capitulo 17

Garnier Lafebre


Un concierto de violín




Darius estaba encantado de vencer a Petro y a su madre. No le importo que nadie le viera besar a la mujer que amaba. Rebeca se puso roja como un tomate, pero respondió a los besos de su amor.


Yusbel se quedó totalmente sorprendida. Cristian Darius besaba a una mujer en público. Por la forma en que luego la miro. Sé dio cuenta que estaba profundamente enamorado.


Sintió, un dolor en el corazón. Siempre pensó que si no encontraba el amor algún día podía decidirse por Darius. Pero, nunca lo hizo por más sola que se sentía. Un poco herida en su amor propio miro al hombre de barba que casi se había matado por salvarle la vida


No sabía la razón por la que conocía su voz. Lo había visto triste y feliz. Sabia que tocaba el violín de una forma tan hermoso que llegaba alma. Garnier miro un rato a la princesa. Se fue rápidamente con el pretexto de revisar las seguridades del castillo. Todos estaban felices y celebraron por un rato a excepción de él.

Yusbel, también se excusó rápidamente y fue a dormir. Se sentía rechaza y dolía por la actitud de hombre rubio con barba, que se fue sin decirle nada sin ni siquiera mirarle.


Darius se sintió un poco defraudado de cómo termino la noche. Rebeca parecía un poco rara, algo cohibida. Pensó que mañana hablaría con ella.


Un poco preocupado se quitó la camisa para irse acostar. Oyó un violín muy triste que tocaba Lafebre a la ventana de Yusbel.





Mientras escuchaba las notas, pensó en Rebeca y cuanto la amaba, En que haría todo por ella. Incluso matar a sus amigos y vender su alma al diablo.

En otra parte del castillo Arik consolaba a Diana que aún se sentía culpable de que lo hiriera.

-Llanic (mi joya) siempre estaremos juntos.

-Te pude matar. Ay, como quisiera compensarte.

-Puedes hacerlo. Bésame. Diana le beso con toda el alma y empezó a hacerle el amor suavemente.


Mientras oían la hermosa canción de amor que Garnier le dedicaba a Yusbel. Gregory y Ariel se amaban con locura como si al otro día, se fueran a separar.

Annia lloraba en la tina del baño. Por lo que ocurrió hace un rato y por que se sentía sola. Nunca, la amaría un hombre solo la veían como diversión o como la amante perfecta. Pero, nadie la veía a ella, a su corazón.


Nicolás bebía mientras miraba a Garnier llorar tocando para su princesa. Había dejado una carta a Darius contándole de su enfermedad.

Pronto estaría ciego, por un accidente con un experimento. Se iría con el antiguo ladrón, no quería ser una carga. Deseaba comenzar de nuevo.

Yusbel oía al hombre rubio. su corazón latía como nunca antes. A la mañana siguiente lo conocería, estaba segura de eso.


Rebeca oía la triste melodía, mientras abrazaba a Cleo. Se sentía celosa por la princesa Yusbel. Lloraba y se dio cuenta hoy casi pierde a Darius. ¿Pero que hacía en su cama abrazada a una de sus mascotas y no besando al hombre que amaba?


Se lavó la cara llevó a sus mascotas al cuarto de Annia y con miedo fue a la alcoba de Darius.


Abrió la puerta y se encontró a un Darius sin zapatos y sin camisa con el cepillo de dientes en la mano.

-¿Pasa algo Rebeca? Le prengunto preocupado.


-Sí

No. Ay, no sé que hacer -dijo Rebeca sentándose en la cama.

-¿Qué pasa amor? Puedes, decirme lo que quiera.

-No sé, lo que quiero. Pero, sé lo que necesito.

-Sí, ¿Y que es Rebeca?

-A ti. Te amo Cristian Darius. No puedo estar un minuto sin ti. Pero me da miedo que pienses mal de mí. No soy una chica virginal.

Darius la callo. Con un beso. Luego siguió otro de mayor intensidad mientras sus manos apretaban cada vez más a Rebeca.


Soltándola para respirar entre jadeos le dijo. –Yo no necesito a una chica virginal. Te necesito a ti, con tu mal humor, con tus perras siguiéndote a todo lado, con tus experimentos locos, tu belleza y generosidad.


Te amo Rebe…


Rebeca lo callo con un beso. No necesitaban más palabras. Lo beso en la boca. Mientras las manos de Darius recorrían su cuerpo.