Ariel Kron
Mirando a escondidas
En el presente.
La invasión sobre Sivcar había terminado y comenzó la misión de Annia. Ignacius Zor, su abuelo, le mando con dos tareas:
Primero a matar a Diana (la nueva dama blanca) si sobrevivía, después de haber salvado a Nuis de casi ser destruida por un sin número de monstruos. Ella igual que su antecesora violo el decreto de enamorarse de un hombre raza diferente.
Su segunda tarea era descubrir si Marina, la espía de su abuelo no les había mentido sobre lo que les dijo de haber matado a Ariel Lamar y a Nicolás Kron. Además de verificar que no tuvieran descendencia, si la hubiera asesinar también al mestizo.
Así que empezó a investigar haciéndose amiga de Razvan uno de los hombres más fieles de Arik, el traidor, que renuncio a sus costumbres y raza por el amor a una mujer.
***
Ariel miró con desden, la mayoría de sus hombres estaban riendo y celebrando, por haber sobrevivido a uno de los ataques más crueles de los que se tenía noticia. Caminaba sin ganas a las habitaciones reales. Se sentía cansada y utilizaba todas las fuerzas que tenía para hacer lo creía correcto y dejar Gregory.
Aún sentía sus labios. Como podía olvidar la suavidad de ellos, su dulce presión cuando los había sentido. Cuantas noches había soñado con besarlo, pero nada la había preparado para la pasión y dicha que sintió. Su sabor la forma en la que la completaba. En sus brazos era una mujer bella y deseable, no una mestiza o un marimacho. No sabía cómo sobreviviría sin él.
Fue a la habitación de Gregory a dejarle una nota de despedida. Lo mejor que podía hacer era dejarlo, abandonarlo. No permitiría que el consejo blanco lo humillara o le obligara a renunciar a ser Rey. A pesar de que habían pasado 7 años. Recordaba su reunión con la reina y sus palabras.
-Mi hermana me ha dicho que pasas mucho en compañía de mi hijo. Es verdad.
-Somos amigos y estudiamos juntos. Aunque usted lo va mandar a estudiar a Dumar, así que no tiene que preocuparse.
-Insolente. Quiero que lo dejes de buscar . Una mestiza como tú, una mujer que sin clase, ni porte no me sucederá. Primero preferiría que mi hijo muriera antes de que tenga algo que ver contigo. Cualquier mujer con la que decida casarse con él será aprobada por el consejo blanco. Y tú nunca serás aprobada. Aunque estoy segura de que Gregory nunca dejara su ambición de ser rey por ti.
Solo con pensar en eso se le rompía el corazón. No podía pedirle que renunciara a ser rey. Sin embargo, tampoco podía conformarse con ser su amante solo pensar de verlo con otra mujer la llevaba a la locura.
Recordó por un momento a su madre que para protegerla casi nunca hizo publica su relación con su padre, no quería pasar por lo mismo. No deseaba ser un fantasma en la vida de él.
Fue a la habitación de Yusbel para ver si estaba bien, esperando no encontrarse con su hermano. La joven princesa aun seguía dormida, pero no estaba sola. Garnier Lafabre estaba junto a ella.
En el presente.
La invasión sobre Sivcar había terminado y comenzó la misión de Annia. Ignacius Zor, su abuelo, le mando con dos tareas:
Primero a matar a Diana (la nueva dama blanca) si sobrevivía, después de haber salvado a Nuis de casi ser destruida por un sin número de monstruos. Ella igual que su antecesora violo el decreto de enamorarse de un hombre raza diferente.
Su segunda tarea era descubrir si Marina, la espía de su abuelo no les había mentido sobre lo que les dijo de haber matado a Ariel Lamar y a Nicolás Kron. Además de verificar que no tuvieran descendencia, si la hubiera asesinar también al mestizo.
Así que empezó a investigar haciéndose amiga de Razvan uno de los hombres más fieles de Arik, el traidor, que renuncio a sus costumbres y raza por el amor a una mujer.
***
Ariel miró con desden, la mayoría de sus hombres estaban riendo y celebrando, por haber sobrevivido a uno de los ataques más crueles de los que se tenía noticia. Caminaba sin ganas a las habitaciones reales. Se sentía cansada y utilizaba todas las fuerzas que tenía para hacer lo creía correcto y dejar Gregory.
