Bienvenidos a mi blog. He creado este por que tengo un montón de historias en mi mente que me gustara compartir. Miles de mundos y personajes siempre me acompañan, decidí, que era hora de hacer que fueran conocidos. Quiero, que sean capaces de expresar y soñar junto a mi. Espero, que les guste mi casa y tendrán una voz aquí. Mi cariño y amistad también.

viernes, 7 de febrero de 2020

Lágrimas de Luna. Capítulo 40 ( Tercera Parte)

Hola  ¿cómo están?  Les  traigo un  nuevo  fragmento  de mi novela .  Esperó que  les  agrade. Contiene  escenas eróticas, si te incomoda o  eres menor  de edad ya estás advertido 

Capítulo  40



Heli  recostó su  cabeza  en el hombro de  Seirim. Ambos  tenían  que  aclarar muchas cosas.  Lo único de lo que  Heli estaba  segura  es que amaba a  Seirim  y que  iba a luchar  por siempre estar  a  su lado.  
Seirim acarició  el cabello   de  Heli   que  descansa  desnuda  a su lado. Ella se sentía un poco cohibida por su falta de ropa.  Aunque no  era la primera  vez que  Seirim  le vio desnuda  siempre le da algo  de pudor y miedo. Trato de disimular  sus  gorditos  e imperfecciones.  Sin  embargo, no pudo por lo menos estaban  a oscuras y   en silencio. Luego  de la pasión y  la alegría  de volver a estar  con  la persona que amaba  solo  quedaba  algo  de timidez  y   encontrar  el modo  de   superar los miedos. Heli trataba de conjurar una manta para cubrir su cuerpo; pero no podía hacerlo en el inframundo su magia  no funciona  igual. 
— ¿ Tienes  frío?
— Un  poco.
Heli esperó  que  Seirim le dé una manta, no   que encendiera una  chimenea que iluminaba  la habitación  que   era muy hermosa. Por  fin   reparó  en observar el lugar a  su antojo.  La  habitación contaba con una  cama  grande,    al fondo de  la  habitación un  balcón  enorme  por  el    que entraban  los rayos  de la luna.  
Heli nerviosa  se armó  de  valor — Me podrás  dar  una manta  .  No puedo conjurar  mi magia  aquí. 
Seirim miró  a  Heli  perdiéndose en sus  hermosos  ojos  azules.  — Me  gusta  ver  tu cuerpo,  Te  extrañe   tanto.  Anhele estar contigo  cada  segundo  .  Fue  por mis miedos  que estuve  a punto de perderte. Mi  tonta  inseguridad hizo que en lugar  de ser  sincero contigo  me aleje  de  ti.  
Heli se olvidó  que estaba  desnuda  y   que  quería  cubrir  su  estómago —. ¿ Por  qué dices eso?

Seirim decidió  ser sincero con  Heli y si antes desnudo su cuerpo  ahora le tocaba hacerlo con  su alma —.  Fueron mis  miedos  a que  te dieras cuenta de que  no soy un  gran partido. Soy híbrido (mitad  demonio mitad  elfo), tímido, no tengo  ambiciones políticas. Me gusta  la  vida  sencilla  y soy   algo celoso. Pensé  que  no deseabas   que nuestra  relación  se convierta en  algo más  serio.  En lugar   de   aceptar  y  agradecer  que estabas conmigo. Pensé que  a la primera oportunidad  que  tenías   me dejarías por  algo mejor. 
Heli  golpeó a  Seirim  en la  cabeza —. Eres  un tonto  te quiero, por quien eres  con  todos   tus defectos  y  virtudes.  Deseo seguir  contigo   para  cada  día  tener  un nuevo  comienzo juntos. Te  dije  que  fuéramos paso a paso,  pero cuando estoy  contigo vuelo y me  siento  libre  que  olvido  mis  temores. 
Seirim  beso  a  Heli   por  un momento  se perdió en su  sabor  y  en su deseo.  Pero luego  preguntó  —.  ¿  Por qué deseas la manta?
— Quise ocultar mis gorditos.  No soy  tan linda  como Lilith.  Por  más que  me esfuerce nunca   estaré  tan  flaca y  con el cuerpo perfecto. 
—  Yo  te deseo a ti, no a ella.  Quiero estar  contigo  hasta  el  fin de mis  días. Con tus  gorditos. Lilith   quedó en el pasado. 
Seirim  de  la nada  conjuro  cientos de  espejos.  


