Bienvenidos a mi blog. He creado este por que tengo un montón de historias en mi mente que me gustara compartir. Miles de mundos y personajes siempre me acompañan, decidí, que era hora de hacer que fueran conocidos. Quiero, que sean capaces de expresar y soñar junto a mi. Espero, que les guste mi casa y tendrán una voz aquí. Mi cariño y amistad también.

viernes, 5 de febrero de 2010

capitulo 3




Diana Arauz

El encuentro.

La gente corría por la plaza huyendo del viento cada vez más fuerte. Arik sintió un dolor en su espalda quería moverse pero al oír unos pasos espero, luego vio una botas blancas que le golpearon el estomago.

-Ustedes quiero que recojan a esa basura y lo mande a mi laboratorio.

Arik sintió como una manos lo cargaban y lo llevaban a la parte trasera da una carreta que se movía sola. Mientras oía a los dos hombres hablar.

-Muévete idiota que el viento se nos viene encima.

- Espérame ya voy.- El tipo estaba muy pesado para ser un simple esclavo.

Arik a pesar de su gran dolor sabía, que si no se movía moriría en un laboratorio o volvería a ser sacrificado. Respiro fuertemente para darse valor. Se voto a suelo, el viento hería su cuerpo, pero se seguía arrastrando hasta que entro en un callejón lleno de basura. Pensando que iba morir, sin fuerzas se desmayo encima de unos desperdicios.

***********

Diana y tía llegaron llenas de tierra.

Su tía con disgusto abrió la llave del agua del baño. La muchacha la vio acusadora, debían ahorrar agua.

Intuyendo su disgusto, la mujer miro a su sobrina con displicencia y dijo.

-Tengo que limpiarme y con un trapo no sale nada, además debo ir al té de las dama de la orden no querrás que vaya cubierta de arena. Apúrate niña haz la comida y por favor que no sea pollo otra vez.

Diana resoplo de disgusto pero no dijo nada. Fue a su habitación se sacudió la ropa y empezó a limpiarse con un trapo. Su tía tenía razón, fue al baño, se ducho. Luego se cambio a su ropa habitual, una camiseta azul y un pantalón del mismo color. Sabía que a su tía no le gustaría, pero no le importo. Si no le hubiera hecho caso, no habría sido testigo de su muerte.

Se sentía tan vacía y triste. Odiaba a la orden blanca con todas sus fuerzas y al mismo tiempo quería pertenecer a ellos. Confundida y llena de culpa, se sentó fatigada en su cama y empezó a llorar.

Agradeció a la diosa que su tía no se diera cuenta que apenas hablaba o que hubiera llorado. Mientras comía, o más bien jugaba con la lechuga, una voz mágica de una bola de cristal narraba las noticias del día.

Su tía estaba pendiente de cada palabra que elogiaba a Lord Daruis. Diana con desden observaba la imagen sin ganas. Contando los minutos que partiría al té con sus amigas y la dejaría Cuando empezó a tomar jugo de naranja. Escucho la noticia y soltó el vaso que cayó al suelo rompiéndose.

-Se pide precaución el esclavo que fue herido por Lord Daruis sigue vivo y a escapado se considera que pertenece a la orden negra y es sumamente peligroso.

Diana sonrió, sin importarle el regaño tía por el vaso. Y la insistencia que revisara que estaban puertas y ventanas cerradas.

Ni bien se fue Diana espero uno minutos para salir, se sentía tan mal presa entre esas cuatro paredes blancas.Quería ir a las montañas a su lugar secreto. Era una cueva en las afueras de la cuidad. En donde ella se refugiaba para leer libros prohibidos por la orden. Y se encontraban todos sus tesoros era más su hogar que la casa en la que estaba viviendo.

Salió corriendo por el camino largo. Aún había soldados buscando al esclavo y no quería toparse con ellos. Aunque vestida de forma sencilla para no llamar la atención.

