capitulo 20

Ines Victoria




La venganza

7 meses después.

Pía por fin celebraba. Sus esfuerzos habían dado fruto. Inés victoria paso mucho tiempo recuperándose pero valió la pena. Solo ella por ser humana y estar llena de odio. Podía crear la maldición de juds, que consistía en hechizo muy complicado.

Solamente una persona con gran resentimiento y profundo odio en su corazón podía envenenar su sangre y cuando esta era impregnaba a otra persona la enfermaba. Matándola en un lapso de 7 horas.

Solo tenía dos antídotos: El primero era polvo de la rara piedra exxis, con la sangre de una persona que la amaba profundamente.

O un poco del veneno de la persona que quiso matarlo, más la sangre de un ser amado.

Inés Victoria estaba muy débil pero feliz. La primera parte de la venganza comenzaba.

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Rebeca otra sentía frío en la espalda con iras intento quitarle las cobijas al acaparador de su pareja. Ya vivían juntos desde hace 3 meses. ¿Como sucedió tan deprisa? Aun no lo sabía.

Estaban en el palacio de cristal Darius dirigía la escuela de magia y ella era una de su profesoras.

Media molesta, mordió la oreja del hechicero.

Él se despertó.

-Otra vez lo hice.

-Si.-¿Como te compenso?

-Haber. Bésame aquí. -Dijo Rebeca señalado su boca

¿Y puedo besarte aquí? -Dijo señalando sus senos y empezando a con sus pulgares a excitar el pezón.

-Ay, por la diosa.

-Sigue.

Darius y Rebeca se ocuparon con algo más interesante que dormir.

Unas horas después la curadora, despertó sin el calor de su pareja.

Él entraba en la habitación con una bandeja, que contenía té y tostadas con mermelada de fresa. Ella contuvo las nauseas. No quería, que la regañe hace días que estaba así y no deseaba ir a un curador.

-Ve, al baño. Aún estas con nauseas. Hoy te vas donde el curador aunque tenga que arrastrarte.

-Annia y Diana me van llevar, Tu se los pediste. Como que no conociera tus manipulaciones. Unas cabeza con nariz chata quiso subirse al la cama Darius la ayudo.

Las otras perras venían atrás de él.

-Hola Cleo. ¡Como has malcriado a mis hijas! -Dijo Rebeca corriendo al baño.

Darius, fue tras ella estaba con una toalla húmeda. Mientras las perras los seguían.

-Ven, te voy a limpiar. Prométemelo hoy, vas ir donde el curador.

-Si, -dijo Rebeca dando un suspiro.

-Bueno, amor tengo que irme a pasear a las niñas antes de mi primera clase. Te amo Rebeca por favor cuídate. No sé que haría sin ti.

Se baño , aún con sueño. Cuando oyó Annia y Diana entrar.

-Viste, te dije que aun no estaría lista. Pero, tenías que sacarme tan rápido ni siquiera me pude despedir bien de Arik.

Annia, solo gruño.

Rebeca se vistió rápido y fue con ellas al curador.

Horas más tarde. Aún no lo podía creer estaba embarazada. Ahora Darius la iba molestar día y noche con que se casaran. Ya, lo hacía pero con la excusa del bebe sería mil veces peor.

-Annia se le acerco y le abrazo. Mientras Diana reía como loca.

-¿Sé, lo vas a decir?

-Esta noche.

Diana grito de alegría.

-Entonces hazle una cena romántica y díselo.

-Noo, grito Annia casi se cae y bota a Rebeca.

-No, las has visto cocinar.

-Entonces la ayudaremos. Rebeca tu adelántate y empieza a crear el ambiente.

Annia y yo compraremos las cosas para lo que necesites.

-A Darius le gusta la langosta. No es cierto.

Rebeca asintió de nuevo con nauseas.

-Ni, se te ocurra de solo pensarlo ya me he puesto mal.

-Ya, se me ocurría otra cosa. Piensa, cuando se entere Ariel.

-Primero, quiero decírselo a Darius.

-Eso, lo harás esta noche.

Rebeca entro en su casa.

Su casa pensó. El lugar que compartía con Darius. El lugar donde criarían a su hijo.
Sonrió y abrió la puerta se encontró con Inés Vitoria, montada en una gran mariposa negra quiso huir pero le lanzo una sustancia morada y negra que le paralizo.

Darius se maldijo se le había olvidado, unos documentos que quería mostrarle a Gregory.

Cuando encontró a Rebeca envenenada de la maldición de juds para la que solo conocía una cura y la princesa Catalina la tenía.

Se agacho y la tomo en sus brazos.

-Nada va a pasarte. Yo te salvaré amor.