Hola ¿cómo están? Hoy les traigo la primera parte del prologo de mi nueva novela . Esperó que les guste.
La acción se desarrolla antes del encape de Úvatar. En en esta parte de la historia conocerán un poco a Baal , Agni y a Seirim.
Les dejó con mi historia.
Inframundo
Baal miró sin emoción a 5 las mujeres que se encontraba sobre su lecho. No recordaba ni sus nombres y su deseo por ellas pasó tan rápido como el vuelo de una mariposa. Tenía poder, riqueza y todo lo que la mente de cualquiera pudiera imaginar. Desde la muerte de su esposa la soledad lo dominaba por más de mil años. Un sentimiento de pérdida controlaba sus deseos hasta tal punto que esperaba la muerte. Mas la venganza prevalecía en una lucha constante que rasgaba el corazón del rey de los demonios. Si cerraba los ojos aún podía ver el rostro de su amada esposa. Tamit fue asesinada por Úvatar. Aunque Baal lo confinó a una prisión eterna , sabía que el demonio elfo escaparía por ayuda de uno de sus descendientes. Era su maldición por su arrogancia. Su propia sangre y carne lo traicionaría y liberaría a su enemigo que tendría más fuerza y poder de lo que nadie era capaz de imaginar.
Su mejor amiga y consejera Apepi le advirtió, pero en esa época él fue muy tonto para no creer en su palabra. Ahora era demasiado tarde.
Tronó los dedos. De las sombras salió un hombre bajito, flaco, calvo con algunas canas desafiando su redonda coronilla. Tenía lentes y barba negra con mechas blancas. Puso los ojos en blanco al ver a las mujeres que compartían el lecho de su amo. Mas no dijo ni una palabra. — Ramiel, podrías deshacerte de ellas —. Dijo Baal sin ni siquiera mirar a las mujeres que acompañaron su lecho la pasada noche.
Ramiel atravesó el piso de mármol sin mirar los elegantes muebles de madera. Mientras Baal se transformaba en un humano de nuevo. Minutos antes era un enorme monstruo de tres metros de largo con grandes cuernos y piel negra satinada. Los rasgos de su rostro eran duros y sus ojos eran rojos. A pesar de que cualquiera pudiera temerle sin remedio. Había algo dulce y bueno en su mirada que daba una falsa confianza, Baal siempre pensó que lo que más hería podía ser dulzura y la bondad.
Camino desnudo, en forma de un hombre de dos metros de cabellos negros y cuerpo musculoso. Su rostro se hizo más suave y sus ojos se volvieron azules y una ligera barba estilo candado rodeo su faz. Aunque no lo necesitaba adoraba bañarse en agua cristalina. Iba a hacerlo cuando la voz de Remiel hizo que detuviera su paso.
—Señor, no creo que deba perder el tiempo en un baño largo. Se avecinan problemas.
Baal miró a su empleado. Lo que le gustaba de Remiel era que estaba al tanto de todo lo que ocurría en el inframundo y que su lealtad hacia él era indiscutible.
— ¿Qué ocurre ahora?
Ramiel suspiró para hacer más dramático el momento. Baal gruñó como respuesta. Minutos después pudo oír que Agni uno de sus hijos lo buscaba y se encontraba furioso.
— ¿Dime lo que ocurre o te herviré en aceite?
Ramiel ni siquiera tembló, sabía que era una promesa vana. Baal confiaba en él y en su honestidad. Lo cual era un sentimiento recíproco ya que Ramiel daría su vida por su señor. Odiaba la mentira y traición. El motivo que fue condenado al inframundo fue el de la muerte de su esposa y su amante. Él aún no se arrepentía de haberlos matado y destruido en mil pedazos.
Ramiel hizo un sonido con su garganta antes de hablar —. Lo que oí , fue que atacaron...
No consiguió decir ni una palabra. Ya que la recamara de Baal fue invadida por su hijo Agni que traía arrastrando de sus cabellos a su hermano Seirim. Agni era un enorme demonio de casi tres metros, era robusto e imponente. Los músculos de su cuerpo estaban cubiertos de piedra volcánica y de todo su ser salían llamas, capaces de matar a cualquier ser humano. En el suelo conteniendo su rabia y su poder estaba el medio hermano de Agni. Seirim era un hombre alto de cabellos plateados y rasgos afilados. Sus ojos azules y su expresión triste lo hacían parecer un ángel caído.
La acción se desarrolla antes del encape de Úvatar. En en esta parte de la historia conocerán un poco a Baal , Agni y a Seirim.
Les dejó con mi historia.
