Hola, ¿Cómo están?
Les traigo un nuevo fragmento de mi novela. Uvatar está punto de huir para ir a Argentina, pero las cosas se complicarán. Espero que les guste.
Capítulo 12
Khalid se había quedado en la retaguardia cuidando que los civiles no fueran heridos. Se encontraba preocupado por su hermano y sus amigos pero sobre todo por Gilraen. Ella fue convocada, pero no apareció.
Desde la muerte del padre de Gilraen no la había visto . Le escribió y le llamó, pero apenas pudo hablar con ella. Su corazón tenía miedo de que algo le había pasado a Gilraen.
Su relación con ella era complicada al principio a pesar de su atracción por ella no deseaba saber nada de ella ya que estaba enamorado de otra persona. Solo después de un tiempo de tratar a Gilraen se dio cuenta de que de la persona que estaba enamorado era ella.
También descubrió que ellos tenían un pasado anterior . Antes de que se convirtiera en parca. No era el momento para pensar en ello. Úvatar estaba a punto de huir. Era el momento de entrar en acción. Hubiera querido no hacer ese hechizo solo. Ya que era muy arriesgado.
Esperaba hacerlo junto con Gilraen con la que practicó ese hechizo cuando se encontraban en la montaña siniestra. Pero ella no llegó. Respiro hondo intentando concentrarse en todo lo que los Yetis le ensañaron hace miles de años.
Recitó el hechizo en voz baja haciendo que cualquier portal mágico se cierre de inmediato. Úvatar fue expulsado del portal como alguien que escupe un chicle.
El demonio elfo estaba furioso por no poder huir. No se sorprendió de su hijo. El borracho volviera a fastidiarlo. No tenía tiempo que perder y desperdicio mucha de su fuerza y poder en la batalla con su nieto.
Aunque no esperaba que ese inútil supiera un hechizo tan complicado y que lo hiciera solo. Era algo loable, aunque absurdo. No lo detendría más que unos minutos.
De nada le serviría lamentarse. Lo mejor era tomar la sangre de su tonto hijo y salir para ver la desgracia que Azidahaka estaba haciendo. Cuando llegará mataría Azidahaka ya no le servía para nada.
— Piensas que podrás atraparme. Hijo mío, eres más tonto de lo que creía.
Khalid hizo una mueca. Al oír que era hijo de Úvatar. Odiaba a su padre y todo el mal que ha hecho. No desperdició palabras vanas en contestar a Úvatar. Toda su concentración y fuerza estaban en impedir que su enemigo escape.
A Úvatar no le gusto que no le conteste además, tenía que alguien ayude a Khalid y vuelva a ser apresado. Con su poder creó unas criaturas parecidas a una mezcla entre vampiros e inyecciones gigantes para tomar la sangre de Khalid .
Por lo menos de esa forma sus planes se concretarán más rápido y obtendría un poco de la sangre de sus hijos para hacer su hechizo final el que le permitiría dominar el mundo.
Las extrañas criaturas lanzaban unas cuchillas que atacaban a Khalid que tuvo que refugiarse detrás unas macetas de geranios. A pesar de la pérdida de sangre.
Úvatar seguía atrapado en medio del portal sin poder escapar. Pero esto no seguiría por mucho tiempo, su energía se estaba agotando. Úvatar sonrió pronto raptaría al torpe de Khalid. No tendría a Luke, pero casi era lo mismo.
Hizo que las criaturas rodeen a Khalid que estaba escondido detrás de una gran maceta que daba a una plaza en el lugar que se hallaba era un colegio que por suerte sus hombres ya habían evacuado.
Khalid pensó que iba a ser atrapado, pero cuando las criaturas iban a atacar el fuego de un pequeño dragón los alejó. Gilraen volando con un dragón violeta llegó por fin a su rescate.
Khalid sonrió y como siempre que estaba en presencia de la dragona su estómago saltó y su deseo flotó en el ambiente. Lo mejor era que ella estaba a su lado. Verla le dio ánimo para pelear contra su padre.
Gilraen se encontraba furiosa. Desde la muerte de su padre se convirtió en prisionera del nuevo rey. El consejo dragón nombró a Keindrey al que ella apenas conocía y solo había leído sus libros. A pesar de ello le tenía una gran admiración.
Conocerlo le dio una gran decepción. La forma fría en la que se comportó el nuevo rey que ni siquiera quiso hablarle y le encerró en la torre dragón sin un juicio. Lo peor fue conocer que antes de que a ella le diera el coma hace unos milenios Keindrey fue su maestro y ella era muy apegada a él.
Por suerte a pesar de estar en la torre dragón aún tuvo forma de comunicarse con Khalid y el resto de sus amigos. Saber que el recolector de almas se hallaba en peligro hizo que ella fuera en su ayuda a pesar de que se metería en problemas.
Lo más probable es que no volvería. Ver a Úvatar le dio náuseas. No dejaría que nada le pasara su amigo. Aunque Khalid era eso y más su relación era tan confusa.
Se transformó en una mujer bajita de cabellos violetas y piel blanca como la porcelana. Quiso golpear a su amigo por hacer ese hechizo solo . Los dos lo habían practicado en secreto para atrapar a Úvatar este era el momento.
Volvió a transformarse en dragón y lanzó a un rayo multicolor al mismo tiempo que Khalid creaba un campo de fuerza. Úvatar se puso nervioso al ver ese hechizo debía escapar, pero no podía hacerlo.
Era su fin, otra vez iba a quedar prisionero.
Les deseo un genial mes y un buen fin de semana.