—Mírate,  Heli y utiliza  tu poder  anurin.  Siente  lo que yo siento. 
Heli negó con un gesto de la cabeza. Seirim la sujetaba por detrás, apretándose con fuerza contra ella. Apenas podía respirar por la intensidad del deseo que sentía por él. Con  su poder  anurin  podía  sentir claramente  los sentimientos  y pensamientos  de  Seirim. El amor y la admiración que percibía le daban una sensación era diferente a todo lo que jamás había vivido. No sabría cuánto rato sería capaz de estar sin tocarlo y demostrarle  el amor  que  ella sentía por  él. La idea de verse a sí misma era inquietante. Aún así, le picaba la curiosidad de que   deseaba  decirle  Seirim. 
—Preferiría no verme  ya  sé  cómo  luzco.  —dijo Heli, con la boca seca.
Seirim  dejó  que  todos sus sentimientos  afloren.  Sabía  que  Heli podía  sentirlos  a  flor  de  piel. Quería que ella experimentara las mismas sensaciones que él mirando su cuerpo.
—Mírate, Heli. No te temas a ti misma.
—Tengo miedo. Sea lo que sea, llevaré la imagen conmigo el resto de mi vida.
—Confía en mí. Confía en cómo te veo y  en lo que  siento por  ti.
Heli  suspiró  y  cerró los ojos para  poder  sentir    la conexión  con  Seirim. A pesar de sus reticencias, Heli alzó la cabeza y miró en el espejo. Una desconocida la observaba. Tenía el pelo suelto que le caía como en cascada, dorado y brillante. Sus ojos eran enormes azules  con  un poco  de  verde  que se entremezclaban según  su humor   . Tenía una boca grande y generosa, con una ligera curva en las comisuras. La piel era perfecta, incluso deslumbrante.  Su  cuerpo era voluptuoso de una mujer hermosa  y  plena.
Heli estiró una mano hacia el reflejo de aquella imagen. Luego se tocó la cara, maravillada. Un segundo más  tarde hizo una mueca y  se  sacó la lengua. Después, se tocó el pelo.
—Nadie es tan bella. Yo no soy así. No puedo ser yo.
—Así es como me pareces a mí —afirmó él, con voz suave junto a su oído.
Fundidos como estaban el uno en el otro, ella intuyó su excitación. La necesidad de verla así. Seirim se había excitado al pensar en ella desnuda frente al espejo. Había algo de embriagador en su capacidad de hacer que la deseara tanto. Ella se  sentía poderosa  por  llevarlo a él a las mismas alturas de su ardor.
—Tócate  los pezones. Mírate tal como yo te veo y  siente  cuanto  te  deseo. —Seirim era la tentación en persona. El dominio que la rodeaba con sus brazos. Ella lo veía en el espejo, su cabello plateado brillando a la luz del fuego, los rasgos duros y angulosos. La mirada que posó sobre su imagen en el espejo le quemaba. Ya  que  estaba marcada por el deseo,  el amor  y la esperanza en un nuevo  futuro.
Heli  tocó  su pezón  izquierdo  con  algo de  timidez.  No  importará  que  ya  hizo  el amor  con  Seirim algunas  veces.  Cada nuevo  encuentro  era  diferente  e intenso. Sintió que Seirim quedaba sin aliento. Era raro verse a sí misma y sentir todo  lo que pensaba su demonio por  medio de su poder  de  anuruin. 
Seirim estaba muy excitado. Ella lo sentía en la gruesa envergadura de su miembro presionando contra sus nalgas.
—Vuelve  a pellizcarte.
Ella lo hizo,  quería que él la deseara de esa manera. Quería verlo excitado, los rasgos tensos por la necesidad, y por una determinación implacable. Ante ese breve contacto, un relámpago estalló en sus venas. 
Seirim buscó las manos de Heli y las llevó al  pecho   de ella.  
—Siente cómo eres de suave. Siente lo mismo que yo cuando te toco. Ésta eres tú, Heli. Bella, perfecta, mía. —Ella se cogió los pechos en el cuenco de las manos mientras él las mantenía en su lugar con las suyas. Era lo más erótico que jamás había vivido. 
Sin dejar de mirar su reflejo en el espejo. Seirim comenzó lentamente a acariciarle los pechos. Con el pulgar frotó y excitó sus pezones hasta convertirlos en dos puntas de deseo desenfrenado. Heli fue incapaz de evitar el leve gemido que escapó de su boca. Seirim le frotó la mandíbula sin afeitar en el cuello.
—Ahora me dirás que no eres bella. Así es cómo te ven mis ojos. —Seirim le soltó las manos y exploró más abajo, hacia la cintura de ella.  Mientras Heli  mantuvo la mirada fija en el espejo.
Heli miró sus propias manos sobre los pechos, dándose placer.  Al mismo tiempo, observó  cómo Seirim le  acariciaba lentamente  el vientre.  Contempló, maravillada, las piernas, la curva de sus caderas. Parecía imposible que aquella mujer del espejo fuera ella aunque  lo era. Debía  aceptarse  y   sobre todo amarse tal como era.  Como  la quería  su amado demonio.