Prologo
Baal miró sin emoción a 5 las mujeres que se encontraba sobre su lecho. No recordaba ni sus nombres y su deseo por ellas pasó tan rápido como el vuelo de una mariposa. Tenía poder, riqueza y todo lo que la mente de cualquiera pudiera imaginar. Desde la muerte de su esposa la soledad lo dominaba por más de mil años. Un sentimiento de pérdida controlaba sus deseos hasta tal punto que esperaba la muerte. Mas la venganza prevalecía en una lucha constante que rasgaba el corazón del rey de los demonios. Si cerraba los ojos aún podía ver el rostro de su amada esposa. Tamit fue asesinada por Úvatar. Aunque Baal lo confinó a una prisión eterna , sabía que el demonio elfo escaparía por ayuda de uno de sus descendientes. Era su maldición por su arrogancia. Su propia sangre y carne lo traicionaría y liberaría a su enemigo que tendría más fuerza y poder de lo que nadie era capaz de imaginar.
Su mejor amiga y consejera Apepi le advirtió, pero en esa época él fue muy tonto para no creer en su palabra. Ahora era demasiado tarde.
Tronó los dedos. De las sombras salió un hombre bajito, flaco, calvo con algunas canas desafiando su redonda coronilla. Tenía lentes y barba negra con mechas blancas. Puso los ojos en blanco al ver a las mujeres que compartían el lecho de su amo. Mas no dijo ni una palabra. — Ramiel, podrías deshacerte de ellas —. Dijo Baal sin ni siquiera mirar a las mujeres que acompañaron su lecho la pasada noche.
Ramiel atravesó el piso de mármol sin mirar los elegantes muebles de madera. Mientras Baal se transformaba en un humano de nuevo. Minutos antes era un enorme monstruo de tres metros de largo con grandes cuernos y piel negra satinada. Los rasgos de su rostro eran duros y sus ojos eran rojos. A pesar de que cualquiera pudiera temerle sin remedio. Había algo dulce y bueno en su mirada que daba una falsa confianza, Baal siempre pensó que lo que más hería podía ser dulzura y la bondad.
Camino desnudo, en forma de un hombre de dos metros de cabellos negros y cuerpo musculoso. Su rostro se hizo más suave y sus ojos se volvieron azules y una ligera barba estilo candado rodeo su faz. Aunque no lo necesitaba adoraba bañarse en agua cristalina. Iba a hacerlo cuando la voz de Remiel hizo que detuviera su paso.
—Señor, no creo que deba perder el tiempo en un baño largo. Se avecinan problemas.
Baal miró a su empleado. Lo que le gustaba de Remiel era que estaba al tanto de todo lo que ocurría en el inframundo y que su lealtad hacia él era indiscutible.
— ¿Qué ocurre ahora?
Ramiel suspiró para hacer más dramático el momento. Baal gruñó como respuesta. Minutos después pudo oír que Agni uno de sus hijos lo buscaba y se encontraba furioso.
— ¿Dime lo que ocurre o te herviré en aceite?
Ramiel ni siquiera tembló, sabía que era una promesa vana. Baal confiaba en él y en su honestidad. Lo cual era un sentimiento recíproco ya que Ramiel daría su vida por su señor. Odiaba la mentira y traición. El motivo que fue condenado al inframundo fue el de la muerte de su esposa y su amante. Él aún no se arrepentía de haberlos matado y destruido en mil pedazos.
Ramiel hizo un sonido con su garganta antes de hablar —. Lo que oí , fue que atacaron...
No consiguió decir ni una palabra. Ya que la recamara de Baal fue invadida por su hijo Agni que traía arrastrando de sus cabellos a su hermano Seirim. Agni era un enorme demonio de casi tres metros, era robusto e imponente. Los músculos de su cuerpo estaban cubiertos de piedra volcánica y de todo su ser salían llamas, capaces de matar a cualquier ser humano. En el suelo conteniendo su rabia y su poder estaba el medio hermano de Agni. Seirim era un hombre alto de cabellos plateados y rasgos afilados. Sus ojos azules y su expresión triste lo hacían parecer un ángel caído.
Baal
furioso observó a sus
dos hijos entrar en sus
habitaciones privadas. De la nada
se oyeron truenos
como si estuviera a punto
de caer
una terrible tormenta y el
piso de mármol se abrió.
—
¿Qué hacen aquí?
Agni a pesar
del miedo que tenía hacia
su padre cuando este se ponía
furioso. No se inmutó, se
encontraba demasiado furioso
para tener sentido común
o pensar en algo más que
venganza.
—
Mi clan ha sido atacado.
Quisieron matar nuestros
demonios más pequeños
y violar a nuestras mujeres. Exijo...
