Bienvenidos a mi blog. He creado este por que tengo un montón de historias en mi mente que me gustara compartir. Miles de mundos y personajes siempre me acompañan, decidí, que era hora de hacer que fueran conocidos. Quiero, que sean capaces de expresar y soñar junto a mi. Espero, que les guste mi casa y tendrán una voz aquí. Mi cariño y amistad también.

jueves, 4 de marzo de 2010

Capitulo 32



El rescate

Gregory estaba sentado con lo hombres más importantes de Sivcar. En un desayuno de trabajo. Odiaba estar tratando de complacer a hombres tan superficiales y ambiciosos.

Lord Castro era él peor de todos. Uno de los líderes del consejo Blanco. Un tipo idiota y súper ambicioso, que jugaba ambos bandos viendo a quien le sacaba la mejor tajada.

-Su alteza, no debería estar aquí Lord Darius. Me gustaría oír su punto de vista.

-Gracias por pensar en mí. Raúl. Dijo entrando Lord Darius con cara de satisfacción

-Lord Darius que placer verte. Siéntate.

-Me lo imagino. Gracias.

Fue cuando Gregory oyó un grito de Ariel y sintió un escozor en su corazón. Que solo lo sentía cuando ella estaba en peligro.

Tratando de comportarse fríamente y nos mostrar el miedo que se cernía en su interior sonrió.

-Señores algo urgente me llama. Tengo que irme.

Vio la cara de alegría Darius, y salió a pesar de lo importante que era reunión para sus planes. Salio lo mas rápido posible y se dirigió al cuartel de la orden negra.

Furioso con Ariel por desobedecerle. Mataría a Arik por permitirle ir. Entró en el cuartel y fue directamente al cuarto de Ariel apara encontrar Arik durmiendo en un sofá susurrando el nombre -Diana.

Con los ojos en blanco y hecho un furia grito –Garnier.

Al tercer grito. Entro un medio dormido Garnier.

-¿Por qué me llamas? Acabo de llegar a dormir después de estar vigilando a tu her…

Al verla cara de Gregory dejo de hablar.

-Ariel esta en peligro. El mismo monstruo de la otra vez. Necesito que transportes mágicamente a Yasumir, busca a Otto y a Magda. Trae todas las orquídeas azules y hasta rosas azules tiene algo de efecto.

-Hay una mujer que las cultiva. Yo la conozco la convenceré que me venda todo su jardín.

-Hazlo no tenemos mucho tiempo.

-Luego anda a estas coordenadas.

Le dijo mientras caminaban a su habitación y se empezaba a quitar un fino traje azul de seda por uno de cuero que marcaba todo su cuerpo.

Garnier miraba las coordenadas.

-Esta lejos. ¿Cuanto tiempo puedo demorarme?

- Una hora y cuando estés posición me avisas. Para bombardear la cueva con goz.

- Estas seguro. Es peligroso.

-Tienes mejor plan. No tengo tiempo para quejas.

-Como si alguna vez te importaran.

Gregory no le respondió. Y se fue a busca un deslizador.

Ariel despertó pero una capa babosa le cubría los ojos. De la misma forma como que la anterior vez. Su madre como el monstruo decía que tenía una visión superior a cualquier otro hechicero.

Pero esa visión no le mostró al asesino de sus padres. Ni le ayudo a vencer a su captor.

Se movió y toco su corazón llamando a Gregory. Tratándose de dar valor y pensar una forma de escapar. Antes que el kut absorbiera su sangre y magia. Cuando estuviera tan débil que no pudiera pensar y solo deseara morir.

Lo único de lo que estaba segura, es que no morirá así. Era lo único que le pedía a la Diosa.

Estudio en el ambiente o para decirlo mejor lo oyó todo estaba en silencio. Nadie hablaba. Eso quería decir que esa cosa estaba ahí todavía. Alimentándose de alguna víctima.

Sintió deslizándose algo baboso por sus brazos. Mientras una voz le decía.

-Como extrañe tu poder. Me hacia tanta falta el sabor de tu sangre mi amada Ariel.

Unos dientes succionaron su cuello. Apretándola casi sin dejarla sin reparación. Unos minutos más tarde sintió que algo le chupaba el cuello al mismo tiempo las muñecas y alguna parte de los mulos.

-Ah

-Como gozo cuando gritan así. Lastima que pronto te quedaras sin voz mi amada Ariel.

Mientras tomaba su sangre y magia. Ariel sentía que tomaba también su alma dejándola sin vida, sin recuerdos, ni deseos en un abismo negro que cubría su corazón y mente.

Gregory casi se mata de lo rápido iba. El deslizador iba a su máxima potencia.

Cuando llego a la cueva todo parecía demasiado tranquilo, no había señales mágicas.

Buscando a los hombres de Arik fue sigiloso. Una piedra lo golpeo. Se dirigió a su izquierda y encontró a un Razvan herido.

-Y los otros. Pregunto en voz baja.

Susurrando Razvan - Señor discúlpeme no podemos comunicarnos por medio de la magia. Señalando con la mano le indico dos punto uno a la derecha y otra al fondo.

- Gunar y Hazis están allá. Hemos querido liberar a la señora pero ay un campo de fuerza muy fuerte ninguna arma o magia lo puede penetrar.

Y hay una cosa que cada vez que hacemos movimientos bruscos nos hiere.

Era igual que la otra vez.

-Es mejor que dejen la cueva. Indícales. Garnier llegara en cualquier momento. Espéralo y avísame cuando lo haga.

-Si señor.

Gregory se deslizo sin tocar los innumerables cadáveres del piso. Sin tocar los tentáculos ocultos de la bestia que estaban esparcidos en todo el lugar.

Garnier entro en la cueva. Mando a Gregory una pequeña descarga eléctrica, para alertarlo de su presencia.

El lo miro y se acerco.

- Llegue amigo. Con Otto, un cargamento de flores y un regalo especial la chica de la que te hable.

-Al grano. Hizo algo muy volátil una bomba con las flores.


-Perfecto dijo Gregory.

-Sal y la lanzas.

-Estas, loco podrías morir.

- Hazlo necesito una distracción para penetrar el campo de fuerza.

-¿Y como saldrás?

-Déjamelo a mí.

Gregory oyó la bomba. Las paredes de la cueva empezaron caer. Un grito de animal se oyó y el campo de fuerza cedió lo gusto para que él entraran en busca de Ariel.

Vio que el animal que cargaba en sus tentáculos los cuerpos el cuerpo de tres mujeres entre ellas Ariel. Convirtiendo a su báculo en espada corto el tentáculo que la apresara.

La dejo en sobre la roca, iba a libera a los otras dos. Pero el kut ya lo esperaba y le lanzo veneno. Que ágilmente esquivo pero había un nuevo campo de fuerza que le impedía salvar a las otras dos.

Mientras se iba dentro de la tierra. Les dijo.

-Volveré Ariel y tomare tu sangre. Gregory te matare hace mucho que lo deseo.

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