Bienvenidos a mi blog. He creado este por que tengo un montón de historias en mi mente que me gustara compartir. Miles de mundos y personajes siempre me acompañan, decidí, que era hora de hacer que fueran conocidos. Quiero, que sean capaces de expresar y soñar junto a mi. Espero, que les guste mi casa y tendrán una voz aquí. Mi cariño y amistad también.

lunes, 18 de julio de 2016

La luz de tu sonrisa. Capítulo 5

Hola. ¿cómo les  va? Hoy  les  traigo el último capítulo    de está  novela corta.  Espero que les  guste .  Les deseo una  genial semana.

Capítulo 5 

Carol dejó pasar  a  Éric.  Ahora  que estaban  solos    en   su  casa , ella se  puso  muy  nerviosa .  Se quedó  muda  las  palabras   dejaron de  fluir  por  su boca  al igual que los movimientos  de su cuerpo.  Lo  único que  hacía era mirar  a  su  vecino.  Esperaba  que la baba   no le saliera  de la  boca.  
Éric  entró   Carol  parecía  ausente y  tal  vez  algo incomoda  .  El  chef  temió   cometer un  error  en  aceptar la invitación. Carol le  hizo  el gesto  que entrara  y se sentará   en el sofá  agradeciendo  haber  limpiado  algo    esta mañana. 
Pasaron   varios minutos  hasta  que alguno  dijera  una palabra . Éric  miraba   la  sala  de  Carol sintiéndose  un intruso.  Mientras  ella  aún tenía la  tarrina  de  helado en sus manos. Ella  se  dio  cuenta  de eso   y  se le  cayó  de las  manos.  Ambos  se agacharon . Éric tomó la tarrina     al mismo  tiempo de  Carol.   Tocando    la piel   tersa  de su  vecina.
Ambos se miraron y se rieron juntos, pero no dejaron   acariciarse mutuamente. Carol podía percibir     el olor   de  Éric  una mezcla de  vainilla  chocolate  y  algo más. Deseaba  no moverse nunca  del piso  y sentir  las  manos  de su  vecino por  el resto  de  su   vida.
Éric    se paró  y  ayudar   a Carol  ambos  se separaron algo  cohibidos. 
— ¿Qué  deseas cenar ? 
—  ¿Qué  tienes?
 Carol   se sonrojó  antes de  decir  —  Debes pensar  que soy una tonta  .  Te  invito  a  cenar  y ni siquiera  he cocinado  nada  aún.
—  Si quieres  te ayudo,  adoro  cocinar.
— Pero has  trabajado todo el día.
Éric  miró pensativo    a  su vecina.  Un rizo del  cabello  color  chocolate   de  Carol   caía  por  su rostro  y él deseaba tocarlo.  Para  dejar   de  fantasear  con  su  vecina  dijo — . Amo mi  trabajo,  pasé    casi   toda  mi  vida  haciendo lo que los  demás  deseaban   y no lo que  yo quería.
Carol con  la mano   lo invitó a seguirla  a la  cocina.
—  Conozco  esa  sensación,  mi madre  deseaba  que me  casara  y que  dejara  de soñar  en dibujar    o  diseñar.  Ahora soy  casi invisible para  ella.   Solo me llama  para  saber   si  he conseguido  a alguien. Como  que para ser  feliz  debes  tener  pareja.  Yo  no quiero   simplemente estar  con  una persona solo por  no estar sola.  Aunque  a veces la  soledad sea lo único que tienes. 