El discurso de Agni fue interrumpido por
nuevamente por los
truenos y lluvia
ácida hizo estremecer
al demonio de fuego. Agni
a pesar del terrible dolor
no dijo nada. Sin embargo,
bajo la mirada y
soltó a su hermano.
Seirim se
levantó del piso y a pesar de sus
heridas tampoco hizo ningún
gesto. El demonio mestizo había sido
atacado sin haber cometido ningún crimen.
Era algo poco común
a pesar del desprecio
por casi todos los
demonios y sus clanes.
Seirim era muy temido por
su habilidad para luchar y poder sin igual.
Miró a Baal en un
acto rebeldía. Su
padre se volvió
a transformar en
enorme demonio con cuernos. El
rey del inframundo cerró los
ojos para apaciguar
su ira. Luego dijo
sin emoción —. En mis
habitaciones y en ninguna parte
de mi reino se me exige nada. Si deseas hablar
conmigo iras y me pedirás
audiencia. No me importan cuantos
daños han hecho a tu
clan. No puedes faltarme al
respeto. Lárguense los
veo dentro de 5
minutos en el salón del trono.
Agni tuvo el buen criterio de
no decir ninguna palabra. Iba a
volver a
tomar a Seirim
por su larga cabellera
plateada , pero este
no se dejó capturar. El
demonio mestizo se movió
rápidamente hacia el fondo
de la habitación.
Seirim miró con desprecio
a su hermano — Iré
contigo al salón del trono, por
mi propio pie. Soy inocente de lo que me
acusas. Es fácil odiarme solo porque
no soy un demonio completo
y acusarme de
todo cuanto te molesta.
—Fuiste visto en los
alrededores.
Un rayo
cayó a los pies de
Agni. El demonio de
fuego miró a su padre. Baal
gruñó — Cualquier discusión
será en el salón del trono.
Ambos
hijos de Baal
salieron sin decir nada.
Agni apretaba los puños y se
mordía la lengua para no protestar por
la injusticia del trato
de su padre.
Cuando se fueron
sus hijos Baal
volvió a su forma
humana. Ramiel seguía
a su lado sin decir una palabra
al mirar a su amo lo encontró algo
cansado y molesto.
Remiel caminó hacia la
gran cama, pero
la orden de su amo lo hizo
detenerse de improviso.
—
Remiel busca Adremelech
y al ejecutor.
Deseo conocer todo
sobre el ataque.
Remiel simplemente se
fue al oír
la orden de su amo. Dejando
solo a Baal.
El rey del inframundo chasqueó los dedos y su cuerpo se cubrió con una armadura roja. Golpeo el piso con su pie izquierdo y una gran escalera se formó, él descendió por varios pisos. Hasta llegar a un pasillo llevándolo oscuro.
Cuando estuvo en él los recuerdos y la culpa lo asoló. Al fondo se encontraban las habitaciones de Apepi. En lugar de irse a encontrar con sus hijos fue a la guarida de su mejor amiga.
Apepi fue una demonia serpiente. Un ser parte animal, parte de humano y parte demonio. Además de ser una gran luchadora tenía un don que no se daba mucho entre los seres de 5 mundos. Poseyó la capacidad de ver el futuro. Era capaz de retroceder en el tiempo y cambiar el destino. La mayoría de sus presas eran humanas y terminaban siendo sus esclavos.
A pesar de que se encontraba dentro de la tierra el paisaje cambió mientras avanzaba su camino. El entorno se volvió selvático el piso algo lodoso a medida que avanzaba Baal podía oír el cantar de los pájaros , los zumbidos de mosquitos y hasta miró a un mono asustarse al verlo. Los animales fueron en su mayoría humanos que hicieron un trato con Apepi y perdieron su alma.
El corazón de Baal latió más fuerte al mirar un pequeño palacio en medio de la selva. Ese fue el hogar de su amiga, ahora era su tumba.
Cuando entró en el palacio como tantas veces. Revivió la imagen de encontrar a Apepi seriamente herida en el suelo junto a un pequeño demonio recién nacido de ojos azules que lloraba a su lado.
La culpa nuevamente lo embargó de forma profunda como un golpe en medio del estómago. Fue su orgullo lo que originó todos los hechos que vinieron después. Un extraño presentimiento recorrió el cuerpo de Baal. Algo iba a pesar. Temía que Úvatar por fin se libere.
Cuando estuvo en él los recuerdos y la culpa lo asoló. Al fondo se encontraban las habitaciones de Apepi. En lugar de irse a encontrar con sus hijos fue a la guarida de su mejor amiga.
