Ilumina mi corazón.Capítulo 23 (Primera parte)

Hola, ¿cómo les  va? Yo estoy algo malita ,  tengo gripe  .  Hoy  les traigo un   fragmento pequeño y   romántico     aunque  creo que el final  no les  guste  mucho.

Capítulo 23

Amelia  y  Sebastián subieron  en  la moto, siguieron  la  carretera     como si se alejaran de la  ciudad.  Amelia  esperaba  que  Sebastián  no le invitara  a  un sitio  caro.  Ya que no estaba  vestida apropiadamente . Parquearon   a un lado  de la autopista Amelia   ayudó  a  Sebastián  asegurar la moto   .

— ¿A dónde  vamos?  

— Pronto lo sabrás.

Caminaron  unos minutos   por  un  sendero     con  árboles, adentrándose   a un bosque.  Amelia  pensó  que estaban perdidos  en  medio  de la nada,  cuando   Sebastián le dijo —.  Cierra los  ojos, por  favor.

—¿Por qué?

—  Es  una sorpresa. Cierra los ojos.

Amelia  hizo un mohín,  pero obedeció a su pareja.     Sebastián  la condujo  a  un pequeño mirador  que estaba  situado en la  Eloy  Alfaro.

— Puedo abrir  mis  ojos.

— No  espera  un  momento.

Sebastián tuvo  solo  unos minutos para   ordenar  poner  una   mesa plegable  y dos  sillas, luego  con  rapidez  de sus  años  como mesero   puso un  blanco mantel   prestado por    el chef Henri, unas   velas    y  ramo  de rosas.

Encendió   la  grabadora de  su celular, la primera  canción  que  tocó   fue  ENDLESS LOVE - LIONEL RICHIE & DIANA ROSS.

Amelia   abrió los ojos  al  escuchar  el primer  verso en inglés.

Mi primer amor,

eres cada respiración que tomo

tú eres cada paso que doy...

Se quedó  petrificada  al ver la mesa adornada con velas   y rosas  rojas.

— Es hermoso,  Sebastián, pero  faltan  aún días  por  mi cumpleaños.

—No lo hice por  tu cumpleaños. Ayer  tuve  una pesadilla  y decidí que quería una cena  romántica  contigo en  mi lugar  favorito.  La  vida  es muy corta  y  se hace  de pequeños momentos.

Sebastián  tomó  a  Amelia    de la mano —.  Vamos  a  cenar. El  chef Henri   hizo       nuestra  cena.
  Sebastián   destapó  una bandeja  en la que había  dos   platos  filete  Mignon  con  espárragos  y papas.

Sebastián   sirvió  en dos  vasos coca-cola  fría —   Perdona  ,  no pude convencer al chef que me dé uno de sus vinos.

— Así  está  genial.  Sebastián,  vamos  a comer.  

Antes  que  él  se moviera  ella le dio  un beso  en la boca.  Cenaron  animados por  el lindo paisaje  ,  las canciones  de amor  y  su mutua  compañía.  Luego  de comer  una tarta  de  fresas que  hizo  doña  Caridad.

Sebastián  sacó a  bailar  a  Amelia, el cielo ya   estaba  oscureciendo y  a lo lejos las personas  empezaron  a  encender de  las luces en sus  hogares y oficinas.

Amelia   se pegó más al cuerpo  de  Sebastián  al oír  una  de sus canciones  favoritas :  Lenny Kravitz Calling All Angels.

Toda Mi Vida

He Estado Esperando A Alguien A Quien Amar

Toda Mi Vida

Amando A Todos Los Ángeles

He Estado Esperando A Algo Que Amar

He Estado arrodillándome

Os Necesito Cerca Del Suelo Y Rezando Por oír Un Sonido

Amelia sintió algo en la chaqueta de cuero de Sebastián. de manera traviesa preguntó — ¿ Ahí está mi regalo de cumpleaños?

— Puede ser. — Muéstramelo . — Lo verás el sábado.

Amelia no se pudo contener y metió sus manos en la chaqueta de Sebastián fue cuando sintió una pequeña caja. Ella se paralizó y no supo qué hacer. Su corazón latió más aprisa y su boca se puso seca.

Sebastián algo nervioso y con voz ronca dijo —.Tómalo fue de mi madre, te la iba a dar el sábado.

Amelia sacó una caja negra cuando la abrió miró un anillo de diamante en forma de mariposa.

— Sé que no crees en el matrimonio y que no tengo ni un centavo, pero quiero estar a tu lado y hacerte feliz el resto de... Amelia lo besó con pasión a Sebastián interrumpiendo su declaración de matrimonio. Él dejó de besarla para acariciar su rostro — ¿eso quiere decir que sí? Amelia asintió ya que apenas podía hablar . Sebastián colocó el anillo de su madre en el dedo anular de Amelia. — Siempre estaremos juntos, nada nos separara. Antes que ella pudiera responder el cielo se volvió rojo y el Guagua Pichincha retumbó estruendosamente, pero lo que más asustó a la pareja fue mirar a la calavera de ojos rojos encima de una nube negra. — Creo que los decepcionaré. Amelia es mía y es hora que cumpla su destino.

Espero que disfruten del fin de semana y que les haya agradado el capítulo.