Ilumina mi corazón. Capítulo 27 ( Primera parte)

Hola,  hoy les  traigo un  capítulo emocionante   espero que les  guste  Hoy   veremos  si  por fin  puede rescatar  a  Luke  y   a  Sebastián,  Zahra  y Amelia.

Capítulo 27 

Khalid  sintió un gran  dolor   en  la  cabeza.  Era  como  si  alguien   hubiera  clavado  cuchillo ardiente    en  su  sien  izquierda Niebla  aún ladraba aterrado  y  Sinclair  no paraba  de hablar .  Cerró los   ojos  y   observó imágenes  de  su  niñez   de las  cuales  no  recordaba para nada. Se  enfocó  en una  en particular   tenía  6  años    Aher   sonreía  lo   besaba  en  la mejilla   y  le  llamaba   — Isildur —.  Estaban  en    el  mundo  élfico en el  bosque   de la  luz.  Nunca  había  visto  Aher  tan  feliz  minutos  antes  él le   regaló una  tarí  de  luz  ( rosa  de luz).   Sin embargo, eso no  fue lo que lo impactó  sino  como  llamó   a  su jefa.  Abrió lo  ojos     asustado.  No entendió  qué era lo que le pasaba .  Se  frotó  la  cabeza y miró  a  Sinclair — ¿Decías  algo?

— Antes  te hable, pero no me hiciste caso. Ahora  estoy   más  ocupado esquivando  a  las sombras 

Sinclair  huyó nuevamente   a  las  sombras  y   casi   hace  vomitar   Khalid   cuando  giro    el  carro  violentamente         

— Puedes  conducir      mejor.

Sinclair  gruñó  como respuesta.  Pasaron  varios  minutos  sin que ninguno dijera  una palabra   solo   se  oían   los ladridos histéricos  de  Niebla. Momentos   más  tarde  llamó  Agatha.

Khalid  se  quedó  distraído    pensando  en  las  muchas  imágenes   que se  agolpaban  en su  cabeza.

— Khalid ,   deja  de  dormir.  Es  importante.

— ¿ Me llamabas?

— Si por  más  de  5   minutos. Cada  vez que  te necesito te quedas  dormido  como si fueras  la bella durmiente.  No esperes que te  despierte  de un beso.  Deja  de pensar  en las musarañas.  Agatha  me dijo  que   te  devolvió  tus  poderes.   

— ¿ Mis poderes?

—Parece  que   eres  mitad  elfo y  tus poderes  fueron sellados.

—  Al igual que  mi memoria  —susurro  Khalid.

— ¿ Dijiste  algo?

— No.

— Puedo  ver  a  Luke.  Creo  que  llegamos  muy tarde.

Khalid  miró     hacia  abajo  había  mirador    desnudo;  las  sombras  no lo  atacaron el  cuerpo  de  Luke  estaba    ahí inerte.

Khalid    supo  con  certeza  que  su  amigo  no  estaba muerto  aunque  faltaba  pocos  minutos  para que  lo  estará  definitivamente.

—No, pero debemos  actuar  rápido.

Sinclair apretó  el volante    con decisión su mejor  amigo  estaba  a punto  de  morir. Temía  que  fuera  una  trampa,   pero  no  importaba      lo que  tuviera  que pasar  para  salvar  a  Luke.

—Voy  a parquear   junto  al cuerpo  de  Luke  estate  preparado para  correr.  Creo que es  una  trampa.

— Lo sé.  Si   estacionas  en  el claro moriremos.

—Entonces, ¿cómo salvamos  a  Luke?

Khalid   cerró los  ojos  unos minutos  antes  de  responder  —. Confía  en  mí  sé  qué hacer.

Entre  los numerosos  recuerdos     de  su niñez  . Estaban las clases   de  magia  élfica  con  Nessa  y  Adremelech.  Pensó  que  cuando  viera a cualquiera  de ellos le pediría  explicaciones.

Indicó  a  Sinclair  que     pare  el  auto  por  encima  de  Luke.  Luego hizo un  conjuro para  subir   la  tierra  en la que  Luke  descansaba.  Con el mismo  hechizo removió la  espada  que   estaba  aniquilando a  su amigo.   Cuando  salió del pecho  de  Luke un ruido horrible   se  activó  las  sombras   los  rodearon .  Khalid  jaló   a  su  amigo  y  prácticamente  lo tiró  en auto mientras   Niebla babea  al   vampiro.

Khalid   reforzó el campo  de  fuerza,  al mismo tiempo que  gritaba  a Sinclair  —Sácanos  de  aquí.

Luke    algo mareado  y  furioso.  Miró   a sus   amigos .

—¿Por qué me  salvaron?

Sinclair     giró  violentamente   e  hizo  que   Luke  cayera  al suelo  del  carro.

—Eres  un malagradecido,  debería  tirarte  del  carro.

—  Es mi  carro,  Sinclair.  

—Dejen de  pelear,   debemos ir  por  Amelia  y  Zahra.

Están  para  allá —   Khalid  señaló  al  norte. — Puedo sentir  la  piedra  de  Zahra  aunque no la utilice.

