Hola, ¿cómo les va? Hoy van a ver que ocurre con Heli y Sebastián .
Capítulo 29
Heli se frotó la cabeza con mucho dolor. Estaba cansada con hambre y harta de oír el eterno parloteo de Pablo. Por un momento quiso dejarlo a merced de las sombras, pero era demasiado tonta para hacerlo.
Pablo volvió a gritar.
— Sabía que eras una bruja. Maldita gorda, debes quitarme el hechizo. Desde que te alejaste de mí. No puedo dejar de pensar en ti, de extrañarte. Todos mis amigos se burlan —. Dijo con voz compungida y con ganas de llorar Pablo se acercó a ella y le suplicó —. Por favor.
Heli exasperada lo miró a punto de golpear a su amigo de nuevo con los libros.
— Eres un tonto. No entiendes. No te embruje y si hubiera adquirido mis poderes antes. Te hubiera convertido en rana en lugar de hacer que mueras de amor por mí. Tengo mejores cosas que hacer. Nunca desperdiciaré mis poderes en enamorarte si hasta lamento de salvarte.
Pablo se puso de lloroso a furioso y se acercó Heli. Ambos estaban sobre un pequeño escritorio protegidos por cúpula de hielo.
— No seas estúpida y grosera. No me has mirado bien soy un 10; un tipo perfecto.
Se sacó la camisa mostrando su cuerpo perfecto y bien formado. Heli en otro tiempo se hubiera puesto nerviosa por lo menos excitada. Solo bostezo y se alejó lo que más pudo de su amigo.
— Lo sé. Eres un chico fuera de mi liga, guapo , popular y hasta con dinero. En que pensé cuando me enamoré platónicamente de ti.
Pablo sonrió con suficiencia.
Heli no se amilanó por eso y siguió hablando — Sabes, eres un 10 en apariencia solo eso. Hablar contigo es aburrido, eres la persona más tonta y superficial que conocido. Lo que más me da rabia; es que somos parecidos.
Pablo sujeto a Heli —¿Cómo te atreves a decir eso?
Heli lanzó una pequeña descarga a Pablo que se alejó — Ambos nos guiamos por las apariencias. Tu solo me ves como una mujer horrible por como soy y yo pensé que era genial por lo mismo.
Solo tuve que conocerte mejor para darme cuenta lo patético que eres. Te pido de nuevo que me dejes de hablar y buscar en la universidad. Estoy harta de tus ruegos y tus falsas disculpas yo no quiero saber nada de ti. No lo entiendes, cuando vi quien eras me resultaste repelente.
Pablo no lo podía creer , ninguna mujer le habló de esa manera. Le iba a mostrar que era el hombre perfecto. Heli fue jalada a los brazos de Pablo que intentó besarla en la boca. Lo hubiera logrado si una especie de rayo los separó. Heli se sorprendió de ver a Seirim
— ¿Interrumpo ?
Heli se movió hacia el demonio con sentimientos contradictorios. Estaba fastidia de verlo , pero también aliviada de ser salvada.
— No digas zoquetadas. Pensé que mi madre iba a llegar.
— Me mandó a mí . Vámonos o deseas más tiempo con tu noviecito.
— Ese tonto no es mi novio, tengo mejor gusto.
Pablo ofendido gritó — oye no seas grosera y ciega.
Ni Heli o Seirim le hicieron caso.
Seirim con una mirada desdeñosa a Pablo y a Heli dijo — Será mejor que los lleve y deje de perder mi tiempo.
Heli recibió esas palabras como una bofetada — entonces no era que nos busques. Hubiera preferido convertirme en sombra que ser salvada por ti.
Todo se oscureció la pequeña cúpula de hielo de Heli pereció en cuestión de segundos . Seirim sintió que un montón de libros lo pegaba junto con el tonto humano. Tenía tan solo segundos antes que las sombras lo alcanzaran.
—Frena ese hechizo, ya me han golpeado todo el día.
—¿Por qué será?
—¡Heli!
La amiga de Amelia con renuencia dijo — pare — al mismo tiempo que eran transportados a la casa de Luke.
Cuando llegaron Heli casi se cae de no ser por Seirim. Pablo en cambio se cayó al piso y se estrelló contra la pared .
Lin , Nessa y Amelia los recibieron en una sala llena de libros. Heli de buena gana se soltó de Seirim y fue a los brazos de su madre y de su mejor amiga.
