Capítulo 8
Sebastián iba a ver a su amigo David en la universidad. Tenía la esperanza que le recomendará para un trabajo. Caminó apurado no deseaba mojarse , ni llegar atrasado a su cita. Tampoco esperaba encontrar a la chica de cabellos negros o más bien chocar con ella. Desde que la conoció no pudo dejar de pensar en esa mujer. Todavía recordaba la tristeza de su rostro la primera vez que la miró asomada en su ventana. Ella parecía tan frágil y bella. Su musa había estado llorando mientras iba a toda prisa hacia algún lugar. Sebastián inhaló su perfume a limón y chocolate. Tuvo el deseo de secar sus lágrimas y abrazarla hasta que vuelva sonreír de nuevo.
Amelia se quedó paralizada no sabía qué hacer o que decir, su mente estaba en blanco. Parecía hipnotizada por unos hermosos ojos azules, que la miraban preocupados. Se sentía algo nerviosa, no recordaba que él fuera tan atractivo. Por un momento solo estaban los dos; no le importo que estaba en plena calle, ni la horrible calavera que le perseguía o que temiera que se estaba volviendo loca. Él le sonrió y a ella casi no le sostienen las piernas. El hombre que salvó a su hermana, la sujeto para que no cayera.
— ¿Estás bien?
Amelia asintió y se alejó de él. En voz baja le dijo— gracias.
Ella caminó sin rumbo fijo. Tenía mucho que pensar. Sebastián se maldijo debía ver a su amigo, pero en lugar de eso siguió a la chica.
Amelia ni siquiera se fijó en el tráfico para cruzar . Sebastián le impidió caminar antes de que fuera atropellada.
—¿Qué haces?
— Impedir que te atropellen.
Amelia oyó las bocinas y a un hombre le insultó. La pareja retrocedió rápidamente caminando a la acera. Aún en los brazos de su salvador y algo incomoda Amelia gritó
—Suéltame.
Sebastián dejó de sujetar a Amelia , pero la miraba fijamente.
—¿ A dónde vas?
—No, te importa.
—Me importa.
—¿Por qué?
Sebastián se frotó las manos . Empezó a llover y hacía mucho frío. Por un momento no supo qué responder a la muchacha de los ojos tristes que lo miraba enojada.
—Sé lo que estar sin esperanza. Desear huir y no saber a donde ir, ni qué hacer.
—Ni siquiera sabes, mi nombre y solo con mirarme ya sabes que siento. Estás equivocado
Sebastián se acercó a Amelia tocó su barbilla y la miró fijamente. Amelia tembló al sentir el roce de los dedos del muchacho quiso alejarse, pero él no se le permitió.
—No, me mientas. No conozco tu nombre, no sé nada de ti, pero sé lo que es sentir dolor y miedo. Lo puedo ver en tu rostro.
Sebastián soltó a la mujer de ojos tristes.
—Puedes caminar sola o ir junto a mí a ningún lugar. Me gusta andar bajo la lluvia porque siento que limpia mis penas . Si necesitas hablar puedes confiar en mí. Soy un extraño al que tal vez nunca vuelvas a ver. A veces es más fácil confiar en los extraños.
Sebastián se puso a caminar sin esperar a que ella le respondiese. Minutos después, Amelia siguió al joven que salvo a su hermana, ni siquiera entendió el motivo de porque estaba yendo junto a él.
Por un buen rato ambos caminaron en silencio. La lluvia los empapó a los dos, pero ninguno quiso guarecerse del clima.
Amelia miró a su acompañante. Él era un hombre alto, un poco fornido con los ojos azules más hermosos y tormentos que ella había visto. Tenía la barba al estilo candado y llevaba una chaqueta de cuero vieja y un pantalón vaquero negro.
Amelia odiaba el silencio y más cuando había tantas cosas rodando en su cabeza como aves de mal agüero.
—Ten...— Amelia tartamudeó
Sebastián se volteó y miró muy serio
—¿Qué decías ?
Amelia se mordió el labio y miró a la calle desierta. Todavía llovía y el frío se filtró por su delgado suerte azul .
—Tengo miedo.
—¿De qué?
Amelia se limpió la cara de la lluvia.