Aún sentía sus labios. Como podía olvidar la suavidad de ellos, su dulce presión cuando los había sentido. Cuantas noches había soñado con besarlo, pero nada la había preparado para la pasión y dicha que sintió. Su sabor la forma en la que la completaba. En sus brazos era una mujer bella y deseable, no una mestiza o un marimacho. No sabía cómo sobreviviría sin él.
Fue a la habitación de Gregory a dejarle una nota de despedida. Lo mejor que podía hacer era dejarlo, abandonarlo. No permitiría que el consejo blanco lo humillara o le obligara a renunciar a ser Rey. A pesar de que habían pasado 7 años. Recordaba su reunión con la reina y sus palabras.
-Mi hermana me ha dicho que pasas mucho en compañía de mi hijo. Es verdad.
-Somos amigos y estudiamos juntos. Aunque usted lo va mandar a estudiar a Dumar, así que no tiene que preocuparse.
-Insolente. Quiero que lo dejes de buscar . Una mestiza como tú, una mujer que sin clase, ni porte no me sucederá. Primero preferiría que mi hijo muriera antes de que tenga algo que ver contigo. Cualquier mujer con la que decida casarse con él será aprobada por el consejo blanco. Y tú nunca serás aprobada. Aunque estoy segura de que Gregory nunca dejara su ambición de ser rey por ti.
Solo con pensar en eso se le rompía el corazón. No podía pedirle que renunciara a ser rey. Sin embargo, tampoco podía conformarse con ser su amante solo pensar de verlo con otra mujer la llevaba a la locura.
Recordó por un momento a su madre que para protegerla casi nunca hizo publica su relación con su padre, no quería pasar por lo mismo. No deseaba ser un fantasma en la vida de él.
Fue a la habitación de Yusbel para ver si estaba bien, esperando no encontrarse con su hermano. La joven princesa aun seguía dormida, pero no estaba sola. Garnier Lafabre estaba junto a ella.
-¿Cómo está algún cambio?
-Está bien. Solo revisaba que se encuentre bien, si buscas a Gregory. Esta en su despacho con Lord Castro. El concejo Blanco lo mando a llamar, quiere una explicación, de lo que ocurrió. Ahora si les importa Sivcar, aunque cuando estaba el país en peligro se fueron a Dumar ni siquiera hombres para luchar mandaron.
-Gracias por la información. -Distraída, por sus pensamientos Miró el rostro preocupado de su amigo, que no despegaba la vista de la princesa dijo - No te preocupes por ella. mejorara Otto y Darius se encargan de su curación.
-Era mi responsabilidad debí haberme dado cuenta .
-Todos fuimos engañados. Es mejor que vaya a ver a Gregory.
Salio de la habitación preguntándose que hacia ahí. No deseaba ver a la princesa en el fondo esperaba verlo a él. Camino sin ganas despidiéndose de cada cosa pero sobretodo de él. Camino a su nuevo futuro, un futuro sin Gregory.
Fue hacia la caballeriza donde guardaban los deslizadores y miro el jardín. Las imágenes del pasado la asaltaron.
Ariel Kron de niña.
-Está bien. Solo revisaba que se encuentre bien, si buscas a Gregory. Esta en su despacho con Lord Castro. El concejo Blanco lo mando a llamar, quiere una explicación, de lo que ocurrió. Ahora si les importa Sivcar, aunque cuando estaba el país en peligro se fueron a Dumar ni siquiera hombres para luchar mandaron.
-Gracias por la información. -Distraída, por sus pensamientos Miró el rostro preocupado de su amigo, que no despegaba la vista de la princesa dijo - No te preocupes por ella. mejorara Otto y Darius se encargan de su curación.
-Era mi responsabilidad debí haberme dado cuenta .
-Todos fuimos engañados. Es mejor que vaya a ver a Gregory.
Salio de la habitación preguntándose que hacia ahí. No deseaba ver a la princesa en el fondo esperaba verlo a él. Camino sin ganas despidiéndose de cada cosa pero sobretodo de él. Camino a su nuevo futuro, un futuro sin Gregory.
Fue hacia la caballeriza donde guardaban los deslizadores y miro el jardín. Las imágenes del pasado la asaltaron.
