Lágrimas de Luna. Capítulo 31 ( Tercera Parte)

Hola  ¿cómo  están?  hoy  les traigo  un nuevo  fragmento  de mi novela .  Esperó  que  les  agrade.

Capítulo  31

Minutos más tarde  Seirim  se trasladaba  con Adremelech  a  Segaron .  A la montaña olvidada.  No  había cómo trasladarse  como magia solo  los dragones  y los demonios podían ascender  sin  problemas. Las otras  criaturas  mágicas   se congelaban en cuestión de minutos. 

En la  cima estaba  congelado Úvatar,  en ella existían tornados  y  descargas eléctricas continuas.

Cuando  por fin  llegaron.  Descubrieron  que  Khalid  no estaba solo.  En la puerta esperando se  encontraba  Lolinder.  Al principio  Seirim creyó  que  Amras el rey de los  dragones  visitaba  a  Khalid.  

Cuando  entraron en una estrecha cueva que  tenía  un  catre  y  estufa para dar  a calor  a  lo lejos estaba   una mochila negra  abierta   con  algo de ropa y unos libros. 

Úvatar estaba en el fondo  convertido en un bloque de hielo. Al  frente   con una estaba sentado Khalid sobre una  manta en el suelo.  Su rostro estaba  gris,  tenía   grandes ojeras   y  barba de  varios.  Su  cabello estaba  revuelto  y su  ropa arrugada.   De pie  parada  se encontraba   Vanora  envuelta  en un  gran abrigo    negro de piel  sintética mágica. 

Su  rostro  estaba  rojo y  su semblante ceñudo.  Seirim tuvo  miedo  que ella   de la nada  cree  un  hacha  y degüelle  la  cabeza   de su amigo. 

— Khalid,  no es posible que pienses eso.

—  Lo pienso  y  me importa  una mierda, si te afecta o no. Te dije  no  voy  a ir al cielo  azul.  No quiero el puesto de  Áxel  y si  ese  super  One lo desea dáselo  a él. 

— Es tu responsabilidad  y no  me  vengas  con que los has perdido  todo.  Aher  y  Áxel también significaban  todo para  mí  y no me  ves  como una niña  malcriada llorando. ¡ Fuiste traicionado que pena!  No  eres el primero  ni serás el último. 

 Adremelech  y  Seirim  te traicionaron . No quieres  saber    de  Zahra, ni  de  nadie en el mundo.  Crees que  custodiar a  Úvatar   es lo único que necesitas para  vengarte de  él.  Eres más   bruto  de lo que  creó.  Madura o  terminaras  sin amigos,  ni sueños. 

Adremelech  sonrió  a  Vanora   ella solo  puso los ojos en  blanco.  El demonio la siguió  a la puerta.   Para dejar que  Seirim  y  Khalid  hablen  a  solas. 

Adremelech siguió a  Vanora. 

— Parece que las  cosas no van bien. 

—  Cierto. — Vanora miró al horizonte  solo para hacer algo. 

— ¿Necesitas  ayuda?

Vanora puso los ojos en blanco — No  soy mi hermana,  Adremelech.  No necesito  ser  salvada.  Lo único que  quisiera es  que  Khalid  acepte  su responsabilidad y  termine aceptando los errores  de los demás. A  todos nos  han fallado nuestros padres de alguna manera.   Es  tan lleno de odio que puede convertirse en un peligro para nosotros .  Tengo miedo que su odio por Úvatar le haga  hacer  tonterías. 

—  Lo sé—.  Afirmó Adremelech, pero  considero investigar  a  Super  One  y  cuidar a  Vanora cueste lo que  cueste.  

A lo lejos sin que nadie  se diera cuenta  se encontraba  Naur  oyendo todo.  Tuvo una idea  para terminar  con  Seirim  y  Heli.  Khalid  podía convertirse en un  gran aliado.

Heli no entendió el motivo porque todo el mundo la apuraba para ir al ministerio.  se apresuraba   a  ir para  dar  declaración.  Aún eran las   7.30 y  el ministerio  los  vería a las  9 en punto. Iban a  ir   el portal privado  de Luke. Solo tardarían unos minutos en cruzar.

Su madre aún le  gritaba   que  termine   de  maquillarse,  por suerte  Yvaine la ayudó. Minutos después  dejaban el castillo para  ir  al portal mágico de  Luke.  A diferencia  de  lo que publicaban los libros de Harry Potter o las películas.   Los hechiceros tenían prohibido  teletransportarse o utilizar escobas.  El transporte mágico se hacía  con portales públicos   o privados.   Los únicos seres que podían teletransportarse eran los demonios y los recolectores de almas. Otros que utilizaban  un sistema que el ministerio no podía controlar  eran los  cambia formas  ya que  mucho utilizaban su forma   animal para  ir de un lado a otro.  

Los hechiceros  si iban a distancias  cortas  y no deseaban   utilizar el transporte del ministerio tenían que hacerlo   con medios no mágicos.  

