En las Sombras de tu corazón. Capitulo 21. ( Tercera parte)

 Hola,  ¿cómo están? Hay una nueva reunión  les  ira mejor  que la  otra. Espero que les  guste este  fragmento. 

Capítulo  21

Remiel  terminó  de repasar  las  carpetas   que  le  pidió Adremelech por   sexta  vez. Incluyó un nombre nuevo a  la lista,  la reciente  recluta  que  Seirim  trajo para  cazadora  era  ideal para  el papel y  según  Petunia  no era  una  mala luchadora.  

Miró  al reloj y  por los  alrededores.    Por  primera  vez  desde que  conocía  Adremelech llegaba  tarde. Sonrió  hasta   los  más fuertes  caen  en el  hechizo del amor.  A él le agradaba  Vanora a pesar  de   que la  chica  era muy seria  y  algunos la  consideraban  arrogante. 

Oyó  una  risa  y  no le sorprendió  ver  a  su jefe  y a Vanora  juntos. Caminaron  sujetos de la mano y  se acercaron a su  oficina. Ambos  lo  saludaron.

— Buenos días,  Remiel.

Remiel  dejó de revisar  sus  papeles. —  Buenos  días .  — Sonrió y le dio una  carpeta  Adremelech.  

—  Gracias  Remiel. — Tomó la  carpeta—. Resignado  digo  —. Parece  que ya   tengo  que trabajar.  Han  venido   las personas que convoque. 

— Lo esperan en su oficina,  señor. 

— ¿ Todos?

Remiel  trató de sonreír, pero aun su  voz tuvo un deje  de reproche —. Llegó tarde, señor.

Adremelech suspiró y le sonrió a  Vanora que  se sonrojó —  Valió la pena. 

Luego tocó   su mejilla y  le preguntó  —. ¿  No  vemos  más  tarde? 

— Si en  la  noche  horario de  París.  

—  Tal vez,   esta  vez podremos  salir  en una  cita. 

Vanora  volvió a ponerse  sonrosada . Recordando lo que  pasó la noche  anterior. 

— Tal vez. Lo  veremos  esta noche. 

Antes que  Adremelech  pudiera   responder  algo Chatel  salió de  su oficina  a  buscarlo. 

—  Parece que debo ir  a trabajar. 

Vanora  le sonrió —. Suerte  con la reunión  te  veo  en la tarde.

Adremelech  beso  a  Vanora  en la mejilla  y  casi es  arrastrado por  Chatel.  Dejó a  Vanora  sola  con  Remiel. 

— Bueno yo también debo trabajar.  Me podrías mandar  a las almas  que   fueron indultadas  y  van  al  cielo azul.  Así  te  ahorro trabajo 

Remiel  sonrió — Gracias,  señora. 

— Solo  Vanora.

— Vamos por las almas.

 Adremelech miró   una  vez  a  Vanora  y  dirigió su  atención  a  Chatel y se  acercó a  él. 

—  Buenos  días.

Chatel  bostezó  antes  de contestar —  Ni tan buenos,  por  tu culpa estuve  discutiendo  con  Bellowen.  Mi  primera  discusión desde que la rescate  de  Naur. Mencione  que es  tu  culpa —. Dijo  Chatel entrecerrando los  ojos.

— Si lo hiciste.

— Es  tu  culpa.

Adremelech  puso los ojos  en  blanco   aunque su oficina quedaba  solo  a unos pasos   el  camino acompañado por  Chatel parecía  eterno. 

—¿Cómo  va  la persecución de  Flavia?

— No  cambies de  tema.  Por  defenderte   me  enoje  con  Belowen...

— Lo sé y siento que eso haya pasado, pero ¿ Cómo  va  la persecución de  Flavia?  ¿ Algún progreso?

Chatel  suspiró — Por  fin  pudo  aislar  una señal  es  muy  baja  y estoy  colaborando con  Brom y  Blake  para ampliarla, pero será  un proceso lento.  Lo que  necesitamos es  un anuruin  que pueda conectarla.  Lástima que Heli  ni  yo  la  conociéramos. Brom cree que  si  localizamos a Super  one él podría localizarla  pero  por ahora no habido progreso en  su búsqueda es lo que me dijo  Khalid. 

— Gracias  Chatel, por  hacerte  cargo de la misión y por  defenderme. Eres  un gran amigo. 