Ariel Kron de niña.
15 años antes.
Ariel apenas podía dormir una niña de 10 años no se le permitía decidir su futuro. Sus padres después de varias peleas y un extraño accidente. Habían decidido ir a Sivcar. Por qué su papa quería ir a una cuidad tan ruidosa la molestaba.
Tanto como el vestido de lana gris, de segunda mano, que le obligaron a ponerse,
Ariel apenas podía dormir una niña de 10 años no se le permitía decidir su futuro. Sus padres después de varias peleas y un extraño accidente. Habían decidido ir a Sivcar. Por qué su papa quería ir a una cuidad tan ruidosa la molestaba.
Tanto como el vestido de lana gris, de segunda mano, que le obligaron a ponerse,
le picaba toco el cuerpo y olía a naftalina.
Cada vez que alguien de la nave se acercaba, se sentía avergonzada quería que la tierra la tragara. Ese vestido no combinaba con su pelo rojo y sus horribles pecas. Suspiró mientras se quitaba el pelo de la cara hace años dejo de querer ser bonita o agradable prefería estar sola. Pero no podía regresar con sus padres los había visto abrazándose en un sillón y aun falta por lo menos quince minutos para llegar a Sivcar. Unos minutos más tarde llegaron a Yumar la capital Sivcar.
Un hombre, esperaba a su padre. Lo ayudo con su innumerables experimentos mientras su madre y ella llevaban solas las pocas cosas que tenían a su nueva residencia.
Cada vez que alguien de la nave se acercaba, se sentía avergonzada quería que la tierra la tragara. Ese vestido no combinaba con su pelo rojo y sus horribles pecas. Suspiró mientras se quitaba el pelo de la cara hace años dejo de querer ser bonita o agradable prefería estar sola. Pero no podía regresar con sus padres los había visto abrazándose en un sillón y aun falta por lo menos quince minutos para llegar a Sivcar. Unos minutos más tarde llegaron a Yumar la capital Sivcar.
Un hombre, esperaba a su padre. Lo ayudo con su innumerables experimentos mientras su madre y ella llevaban solas las pocas cosas que tenían a su nueva residencia.
Cuando llegaron aun hermoso palacio de cristal lleno de varias flores raras y otras extrañas cosas Ariel se le olvido la picazón lo único que quería era explorar su nuevo hogar mas, su madre le sostenía su mano y la miraba con atención, como sabiendo sus intenciones.
Unos hombres vestidos de blanco, con trajes elegantes y caros hablaban con su padre. Que cambio de expresión en unos minutos de alegre y encantador a alguien peligroso y dispuesto a matar.
Ariel y su madre se acercaron preocupadas. cuando estuvieron a una corta distancia alcanzaron a oír.
-Pero cuando acepte el puesto específicamente solicite si podría venir con mi familia. Yo tome el puesto expresamente para que mi hija tuviera una buena educación y conviviera con otros niños.
Un hombre calvo y con una gran barriga hablo. -Lo sé. Sin embargo, nunca nos especifico que su mujer fuera un ai. Pensamos que murió hace mucho, su hija es mestiza. ¿No es cierto?
-No, no lo es y si lo fuera mi vida privada no es su asunto. Si no les convengo como profesor a pesar de mi excelencia y mis capacidades me iré.
Un hombre de pelo negro y barba que llevaba a una hermosa niña de la misma edad que Ariel intervino.
-Sí, lo es cuando mi hija tiene que estudiar con ese monstruo.
Mestiza era una palabra que Ariel no había oído, pero no era bueno su madre estaba a punto de llorar. Ella apretó más su mano.
-Sí, es así tendremos que marcharnos Yasumir.
El hombre gordo se puso rojo y no supo que hacer. -Pero la reina quería que le diría clases particulares a su hijo. En el castillo como lo hace la mayoría de profesores de la escuela de magia a pesar de su edad.
-Sí, pero si no cumple mis condiciones. Me voy.
-Siempre huyendo Kron. Elisa es mejor que nos marchemos.
-No eso, lo que usted, hace siempre Lord Castro.
El hombre gruñó pero no dijo nada.
Su padre dejo de hablar con el hombre gordo. Y se acercó a ella y a su madre.
