Epilogo

Anaia Lu y Gregory Darius

Epilogo

Tres años después.

Arik iba buscar a Diana a la casa de su tía. La visitaba una vez al mes, aunque él no sabía la razón. Siempre pensaría que su esposa era demasiado buena con esa vieja aprovechada y egoísta.

Cuando caminaba vio el callejón donde pensaba que iba morir, donde encontró más de lo que imagino. Su vida había cambiando tanto. No era que ahora ya no fuera esclavo, ni que ya supiera leer y escribir. Ni, que empezara hacerse rico o fuera parte del consejo tribal de los ai. Ni, que tuviera amigos que morían por él o por los que moriría.

Su vida cambio cuando miro por la ventana de casa de la tía de Diana y sus unos ojos azules le infundieron paz, valor pero sobre todo esperanza y amor.Camino para encontrarse su llanic, su destino, su esposa.

Diana se despidió de su tía. La visitaba por que a pesar de todo le daba lastima. Pero hoy no fue una visita común. Supo, que su padre era primer ministro Dumar Se topo el estomago, estaba más gorda cada día y aun le faltaba 2 meses para dar a luz.
Vio, Arik de lejos y sonrió. Todas sus preocupaciones cesaban por que sabía que contaba con él, su familia, su amor, su corazón.

Diana camino lo más rápido posible Arik no la dejo moverse prácticamente quiso cargarla. Era un fastidio. Diana molesta dijo

-Tenemos que irnos ya. Si no nos vamos atrasar al cumpleaños de Ariel. Y si intentas cargarme. No duermes hoy conmigo.

-Llanic. Entiéndeme.

-Llanic, ni cariño. Estoy harta de que por estar embarazada. Creas que no puedo ni moverme.Arik no dijo nada agacho la cabeza y acaricio el hombro de su esposa. Ella se detuvo. Y lo miro. Alzo su barbilla y lo beso.

-Te amo Arik. Él sonrió como un niño pequeño.

-Vamos, amor Si no llegaremos tarde.

-No, importa Ariel entenderá.
……..

Ariel estaba sentada junto a Yusbel y Annia planeando inaugurar un nuevo hospital gratuito y una guardería. Para, ella que nunca tuvo amigas, ahora tenía un grupo de compañeras fieles y alegres una más loca que otra.

Mientras, se reían de un chiste de Annia. Rebeca entro llevando un de sus hijos gemelos en los brazos mientras Darius la perseguía con el otro en brazos pidiéndole perdón.

-Rebeca amor.

-No, quiero saber de ti márchate deja Annialu. Yo la cuidare. Son muy pequeños para que quieras enseñarles magia.

-Es mejor, que se acostumbre ambos serán guardianes.

- Darius son unos bebes. ¿En que estas pensado?

-Les enseñaba mientras jugábamos. Tiene que estar preparados, puede que haya una guerra. La Reina Catalina esta planeando algo. Amor quiero que estén seguros.

-Y yo. Pero no quiero que pierdan su niñez.

Rebeca dejo a Gregory en los brazos de Ariel. Que lo tomaba con cariño pensando en que nunca podría tener hijos. En niño lo vio con sus inmensos ojos verdes y le sonrió. Ariel miro su reloj. Tenía que ver a su esposo por que se oponía a su nuevo proyecto. Dejo a sus amigas. Pensando que algo muy extraño estaba pasando con él.

Fue a su despacho, cuando llego Gregory estaba vestido en forma casual. Parado en la puerta esperándola.

-¿Pensaba que íbamos hablar del proyecto?

-El proyecto, está bien. Ariel eres una gran reina.

-¿Entonces por que quieres verme?

-¿Acaso no puedo, estar con mi esposa?

-Gregory dijo acercándose a besarla. - Me asustaste pensé lo peor has estado muy extraño.

-Amor eres demasiado perceptiva, para tu bien.
Ariel se acerco a él. Entremos y te mostrare lo perceptiva y malvada que puedo ser.

Gregory rió.

- Con mucho pesar no podemos. Ven y cabalga conmigo.

Cabalgaron, un rato hasta que Gregory la llevo a un claro, que había encantado.
Aun lado una pequeña mesa estaba puesta con los platos preferidos de Ariel. Gregory toco los dedos la música preferida de Ariel se empezó a oír.

-¿Bailamos? amor feliz cumpleaños.

Ariel se arrojo a los brazos de Gregory y lo beso.

Luego los dos muy felices empezaron a bailar.
………………

Rebeca se bañaba. Sus dos hijos estaban ya dormidos. Alguien abrió la puerta. Darius entro y se quedo mudo admirando su cuerpo. Ella miro su rostro lleno de deseo y sonrió.

-Ándate Cristian a un estoy molesta contigo.

-No, lo estas dijo Darius entrando al agua y besando su espalda su manos recorrían sus senos.

Rebeca gimió.

-Sabes, que tengo razón. Si, cualquier cosa nos pasa, quiero que nuestros hijos sepan defenderse.

-Lo sé, pero son unos niños.

-Es mejor estar preparados. -Dijo Darius bajando sus manos a su trasero apretándolo.-Ay, no me convencerás de esa manera.

-¿Y de que forma quieres que te convenza?

-Rebeca rió bésame Cristian luego discutiremos.
…………..

La fiesta estaba en su apogeo Arik traía un poco de jugo a Diana que estaba sentada un poco incomoda.

Ariel habalaba en voz baja con Gregory como si le contara un secreto que solo los dos sabían. Mientras Rebeca aun no llegaba con su esposo.

Yusbel intento acercarse a Garnier pero desde su llegada la había evadido.
Frustrada y con iras fue a su habitación. Cuando estaba a punto de llegar vio al ladrón dirigirse al ala de servicio.

La princesa tembló estaba buscando a Leandra. Si supiera que ella en realidad no existía. Fue un invento que se le ocurrió, para saber más de él. Ahora era una necesidad. Desde la primera carta que preguntaba por ella surgió un vínculo que por más que intentaba romper no podía.

Cuando más lo conocía, cuando más le escribía, más lo necesitaba.

Yusbel llena de miedo y suspirando camino de frente y se dirigió a Garnier.

-¿Señor Lafebre buscaba algo o alguien?

Garnier, se quedo mudo como siempre que estaba en presencia de ella.

-Creo que me perdí su alteza vamos a la fiesta.

El ladrón tenía una de sus cartas en la mano. Yusbel sonrió tal vez sentía algo por la mujer que las escribía, o tal vez solo era un sueño.

Annia bailaba como siempre con Lord Jones, que varias veces le había propuesto matrimonio. Aun no entendía por que no se casaba con él.

Vio a su prima llegar muy colorada del brazo de Darius. Tan enamorados y felices.Ariel y Diana se veían radiantes juntos a sus esposos. Sintió envidia solo por una vez quería saber lo que era el amor.

Nicolás entro bailando junto a una desabrida rubia que se pegaba a su cuerpo con un gesto de disgusto Annia lo miro y decidió ir junto a su acompañante al jardín.

Inés Victoria de lejos miraba el castillo. Todo estaba preparado para su venganza. Ninguno de los asesinos de su hijo y culpables de la perdida de su brazo escaparían. Su venganza sería sangrienta. Tenía ayuda de su señor y de la Reina Catalina. Nada fallaría esta vez.

Fin