Seirim aún se sentía molesto por traer a Pablo.
— Será que deje de perder el tiempo me vaya a luchar con los otros contra Úvatar.
Heli quiso pegar o por lo menos responder algo a demonio grosero , pero no lo hizo. Solo dio un escueto — gracias.
Amelia caminaba nerviosa por el salón esperando saber sobre su hermana y Sebastián.
La mujer de origen asiático le tocó el hombro —. Los mejores guerreros fueron a ayudarlos, solo debemos tener fe, y rezar para que tengan éxito.
Amelia no dijo nada y miró al vació esperando ver entrar a sus seres queridos. Como conjurados Sebastián, el extraño doctor y un inmenso dragón blanco llegaron. Ellos traían en una especie de caja de hielo a los amigos de Sebastián.
Amelia reconoció a doña Caridad y su esposo, pero lo que más le impactó fue a ver a la negra que era cocinera de ellos en una camilla parecía estar herida y muy débil.
Amelia se acercó a ella la anciana tocó su rostro — Falta mucho para que estés a salvo siempre piensa en los que amas ellos son tu esperanza e iluminarán tu corazón.
Sebastián instintivamente tomó la mano de Amelia, aun recordaba la sensación de zozobra cuando huían de Úvatar. Temía que nunca estuvieran seguros. Miró hacia Meche que estaba siendo llevada por ese médico arrogante con cara de ganso. Aunque fue más fácil rescatar a sus amigos. Solo tenía que cerrar los ojos para recordar el frío, la angustia y la soledad que impregnaban las calles de Quito.
Atravesaron por las sombras el campo de fuerza que utilizó el curador para que no fueran atacados. Su protección era tan fuerte que las sombras asumieron que eran uno de ellos y no lo molestaban. Hasta el jefe de dragones admiró el campo de fuerza.
— Debiste hacer , varios campos de fuerza para los hombres que van a salvar a la humana y a los cambias formas.
Firond frunció el ceño y miró a la oscuridad eligiendo sabiamente sus palabras para que los seres con inferior inteligencia como el humano que estaba a su lado pudieran entender.
— Lo hubiera hecho de ser posible. Este campo de fuerza es solo uno de mis experimentos, pero no está perfeccionado. Puede ser muy volátil o perder su poder. El hechizo de sombras que creó Úvatar es perfecto y muy difícil de evadir . Es un gran hechicero.
Sebastián no podía creer lo que escucho. Molesto preguntó — ¿Acaso admiras a Úvatar?—Sí — contesto Firond sin importarle la opinión de los demás —. Es un gran hechicero. Ya incorpora en sus hechizos magia de otras razas. Su error es su afán de poder, ya que el poder siempre envenena todo lo que toca. Cuando más tienes más deseas y siempre hay alguien que te destruirá por él. Por eso yo prefiero el conocimiento al poder. Conocer cosas nuevas solo puede abrir caminos. Hasta un ser insignificante como tú me puede enseñar algo.
Antes que Sebastián pudiera decir algo interrumpió Amras — Llegamos.
Sebastián se sorprendió al ver una luz en el cuarto de Meche. Cuando entraron en la casa Meche estaba casi inconsciente . Don Pedro y su esposa estaban parados junto a ella muy asustados pero a salvo. Sebastián percibió un olor a canela que lo envolvió todo alrededor. El cuarto de Meche solo tenía una silla en donde estaba sentada la vieja cocinera todo lo demás se encontraba infectado casi a punto de desmayarse. Firond empujo a Sebastián y fue atender a la anciana con presteza y algo de ternura.
La mano de Amelia y su calor le recordó que ahora se encontraba casi a salvo. Meche fue traslada por el elfo presumido a la enfermería mientras ellos se quedaron en un pasillo sin saber qué hacer por algunos minutos. Fue Nessa quien los miró sin hacer nada y los llevó ayudar a fortificar el castillo. Amelia estuvo junto a Heli un rato antes sellando las fuentes de agua , pero cuando llegó Sebastián dejó de hacer el trabajo que le habían encargado. Nessa los condujo a un jardín interior las ventanas de cristal los dejaban ver el mar que lo rodeaba. Sebastián se maravilló por su belleza. Amelia ni siquiera percibió el ambiente que le rodeaba solo tenía ojos para Zahra.
Le extraño tenerla como pariente y que le recordaba en algo a su madre. Tenía los mismos ojos y esa sonrisa que aún derretía el corazón de Amelia cuando pensaba en su mamá.