-Te fe, amor. Voy hablar con la reina aún, hay una salida.
Horas más tarde estaban en el palacio real. Nicolás Kron, sería el tutor oficial su alteza el príncipe Gregory.
Les dieron unas habitaciones en la tercera planta. A pesar de que había mucha gente se sentía extraña en ese mundo nuevo. Su madre casi siempre quería que este en la habitación, que no hablara con nadie. Cuando se descuidaba ella salía a los jardines necesitaba aire fresco.
Eran como las 5 de la tarde, cuando vio a dos muchachos.
Uno tenía 15 años y el pelo negro y ojos violeta. Corría con un caballo blanco hermoso pero, quien le robo el aliento parecía un príncipe de los cuentos que su madre. Tenía el cabello plateado y algo en él, le llamaba la atención desde la manera de cabalgar o hasta cuando el viento despeinaba su cabello rebelando sus hermosas facciones, parecía un ángel.
Ariel quiso ser una artista para pintar su rostro y trazar ese bello rostro. Mirar esos ojos hasta perderse. Los vio correr el joven de cabellos negros venció fácilmente, pero algo en la expresión de su príncipe le decía que nunca se daba por vencido. Aun seguía escondida en los matorrales cuando los oyó hablar.
-Ya es suficiente su alteza.
-Otra vez, por favor.
-Su madre quiere que vea al canciller.- La triste mirada de Gregory ablandó Cristian Darius. El príncipe era lo más cercano aun amigo.
-Bueno, pero que sea una carrera rápida.
Desde ese día Ariel iba ver a su príncipe, el niño de cabellos plateados. Era su único consuelo.
Ya que casi nunca podía ver a su padre demasiado ocupados con su experimento y trabajo. Estaba cansada de no tener con quien jugar o hablar, de estar siempre estudiando sola. Sin embargo, lo que más le molestaba era esconderse de la princesa Yusbel y sus amigas.
Solo una vez intentó acercarse a ellas, y fue recibida con insultos y burlas.
Especialmente las de Elisa Castro que cada vez que la veía la agredía diciéndole monstruo o anormal, había llegado hasta botarle basura o escupirle. Desde que la conoció Ariel tuvo que aprender a pelear.
Por eso su único consuelo y alegría en ese mundo tan gris era él. Esa tarde se demoró ayudando a su madre a ordenar la ropa. Salio corriendo sin ver a donde iba cuando choco con Elisa. Ariel maldijo hoy tendría que pelear lo único que esperaba fuera que no la hiciera sangrar o rompiera de nuevo su ropa.
Pero Elisa junto a otras niñas que eran compañeras de la princesa le acorralaron.
-Arruinaste mi vestido ¿Qué voy hacerte por eso? Necesitas un castigo, monstruo despreciable. Diciendo eso Elisa y sus amigas empezaron romperle el vestido, mientras la sujetaban.
Ariel se soltó y lo primero que hizo fue lanzarse como una loca encima de Elisa las otras chicas trataron de quitarla de encima pero no podían.
Gregory estaba harto de las clases y de las horas en las que trataba asuntos de estado. Por la diosa solo tenía 10 años su único alivio era montar a caballo. Y su madre ya lo había amenazado que se le gustaba demasiado que seria mejor dejarlo sin caballos por un tiempo.
Así, que con gran pesar iba dejar de montar su dos horas y bajar solo a una. Cuando regresaba a la caballeriza. Vio que se desarrollaba una pelea aunque no era entre niños sino con chicas. Se acercó a ver que pasaba.
Unos hombres vestidos de blanco, con trajes elegantes y caros hablaban con su padre. Que cambio de expresión en unos minutos de alegre y encantador a alguien peligroso y dispuesto a matar.
Ariel y su madre se acercaron preocupadas. cuando estuvieron a una corta distancia alcanzaron a oír.
-Pero cuando acepte el puesto específicamente solicite si podría venir con mi familia. Yo tome el puesto expresamente para que mi hija tuviera una buena educación y conviviera con otros niños.
Un hombre calvo y con una gran barriga hablo. -Lo sé. Sin embargo, nunca nos especifico que su mujer fuera un ai. Pensamos que murió hace mucho, su hija es mestiza. ¿No es cierto?
