Después de Todo. Capítulo 6 ( Tercera parte)

 Hola, ¿Cómo  están?  

Hoy les  traigo un nuevo  fragmento.  Sabrá que pasara  con  Luke  y  Anazareth 

Capítulo  6 

Anazareth  se levantó  ayudada por  Luke  fue   cuando  observó  a  un hombre que se encontraba  en la multitud que  aún se  encontraba   en las montañas.  Su estatura  y sus  tristes  ojos  negros   le  hicieron  recordar  algo  a  Anazareth  que se dispuso  a seguirlo junto  con  Luke. 

El hombre era muy rápido y prácticamente  desapareció.   Anazareth  no sintió que  el  hombre  utilizara  un  portal  mágico.  Dejó de correr  y  se  puso  a mí alrededor  de las montañas.  Se  habían alejado  del lugar   de la  ceremonia  para  la despedida  de  Amras .

El  terreno  era  muy  accidentado   y apenas  se  podía  correr. Luke  que  venía  siguiendo  a  Anazareth le señaló   que se dirija  a  la izquierda  hacia  las montañas.

Ni  bien  caminaron unos  pasos  la  tierra  se abrió  y los  tragó.  Anazareth pensó  que ese  sería  su fin.

Ux se reprochó estar   tan  distraído mirando  a su luna. La  mujer  que amaba en silencio hace  más  de mil  años.  Hace  tanto  que no  estaba  cerca de ella para poder percibir  su perfume. Solo  tenía  que  mirar  sus  hermosos  ojos  negros para  ver su tristeza. 

La  miró una  vez  y  fue a hacer  su trabajo. Estaba en  el  funeral  de  Amras no solo para  despedir  a un amigo, sino para  descubrir  qué  ocurrió. La  utilización de las  flores prohibidas  de nuevo por  Azidahaka   le  daba  rabia, pero no podía  hacer nada.  

Estaba  tan distraído en  sus  pensamientos que no percibió   a Anazareth. Era  preocupante  que  lo haya  reconocido podía  ser  una sentencia de muerte  para los  dos. 

Huyó lo más  rápido posible  y  los  retrasó  lo mejor  que pudo.  A  esta  hora   tanto el vampiro como Anazareth  debían estar libres o eso esperaba. Si no se pudieron  liberar   de  esa pequeña  trampa  estaban  condenados  a morir  en manos  de  Úvatar  u otro enemigo. 

Fue  a Seattle  al  bosque  donde  se encontraba  una  de sus mansiones  escondida  de los ojos  de los humanos  como   de  las otras especies.  Cuando  llegó  a su  casa  lo esperaba  Turgon, uno  de sus  hombres  de confianza.  Lucía como un humano normal  con el  cabello negro  y una  contextura  gruesa  el rostro  cuadrado   y ojos  negros. 

— ¿ Cómo  te fue?

Ux    se quitó   el abrigo  negro   y  se lo  dio  a  Turgon en lugar de  contestar.  

El  hombre  recibió  el abrigo mientras   replicaba  —. No soy  tu maldito  mayordomo.  Fuiste a  verla  aunque  no  te lo recomiende.

Ux  alzó  los  hombros  como   respuesta.  Luego  de  un incómodo  silencio  y las miradas   venenosas de  Turgon.   Ux  dijo  secamente. 

— Las  flores malditas  fueron utilizadas,  como temíamos.  

— Mierda  —  dijo  Turgon mientras miraba  a la  ventana.

Ux  se sentó  cansado  en un gran  sillón orejero  antes  de decir. — Haz el hechizo de  búsqueda de las  flores  prohibidas. Debemos  saber  dónde se encuentra  Azidahaka.  Y cuando lo encuentres deja  varias pistas  para los  cazadores de demonios.

Anazareth  odiaba  los espacios  oscuros  y  cerrados. Por  un momento  volvió  a  ser  la niña  que  Azidahaka  enterraba  viva  hasta que le dijera que  lo amaba.  Su  cabello  se  volvió  blanco  y  sus  ojos   rojos. 

Fue  cuando  oyó la  voz  de  Luke. 

— Respira, demonita. 

Anazareth  a pesar  de estar  aterrada  se  rio y  respiró lo suficiente para recobrar la compostura. Luego de unos minutos le  dijo —.  Gracias. Odio la  oscuridad. Pensé  que íbamos  a morir  sepultados. 

Estaban   rodeados por la  oscuridad.  Luke  abrazaba  a  Anazareth que aún  temblaba  de miedo.  Ella sabía que lo mejor que podía hacer era alejarse, pero no lo hizo.  Solo  necesitaba  sentir   el cuerpo  frío y  su  olor a  tierra  mojada  y algo  más  por  unos minutos.  Si  se  volteaba  de seguro lo  besaría. 

La  voz  de  Luke  contestándole  le  trajo a la realidad e  hizo que se alejara  unos  centímetros  de él  

— Yo  también,  pero parece que solo  quiso que no  lo siguiéramos. ¿Conoces  a ese hombre?

Anazareth  gruñó — No,  si  es complicado. 

Luke  hizo  una mueca y en lugar  de interrogar  a Anazareth  expresó  con paciencia — Debemos   avanzar. Estuve  por estas  cuevas  cuando estudié  con Heli. Creo que  conozco el  camino.  El terreno es muy inestable para que hagas un portal mágico. 

Anazareth solo tembló  sin  saber que  hacer pero sabía que se encontraba a  salvo  junto a  Luke.

Les deseo un genial fin de semana.