Seirim permanecía detrás de ella,  con las manos le recorría y acariciaba la curva de las nalgas. Cada una de sus caricias desataba olas de deseo que se apoderaban de ella hasta que se retorció de necesidad. Vio cómo sus manos subían hasta sus muslos, con los largos dedos aproximándose al pequeño triángulo. Apretó los músculos y le flaquearon las rodillas. Él le mordisqueó el hombre y subió hacia su cuello. Con la lengua, probó su pulso frenético, giró y se deslizó. Seirim  se  sintió  algo   cohibido  al  verse  en el espejo.  Heli   no  era  la única  que no  se aceptaba  tal como era.   Seirim intentaba mirarse a sí mismo con objetividad, ver su cuerpo como una mujer podría verlo y sentir placer. Sus músculos eran sutiles pero definidos. Tenía unos hombros anchos, las caderas estrechas. Su erección, gruesa y poderosa, ansiaba encontrar el camino hacia lo más hondo de Heli. Se produjo un breve silencio mientras él esperaba su respuesta. Cuando ésta llegó, no estaba preparada para la ola de excitación sexual, de calor ardiente que se apoderó de Heli, de su cuerpo y su mente. El placer de ver su cuerpo desnudo  reflejado en el espejo.
Seirim dio un paso al lado, cuidándose de mantener la mirada fija en el espejo. Sus dedos eran largos y manos   eran  algo  toscas manos  de un  cazador  de demonios. Él nunca había reparado en ellas, pero en contraste con la piel de Heli, ahora veía su forma y tamaño.
—Eres muy bello, Seirim. —Heli observó cómo levantaba el brazo y enredaba los dedos en su larga melena dorada—. Te  amo. 
Se movió a su alrededor, mirándose a sí mismo por encima de su hombro. Vio los músculos prietos de sus nalgas relajarse y contraerse, sintió el repentino ardor húmedo y el placer exacerbado de  Heli. Su mirada se detuvo en sus pechos.
Heli se inclinó, y cerró los ojos, pero no pudo bloquear la sensación extraña de mareo que se apoderó de ella. Se mezclaron las sombras y los contornos. Quiso protestar con una exclamación. Él le lamió un pezón. Una vez. Dos veces. Le cogió el pecho en la boca y lo chupó con pasión, estimulándole el pezón con la lengua. Heli  tomó la cabeza con ambas manos y volvió  a  ver  en el espejo asaltada  por  la  sensaciones que  Seirim le  provocaba en  ella.
Ahora los vio a los dos juntos.  Seirim alimentándose de su pecho. Devorándole todo el cuerpo, ansioso de ella y sin pedir disculpas. Sus manos le recorrieron todo el cuerpo, sus dedos totalmente abiertos para abarcar cada trozo de piel que encontraba. La rozaba con los labios, la acariciaba, y luego le cogió los pechos, las nalgas, y deslizó la mano sobre su vientre hasta dejar descansar los dedos en el lecho de rizos  dorados.
—No pares   —dijo ella, abriendo  las  piernas para  invitarlo.
Seirim se tomó su tiempo, derrochó atenciones sobre sus pechos, mientras a ella derramaba  su crema. Hasta que estuvo caliente y húmeda y no pudo dejar de mover las caderas impulsada por un intenso deseo. Cuando él dejó de besarle el pecho, ella murmuró una protesta, pero luego observó, fascinada, cuando su boca se desplazó, rozándole levemente el cuerpo hasta la cintura y, más abajo, hasta el ombligo. Se detuvo ahí unos momentos, lamiendo suavemente, recogiendo con la mano el calor que se derramaba de sus muslos.
—Apenas puedo respirar —dijo, ansiosa por poseerlo. No paraba de mover las manos, siguiendo el contorno de sus músculos bien definidos, queriendo prodigarle caricias mientras conservaba la imagen de los dos juntos para sus  recuerdos—. Me estoy consumiendo, Seirim.
Ahora lo vio cuando se arrodilló frente a ella y, sin prisas, le rodeó las caderas con los brazos y la atrajo hacía él. Su cerebro casi explotó con los olores y los gustos y las sensaciones que se dispararon a través de sus sentidos fusionados y sus mentes unidas. Oyó su propio breve grito cuando él penetró profundamente con la lengua en su interior.
Heli  cerró los puños para cogerle el cabello, y lo acercó a ella, empujó las caderas hacia él, mientras las lágrimas le bañaban el rostro. Aquella intimidad compartida multiplicó por diez su apetito sexual. Ahora sintió toda su enérgica plenitud, la presión que se acumulaba y amenaza con volarle a Seirim la tapa de los sesos. Eran dos mitades de la misma unidad. Sintió el hambre de Seirim. Su necesidad de convertirla en su compañera para  siempre y  también sintió  el mismo deseo. 
Ella intentó aferrase a aquel sentimiento, pero sintió que todo el cuerpo se le estremecía, un orgasmo salvaje y lujurioso que la transportó a otra dimensión. Seirim la tomó  en brazos y cruzó la habitación con ella hasta su cama. Heli apenas podía respirar, y sus músculos se convulsionaron cuando la penetró con fuerza.
La llenó por completo, hasta lo más hondo, sosteniéndola con fuerza por las caderas, sujetándola mientras empujaba, implacable, sin misericordia, pidiéndole que lo acogiera hasta el último centímetro. Piel con piel. Corazón con corazón. Seirim se apoderó de su cuerpo y le ofreció el suyo como si el poseído fuera él. Hambriento de ella, sin estar jamás saciado. 
Heli  no quería dejar   de sentir  la  fusión  de sus sentimientos y de sus cuerpos.  Él pareció  notar ese  deseo   que  compartían y  la abrazó  más  fuerte  mientras  seguía penetrándola  para  provocar  un nuevo  orgasmo.
—  Te  amo  Heli  Ericsson.  Para  mí   la  vida   era    simple solo me importaba ser  cazador e  impartir justicia. Y  tú  la  hiciste  complicada ,  me  diste    ilusiones , música,  risas   y  coraje  para  ser  el  hombre  que  mereces.
Heli  oyó  el  golpe de  una  batería.  Mientras  Seirim seguía penetrándola empezó  a cantarle  