Sinclair  volvió  a  girar  de  forma  repentina.  Luke   se  desmayó  por la pérdida  de  sangre.   Khalid  sin  muchas  ganas    se hizo  una  herida   en la muñeca  y le  dio  algo  de  su  sangre.  No  mucha  porque  necesitaba estar  fuerte  para  salvar  a  Zahra,  Amelia y  Sebastián.

Luke  bebió la  sangre  con ansias.  Odiaba  sentir  esa  necesidad  que le  carcomía  su  cuerpo.  Era lo peor  de    ser   vampiro,  no  quiso  pensar  en eso. Khalid  le dejo  de alimentar.

Luke  se  sintió más  fuerte,  pero  temía  que  tener   algún  veneno  en su herida . Así que para prevenir   debía limpiar la herida.

 —¿Tienes  algo de  alcohol?

—Solo  el  whisky  que   mi madre  te  regalo  en tu  cumpleaños.

Luke  suspiró  con  resignación dijo — Dame   la  botella.

— Eres  el colmo,  Luke. Beber en este  momento.

—  No  voy a  beber  es  para  mi herida   quiero  limpiarla  antes  cauterizarla.

Sinclair   casi  es  alcanzado  por las  sombras  mientras  resopló  — Eso,  es  peor . Desperdiciar licor  de esa manera  es  un crimen.

El  cambia formas  le  dio la  botella ,  pero antes  bebió  un poco.

—Por  lo  menos,  le  doy  mejor  uso.

Khalid  tomó   la  botella y  se la pasó  a  Luke.

—  Eres  peor que  tu madre,  Sinclair .  Te quejas  porque  sí y porque  no.

Luke  tomó la  botella la vertió  en la herida  luego  con  ayuda  de  Khalid y quemaron  la herida.

.

   Amelia  apenas  pudo  respirar.  Sintió    un  dolor en todo  el  cuerpo.   Sebastián  y ella huyeron  de las  sombras , pero  por  más   camino que   recorrieran  no  podían escapar  la  oscuridad  los  rodeaba  y  acechaba   a  lo lejos   oía  gritar  su nombre  al demonio  de  ojos   rojos.

Por  estar  distraída  se  tropezó  y  estuvo  a punto  de  ser  contaminada   por    las  sombras.  Sebastián    no  dejó  que le pase  nada la  levantó  y  le sonrió  para  tranquilizarla del  peligro  que  les   amenazaba.

Zahra  gritó —  no pierdan el  tiempo. Úvatar  viene  por  nosotros.  

Volvieron  a  correr  Zahra  estaba  desesperada  su arma  apenas  tenía  energía  y las  sombras le rodeaban.   No  sabía   si   sus  amigos   iba  a  buscarlos. Presionó  su piedra  y  rezó para que    Khalid  fuera en su ayuda.  Todo estaba  negro  apenas    vislumbraba algo .  Solo había un silencio    aterrador   que ponía más  nerviosa  a  la recolectora.    No podía  detenerse   y por  correr  sin  ver  casi  cayó  al vació  en  donde  unos   horribles ojos  rojos iluminaron    el  vació e impidieron  que  caiga.

— No deseo  que  te  infectes.  Querida,  Zahra,  tu  muerte  va a ser   en manos  de quien tanto  proteges.  Deseo  que sientas  mucho  dolor.

Amelia  que estaba  al lado de  Zahra   toco su hombro en señal  de  apoyo y  luego  gritó — ¿Por qué me  persigues?

Varios  rayos  rojos iluminaron el  ambiente.   Por lo que  Sebastián encontró  un árbol  sin  ser  infectado. Hizo subir  a  Amelia y  a  Zahra, ya que  se dio cuenta de que el piso estaba plagado    de   varias serpientes  y arañas  rojas.

Los truenos   retumbaban  haciendo  temblar  a  Amelia   que intentaba  subir  al árbol  con miedo que este  sea alcanzado por la tormenta    generada por  el demonio.

— Me  gusta tu miedo Amelia  me alimenta.  Te  voy  a responder lo que todos  te han ocultado.  Te  persigo  por  culpa  de la mujer  que  te ayuda. Empújala  al vació  y  te  dejaré libre. Podrás irte  con  el tonto  de  tu amante.

Zahra  tembló al mirar  a  Amelia.  Su  tataranieta solo tenía  que alargar la mano   No había nadie   que  les  condene. Zahra  cerró los ojos  esperando  lo peor.  No pasó  nada   los truenos     seguía  retumbando y uno rozó  el  árbol en el que estaban   trepadas.

— Prefiero la muerte   a  darte  gusto.  Ella   no me ha  hecho daño  tú  sí. Me  has perseguido,  aterrorizado  y    aburrido . Lárgate  cobarde,  que no puedes  matar  por  sí mismo.

Un  trueno  enorme   se  dirigió   a  Sebastián    a  punto  de  atravesarle el corazón. — Pagaras por  eso.  Verás  morir  a  tu amante.   

Sebastián   pensó que iba a morir  en  ese  instante,  cuando       desafiando  a  todo  pronóstico  un carro  rojo   llegó  al rescate. 

Espero que les  haya  gustado  este  fragmento les mando un beso y les deseo un genial  fin de semana.