Los portales por lo  general  estaban  fuera de las casas  en los jardines escondidos o camuflados  para que  no se le viera a simple vista.   

Heli junto con sus padres  Luke,  Sebastián Helmuth, Sinclair  y  Ágata,  Salieron del  castillo sumergido en el agua .  Por medio de un pasaje secreto que los llevó a un  faro.  Heli pensó que  iban a  salir  del  lugar.  Pero   Luke   le  hizo subir las escaleras.     Hasto lo más alto Heli resoplaba   un poco  cansada.  A  duras penas podía  con sus  zapatos   blancos    de tacón alto.  Cuando por  fin  llegaron.  Ella estaba segura de que se encontraba despeinada  y  que sudo a mares. Su madre iba a poner el grito en el cielo el rato que la mirase.   

Luke índico   que le  siguiera fueron a donde estaba un gran  reflector.  Luke tocó  el  foco  al  centro  y  se  abrió  otro pasadizo.  Heli  quiso  llorar  cuando   miró   que tenía que  bajar  por unas escaleras. Por lo menos solo fue un piso       Luke   pasó por  una puerta y le indicó  a  Heli que hiciera lo mismo. 

Heli solo una  vez  utilizó el portal mágico y  fue desde  la  casa  de Luke  en  Ecuador  al  castillo  de  Luke  en la Isla Skipe. El  viaje era solo unos minutos  y  no se sentía nada.  Simplemente se traspasaba una puerta  y ya estabas en tu destino.  

Cuando llegó  al ministerio  se sintió  ligeramente con náuseas  y    al atravesar la puerta.  Se oía un pitido.  Luke  jaló su  brazo  y  le preguntó si encontraba bien.  —¿Estás  bien?

Las puertas   públicas y en especial  las puertas   de los edificios  públicos como el ministerio de magia ,  hechicería y criaturas mágicas.  Eran poco cuidadas  y llenas  de personas  por lo general   cuando se transportaban   daban  un ligero malestar.  Algunas  veces hasta pigmentan su piel a  color  verde. Heli  luego de pasar miró al pasillo lleno  de  personas   el piso era de  baldosa  blanca, las paredes eran  grises  y  olía antiséptico. Un hombre    con uniforme y  cara  aburrida  estaba    junto  al  portal.  Miró a  Heli y a Luke con fastidio como  si fueran  tontos.

 — Despejen el pasillo. 

Heli estuvo con ganas de preguntar  a dónde debían dirigirse.  Pero no pudo hacerlo su madre  y  el resto  de sus amigos   llegaron unos minutos después. 

El  hombre de uniforme  volvió a  gritar. 

— Despejen el pasillo.  Vayan a  información —. Señaló al  fondo del pasillo.  

Heli suspiró al  ver una  enorme  fila.  Oyó a su madre hablar con  Luke. 

— Que  bien , que llegamos temprano.  La fila suele ponerse peor.

Todos ellos hicieron  fila.  Heli   se sorprendió que luego de cuarto de  hora  la fila   se había triplicado y las puertas del ministerio ni siquiera  abrían  las puertas. Heli aburrida    miraba    alrededor  del sobrio  edificio.  Bostezo  con deseos  de dormir mientras   era empujada.  A  las  8  de la mañana, se abrió las puertas.  La  gente  avanzó poco a poco.  Heli estaba  con hambre le  dolían los pies y recién empezaban su día. 

Luke miró  a  Heli y luego a su reloj.  Pronto llegarían  sus  abogados y ellos  aún estaban   en cola.  Se dirigió a  Heli en tono protector. —   En información te  preguntarán  por el trámite que  vas a hacer y sobre  tu condición mágica.  Te mandarán a otra  fila. En el ministerio de magia abundan las  filas innecesarias.  Te estaremos  esperando en este  pasillo. Esperó que  se demoren menos que la última  vez.  Heli  asintió.

En   la mesa de información estaba  sentada una mujer de  cabello    negro  y   cara de  caballo    que  miró a  Heli como si apestará. 

— Buenos  días —  saludo  Heli. 

La mujer solo le  gruñó y se puso a masticar un chicle como si fuera una mula  —  ¿ Motivo  por  lo que desea entrar en el ministerio? 

—  Voy a dar una  declaración.  Fui llamada a...

— ¿ Condición?

Heli  la miró confundida. 

— ¿Eres hechicera,  elfa, cambia formas, vampiro o híbrida? 

— Híbrida, de  elfo  y  humano. 

La mujer  volvió arrugar  el rostro   y   Heli tuvo el impulso de  ver  si se puso  desodorante.  Le  dio un papel  de  color  rojo. 

— Vaya  al  fondo del  pasillo a la derecha.  Ahí le  revisaran que no  traiga  armas o algo tóxico. 

— Gracias.