Por qué  tú eres  hermosa 
porque  tus  cicatrices son  hermosas 
como el jade
Aun  brillaras cuando  te sumerjas  en el  mar
donde los  sangrantes  celos  escarlata 
esculpen tus  creencias. 
Heli  se aferró a él, se sujetó con fuerza cuando él penetró profundo. Quería tenerlo aún más hondo, ahí donde la presión se acumulaba y seguía hasta que ella empezó a arder, una tormenta de fuego que no podía controlar.
—Seirim. —Susurró su nombre cuando sus músculos se apretaron compulsivamente en torno a él. Cuando él se estremeció intentando prolongarlo. Una última sacudida los lanzó a ambos por el borde del precipicio.
Se aferraron el uno al otro, luchando por respirar, intentando calmar sus corazones galopantes. Seirim no se movió, y su cuerpo se fundió en ella. Permanecieron entrelazados, tal como estaban destinados y nada  ni  nadie los separaría ni las   batallas  venideras  con  Naur  y  Uvatar, ni  las  manipulaciones  de  Lilith.
Unas horas  después. Serim  supo  que su hermano   estuvo a punto de ser  asesinado  por  Lilith.  Chatel era muy poderoso  para  morir  de un  simple veneno.  Cuando  fue  a  ver   a su  hermano  y comprobar que este  bien.  Él  aún  estaba dormido por los efectos  del veneno gritaba  el nombre  de  su esposa y que haría  lo que  fuera  por  salvarla. Seirim  tocó a su hermano en  la  frente  para  calmarlo y  tuvo el presentimiento que   algún  día se enfrentarían los en una  batalla. 