Zahra con timidez se acercó a Amelia y a Sebastián.
—¿Saben algo de Ana?
Amelia se estremeció de miedo al pensar que algo malo pudiera pasarle a su hermana. Sebastián tomó la mano, para luego decir — No hemos sabido nada. El rescate de mis amigos fue fácil, esperaba que lo mismo ocurriera con Ana.
— A Ana le persigue un demonio llamado Azidahaka que hará todo lo posible por capturarla. Lo único bueno es que Úvatar no va tras de ella personalmente.
Oyeron unos gritos y fueron corriendo al gran salón . No esperaron ver a doña Luisa queriendo atacar a Firond con un florero. Cuando Amelia se le acercó Luisa le escupió en el rostro.
— Por tu culpa estamos aquí, el cara de ganso dijo que el demonio te busca. Estas maldi...
Firond tocó a Luisa y le hizo dormir — No tengo cara de ganso. Me rehusó a tenerla en la enfermería, cuídenla ustedes. No dejen que entre a este cuarto — índico una habitación con la mano izquierda—. En esa habitación está uno de mis experimentos
Todos asintieron. A Firond no le importo que nadie le preguntó ¿de qué se trataba el experimento? —. Dijo de forma altiva — es un portal que atraviesa las sombras. No está hecho por magia hechicera así que indetectable, pero aún no está acabado.
Sebastián asintió nuevamente y llevó a doña Luisa junto a Amelia y Zahra al salón de música. Esperando que Ana se encontrara a salvo , tenía el presentimiento que no era así.
Espero que les haya gustado mi capítulo y les deseo un buen fin de semana
Seirim aún se sentía molesto por traer a Pablo.
— Será que deje de perder el tiempo me vaya a luchar con los otros contra Úvatar.
Heli quiso pegar o por lo menos responder algo a demonio grosero , pero no lo hizo. Solo dio un escueto — gracias.
Amelia caminaba nerviosa por el salón esperando saber sobre su hermana y Sebastián.
La mujer de origen asiático le tocó el hombro —. Los mejores guerreros fueron a ayudarlos, solo debemos tener fe, y rezar para que tengan éxito.
Amelia no dijo nada y miró al vació esperando ver entrar a sus seres queridos. Como conjurados Sebastián, el extraño doctor y un inmenso dragón blanco llegaron. Ellos traían en una especie de caja de hielo a los amigos de Sebastián.
Amelia reconoció a doña Caridad y su esposo, pero lo que más le impactó fue a ver a la negra que era cocinera de ellos en una camilla parecía estar herida y muy débil.
Amelia se acercó a ella la anciana tocó su rostro — Falta mucho para que estés a salvo siempre piensa en los que amas ellos son tu esperanza e iluminarán tu corazón.
Sebastián instintivamente tomó la mano de Amelia, aun recordaba la sensación de zozobra cuando huían de Úvatar. Temía que nunca estuvieran seguros. Miró hacia Meche que estaba siendo llevada por ese médico arrogante con cara de ganso. Aunque fue más fácil rescatar a sus amigos. Solo tenía que cerrar los ojos para recordar el frío, la angustia y la soledad que impregnaban las calles de Quito.
Atravesaron por las sombras el campo de fuerza que utilizó el curador para que no fueran atacados. Su protección era tan fuerte que las sombras asumieron que eran uno de ellos y no lo molestaban. Hasta el jefe de dragones admiró el campo de fuerza.
— Debiste hacer , varios campos de fuerza para los hombres que van a salvar a la humana y a los cambias formas.
Firond frunció el ceño y miró a la oscuridad eligiendo sabiamente sus palabras para que los seres con inferior inteligencia como el humano que estaba a su lado pudieran entender.
— Lo hubiera hecho de ser posible. Este campo de fuerza es solo uno de mis experimentos, pero no está perfeccionado. Puede ser muy volátil o perder su poder. El hechizo de sombras que creó Úvatar es perfecto y muy difícil de evadir . Es un gran hechicero.
Sebastián no podía creer lo que escucho. Molesto preguntó — ¿Acaso admiras a Úvatar?—Sí — contesto Firond sin importarle la opinión de los demás —. Es un gran hechicero. Ya incorpora en sus hechizos magia de otras razas. Su error es su afán de poder, ya que el poder siempre envenena todo lo que toca. Cuando más tienes más deseas y siempre hay alguien que te destruirá por él. Por eso yo prefiero el conocimiento al poder. Conocer cosas nuevas solo puede abrir caminos. Hasta un ser insignificante como tú me puede enseñar algo.