Chatel no  supo qué decir. Casi siempre su actitud  no era apreciaba  y  contaba  con poco  amigos. Así que  simplemente   sonrió y  agradeció que llegaron a la oficina.     

 Adremelech abrió su oficina que era amplia, pero  en ese momento  estaba  atestada de personas.  Solo  se atrasó  5 minutos  y  parecía como  si hubiera cometido el peor  pecado del mundo. 

Amras  y  el  resto  de  sus  convocados  se encontraban de  mal humor.

— Buenos días,  disculpen la  demora.

Oyó  algunos  murmullos de  saludos y estaba seguro de que  Khalid  y  otros más   le silbaron. Quiso  a  sus   amigos  congelarlo por   idiotas,  pero solo  sonrió.

Amras   se  aproximó  se encontraba  de mal humor  y en su  forma  humana.

— He  venido a  para aclarar las  cosas  con  Halrinach , pero  creo  que hay muchos  presentes. 

Adremelech  sonrió  el plan  de  Vanora  sirvió. Al llegar  tarde y  con tantas personas  esperando.  Amras   quería  ser atendido lo más pronto posible y  con suerte se  evitaría una pelea.

—  Amras,  me alegra verte  y no te preocupes. 

Con la mano    amplió  su oficina. 

Heli  que  estaba  junto a  Seirim  exclamó  —. Parece la  tardis. Es   pequeña por  fuera  y  grande por  dentro . — Salió  de  la oficina  — . Es   pequeña por  fuera  y  grande por  dentro.

Adremelech  suspiró  y se  frotó las  sienes  de la  cabeza por  un inminente  dolor  de  cabeza. Luego  hizo floricultura  con  la mano  y  creó una oficina pequeña. Miró a sus  invitados  y les  dijo—. Disculpen, los  atiendo  en un momento tengo una reunión  privada de  5 minutos  con  Amras y  Harinach.  Esperen  los  atenderé  lo mas  pronto posible.  

— Algunos  vinimos sin desayunar.

Adremelech gruñó, pero  hizo  un movimiento  de su mano  y  de la nada  apareció una  mesa  de  café  con  galletas,  pan  y mermelada. 

Heli se  acercó  y  mencionó en voz  baja  —  Uy, que pena  no hay  capuchino.

Adremlech puso los  ojos  en  blanco  y  amplió la mesa   para que contenga   capuchino, mocachino  y  chocolate. 

Adremelech  camino  un paso  y  Firond  gritó —. No hay aguas aromáticas,  ni  té.  El  demonio  hizo otro  gesto con la mano  y  creó  una mesa solo   con aguas   aromáticas y  té. Y de paso  creó  una mesa  con jugo y  frutas.  

Esta  vez  fue  Chatel mientras  comía un pan con  mermelada de  fresa. — No hay pastelitos,  ni  de  dulce,  ni de  sal  solo pan , Eres  un tacaño  Adremelech.

El  jefe de los  demonios  solo resoplo y  creó  una     mesa  con  pastelitos    y pastas de todo  tipo.  

— Espero  que sea  de su agrado. Vamos,  Amras.

— Gracias a  ti. Adoro  un buen  café por  las mañanas  lástima que no haya  sangre  para   hacerlo  más  sabroso.  — gritó  Luke.

Heli resopló con  asco.

Adremelech   no dijo  nada  y  entró   a su oficina  seguido  por  Amras. 

— Eres  un  líder  demasiado condescendiente. 

— Ellos  no  solo  son los  seres con los que trabajo para mi son mi  familia.  Diera   mi vida por  ellos.

 Amras  no dijo nada y pasó  a la  estrecha oficina  que  creó  Adremelech.

—  ¿ Dónde esta  Harinach?

—  La  vi cuando  llegue,  voy a llamarla, 

 —  Halrinach.

***

La demonia de los  vientos,  camino de  forma  seductora  a la  oficina  estaba   vez  iba  vestida  con un traje   blanco ceñido.  Sonreía  y  en sus manos llevaba  un pastelito  con  crema. 

 Mirando a  Amras  dijo de  forma  coqueta —  Me distraje  probando uno de estos .  Me  gusta   probar   todo aunque sea  una  vez  en la  vida. 

Amras retrocedió  un  poco asustado. 

Harinach rio le encantaba  asustar a los  machos  que  creían  que  una  hembra  no podía  ser  tan agresivamente sexual e  inteligente como ellos. 

— Vamos a discutir  el asunto que nos  trajo aquí.

