Después de Todo. Capítulo 1 (Segunda Parte)

 Hola, ¿Cómo están? 

Les  traigo un nuevo  fragmento  de mi novela.  Ojalá  sea  de su  agrado.

Capítulo  1

 Úvatar sólo pudo  salir  de las  celdas  de máxima  seguridad .  No  esperaban  que  lo persiguieran. Tenía que  irse  del inframundo  lo más  rápido posible.  Oyó cómo sonaba  la alarma   .

Ahora todo el inframundo  sabía que escapó. No podía  ir  a  rescatar a  Moñái de prisión. Lo necesitaba   para  no  acabar  de la misma  forma  que  Billy.

Lo que sí podría  hacer era rescatar  a Azidahaka que  conocía  el inframundo de  cabo a rabo  y con tiempo  planear  la  fuga  de  Moñái. Sintió  un llamara de  fuego y  especie  de  campo de fuerza que no lo dejaba pasar.

Parecía que  tenía que volver  a  pelear. Maldijo y se  dispuso  a lanzar  un   rayo  de hielo   para anular  el  fuego  sin  conseguirlo. Dejó  que los  dos  demonios  lo rodeen.  Esperó que estén lo más  cerca posible  para   congelarlos por  unos  minutos.  Y luego desaparecer   en  forma  de niebla.

Cuando  por  fin  estuvo seguro   de estar  a salvo se concentró  en llamar  a Azidahaka por  medio de su  conexión  psíquica.

Azidahaka  se encontraba   como siempre que no era torturado   en una  celda  pequeña en la que solo cabía  un  catre  y un baño minúsculo. Le  habían servido algo de comer hace algún rato, pero nadie retiró el plato vacío.  Ni lo  fueron  a torturar.  Se imaginaba   que  pasó algo anormal  . Tal  vez,  Úvatar  escapó e iba a  buscarlo.

Soñar  no costaba   nada.  Estaba  aburrido y le  daba  pereza  dormir y  más pensar  aunque  estaba seguro de que  algo   estaba  pasando. Suspiro algo deprimido, era terrible estar encerrado, pero lo peor  era   haber perdido  sus poderes  y   ser  convertido en un  humano  regordete  y  apestoso. 

 Si  hubiera podido   se   mataría estaba  harto  de   que lo ninguneen, humillen y   deseen  que se arrepienta de ser  él o  de las cosas  que  hizo y que estaban  justificadas.

Matar a su padre fue un accidente, pero  Baal  se  lo merecía por  no tratarlo bien y querer que asuma  responsabilidades  como  sus  hermanos.  Azidahaka  nunca quiso  trabajar ni le importaba  a quien  hiciera  daño con tal de tener  lo que deseaba. Para    un príncipe demonio todo estaba  a su alcance . Odiaba que su padre quiso  castigarlo  por  matar   a bebés  de los otros  clanes demoniacos, humanos  y  dragones   porque le  gustaba  su  carne  y  sangre  dulce.

Oyó la  voz  de  Úvatar,  al principio pensó que era  un  sueño. 

— ¿Azidahaka me puedes oír?

— ¿ Uvatar eres  tú escapaste?

— Vengo por  ti. ¿Estás preparado para  huir?

— Claro que sí.

—  ¿Qué  debo hacer?

Úvatar  gruñó. Ese siempre  fue el problema de  Azidahaka no tenía  cerebro. Pero  le  sería útil y lo había salvado  en una  ocasión y lo intentó  en otra. Úvatar  le  iba  a dar instrucciones,  cuando  oyó la  voz  de  Moñái.

—  Úvatar, libérame  cuando hayas  raptado a  Gilraren

Úvatar molesto por lo mal agradecido  dragón  respondió —. Quieres además que  te traiga  galletas  o algo más.

— Me  gustan las  galletas  de  chocolate. Gracias y  apresúrate  en  huir  muy  pronto no podrás  escapar. 

Úvatar estaba de acuerdo  y no  tenía tiempo para perder  en  charlas  absurdas.

— Oíste Azidahaka.

El  demonio  ahora  transformado en un humano  suspiró —. Lo oí, pero no es tan  fácil escapar para  mí. Ahora  soy  un  humano y estoy  encerrado en una  celda  de máxima  seguridad.  Tienes que  venir  a  rescatarme.

— Si lo haces. Es  más probable que te atrapen. Adremelech  está furioso.

Úvatar   frunció el  ceño . No le importaba quién era Adremelech, pero tenía  curiosidad. Lo más  probable era que fuese  con quien se enfrentó antes de  huir.

—¿ Quién es?

—  Tu hijo  el demonio que  te hizo  temblar  y que estuvo a  punto  de  atraparte.

—  Solo tuve dos hijos .

— Es  el  hijo de  Apepi.

Azidahaka  con miedo y esperando  a que lo rescaten —. Pueden parar la novela  turca  y  centrarse  en el escape.

Úvatar molesto  dijo —. Volveré  por los  dos  luego.  Mejor  huiré...

—  No me  abandones  gritó  Azidahaka.

—  Antes que Úvatar respondiera.  Moñái  sugirió —  Hay una  forma  de  que escape   tu amigo  y que hagas  más  daño a tu  hijo  y al  inframundo  en particular.

Uvatar  sonrió  —. Dime

Anazareth decidió entrar  en la prisión  de  máxima  seguridad. Estaba preocupada  por  su  abuela  y aunque no quisiera  admitirlo por  Luke  Dufrew. A lo lejos   se  escuchaban   voces peleando. De una  reconoció a su abuela . Era  genial no ser  el  flanco  de su disgusto. 

Halrinach   discutía  con  Adremelch y le gritaba  antes  de  salir por la puerta.  —. No voy  a  observar cómo pierdes  tus poderes o mueres. 

Anazareth prácticamente  chocó con  ella.  Preocupada le preguntó  — ¿Pasa algo?

— Adremelech   va a entrar  en la máquina   de estrellas para  salvar  a  Vanora. He  querido disuadirlo, pero...

Anazareth la  interrumpió —.  ¿SSSi  fuera  yo la atrapppada en  esa máquina,   fueras? 

—  No es lo mismo.  

—  SSSí lo es.  Una  vez,  me  dijiste  que  amar  es  rrespetar las  decisiones  de los otros y  ayudarlos  aunque  no  estés  de acuerdo.

Halrinach  frunció  el ceño y  gruñó.  En ese momento  se  oyó la  voz  de  Luke.

— Despejen   el pasillo. Va a pasar la máquina de estrellas. 

Halrinach aprovechó la  distracción para marcharse sin decir nada  a su nieta.

Anazareth  miró a  Luke  entrecerrando los ojos y muy  molesta.  

— Tenías  que  ser  tú.

Luke  simplemente  le sonrió. Mientras  Anazareth  se encontraba  molesta  consigo misma por  preocuparse  por  él.  O porque esa  sonrisa que le  derretía  y casi la ponía a  suspirar.  

No estaba  segura  de cuál era la  razón.  Sin embargo,  se  encontraba  molesta.   Se  acercó Adremelech y le ofreció  su apoyo.  

Les  deseo un  genial fin  de semana