Llego a la cueva. Entro en ella camino por un riachuelo casi seco. Mojo sus dedos y anduvo hasta llegar a su rincón predilecto. Escalo por una grieta que daba a la superficie, hasta llegar al bosque que a pesar de la sequía aun estaba cubierto de flores. Miro a las fresias, violetas y jazmines y en la soledad agradeció a la diosa por haber salvado al esclavo de los ojos verdes.

Cuando se dio cuenta tenía poco tiempo para regresar a casa. Su tía en cualquier momento dejaría a sus amigas. Fue corriendo. Tenía que irse por la ruta corta lo que significa ir por los alrededores de la plaza de la luz, como le repugnaba ese lugar lleno de soldados.

Corriendo como loca tropezó en medio de la calle había un callejón oscuro lleno de basura. Oyó un gemido, pensó que sería un gatito herido. Se acerco no podía creer lo que vio. Era un hombre desnudo, su esclavo. Estaba tirado inconsciente en medio de papeles y otras cosas asquerosas. Se acerco para ver si estaba vivo. Tenía un poco de fiebre pero aun latía su corazón.

Unos pasos la asuntaron. Vio aun un hombre vestido de blanco que se le acerco.

- Está bien.

-Si señor solo me tropecé y pesen que perdí algo.

- Es mejor que se marche aun buscamos al insurrecto.

Arik no lo podía creer ella estaba junto a él. Esperaba que en cualquier momento lo denunciara y volvería a ser apresado.

Pero no ocurrió, ella se marcho y el hombre también. Él se quedo solo en medio de la noche, esperando la muerte.

…………………..

Diana no lo podía creer estaba vivo. Abrió la puerta con alegría y resoplando por haber tenido que correr. aliviada al ver que su tía aun no llegaba encendió las luces, tomo un vaso de jugo cuando arribo esta quejándose de dolor de cabeza. no dijo nada.

Diana fue a la cocina y empezó a hacer la cena. Comieron como de costumbre aunque estaba nerviosa. Saldría esta noche no sabía en que momento lo decidió, pero tenía que ayudarlo.

Su tía se demoraba entre ponerse a rezar y oír los sucesos del a través de la bola de cristal ya eran las 10 de la noche. Diana temblaba de impaciencia. Solo podía pensar si lo atraparon, si estaba muerto por el frío. Pero tenia que estar en casa esperando sin decir nada mirando impaciente como el tiempo transcurría lentamente.

Cuando su tía por fin se fue a dormir eran las diez y media de la noche.

Espero unos segundos. Abrió la puerta y se dirigió al callejón. Él estaba temblando gimiendo. Lo toco. No sabía que hacer para que despertara así que lo cacheteo.

Arik despertó incrédulo. Ella estaba ahí, volvió por él.


-No puedo cargarte eres muy pesado. Debes ayudarme e intentar caminar.

-Regresaste.

-Si vieras. Ayúdame tenemos que irnos. No quiero que nos descubran. Le decía mientras le tendía su mano.

-¿Por que me ayudas?

-No es el momento.

-¿Por que? Dijo sin levantarse.

-Por que odio el blanco.

Él se río.

Ella se quedo viéndolo soñadora. Hasta que Arik se levanto.

Caminaron lenta, y trabajosamente hasta su lugar secreto.

2 comentarios:

Sammet dijo...

Wooooooooooooooow!!!

Me gusta (aquí debería de ir un monito aplaudiendo o brincando de alegría)

Que bueno que haya regresado para ayudarlo, Diana ya me cae muy bien sólo por tener ese corazón tan noble...

Mi Arik, pobrecito, sufriendo ahí tirado en medio de la calle, desnudo y con fiebre, sufrí con él!

Me encantó esa parte del "Por que odio el blanco" jajaja fue muy chistoso, me hizo reír a mí también..

siria dijo...

Me encanta Arik...que bello es....me gusto la parte en que Diana dice "Porque odio el blanco"....xD...seguire leyendo...Besitos, Siria.