La mujer ni siquiera le respondió. Heli medio perdida   camino  hacia el fondo a la derecha.  Había    dos  filas  una de  hombres y otra  de mujeres que  daban a dos habitaciones estrechas  en las  que  se hallaba  un gran  cartel con letras  rojas  Híbridos  mágicos.  Por lo menos  en la cola   en la que se encontraba solo  estaban dos personas  más.  

Heli fue atendida en cuestión de  unos minutos.   Una mujer    abrió la puerta  y  dijo con  voz  seca —.  Siguiente. 

Heli  avanzó hasta un cuarto estrecho en el que había una  mesa,  dos  sillas    y un  biombo. Una mujer  alta  de  cabello corto,  con  cara  de pocos amigos  y   vestida  con un uniforme le hizo pasar al cuarto.

Heli saludó con una sonrisa. 

— Buenos  días.

La  mujer   frunció el ceño. Ella estaba  sentada   en una silla  y  llenaba  un formulario

— ¿Nombre?

— ¿ Perdón? 

— Dígame  su nombre  completo.

— Heli Siowel Ericsson Lorien.

— ¿Nacionalidad?

—  Ecuatoriana -  Finlandesa. 

La mujer  gruñó y arrugó la nariz — Habló de su  nacionalidad  mágica. ¿  A qué  facción pertenece?

Heli  la miró confundida. 

La mujer   se arrugó  más  y  su rostro estaba  rojo. 

— Ni idea.  Hace poco me entere  que  soy  una mestiza mágica.  Mi  madre es elfa y mi padre un ser humano común y  corriente.  Pensé que la magia  solo era cosa de películas y ...

— Entiendo —  Interrumpió la mujer.

— ¿Motivo de su visita al ministerio? 

—  Fui llamada  a  dar una declaración.

La mujer  la miró como si  fuera  un asesino serial.

—  Pase al biombo y quítese la ropa. Le pasó una  silla  —. Luego la deposita aquí para  ser examinada. 

Heli hizo como le indicaba.  Oyó  un pitido como de  su celular .  Heli  terminó de desnudarse  cuando oyó unos pasos. Heli la miró  por encima del  biombo. La  mujer  que la  recibió parecía  estar  furiosa  y  su  rostro ceniciento. 

La híbrida     se sobresaltó cuando la  mujer  retiró con su magia el  pequeño  vestidor. Intentó  cubrir con  sus manos sus  senos  y   su  vagina. Sin embargo, la mujer  no le  dejó. 

— Tengo un informe  que usted.  Es   amiga  de  cambia formas,  vampiros    y  demonios.  Estos seres  son peligrosos.  Así que debe ser  examinada de  una  forma  más minuciosa.  

Ustedes son  la escoria que  ofende  a la  comunidad  mágica. 

—Eso es mentira. 

La mujer  volvió  fruncirse.  Heli pensó que  si seguía  así  su rostro se  iba a convertir en una  pasa. 

La mujer  con un movimiento mágico hizo que Heli   levantara  los brazos  y separa  las piernas. 

Luego  con un detector   parecido a un látigo.  Fue examinada. El  extraño aparato  irritó la piel.  Heli se sentía  avergonzada  y  furiosa. 

Ni siquiera podía hablar.  Nunca antes  pensó que  podría ser tratada a sí solo por   ser  mestiza. Ese no era un crimen ante sus ojos.  Por un momento   su  mente  se concentró en Seirim   él también   sufría   esos  abusos   ya que   como ella era un  híbrido y peor  aún  era  un   demonio.  Si él podía soportarlo,  también lo haría ella. 

— Parece  que  todo está  bien.  No trae, nada explosivo o venenoso. Vístase  y vaya  por esa puerta. 

Heli tomó su ropa  lo más rápido que pudo. Con toda la dignidad  que pudo  salió del biombo.  La mujer   escribía  algo  en el  formulario. 

— Firme  aquí.

Heli  suspiró y tomó el papel para leer el contenido   de lo que iba a firmar.  Que  era un documento  con su nombre  y motivo de su visita.  De mala  gana  firmó el papel. 

— Salga por esa puerta. Tenga un  buen  día —  La mujer señaló una puerta  negra que se materializó al instante. 

Luego sonrió  de una  forma  que  Heli le erizó  el  cabello detrás de la nuca.  Heli caminó sin estar muy  convencida. Sentía que iba  a una trampa  dijo  sin sentirlo  —.  Gracias —. Luego abrió la puerta.  Percibió  un  fuerte  olor a  tierra  mojada  y  hierbas.  El pasillo estaba oscuro quiso retroceder, pero no pudo.  Estaba inmovilizada.  Sintió que alguien le respiraba en la  nuca. Oyó una  voz  fría  y  perversa.

  — Buenos  días,  señorita  Ericsson.

Heli respiró profundo sin saber  qué hacer. Estaba segura de que tenía muchos problemas.  

Les deseo un genial  fin de seman y  se me cuidan  mucho