-No, no lo es y si lo fuera mi vida privada no es su asunto. Si no les convengo como profesor a pesar de mi excelencia y mis capacidades me iré.
Un hombre de pelo negro y barba que llevaba a una hermosa niña de la misma edad que Ariel intervino.
-Sí, lo es cuando mi hija tiene que estudiar con ese monstruo.
Mestiza era una palabra que Ariel no había oído, pero no era bueno su madre estaba a punto de llorar. Ella apretó más su mano.
-Sí, es así tendremos que marcharnos Yasumir.
El hombre gordo se puso rojo y no supo que hacer. -Pero la reina quería que le diría clases particulares a su hijo. En el castillo como lo hace la mayoría de profesores de la escuela de magia a pesar de su edad.
-Sí, pero si no cumple mis condiciones. Me voy.
-Siempre huyendo Kron. Elisa es mejor que nos marchemos.
-No eso, lo que usted, hace siempre Lord Castro.
El hombre gruñó pero no dijo nada.
Su padre dejo de hablar con el hombre gordo. Y se acercó a ella y a su madre.
-Te fe, amor. Voy hablar con la reina aún, hay una salida.
Horas más tarde estaban en el palacio real. Nicolás Kron, sería el tutor oficial su alteza el príncipe Gregory.
Les dieron unas habitaciones en la tercera planta. A pesar de que había mucha gente se sentía extraña en ese mundo nuevo. Su madre casi siempre quería que este en la habitación, que no hablara con nadie. Cuando se descuidaba ella salía a los jardines necesitaba aire fresco.
Eran como las 5 de la tarde, cuando vio a dos muchachos.
Uno tenía 15 años y el pelo negro y ojos violeta. Corría con un caballo blanco hermoso pero, quien le robo el aliento parecía un príncipe de los cuentos que su madre. Tenía el cabello plateado y algo en él, le llamaba la atención desde la manera de cabalgar o hasta cuando el viento despeinaba su cabello rebelando sus hermosas facciones, parecía un ángel.
Ariel quiso ser una artista para pintar su rostro y trazar ese bello rostro. Mirar esos ojos hasta perderse. Los vio correr el joven de cabellos negros venció fácilmente, pero algo en la expresión de su príncipe le decía que nunca se daba por vencido. Aun seguía escondida en los matorrales cuando los oyó hablar.
-Ya es suficiente su alteza.
-Otra vez, por favor.
-Su madre quiere que vea al canciller.- La triste mirada de Gregory ablandó Cristian Darius. El príncipe era lo más cercano aun amigo.
-Bueno, pero que sea una carrera rápida.
Desde ese día Ariel iba ver a su príncipe, el niño de cabellos plateados. Era su único consuelo.
Ya que casi nunca podía ver a su padre demasiado ocupados con su experimento y trabajo. Estaba cansada de no tener con quien jugar o hablar, de estar siempre estudiando sola. Sin embargo, lo que más le molestaba era esconderse de la princesa Yusbel y sus amigas.
Solo una vez intentó acercarse a ellas, y fue recibida con insultos y burlas.
Especialmente las de Elisa Castro que cada vez que la veía la agredía diciéndole monstruo o anormal, había llegado hasta botarle basura o escupirle. Desde que la conoció Ariel tuvo que aprender a pelear.
Por eso su único consuelo y alegría en ese mundo tan gris era él. Esa tarde se demoró ayudando a su madre a ordenar la ropa. Salio corriendo sin ver a donde iba cuando choco con Elisa. Ariel maldijo hoy tendría que pelear lo único que esperaba fuera que no la hiciera sangrar o rompiera de nuevo su ropa.
Pero Elisa junto a otras niñas que eran compañeras de la princesa le acorralaron.
-Arruinaste mi vestido ¿Qué voy hacerte por eso? Necesitas un castigo, monstruo despreciable. Diciendo eso Elisa y sus amigas empezaron romperle el vestido, mientras la sujetaban.
Ariel se soltó y lo primero que hizo fue lanzarse como una loca encima de Elisa las otras chicas trataron de quitarla de encima pero no podían.
Gregory estaba harto de las clases y de las horas en las que trataba asuntos de estado. Por la diosa solo tenía 10 años su único alivio era montar a caballo. Y su madre ya lo había amenazado que se le gustaba demasiado que seria mejor dejarlo sin caballos por un tiempo.