Éric  miró la  tristeza  en el rostro  de  Carol  y no  se pudo contener. 
— Tu no eres invisible.
—  A veces  creo que  sí.  He  pasado...
Se  calló antes   de decir  que  había  deseado  conocer  mejor  a  Éric. Se alejó  de  él antes   de lanzarse  a  sus  brazos  y  ser rechazada por  él. 
— ¿ Has pasado?
—  No sé, se  me olvido,  creo que el hambre  me  quito las  palabras que iba a decir.
Éric  sonrió  ante la mentira  de su vecina.
—  Veamos  que hacemos  de comer.
Éric  abrió la refrigeradora  para  casi no encontrar  más  que  agua  un  envase  de jugo de  naranja   y   una  cosa  verde  que   decidió  votar.
—Casi no  comes  en casa.
Carol  asintió  algo  avergonzada.
— La verdad, no   cocinó mucho,  es  que  para una persona  no dan ganas.
—  A veces sientes que la soledad    te  va a tragar .
—  Pienso  que      si  me marchara nadie  me  extrañaría.
Éric      que estaba   buscando     en los anaqueles   se  volteó  bruscamente.
— Yo lo haría,  aunque  apenas  hablamos.
—¿En  serio  me  extrañarías ?
Éric  se  acercó   a  ella.  Carol lo miraba   con  una  gran  tristeza  como si no se  creyera  valiosa    o  pensará que  era invisible.
— Claro,  que  lo haría.
Éric tomó  la mano  de  Carol  y  la  forzó a que lo mirara —  Aún recuerdo la primera  vez que  te  vi en el edificio.  Estabas   con  un vaquero   y una camiseta  negra.  Tu  cabello era más largo. Sufrí  el día  que  te lo cortaste.
—¿En serio me recuerdas?  Ni  yo me acuerdo  como estaba  vestida ese  día. 
Éric   apretó su mano  —  Tengo  buena memoria,   además  tu  sonrisa me cautivo.  Era  un día atroz,   me sentía  derrotado.  Tú  me miraste,  sé exactamente   lo que sientes  cuando   dices que te sientes  invisible.  Porque yo lo he sentido,  pero  ese  día   tú  me  miraste   y  por  un momento   me sentí unico conectado hacia  ti .
Éric  soltó la mano  de  Carol ,  no debía haber  confesado  eso.  Ahora  ella  pensará que es un tonto.


—  Vamos  a  comer  el hambre   nos está  poniendo  dramáticos.   Creo que  encontré una    caja de  espaguetis.  
Carol  se  tocó su mano  aun podía  sentir   la  caricia  de  Éric,  cuando le  tomó la mano  y  le  dijo   que era importante.  Quería  volver a oírlo, pero no  sabía  cómo preguntarlo.  Así  que    prefirió  hablar  sobre  comida.
—A mí me encantan  los  espaguetis  mientras no sean  con  salsa de tomate.
Éric    la miró sorprendido  —¿No  te  gusta la salsa  de  tomate?
—Sé que soy bicho raro.
— Lo eres,  pero   a mí me  gustas  de esa forma.
Carol sonrió   y  Éric  sintió  un  calor  en todo  el cuerpo.  Le encantaba hacerla  sonreír , conversar  con ella.  Cuando estaba  cerca   de  Carol no podía  resistir  su hechizo.  Se  preguntaba  ¿por qué  diablos  accedió  a comer  con ella? 
Ella  lo  topó  en  el  hombre y  él se estremeció de deseo.  Deseaba  soltar   caja   que  tenía  en sus manos  y estrechar a  Carol entre sus  brazos  .  Luego proceder a  besarla  y  probar  todo  su cuerpo     una y otra  vez. 
— ¿Éric cómo vamos a preparar  la pasta?
—  ¿Has  probado  espagueti en salsa Alfredo?  Es mi favorita. Vamos, a mi apartamento  creo  que tengo los otros ingredientes  que    necesitamos   tu  trae el  helado.
Carol lo siguió  encantada  de  conocer  el apartamento  de  Éric. Cuando  llegaron se sorprendió al  ver lo impersonal  y  frío que era  su apartamento.
—Apenas , pasó    aquí .  Vamos a la cocina, mi lugar  favorito.
Por  lo menos  ese  lugar  tenía  personalidad.   A  Carol le recordó la cocina  de la  cafetería.  Carol  y  Éric     no hablaron por  un  momento.  Éric  le dio instrucciones  a  Carol para que  cortara    cebolla  y ajo.  Ella lo estaba  haciendo  cuando  él se  acercó  a comprobar  su   progreso  .
  La mesera  se  volteó  sus miradas  se encontraron  .  Éric  se  acercó   a  Carol que  soltó el  cuchillo y  se  besaron. Al principio solo rozaron sus labios, pero   mientras    pasaban  los segundos.  El beso se hizo  más  atrevido.  Éric no podía  saciar  su  deseo  de  tenerla.  Sus manos  comenzaron  a   acariciar la   espalda   de  Carol.  Lo que más deseaba  era   desnudarla  poco a poco. 
Carol no podía  creer lo  que estaba  pasando  por un momento pensó que soñaba , si era  así no deseaba   terminar.  Sintió las manos  de  Éric   en sus  nalgas    se  estremeció  Se  alejó  un poco  de  él para poder  respirar 
Éric  fue  el primero  en hablar  aún sostenía a  Carol entre sus  brazos.
—  Debemos  parar.
Carol  se quedó sorprendida — ¿Por qué?
—  Si seguimos , follaré contigo.  Somos  colegas ,  vecino y  amigos.  Yo no quiero   terminar  eso  por una noche  de pasión .  No busco una  relación  .
Carol se alejó dolida.  Éric no la  deseaba. 
—  ¿Aun la amas?
— ¿A  quién?
— A tu novia —  por  eso no quieres nada  conmigo. 
Éric  se  acercó  a  Carol    —  No eres  tu...
—  Si acabas la  frase  te  doy un golpe.  Ya entendí —. Carol se tragó el deseo  de llorar.  —  Será mejor  que me  vaya.
Éric la  sujetó  por  los hombros  y  miró sus labios   que  estaban  rojos  después  de haberla  besado.
—  No entiendes,   te  he deseado  , desde el momento que  te vi.  No  quiero una  relación,  eso no funciona para mí.
—  Eres  un tonto.  Las cosas no se abandonan  sin luchar.  He pasado  años  esperando  que alguien aprecie mis dibujos  y aún no me rindo   He pasado  mirándote  desde lejos  y esperando   .  No pensé que eras  un cobarde.  El amor  como  todo  lo bueno  requiere   de constancia  deseo   y lucha.  Tú  te rendiste  sin ni siquiera pelear.
Carol  se soltó   del agarre  de  Éric  y  se  fue   a  su apartamento a llorar. 