Antes que Sebastián pudiera decir algo interrumpió Amras — Llegamos.
Sebastián se sorprendió al ver una luz en el cuarto de Meche. Cuando entraron en la casa Meche estaba casi inconsciente . Don Pedro y su esposa estaban parados junto a ella muy asustados pero a salvo. Sebastián percibió un olor a canela que lo envolvió todo alrededor. El cuarto de Meche solo tenía una silla en donde estaba sentada la vieja cocinera todo lo demás se encontraba infectado casi a punto de desmayarse. Firond empujo a Sebastián y fue atender a la anciana con presteza y algo de ternura.
La mano de Amelia y su calor le recordó que ahora se encontraba casi a salvo. Meche fue traslada por el elfo presumido a la enfermería mientras ellos se quedaron en un pasillo sin saber qué hacer por algunos minutos. Fue Nessa quien los miró sin hacer nada y los llevó ayudar a fortificar el castillo. Amelia estuvo junto a Heli un rato antes sellando las fuentes de agua , pero cuando llegó Sebastián dejó de hacer el trabajo que le habían encargado. Nessa los condujo a un jardín interior las ventanas de cristal los dejaban ver el mar que lo rodeaba. Sebastián se maravilló por su belleza. Amelia ni siquiera percibió el ambiente que le rodeaba solo tenía ojos para Zahra.
Le extraño tenerla como pariente y que le recordaba en algo a su madre. Tenía los mismos ojos y esa sonrisa que aún derretía el corazón de Amelia cuando pensaba en su mamá.
Zahra con timidez se acercó a Amelia y a Sebastián.
—¿Saben algo de Ana?
Amelia se estremeció de miedo al pensar que algo malo pudiera pasarle a su hermana. Sebastián tomó la mano, para luego decir — No hemos sabido nada. El rescate de mis amigos fue fácil, esperaba que lo mismo ocurriera con Ana.
— A Ana le persigue un demonio llamado Azidahaka que hará todo lo posible por capturarla. Lo único bueno es que Úvatar no va tras de ella personalmente.
Oyeron unos gritos y fueron corriendo al gran salón . No esperaron ver a doña Luisa queriendo atacar a Firond con un florero. Cuando Amelia se le acercó Luisa le escupió en el rostro.
— Por tu culpa estamos aquí, el cara de ganso dijo que el demonio te busca. Estas maldi...
Firond tocó a Luisa y le hizo dormir — No tengo cara de ganso. Me rehusó a tenerla en la enfermería, cuídenla ustedes. No dejen que entre a este cuarto — índico una habitación con la mano izquierda—. En esa habitación está uno de mis experimentos
Todos asintieron. A Firond no le importo que nadie le preguntó ¿de qué se trataba el experimento? —. Dijo de forma altiva — es un portal que atraviesa las sombras. No está hecho por magia hechicera así que indetectable, pero aún no está acabado.
Sebastián asintió nuevamente y llevó a doña Luisa junto a Amelia y Zahra al salón de música. Esperando que Ana se encontrara a salvo , tenía el presentimiento que no era así.
Espero que les haya gustado mi capítulo y les deseo un buen fin de semana
6 comentarios:
Hola Citu, buenas tardes,
muy bueno el tema de hoy,
me quedo con eso del conocimiento antes que el poder ...
aunque yo preferiría poder ............ =)
Ten una linda tarde-noche
un beso grande
Hasta el próximo viernes!
Será que paso algo con Ana, esperemos que no, esta historia cada vez se va poniendo más buena, se tiene que derrotar a Uvatar, gracias por el capitulo y que tengas un buen fin de semana!
Leer un libro,adentrarte dentro de sus palabras,son gozes muy faciles de adquirir
Hola! Muy buen capítulo!! Me ha gustado mucho.
Feliz finde!!
Besos!
Ese presentimiento....
Me está gustando mucho esta historia
Besos
Hola Citu! Espero que estés bien. Más vale tarde que nunca. Hoy me pondré al día con los capítulos que me faltan.El tal Fiodor me cae simpático como cientiefico loco. La verdad que petardo es Pablo espero que cambie de actitud. El encuentro de Amelia y Sebastian que tiernos. Buen capítulo!
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