Hola, ¿Cómo están? ¿Podrán salvar a Anazareth? Lo sabrán en este fragmento.
Capítulo 15
Super One al ver la flor saco de su maleta un líquido negro que burbujeaba. un poco triste por el destino de Anazareth pero decidido a salvar a los demás.
— Es necesario matar a Anazareth o moriremos todos.
Luke, Chatel, Seirim, Radulf, Adremelech, Vanora y Ux le gritaron.
— No.
Super One hizo una mueca. Si seguían a si iba a morir. Fue cuando sintió que le ardía su axila. Y la voz de las flores lo volvía contactar.
— Ebenezer, te dejaré que te marches. Te liberaré, solo tienes que huir. — La piedra de recolector de lamas quedó en sus manos. — Toma tu piedra y prende fuego a este lugar y márchate.
Super One sintió como la palma de su mano era quemada al sentir el contacto de su piedra de recolector de almas. Siempre odio el trabajo, pero amaba sus beneficios como seguir vivo, no reencarnar y sobre todo tener poderes.
Los meses sin su piedra habían sido una tortura en especial ser custodiado por Radulf. Fue cuando su atención se fijó en su compañero. El antiguo monje se encontraba a punto de ser infectado por las flores. Lo peor era que no era único.
Las flores volvieron a hablarle con ese tono dulce y condescendiente que lo molestaba. Sin embargo, en ese momento no importaba . Iba a lograr lo que tantas veces quiso ser libre. Volvería a poner su bar, y por fin tendría una vida normal. Sin ser curador ni recolector de almas.
— Huye no pierdas el tiempo.
Volvió a mirar la piedra y luego a su alrededor. La estrecha habitación estaba a oscuras y congelada. Un olor dulzón dominaba el ambiente y una especie de líquido verde baboso cubría todo el cuarto.
La joven rubia que quiso salvar se encontraba a punto de morir. Lo podía sentir. Luke apenas se sostenía en pie aunque seguía congelado el lugar. Lo mismo hacían Vanora y su amante. Además de los otros dos sujetos a los que apenas conocía y que también iban a ser infectados lo más probable. Ux se encontraba a su lado congelando a la demonia. La principal presa de las flores malditas. Ella estaba confundida con el cuerpo totalmente congelado pero consciente. Ux impedía que las flores se acerquen a ella . Las flores querían formar una especie de vaina para forzarle a ver imágenes que hicieran que ella les diera su alma.
Eso no iba a durar mucho y más si él se iba. Miró la piedra nuevamente y luego vio a Ux ser arrastrado contra la pared. Su amigo estaba inconsciente. Debieron hacerle caso y matar a la mujer antes de que todo esto pase.
Él podía escapar y era lo más sensato. Sintió que las flores se encontraban complacidas. Abrió un portal, las flores lo dejaron pasar. Miró a Luke. Sus ojos azules demostraron decepción al igual que los de Vanora.
No le importaban lo que piensan ellos. El primero era un conocido de toda su vida, pero jamás un amigo. La segunda era solo su jefa que siempre lo sermoneaba por su triste labor.
Como esperaba las flores lo dejaran pasar. Él hizo el portal. Muy cerca de lo que se encontraba Luke que le gritó furioso.
— Eres despreciable y un cobarde.
Super One sonrió — Lo soy. No sabes cuánto lamento esto —. Luego sin ninguna explicación lanzó a Luke cerca de donde se encontraba la demonia que las flores malditas deseaban.
— Haz que despierte. Si en verdad la amas harás lo necesario.
Luke se encontraba confundido. Ebenezer o Super One como lo llamaban lo estaba ayudando. Él aún no se marchaba y volvió a gritarle — Llámala solo alguien que la ama y a quién quiere ella podrá sacarla del trance.
Luke empezó a gritar el nombre de Anazareth al igual que sus hermanos y Adremelech sin lograr nada.
Una especie de vaina casi cubría en su totalidad a la demonia. Super One miró resignado al portal. Luego se abrió la camisa y se tocó la axila con el líquido negro que había empleado antes para eliminar una cuantas flores.
Empezó a gritar ya que se estaba envenenando luego cayó al piso lleno de sustancia verde que se hizo negra. Vanora quiso ir a ayudarlo. Super One casi sin voz dijo
— Sigue congelando. No te acerques o te infectará.
La niebla empezó a dispersarse al igual que la sustancia verde. El cuarto aún seguía congelado y las flores todavía tenían prisionera a Anazareth que se encontraba muy confundida.
Unos minutos antes estaba con ese hombre enmascarado y ahora otras volvió a estar presa en ese centro comercial. Azidahaka ya no era una ruina y la golpeaba mientras tocaba su cuello como quisiera ahogarla.
Unas flores rojas la sostenían y aunque era muy loca por irlas a decir que la ayudaran a liberarse del poder de Azidahaka. Ella estaba a punto de ceder a lo que le pedían las flores.
Anazareth solo quería que todo eso terminará. Odiaba sentir las manos de Azidahaka en su cuerpo. Miles de recuerdos explotaban en su cabeza. Si tan solo pudiera liberarse y matar a su hermano.
— Nosotras te podemos ayudar.
Anazareth tembló de rabia . Fueron las flores las que ayudaron a su hermano apresarla y ahora ellas querían salvarla. No era una humana. Tenía que escapar, mas no sabía forma de hacerlo. El olor dulzón la mareaba y no la dejaba pensar con claridad.
Sin embargo, este empezó a disminuir Y las lianas no la sujetaban tan fuerte. Fue cuando oyó a Luke gritar su nombre y recordó lo que le dijo el enmascarado.
— Las flores deseaban su alma.
Y si las imágenes fueran alucinaciones preparadas por las plantas. Recordó que el enmascarado la llevó a la Isla Skipe. Ella se encontraba en ese lugar con Luke antes de ser raptada.
Sintió un dolor de cabeza que no le permitía pensar. Era tan fuerte que ella pensó que se iba a desmayar. Azidahaka empezó a besarla. Ella cerró los ojos diciendo en voz baja. — Todo es mentira.
Volvió a oír la voz de Luke y también de sus hermanos que la llamaban. Abrió los ojos y se divisó no con Azidahaka sino con ellos casi congelada rodeada de un líquido verde. Se sentía como una paleta de limón.
Las flores aun la rodeaban. Sintió un dolor en el cuello y varias voces agudas le dijeron — Eres nuestra, es nuestra. Estás a punto...
Luego sintió que su cuello y oreja sangraban de una forma terrible. Miró a Luke tocarle el rostro y luego todo se desvaneció. Anazareth se desmayó.
Las flores ya no estaban en el faro. Ux miró a Ebenezer en el suelo casi muerto. Corrieron con suerte entre el veneno, lo que congelaron la habitación y Anazareth se dio cuenta de que las flores la engañaban hizo que ella no pudiera marcarla totalmente.
Pero las flores malditas la desean y harían cualquier cosa por tenerla. Ahora que ella estaba en la segunda fase sería una presa más fácil para esos monstruos.
Les deseo un genial fin de semana.
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