En las Sombras de tu Corazón. Capítulo 30 ( Tercera Parte)

 Hola,  ¿Cómo están? Vanora  y  Adremelech  siguen atrapados ¿  Podrán  salir? Estás son las últimas  pruebas, 

Capítulo 30

En el momento  que se abrazaron el suelo se  cayó  y  Vanora   se dirigió a  otra  prueba. Vanora se encontró en el suelo  otra  vez.   Le  dolía la espalda y la  cabeza.  Lo  que  más  deseaba  era abrazar  a  su pareja. La cueva  estaba   completamente  a oscuras. Vanora   se levantó  con dificultad. Caminó  unos pasos y  fue  derivada.

Vanora  oyó  una risa  y  se  estremeció. 

Eso no podía  ser. Volvió  a pararse.  Y  fue  empujada  de nuevo y  cortada por  un cuchillo. 

— Vanora.

Vanora  hizo una mueca. Tenía  tanto miedo  y asco como de las  cucarachas.

—¿ Octavuis?   

— Parece que no me has  olvidado  asesina. 

Vanora  no dijo nada. 

Recibió un nuevo  golpe  de Octavuis  su examante  y  su primer  amor. Vanora  lo recordaba como un hombre  alto de  cabellos negros  y ojos   cafés. Alto, delgado y con porte  elegante. Vanora  se enamoró de su sonrisa  y de sus modales elegantes. 

Él deseaba   vencer   a  los  galios  y quiso utilizar a  Vanora para  eso. La enamoro y como ella no quiso  ayudarlo  cuando  se dio cuenta de que su amor era una mentira. Octavuis la torturo. Vanora  se liberó  y lo mató. 

Vanora   dejó los  recuerdos  atrás  y se puso  a  caminar.

— Vanora  no te dejaré  ir. Tú me mataste  a sangre  fría.  

Vanora buscó, pero no encontró a  Octavius.  La oscuridad  no le dejaba  ver. Lo peor  es  que ni bien  dijo eso su  ex. La  hirió con una  cortada  en la cara.

— Me defendí, solo hice ...

— Mentirosa — Ni  bien lo dijo  volvió a  herir  a  Vanora.  

 Vanora  trato de defenderse  más  al no ver a su atacante no pudo hacer nada. 

—  No miento,  solo defendí  a mi pueblo y a mí.

Volvió  a recibir  una puñalada  cerca del corazón. A  este paso Vanora pensó que iba a morir.

Adremelech desde que se  separó  de  Vanora    la  estaba  buscando aún seguía por una especie  de cuevas muy oscuras. Observó  una  luz  muy a lo lejos  mientras  gritaba  el nombre  de  Vanora.

Cuando llegó  al lugar  donde  había luz. Fue  transportado al dormitorio de  Vanora  ella  se  encontraba   desnuda  junto  a  otro hombre que  Adremelech  reconoció como su  examante. 

—  Vanora  — Grito, pero  ella no lo oyó.

Adremelech estaba seguro de que lo  que observaba  era una ilusión. Vanora lo amaba. Ella no lo traicionaría de esa  forma. Ni  bien pensó eso  observó  a Vanora  ser  atacada  por  Octavuis. quiso defenderla, pero no pudo. Vanora  podía hacerlo sola.  Debía  confiar  en ella. Apretó la  estrella esperando  guiarla  para  acabar  con todo esto.

Era  el  turno  de  Zahra, estaba  nerviosa, no era una buena  hechicera.  Deseaba   hacer lo mejor  posible para ayudar  a  su  amiga. 

Vanora  y  ella  casi  siempre estaban peleando y siempre  pensó que no eran amigas. Luego se dio cuenta de que no era así. Ambas  hablaron y  se dieron cuenta  de que  tenían mucho en común . Luego de eso  empezaron  a salir  juntas. Zahra  debía mucho a  Vanora y  también la apreciaba  mucho. 

Nerviosa  mordiéndose los labios. Respiró   hondo para luego  comenzar  el conjuro 

— Por  mi poder, por mi amistad. Respira — Luego lanzó  pétalos  de lirios  azules los preferidos de  Vanora y los lotos  azules  las  flores que más le gustaban  a Zahra. 

Vanora percibió  el olor  de las  flores  y  se movió  hacia ese olor. Estaba segura de que donde se encontraban las  flores  estaría  Adremelech  fue  cuando oyó   gritar  su nombre y luego  observó Adremelech indicarle  donde se encontraba  Octavius

— Vanora  está  frente  a ti. 

Ella lo golpeó, pero  la  sombra  desapareció. 

Vanora  siguió  buscando a la sombra  y  Adremelech. Pero no  encontraba  a ninguno de los  dos. Sabía  que  ambos  estaban  junto a ella.  Luego de pensarlo un momento  se dio cuenta de que el    Octavuis que la atacaba estaba  dentro  de  su corazón  ya  que el verdadero se encontraba   en el cielo  azul como un alma  perdida  esperando algún día   cambiar y  renacer. 

En cuanto a Adremelech  ella  creía que vino a buscarla y ayudarle  a  salir   de la máquina  y las  esferas.  No podía  darse  por  vencida, tenía que  seguir  luchando por  ella  y por quienes  amaba. 

— Adremelech  — grito, pero  el demonio no le contestó.

Vanora  se puso a caminar  buscando a tientas   la luz  para  salir  de ese  lugar. Fue  cuando sintió  que le  tiraban  lodo hasta  cubrirla  totalmente  que  mientras  oía  una risa.

Entró  a un  cuarto  lleno de espejos  y  la luz  apenas  la  dejaba  ver.  

— Te lo mereces  palmera.  Pero  antes  de matarte   te volveré  más  fea de lo que estabas. Darás  tanto  asco  que  me pedirás que te  quite la  vida.

