Capitulo 3

Andrei
Recuerdos y preocupaciones.

Ivanek, llego a su celda su hermana lo esperaba con sus seguidores, pronto planearían la revuelta contra Ballakar y Ambrocius, mientras tanto debían ser pacientes.

Hablaron con los líderes e hicieron planes, aun recordaba la humillación que le hizo pasar Ballakar en la reunión Stonehenge, que convoco su amigo Andrei por la aparición Ambrocius. No le dolió los latigazos, ni siquiera las cadenas, pero ver en los ojos de su amigo lastima le rompió el corazón.

Se prometió que lo haría pagar, que con sus propias manos asesinaría a su tirano hermano.
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Andrei, sentía un espada que le atravesaba el corazón, cada vez que se acordaba de la reunión. Ver a su mejor amigo humillado y no poder matar a Ballakar lo estaba carcomiendo, por que le hizo esa estúpida promesa a Ivanek y a Ballar.

Tal vez el viejo se había equivocado. Chiflo, Ballar podía ser insensible, mujeriego, pero era sabio y nunca hubiera hecho pasar todo ese dolor a sus hijos, sin una razón. Por que a pesar de todo, siempre supo que Ballar lo quería, estuvo con él, en las peores situaciones, fue el que le enseño a pelear y amar.

Aun recordaba la primera vez que lo vio, tenía 7 años y estaba a punto de morir, en esa maldita isla lo donde le torturaban día y noche. Nunca supo que hizo, para que lo manden a ese espantoso lugar. Sin embargo si supo quien lo libero, Ballar tuvo una gran pelea con alguien por sacarlo de ahí, pero por más que pregunto no se entero de quien y la razón de que querían su muerte.

El demonio fue quien estuvo con él, día y noche hasta que se pudiera sanar. Fue quien le dio un hogar educación y comida. Miro la caja, que Ballar le había dado. Sabía que era valiosa e importante. ¿Que secreto, guardaba y que relación tenía que ver con su origen?

Una voz familiar y molesta le saco de sus pensamientos.

-Siempre que tienes problemas vienes aquí, en lugar de buscarme a mí. Te dije que te ayudaría.

-No lo creo. Aun recuerdo lo que ocurrió la única vez, que le pedí ayuda, señora. No confío en usted. Prefiero morir a pedirle algo, por que el resultado será el mismo.

-Mide tus palabras.

La señora de la muerte grito mientras le lanzaba un rayo casi mortal.

Un rayo fuerte golpeo a Andrei en todo su cuerpo apenas podía respirar, sentía como su piel ardía, aún así no suplico perdón por su palabras, mas bien dijo.

-Termino o en realidad desea matarme, así usted podrá ocuparse de Ambrocius sola.

-Maldito seas, Andrei. Dejare por el momento que tú, te ocupes de la situación pero si fallas, Ambrocius no será el único de tus problemas.

Cuando la señora de la muerte, se fue y Andrei pudo respirar. Se sintió tan solo y desvalido que estaba a punto de rendirse fue cuando una mano le toco el hombro. Yanus y Yury estaban a su lado.

Lo miraron ofreciéndole confianza, sin decir una palabra. Andrei sabía que ellos morirán por él. Yanus y Yury solo le sonrieron y juntos se fueron a pelear.

*****

Antón miraba un anillo el que iba ser de Helene, tantos años y no podía olvidarse de esa mujer verla lo afecto más que cualquier otra cosa.

Una estaca casi le dio en el hombro.

-Peluchin ya te falla, la puntería

-Si hubiera querido matarte, lo haría florecita. Deja en paz a mi hermana o lo haré.

-Yo hago lo que me venga en gana.

Contesto Antón mientras golpeaba fuertemente a Michael.

Pelearon hasta que se ninguno de los dos pudieran pararse.

-Estamos en tregua, dijo Michael tocándose la boca que le sangraba.

-Por el momento peluchin, lagarte mientras tengas fuerzas. No quiero que queden pulgas.

Michael gruño en respuesta.

Cuando el lobo se fue. Mando un mensaje a su maestro Maximus tal vez en algún momento necesitarían su ayuda. Ambrocius no sería fácil de vencer.

Michael si ganas y aun sangrando fue ver a Ian Scout, que estaba como siempre leyendo se quito las gafas y lo miro. Michael sin ganas le explico lo que ocurrió en la reunión.


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Ballakar llego enseguida y desesperado a drogarse. Lucius tuvo que utilizar toda su paciencia para interrogarlo de la reunión.

Ambrocius estaba intranquilo de mal humor, lo único que lo tranquilizaba era torturar a Tish, o a Ivanek. Mientras Lucius era quien planeaba los próximos movimientos, con desagrado fue a discutir con Ambrocius las acciones que tomar.