— Creo que me estoy volviendo loca.
Sebastián no dijo nada, así que ella continuó .
—Veo una asquerosa calavera de ojos rojos que me persigue. ...
—Ayer cuando tu hermana estuvo a punto de saltar y yo la salve también lo vi y no estoy loco. Tampoco creo que lo estas tú. Una mujer sencilla y muy sabía me dio una medalla de San Benito y me dijo que solo debía creer. Hay un motón de cosas que solo pueden explicarlas el corazón , la fe y la imaginación.
Sebastián buscó en su chaqueta y le mostró una vieja medalla que estaba negra. Jugó con ella unos minutos.
Luego se la dio a Amelia.
—Solo debes creer aunque el miedo y razón te digan lo contrario.
—¿Creer en qué?
—En ti.
Sebastián acarició levemente la mano de Amelia. Deseaba hacer algo más que tocar su mano. Anhelaba más que nada en el mundo llegar a conocer aquella mujer de mirada triste. Hizo muchos bocetos de ella y en ninguno lograba plasmar su mirada y la fuerza que se escondía en su interior.
Soltó su mano.
—¿Por qué me la das?
— No lo sé. Tal vez porque quiero conocerte, no quiero que sigas huyendo. Porque deseo ser tu amigo y más. — Sebastián lanzó un suspiró, ella iba pensar que era un idiota. No quiso ver su rostro, pero lo hizo. Si ella pensaba que estaba loco que así fuera, Él que ocultaba sus sentimientos para todos hablo desde el fondo de su corazón
— Aunque me creas un conquistador o pervertido deseo besarte y mucho más.No conozco tu nombre y no sé mucho de ti. Sin embargo, quiero creer en ti. En que volveré a verte y que sonreirás de nuevo. Quiero creer que vencerás al ser que te acecha por lo que veo en tu interior.
Amelia tembló por sus palabras, en lugar del frío de la calle. En su momento más oscuro estaba junto aquel desconocido que podía ver en su interior. Debía tener miedo y alejarse de él, pero no lo hizo. Amelia se acercó mirando su boca y con el corazón a punto de explotar. Estaban tan cerca el uno del otro que compartían el mismo aire. Los ojos de él , se volvieron negros por el deseo , solo estaba a un centímetro de su rostro. Iba a posar sus labios sobre los de ella, cuando oyeron pito fuerte de un carro y se separaron cohibidos.
Amelia recordó la medalla que tenía en su mano e intentó dársela a su acompañante.
—Te la doy porque me protegió, me permitió salvar a tu hermana y volver a verte.
— No debo tenerla.
—Me lo devolverás , la próxima vez que no veamos.
—¿La próxima vez que no veamos?
— Cuando decidas no huir y te decidas confiar en ti y tal vez en mí.
Así dejaremos de ser extraños y tal vez seremos amigos o algo más. Si quieres verme de nuevo yo trabajo, todas las mañanas en la antigua casa de la cultura dando curso de pintura. Te estaré esperando.
—Y si no voy.
—Igual te estaré esperando. Estoy seguro de que te volveré a ver.
—¿Por qué?
—Por qué creo en ti.
Luego de decir e o Sebastián se fue dejando sola Amelia bajo la lluvia.
Espero que les haya gustado el capítulo y les deseo un buen fin de semana
20 comentarios:
Ha sido un capítulo muy romántico. Te destaco tres frases que me han encantado:
"Puedes caminar sola o ir junto a mi a ningún lugar".
"Amelia tembló por sus palabras, en lugar del frío de la calle".
"Estaban tan cerca el uno del otro que compartían el mismo aire".
Creo que describen muy bien la intensidad de los sentimientos que comienzan a surgir; me han llegado.
Muy bonita primera parte.
Un beso grande, pasa un estupendo finde, preciosa.
Bonita promesa para cerrar el capítulo, te hace imaginar muchos interesantes escenarios ;) Gracias por el capítulo, guapa, espero que disfrutes de un lindo fin de semana.
Besos.