Apepi fue una demonia serpiente. Un ser parte animal, parte de humano y parte demonio. Además de ser una gran luchadora tenía un don que no se daba mucho entre los seres de 5 mundos. Poseyó la capacidad de ver el futuro. Era capaz de retroceder en el tiempo y cambiar el destino. La mayoría de sus presas eran humanas y terminaban siendo sus esclavos.
A pesar de que se encontraba dentro de la tierra el paisaje cambió mientras avanzaba su camino. El entorno se volvió selvático el piso algo lodoso a medida que avanzaba Baal podía oír el cantar de los pájaros , los zumbidos de mosquitos y hasta miró a un mono asustarse al verlo. Los animales fueron en su mayoría humanos que hicieron un trato con Apepi y perdieron su alma.
El corazón de Baal latió más fuerte al mirar un pequeño palacio en medio de la selva. Ese fue el hogar de su amiga, ahora era su tumba.
Cuando entró en el palacio como tantas veces. Revivió la imagen de encontrar a Apepi seriamente herida en el suelo junto a un pequeño demonio recién nacido de ojos azules que lloraba a su lado.
La culpa nuevamente lo embargó de forma profunda como un golpe en medio del estómago. Fue su orgullo lo que originó todos los hechos que vinieron después. Un extraño presentimiento recorrió el cuerpo de Baal. Algo iba a pesar. Temía que Úvatar por fin se libere.
Les deseo un genial fin de semana .
11 comentarios:
Hola! Que ganas tenía de empezar esta historia!!! Me ha gustado mucho y ahora tengo muchas ganas de seguir leyendo, jejeje.
Besos!
Amiga escritora.,en tus novelas se reflejan todas las inquietudes de tu gran personalidad
Se presenta un Baal ligeramente atormentado y a sus dos hijos enfrentados. A Remiel, sirviente fiel, y a Apepi, la demonio serpiente, amiga de Baal, que mora en un palacio bajo tierra, si no he entendido mal. Al parecer Apepi tuvo un hijo, pero algo que hizo Baal (o que no hizo y debiera haber hecho) provocó acontecimientos que son, quizá, por lo que el palacio de Apepi es ahora su tumba. Puede que muriera su hijo... no sé, conjeturas.
Y por algún lugar Úvatar está pronto a liberarse... Si mató a la esposa de Baal... ¿Qué habrá que hacer para aniquilarle definitivamente?
Ya ves que tengo algunas incógnitas, cosa normal porque acabamos de empezar. Tengo ya curiosidad por Apepi... Es decir, que ya estoy intrigada.
Bsssssss
Hola Citu! Cuanto tiempo y no es un reproche. Comienzo de historia y ya veo a un viejo conocido Seirim. Bueno por ahora me mantengo expectante para ver como continúa la historia pero si Úvatar están en medio se desatará el infierno. Espero que no le pasara nada al niño que está junto a Apepi. Me alegro que estés de vuelta. Te leo en siete días. Un besote!
¡Hola! ¡Qué buen inicio! Mucha acción y desazón de parte de Baal desde el comienzo. Me gusta mucho. Por cierto '— ¿Dime lo que ocurre o te herviré en aceite?' ahí deberías quitarle los signos de pregunta, porque lo está amenazando, no es como si tuviera elección, pierde efectividad la amenaza.
Espero el próximo capítulo.
¡Un abrazo!
Hola querida amiga.
Este libro es la continuación del otro que me regaste supongo porque veo que todos conocen los personajes y yo algo leí del otro.
Mucha acción en la trama y los personajes altamente potenciados por ella.
Me gustan mucho las descripciones porque permiten que uno pueda imaginar y ubicarse en el contexto.
Te felicito por tu gran imaginación.
Un beso.
Muy bueno el prologo quiero saber mas, gracias!
Por ser un maravilloso blog te he dejado un reconocimiento en:
https://puertasalaimaginacion.blogspot.com/2017/10/reconocimiento-bloguero.html
Espero te guste y motive.
Un abrazo.
Por ser un maravilloso blog te he dejado un reconocimiento en:
https://puertasalaimaginacion.blogspot.com/2017/10/reconocimiento-bloguero.html
Espero te guste y motive.
Un abrazo.
!Buen inicio de prologo!
Ese enfrentamiento entre hermanos debe ser devastador para Baal. Agni parece estar confabulando en contra de Seirim, espero que Ramiel sepa algo y logre ayudarlo.
Encantador, me gusto mucho la intensidad de la narración.
Abrazo y hasta el próximo!
¡Hola Ju! ¡Qué imaginación brillante Citu! Eres genial. Me ha encantado el comienzo del prólogo. Una historia fantástica que promete. Gracias por compartirla. Un beso enorme y buenas noticias que publiques en varias pág. Besotes.
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