Así, que con gran pesar iba dejar de montar su dos horas y bajar solo a una. Cuando regresaba a la caballeriza. Vio que se desarrollaba una pelea aunque no era entre niños sino con chicas. Se acercó a ver que pasaba.
Miro a Elisa tirarle tierra en los ojos a una niña muy pecosa y de cabellos rojos su vestido estaba completamente roto. Le habían roto la nariz y tenía varias magulladuras en la mejilla. Él se acerco ayudarla y ella lo golpeo tan fuerte que lo tiro al piso.
Ariel a pesar de que no podía ver se sentía victoriosa. Había golpeado a alguien, cuando por fin pudo ver se quedo fría. ¿Cómo había podido hacerlo?
Ariel a pesar de que no podía ver se sentía victoriosa. Había golpeado a alguien, cuando por fin pudo ver se quedo fría. ¿Cómo había podido hacerlo?
10 comentarios:
hola mi buena amiga!!
paso a visitarte y me encuentro con tamaña historia!! se ve que tiene buena pinta, la seguiré por supuesto.
un beso grande.
hola citu graciass por avisarme
que malasss son con ariel y tan lindooo que fue Gregory para defenderla pero termino golpeado y esta historia esta empezando bueno ya la protagonista va huir y que hara gregory cuando se entere que se fue =S
buenoo me avisas del proximo capitulo porfaaa y graciasss esta historia me gusta
FELIZ FIN DE SEMANA =)
Querida Citu:
gracias por avisarme de la publicación de este primer capítulo. A partir de ahora ya estaré pendiente de las publicaciones.
Debo confesar que no es el género literario que suelo leer a menudo, pero esta primera parte me ha gustado, sí señor, Ariel tiene un algo de damita díscola y luchadora que me llama la atención.
Además intuyo una tormentosa historia de amor por aquí perdida jjajajajjajaa así que la seguiré con gusto.
Muchos besos
Hola!!
Bueno tengo varias dudas, esto debe ser porqué esta historia es la segunda parte de otra no? Veras, la Ariel del prólogo, que estaba embarazada y enamorada de Nicolas, y su padre y sus amigas la habían golpeado, era la madre de esta segunda Ariel?
La historia está increíble, me encantan los nombres que le das a las razas, los países y demás. También los de los personajes, y esos amores imposibles, difíciles me encantan. Me gustó mucho el capítulo.
BESOS Y FELIZ FIN DE SEMANA.
Ah, ya resolví mi duda, no me había fijado en los apellidos, Ariel Lamar y Ariel Kron. Ahora ya cogí el hilo de la historia.
Besos
Esto va pintando muy bien. Las ilustraciones de los personajes son geniales. Ahora estaré como una loca mirando las caras cuando lea los capítulos. Tengo esa manía cuando leo un libro. Pero lo que hago no es mirar ilustraciones porque no las hay, sino mirar la foto de quien la escribe. Besos guapísima. Cada día lo haces mejor.
(también podrías hacerlo con los lugares en medio del relato. Sería genial aunque se que te llevará más tiempo)
Hola mi Citu;D pasando a leer el capí.
Como sabes no pude leer la primera parte, lo pille empezada y no tuve tiempo, pero ahora que empezé con esta segunda, da por echo que estaré aqui leyendote siempre que publiques.
Me gusta mucho como lo estas montando, ahora solo tengo que hacerme a los personajes que aun no tengo claro quien es quien, aparte del principe y la reina y Ariel por supuesto, jajaja, pero son cosas mias porque no conocía la historia;D
Avisame en cuanto tengas el siguiente que fijo me vendré a leerte;d
Kisses querida;D
Hola Citu,
Primer capítulo de una compleja novela con extraños personajes y cmplcada trama, jajjaja, en buen lio te has metido, te animo a seguir y te iré leyendo.
Besitos.
Me alegra que les haya gustado y si Iris Ariel lama es la madre de Ariel.
Arg pobre mira q tener q separarse del Gregory y ese Chritian Darius es el chico que hablo antes de que Ariel naciera el que dijo una especie de profecia???
Elisa me cayo de lo peor!!!!!! y que cosas a la final ataco a Gregory jeje!!! ya sigo letendo nena saludos!!
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