amigos, ni siquiera le había contado sobre su niñez. Nunca había puesto un pie en su apartamento o sobre taller de pintura. A veces, odiaba los silencios y la tristeza de Sebastián . En momentos como ese sentía que estaba ante alguien que ponía un muro para protegerse y ella no sabía cómo derribar las paredes que aprisionaban el corazón de su amado.
Sebastián salió del baño percibió el olor carne frita. Amelia le dijo que haría churrasco ( Plato que contiene carne frita, papas fritas, ensalada de lechuga, arroz y huevo frito) su comida favorita, sintió hambre y sonrió complacido. Se acercó a Amelia que estaba distraída y le dio un beso en el cuello mientras sus manos le acariciaban. Ella parecía algo pensativa, le dio miedo que se arrepienta de lo que paso, pero no sabía cómo abordar el tema. Así que lo hizo sin preámbulos.
—¿Qué pasa? ¿ Estás arrepentida de lo que pasó?
Amelia lo miró con extrañeza y negó con la cabeza mientras revisó de nuevo la carne.
— Fue mágico.
Sebastián respiró aliviado.
—¿Pero?
—A veces , creo que no sé nada de ti.
—Amelia, tú tienes la llave de mi corazón mi vida empezó cuando te conocí. Eres mi presente , mis sueños y por quién daría la vida.
Amelia lo beso pensando que algo ocultaba, pero el tiempo y el amor de ella harían lo que fuera para que Sebastián se abriera y derribara los muros que los alejaban.
Casi se quema la carne por estar besándose. Amelia la salvó por poco, ambos dejaron sus preocupaciones para cuando estuvieran solos, por el momento disfrutaron de la compañía mutua. Cuando casi el almuerzo estaba servido, alguien tocó el timbre. A Sebastián no le sorprendió que llegó el vecino de Amelia. Ramoncito entró a la casa con hambre y buen humor. Un rato más tarde Ana y Heli aparecieron.
Casi se quema la carne por estar besándose. Amelia la salvó por poco, ambos dejaron sus preocupaciones para cuando estuvieran solos, por el momento disfrutaron de la compañía mutua. Cuando casi el almuerzo estaba servido, alguien tocó el timbre. A Sebastián no le sorprendió que llegó el vecino de Amelia. Ramoncito entró a la casa con hambre y buen humor. Un rato más tarde Ana y Heli aparecieron.
Sebastián apenas recordaba comer en una mesa tan ruidosa, por lo general él almorzaba solo frente al televisor u oyendo música. Las comidas antes de fugarse eran en silencio y por lo general en un ambiente de tensión. Casi siempre se sintió solo como fuera de lugar, pero solo necesitaba ver el brillo en los ojos de Amelia para saber que con ella todo tenía sentido.
Luego de almuerzo y despedirse de todos se fue a su casa para cambiarse e irse a trabajo. Estaba de buen humor porque un amigo le dijo que podría vender un cuadro y sobre todo porque Amelia lo amaba , nada podría estropear su día. Fue a su pequeño apartamento estaba por subir a su piso cuando miró a su propio demonio esperarlo en la puerta de su edificio.
Espero que les haya gustado y les deseo un buen fin de semana
Hola preciosa!
ResponderBorrarTe dejo un saludito y desearte feliz fin de semana. Besotes
Hola, JP... Creo que las cicatrices en la espalda de Sebastián deben ser golpes de su "padre"... Y pongo padre entre comillas porque a alguien así no merece ese nombre
ResponderBorrarTambién pienso que las pesadillas de Sebastián deben obedecer a sus malas experiencias cuando era un niño
Poco a poco, estoy segura que Amelia con su amor irá derrumbando los muros... no existe arma más fuerte
Me ha encantado el capítulo... y te deseo un feliz finde
Besos
Es de suponer que Sebastián terminará por abrirse emocionalmente a Amelia, pero es comprensible que le cueste hacerlo, ya que su vida está cargada de malas experiencias con su padre y ciertas cosas duras, que se han llevado en silencio tanto tiempo es complicado verbalizarlas. Seguro que Amelia conseguirá llegar hasta su corazón también en este aspecto.
ResponderBorrarUn beso, pasa un buen fin de semana.
Que preciosidad de historia, felicidades Citu. Un besazo y sigue así, que seguiremos leyéndote, ya sabes que no puedo pasarme mucho, pero me acuerdo.
ResponderBorrarEscribes maravillosamente bien :D
ResponderBorrarUn beso.
Hola Citu! Otra semana que me muerdo las uñas para saber, que le va pasar al pobre Sebastían. Espero que el próximo capítulo lo aclare todo. Buen finde y mejor semana.
ResponderBorrarCuando las heridas cicatrizan siempre hay alguien que trae la llave para cerrarlas en el olvido.
ResponderBorrarBesotesssssssssssssss
Hola! Me encanta el capítulo!! Lo has dejado en el momento justo para coger con ganas el siguiente capítulo. Ayys que ganas de seguir, jejeje.
ResponderBorrarBesos!
Pobre Sebastián que aberración lo estará atormentando. Me encanta la ternura con la que Amelia lo apoya. Creo que no está listo para hablar con ella de sus secretos para no preocuparla, o quizá resolverlos. Que apetitoso almuerzo! Ya querría yo ser una invitada más entre todas esas amistades. =) Oh pero que chasco Encontrarse el demonio frente el edificio. Nos dejas en un inquietante suspenso. Romántico capitulo.
ResponderBorrarBesitos
Los personajes de tu novela,a veces son tan reales como la vida
ResponderBorrarUn fuerte abrazo
Sebastian debería de contarle sobre lo que lo atormenta a Amelia, ella misma le esta dando el apoyo para que se desahogue, pero todavía no quiere, ojala que pronto le diga algo, y que será lo que estaba en el apartamento de él, me dejo con una gran intriga, gracias por el capitulo!
ResponderBorrarHola Citu, buenas noches,
ResponderBorrarmuy lindo, muy lindo....
hoy tranqui =) aunque me has despertado la locura en el estomago, mas a ésta hora
espero sentir ese olorcito a carne frita por algún lado =)
Te deseo una gran noche
bonito domingo
un beso
Muy chulo. No me lo tomes a mal, pero lo mejor..... el par de huevos fritos, ja ja ja. Un abrazoooo.
ResponderBorrarEs una alegría para Sebastian haber encontrado a la dulce Amelia y que los dos hayan llegado a tener un amor sincero. Después de tener tantas penas en su vida.
ResponderBorrarSaludos.