Vanora  confundida  preguntó  —.  ¿Flavia eres  tú?

— Si por tu  culpa,  me  convertí en menos  que nada.   

Vanora  quiso decir algo  pero apenas podía  respirar,  mucho menos  hablar. 

Flavia  seguía insultándola pero no estaba sola  una  mujer  de  cabellos   cafés claros  y  ojos  tan azules  como  Vanora  llegó y le  gritó —. Ladrona

Vanora  no lo podía  creer  era  su hermana. Se  acercó con deseos  de abrazarla luego  de tanto tiempo  de  no verla.  Maret  en lugar  de  abrazarla  le dio  una  cachetada mientras  Flavia  se reía y le  gritaba —. Te  mereces, eso y  más   palmera  gorda  y horrible. 

Una mujer  autoritaria  vestida  con una túnica  blanca  le  jaló  el cabello — Estúpida. No sirves para nada. 

 Vanora  no se  defendió solo se puso a llorar. 

Adremelech  tampoco  podía  moverse  y ayudar a  Vanora. Le gritó, pero  ella no lo  oyó.  Solo podía  escuchar  las  burlas  y  las ofensas de las  tres mujeres.

Vanora  dejó de llorar  y pensó que eso  no era  real. Era  una prueba  como las  otras  ocasiones.  

 Adremelech se encontraba  devastado porque Vanora  sufría sin que él pudiera  hacer algo. 

Tenía que hacer  algo. No sabía qué hacer. Vanora no podía escucharlo o verlo. Fue cuando  sintió  en  su chaqueta un grano  de  café. A  la  recolectora le encantaba  el café. Siempre  que percibía  su olor  sonreía. 

Adremelech  se  volvió  amigo  gracias  a  una  taza de  café. Cuando  más solo y triste  se sentía  Vanora   se sentó  junto a  él  y le dio  ese líquido amargo y dulce. 

Acompañándolo en su soledad. Él podía  salvar  a Vanora, aunque ella  podía  salvarse  sola. Él confiaba en ella. Así que le  gritó 

 — Vanora. 

Vanora por  un momento  oyó la  voz  de  Adremelech. Lo busco mientras miraba  a su alrededor  los espejos la mostraban  gorda,  fea  y tonta . Las mujeres  a su alrededor  se burlaban y dejaron de pegarla  cuando lloró empezó a compadecerse  de sí misma. 

Esa mujer  que  se  reflejaba en el espejo no era  ella.  Y las mujeres que se burlaban eran  sus miedos. 

Vanora se limpió  el rostro y  dijo en voz  fuerte 

— Cállense.

Por  fin  encontró  una luz. Si la  traspasa  por  fin iba de ese horrible  lugar. 

—  No puedes  pasar. 

Vanora   confundida preguntó — ¿Qué  debo hacer? 

Maret  creó un cáliz  con  agua 

— Toma  esto. Si mereces  vivir el líquido  dentro  solo  se convertirá en agua. Pero  si mereces morir    se convertirá  en veneno. 

Maret  señaló  con la mano a una puerta. — Adremelech  se encuentra  pasando esa puerta.  Toma  el líquido  y lo encontrarás, pero  tal  vez  esté muerto. 

Vanora  estaba segura de que  Adremelech lograría  superar  cualquier  obstáculo. Así que  tomó el cáliz.

Cuando iba a  beber  miro a Adremelech  él se enfrentaba a Baal y a cientos  de demonios  incluidos  Úvatar  y  Billy.   

Adremelech   se  encontraba   en otra habitación mirando  como las  dos  mujeres  estaban  hablando. Deseaba   hacer  algo,  pero no podía atravesar  la  habitación.

Fue  cuando  oyó la  voz de Baal.

—Puedes ayudarla  solo tienes  que  dar  tu vida  por  ella. 

Adremelech  sin miedo dijo

—¿Qué  debo hacer?

Una pared  de  fuego rodeó  al  demonio.

—Cruza. 

Adremelech tocó la estrella. Confiaba en que  Vanora  esté bien y confiaba en sí mismo.  

 Vanora  tomó el cáliz   al mismo  tiempo que  a Adremelech   atravesaba  el muro. Mas  no le paso nada  una  barrera creo que lo protegió.

Brom   se  acercó    a la máquina, era  su turno para hacer  el conjuro.  No le  gustaba  mucho la magia  era mejor  con la ciencia y la  tecnología. 

Pero  Vanora   fue  su estudiante  y su amiga.  Aun recordaba  cuando le enseñó  a  leer primero en latín  y luego en su idioma. Vanora  pensaba  que  la educación  o la alegría  era  un lujo que no se  merecía. Él  le demostró lo contrario.  Dejó de pensar  en  sus  recuerdos, era  hora de traer   a su  amiga. Ahorro  agua del  cielo azul

— Por  mi poder,  mi alma te protejo.  

Adremelech tomó el  cáliz  mas  ya era  demasiado  tarde  Vanora tomó de  su contenido. 

Vanora  espera   morir  mas  solo tomo  mocachino  su  bebida  favorita y lo mejor   es  que a su  lado estaba   el hombre  que amaba. Vanora lo abrazo feliz de verlo .  Adremelech  con una mano  apretó las  estrellas y  con la otra   tomó la mano  y  caminaron  juntos  hacia la puerta. Ni  bien lo hicieron  las estrellas   explotaron  ellos  se abrazaron  temiendo lo peor 

Adremelech   miró  a  Vanora y dijo

— Te  amaré  por siempre  en la luz y  en la oscuridad.

Luego  esta prueba por  fin se abrazaron  y  fueron hacia la luz .  Esperando  salir  de la  de  la   maquina  de estrellas. 

Les deseo un genial  fin de semana.  Les mando un abrazo