14 comentarios:

Espe dijo...

*o* Otro capitulo tremendo.
Besos

Luján Fraix dijo...

Siempre adelante querida amiga. El placer de la escritura no se detiene y van años...
Un abrazo grande.

Evi Erlinda dijo...

A perfect romance!
You are very excellent to describe every moment!
A kiss

JOTA EttO ZasHell dijo...

uy ... uy uy uy : UY

¡¡ejem!!
[carraspera tengo, leches]
[y un calorr ...]
[tendrá puesta la calefacción, digo yo ¿?]


Lilith es una resbalosa || está claro || qué pena || qué cosa || ahora lo sé a ciencia cierta : que resbala y hace resbalar, la muy mocosa




...
la nueva pareja [nueva para mí] de Seirim parece mona [guapa, graciosa, timorata, introvertida] ... y muy como a mí me gustan ... ¡¡muy mucho!!, ya lo creo

pues que sepas que me has dado un giro a lo que estaba interpretando yo, o mejor dicho a lo que imaginaba|fantaseaba yo : ahora ya no veo al prota con la demonisa Lilith [todo el día cambiando de parecer y tocando las polainas al personal]

¡¡me gusta más Heli!!
para Seirim, digo

Heli tiene mucho de todo; de todo lo que a mi me mola; y es mu' tierna, a la par que cachonda ¿? || en todos los sentidos lo digo, no solo en 'lo mollar'; en lo 'pecaminoso' [ea, ya lo he dicho] también || y a mí eso me atrae más que la luz a los mosquitos

así que reactualizo 'la película' que me estaba montando yo solito y continuo de aquí pa'lante, ¿sí?

y es por eso que :
te ordeno un beso ... detrás de otro; con luz, con una habitación llena de espejos -incluido en el techo- con chicha y limoná, teniendo carne donde asirse y agarrar(se) pa' no caerse y empujar [sorry, se me ha escapado]
______

Merche dijo...

Ya se le pueden olvidar los complejos a Heli. Seirim la ve guapísima!!!! Si es que la belleza está en los ojos del que mira!!!!
Capítulazoooo!!!!

Besoteeeesssss!!!!!

Sunako Chan dijo...

Hola Citu! Espero que estés bien. ¡Uy, me muero de calor! Quién encendió el calefactor? Por fin, la parejita se dejan de tantos complejos y vuelven a quererse mucho. Me alegro tanto por Sei y Heli. Que detestable es Lilith como pudo dañar a Chatel aunque sé que sus intenciones no son claras no se lo merece. Bueno, ha sido un buen capítulo! Espero leerte en siete días. Un besote!

Sandra Figueroa dijo...

Me gusta esa desnudez de Seirim, es sincero y tierno al decirle que la ama con sus gorditos, y sensual, poderoso, fuerte, pasional...... Un capitulo de lo mas ardiente amiga, un capitulo que arde en llamas de deseos. Saludos amiga.

Mela dijo...

Hola, JP... Gracias por tu advertencia... después de leerla, he pasado a la lectura del capítulo
Seirim ha vuelto a sincerarse con Heli... y la quiere con defectos y virtudes... es que yo creo que, cuando amas a alguien, aceptas sus defectos con una sonrisa
Heli ve a una desconocida en el espejo... no es tan desconocida, es ella... es como la ve Seirim
Pues sí, creo que habrá un enfrentamiento entre Seirim y Chatel... si es que Chatel persiste en la mala idea de matar a Heli
Buen capítulo
Besos

JUAN FUENTES dijo...

Tus emociones literarias siempre se están en superación









Sheol 13 dijo...

La perfección se encuentra en todos esos perfectos defectos y la desinhibición es la clave para poder disfrutar de todo sin miedo. Un abrazo.

Kathy Leonia dijo...

so romantic post:)

Ignacio Alfonso dijo...

Un simple veneno no podía matar a Chatel. Imposible!
Bso

dear anies dijo...

what perfect romance! great job JP!

Mirian Cartagena dijo...

Me agrada mucho cuando publicas videos musicales, le brinda otra sensación, enriqueciendo a la lectura.
Saludos.