Lágrimas de Luna . Capítulo 22 ( Primera parte)

Hola ¿cómo están? Hoy les traigo un nuevo  fragmento  de mi novela. Esperó que les  agrade. 

Capítulo 22

Ana  volvió  a perderse  en el mismo  castillo.  Oyó una  hermosa  voz  cantando al principio  pensó que  era  Heli.  Mas  su  amiga era  muy  desafinada,  sin embargo,  se dirigió para ese lugar.
Heli  casi  estuvo a punto de  llorar  cuando  supo  que  Amelia  fue  raptada  un sentimiento  de  culpa  llenó  su corazón.  Lo peor  fue  oír la acusación  de  Ana y  el extraño ataque  que sufrió.  Estuvo vagando  por  el castillo hasta que encontró  una puerta  enorme  de manera  en  ella  salían unos horribles chillidos. La  abrió  aunque  cuando  tocó  el picaporte   este le quemó la mano.  Se  sorprendió  al ver   a dos  mujeres    sentadas   en una  especie  de  lago     junto   a  unos  ruidosos  bebés de  fénix    que estaban  llorando.  El  cuarto  fue   transformado en  un  enorme bosque   con  grandes  árboles de pelaje  rosa  que  a  Heli  le  recordaban  a los  cerezos.
Heli se quedó  mirando  a las dos  mujeres  y  a los bebés  que  lloraban  y la pusieron  muy  nerviosa.  La  mujer  de  cabello púrpura  le   dijo  — cierra la  puerta.
Heli  lo hizo, para luego preguntar  — ¿qué  les pasa a los monstruitos?
— Son  avvveees  fénnnix  —  respondió una mujer morena  con   rastas  en la  cabeza.
Heli miró a las  extrañas  aves  que  parecían  emitir  una  especie  de  canción  y que  se  colocaron a su alrededor.
— Parece que les  gustas  expresó la mujer  de  cabello púrpura — Le  dio  una  sonrisa   al mismo tiempo que  decía — Mi nombre  es  Gilraren  y  ella  es  Anazareth.
—Él  mío  es Heli ¿que les  ocurre?
— Perciben  el mal  y la desesperanza  y no  hay  como calmarlos  con magia.

Heli sintió  una magia   que surgía  de las  aves   y le  recordaban  una  canción  de  un anime  viejo que  Heli adoraba  Sailor Moon    en trance    se  puso  a  cantar.

—En mis sueños, nos encontrábamos tú y yo, 

las estrellas mil, protegían mi amor. 

Anazareth  sorprendida miraba la  escena.  El  cabello de Heli  se volvió  rojo y  su piel  brillaba. No podía  creer  que   Heli era  una anuruin, pensaba que  estaban extintos.
Los  anaruin  eran  seres  que  se comunicaban  con  la naturaleza de  forma empática   a través  de la música, la poesía y  el dibujo. Existían muy pocos en el mundo. Anazareth en toda su  larga  vida había  visto   a  dos  junto  con  la humana.  Se creía que antes eran muchos, pero  con  la destrucción  de la naturaleza  y  las  especies  animales  tanto  en el mundo  de los elfos  como  en el mundo humano  los había  extinto. Los  anuruin  se habían limitado a nacer  entre  las  hadas  y dragones.   Aun  así  no  existían muchos y   su poder se mantenía en secreto.
La  demonia   observó  cómo  brillaban  los ojos de  Gilraren en  más  600  años  ella  había sido la única   anuruin  viva con la que había  tratado.
Anazareth sonrió  y decidió probar  el poder  de  Heli.
—  Heli piensa  en volar.
Heli confusa  se calló y  las   aves  empezaron  a llorar.
Gilraren   trono los  dedos  para  que  se  callen  y  ellas   lo hicieron.
—Los  bebés  lindos   se  comportan educados,  no  son   aves  de la  selva  para que chillen todo el día —. Luego miró   a  la  chica  humana y le dijo —. Hazlo  Heli, solo queremos  estar  seguras  de  algo.
Heli  alzó la  ceja  y se preguntó ¿qué  tramaban esas  mujeres?

Volvió  a cantar  pensando en  volar, pero nada pasaba  hasta que llegó  al coro su parte  favorita  de esa  canción.
— Los mejores amigos siempre somos tú y yo 
nunca nada nos separará ni preocupará. 
Hay momentos llenos de magia, magia en el corazón de los dos, 
sólo tú me interesas no puedo ver a nadie más... 

Heli se elevó   por las  nueves envuelta en la magia que  salía  de  las  aves. Gilraren  y  Anazareth  estaban  felices   de tener en esos momentos  de crisis  un poder  tan difícil  de encontrar.
 A lo lejos Seirim  en el pasillo  se encontraba  aburrido.  Fue  interceptado  por   dos  humanos.  Uno  de ellos   vestía  de forma ridícula , pero no le caía  tan mal como  el  otro sujeto.   El  tipo que parecía orangután  y  se burlaba  de  mestiza  elfa.  No  pudo entender  que  veía  una  mujer  tan  bella  en él.
El tipo  además  de imbécil  era  un quejumbroso.  Iba a  guiarlos al salón azul  para  la  gran reunión, pero   se  quedó parado percibiendo  un poder  mágico muy   grande  intrigado   giro  a la derecha  y  fue   a la habitación   de los  fénix.  Abrió la puerta  y  se encontró  a  Heli  elevada por los  aires,  más  hermosa  que nunca cantado  hacia su corazón. La melodía  parecía  hechizarlo, aunque  no era  el único.

Heli  cantaba sin darse  cuenta que la observaban una multitud.

—Algo cambia, cuando el amor llega hasta aquí, y mi sueño al fin, 
se hace realidad. 

De la mano caminaremos tú y yo, las estrellas mil, 
protegían mi amor.

Ana  giró  y  se  hizo paso entre   los que oían a su amiga .  Una  rabia la invadió como si fuera  veneno y le gritó  a Heli.

— Parece, que  te  alegra que mi hermana  sea  torturada para  que   cantes  y organices un espectáculo.  Me imagino que  tratas  de conquistar   a Pablo.

Heli dejó  de  cantar  y las  aves   empezaron  a llorar.  Eso no le importó  A Ana  que siguió  gritando mientras lloraba — Espero que  sufras  el doble  que  Amelia, me hubiera gustado que  a ti  fuera la que  hubieran raptado.

Heli  cayó  en ese preciso  instante, pero  Ana  se  marchó  sin ni siquiera  verlo. Si no hubiera sido  por  Anazareth  que  se elevó  y tomó  a la muchacha  antes  ir  al piso esta  hubiera   sido herida.

Adremelech junto  con  Vanora  llegaron en ese preciso instante  el demonio   se dio cuenta de que  la  mestiza  era  un  arma  muy  valiosa.  Pensó que  a pesar  de que  Úvatar   tenía  a  Amelia  y  a las sombras  ellos estaban listos para el contraataque.

Esperó que lñes  haya  agradado  este  fragmento y les deseo un  genial fin de semana.