—Claro, estamos aquí.  Porque no confías  en la palabra de los  demonios  si  una promesa de muerte. 

Amras  miró  a  Hanirach. 

—  No confío en  nadie, así no sufro  desilusiones. 

—  Ni tampoco sorpresas. La vida  así puede ser  aburrida.

Adremelech  puso los  ojos  en  blanco —. Podemos empezar.

— Gracias  Adremelech.— Amras  observó la diminuta   oficina   pintada  de  blanco  piso  de  baldosas  blancas e  iluminación escasa. En la que  solo había  tres  sillas    y  un  jarrón  con  agua   cristalina al fondo.     

La  habitación se quedó en un tenso silencio. Amras  no era  un ser  de  palabras  creía  en  las  obras en la  amistad  y en la lealtad.

El  jefe  de  los  demonios  cortó  el silencio —. Siéntense y procedamos. 

Amras  se quedó mirando  a  Adremelech y de  forma  solemne dijo. —  Yo no deseaba  venir  aquí. Odio  este  tipo de rituales.  Solo  estoy  aquí por  mi hija. Ella  me  recordó todo el mal que  ha hecho  Mattut  y  todo el bien  que  ha hecho  Adremelech  por   Seragon  sin pedir  nada a cambio. 

Solo seremos  fuertes  unidos  —.  Luego de decir  eso  se sentó. 

— Gracias —  dijo  un poco  afectado  Adremelech  no esperaba   esas palabras del  dragón. 

En  lugar de  sentarse  se quedó parado  en medio  de la pequeña    — Empecemos. —  Miró  Harinach. 

La  demonia   odiaba  jurar,  no le gustaban que duden  de su palabra o  que  cuestionen  sus  actos. Ella  al  igual que  Amras  estaba  por  las mismas  razones.  Detener  al desgraciado de  Mattut, proteger a  sus seres  queridos  y  por la confianza que le  tenía a Leviatán  y a su nieto. 

— Antes de realizar  la promesa de  muerte  quiero  explicar  mis  actos.

Amras  hizo una  mueca  y gruñó. Odiaba  perder  tiempo —.  Hazlo. 

— En  el  castillo de Luke  solo estaba  fingiendo para  engañar  a  Mattut   que   oye  todo  a través de la  sangre de  Zahra.  He estudiado  el hechizo de  Moñai  y  si  en una  época de mi vida   quise   usarlo.  Mi hija   murió por  los  experimentos  que  hizo  sobre  mí y mis genes.  Mi nieta tiene  que siempre  tener  el control  o podría  volverse  loca por  el poder  que debe llevar a  cuestas. 

Estudié  el hechizo y me di cuenta de que  solo sembraría más  destrucción.  Fue Lilith la primera que me alertó, pero no le hice  caso, luego  fueron  Leviatán  y  solo  oí  razones por mi nieta. 

Con Leviatán estudiamos a fondo las investigaciones de Lilith, pero sin su  libro  todo  fue en  vano  .  Hasta  hace poco Leviatán  tuvo  un sueño y  resolvió   el  asunto que no nos dejaba avanzar.   

El arma  que  necesitamos   para detener  a Leviatán es  una   esfera de energía que lo destruirá lentamente. Está  siendo construida por  mí  y  Golrandir,  además contamos con la ayuda de  Firond  y Esgal. 

Luego de su  explicación  y de lanzar  una mirada coqueta  a Amras. Adoraba  ponerlo nervioso. 

Fue hacia  el jarrón con agua  del  río Amuiruil   fue    consagrada   en luna  llena  y  tenía  polvo de magia. El  agua  reaccionaba   con la sangre en especial cuando  se  hacían  promesas  si  el ser  que vinculaba  su  palabra  fallaba a ella    su  sangre se  convertía en agua  y  moría    en cuestión  de minutos.

Halrinach oyó que los hechiceros deseaban que sus políticos hicieran promesas de sangre para evitar que mientan o roben en su mandato, pero  hasta ahora   les  había sido imposible promulgar  una ley  así.  A diferencia  de los  demonios  dragones  y hadas  que  era  ley   implícita hacer la promesa para cuidar  sus  mundos  sobre todas las  cosas.       

 A  Harinach  no  le  gustaba  hacer ese  tipo de  ceremonias   las  considera absurdas  quien  va a violar   su palabra  le importara  un rábano si  vive  o muere. Pero haría  lo que  fuera para evitar una  guerra absurda. 

Les  deseo un genial fin de semana.