Hola JP... El capítulo de hoy me ha encantado
La pobre Amelia piensa que se está volviendo loca, pero Sebastián le ha dicho muy claro que él también vio a la calavera de ojos rojos
Me ha encantado el perfume de Amelia... limón y chocolate
Y esa sensación de que solo ellos dos están en la calle, que no hay nadie más... la entiendo muy bien
Me ha parecido un detalle precioso que Sebastián dé su medalla a Amelia... estoy segura de que quiere que San Benito la proteja
Una escena muy romántica bajo la lluvia, sin importarles mojarse ;-)
Y creo que han estado muy a punto de besarse la muchacha de mirada triste y el chico de ojos azules espectaculares
Muy buena esta primera parte del capítulo 8
Y sí, por fin es viernes ;-)
Espero que disfrutes mucho del finde
Besos
holaa bonitaa!! no tenemos tiempo de leer la entrada, pero lo haremos en cuanto podamos!! seguro que nos encanta!!
te nos cuidaas
__cuchus__
Que lindo es Bastian, por dios! Es super lindo! Aunque la pobre Amelia este sufriendo tanto espero que decida volver a verlo. Que lindo el capítulo. ¡Muchas Gracias!
Hola Citu,de nuevo debo coger el hilo de la historia por eso no me he leido este capitulo porque me voy a leer los antiguos.
Muchos besos y cuídate mucho niña! descansa y duerme tqm:)
Hola guapa!
Muy lindo el capitulo, que tengas un lindo fin de semana. Besotes
Tienes razón por fin viernes.
Lindo capítulo, espero que se vuelvan a ver, me agradó el toque de romanticismo y la lluvia.
Saludos
Aahh q bella pareja son estos 2 me encanto q ya se hablaran mas y esperemos q Amelia vaya donde el le dijo q la esperaba, esa medalla es muy importante para ellos 2, muchas gracias x el capitulo estubo excelente!!!
Está bien eso de volverse a ver por creer en la gente.
Que tengas un buen finde
besotesssssssssssssssssssss
Buen capitulo!!! ;) muy tierno *-*!
Espero que estés muy bien!! :D
Hola Citu , veo que pronto se volveran a ver Sebastián y Amalia , ya que hay mucha atracción entre ambos , te deseo una feliz tarde de Domingo , Besos de Flor.
A imprimir se ha dicho... bueno como siempre se agradece la historia... y ya debes saber que no me gustan las cosas a medias, así que no la leeré sino hasta que publiques la otra mitad. Por cierto, he terminado de leer un libro de Haruki Murakami (los años de peregrinación del chico sin color) y la verdad quee s muy buena la novela, es sólo que el final es abierto... demasiado abierto... como dejando a nuestra imaginación el final... a veces es bueno, pero no me gustó para la historia de Murakami... espero que no termine algo así esta historia que nos dejas... saludos y cuidate.
Cuanto amor! jeje. Me ha gustado como lo dejas al final, quiero leer más!
Un abrazo!
MUY BUEN CAPIII! Y POR FIN SEMANA SANTAAA.. SEMANA LIBRE.. ALLA ES CELEBRAN ESO DE SEMANA SANTA O ALGO ASI?
¡Hola Citu! Maravilloso capítulo nos has regalado. Muy romántico. La lluvia, que hermosooo. Amo tus personajes nena. Amelia es encantadora. Cuidate mucho y esperare ansiosa la próxima entrega. Besote miles.
Hola Citu, gracias por tu visita. Muy chulo el capitulo. Feliz Inicio De Semana.
Besitos ♥
Madre mía, perdí la cuenta de lo que tuve que leer pero merece la pena ponerse al día contigo.
Nuestra Amelia lo logrará ¿verdad?
besos muy fuertes,
tRamos
Hola, J.P Alexander.
Que si me gusto este capitulo? No! I love it!
Es muy tierno, encantador y romantico. Adoro tus personajes, tienen mucho para dar en tu historia. Me emociono el detalle de Sebastian para con Amelia. El sketch vajo la lluvia te quedo fantastico! Una satisfaccion saber que Amelia ya no estara sola frente a ese demonio.
(Disculpa mi falta de acentos y tildes, pero mi teclado no las tiene)
Un abrazo
¡Hola! ¡Qué romántico que es Sebastian! Ganas de empujar a Amelia y que diga Sí con confianza no me faltaron <3 Me encantó <3
¡Un abrazo!
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