Pasaron  5  minutos  y alguien tocó la puerta.  Ella esperaba  que fuera  Éric,  pero era el vecino del  4G .
—¿Por  si acaso tienes  azúcar?
Carol    negó con la  cabeza  y cerró la puerta.
 Sin  saber  cómo llegó  a  su  cuarto y  se dispuso a llorar. Oyó que alguien   golpeó .  Enojada   fue    esperando que el vecino del 4G no  quisiera   algo más .  Con su suerte  sería    un  testigo de  Jehová. No esperó encontrar  a Éric    mojado en la puerta. 
—  ¿Qué  pasó?
—  Está lloviendo.
—  Gracias  por   la  noticia. — Carol iba a  cerrar    la puerta. 
—  Espera,  tienes   razón.
Éric    se peinó  con la mano  mientras  Carol se mordía los labios. —  ¿Por qué estás  aquí?
—  Deseo  luchar por  ti.  Estoy  harto de correr.  he pasado tres años a aferrándome a la luz  de tu sonrisa    y huyendo  de   mis  sentimientos. 
Carol sonrió —  Deja  de hablar y  bésame. 
Fin 

Espero que les  haya gustado esta  historia..  Les deseo una  genial semana y  se me cuidan mucho 





7 comentarios:

Violeta dijo...

Hola guapa!
Menos mal que al final se decide, pensé que el tontorrón la iba a dejar escapar, Ay! estos hombres cómo le cuesta decidirse. Genial! Besotes

Tamara dijo...

Que apasionado y como me suena eso de que a veces se necesita algo más pero sin etiquetas de noviazgo. Un besazo

Mi tarde junto a un libro dijo...

Hola! Genial capítulo, me ha encantado. Sigo enganchada a la historia :)
Besos!

Fantasía y realidad dijo...

Hola Citu,me ha encantado el final aunque ya lo esperaba.
Muchos besos y cuidate mucho niña:)tqm

JUAN FUENTES dijo...

Combinar los colores,puede ser una de las formas de crear Harmonia

JUAN FUENTES dijo...

Amiga escritora,en la naturaleza todo puede er harmonia,

Mientrasleo dijo...

Qué bonito el final!
Cortísima, me ha encantado
Besos