Ilumina mi corazón Capítulo 34 ( segunda parte)

Hola  ¿cómo  están?  Hoy les traigo  un  capítulo con mucha acción.  Van a  ver el papel  que  Heli  desempeña  y  como ella se enfrenta a  Úvatar para  salvar  a   Amelia.

Capítulo  34

Heli se tambaleó por milagro no se cayó al piso estaba mareada, muy confundida y no tenía nada  que ver la misión que  sólo en unos segundos  debía realizar. Se  preguntó ¿Por qué él entró?  ¿Por qué la besó? ¿ Y si su  cabeza  iba a  explotar?  Todo parecía  tan irreal  en cualquier  momento se  iba a despertar  en  su  clase  de  semiótica algo atontada  y   con el profesor  a punto  de    de preguntarle  algo. Nada  de eso paso,  solo pasaron los  segundos  y estaba  en la  torre  más alta  del  castillo   a punto de  saltar.

Cuando  Adremelech  expuso su tonto  plan,  no pensó que ella  jugaría  un importante papel.  Podía  salir corriendo  e irse.  Meneo la  cabeza   y miró  al  vació.  Tenía que  saltar  se lo debía  a  Amelia a  Quito y a  ella misma.

Los  hechizos  que le dijo  Adremelech  que  conjugara  antes  de  saltar  se le olvidaron   Heli  solo pudo  gruñir  y  saltó  esperando  que  su mente  funcionara   y  se acordará en unos  minutos .

Fue  cuando oyó el consejo  de la persona que menos  quería  acordarse:  Seirim  le  dijo  cuando   estaba   en entrenamiento  con  Sebastián    —.  Siente  la magia  déjala  fluir en tu interior.

Era  un buen consejo, ella  fue  elegida   por   su  sangre mixta  y por   ser aniruin. La misión  de  Heli consistía  en  despojar   el terrible  campo  de  fuerza   que  rodeaba los  mundos  y   de  crear  una puerta para que entren  los jinetes  de las  aves  fénix, destruyan  a las  sombras y  todo vuelva  a la normalidad.

Para ello estaba  vestida  con una  túnica que le dio Firond  hecha  de la  más  fina  seda élfica,     bañada  con polvo  de hadas y cocida  con  las  crines  de unicornios.  A Heli  le recordó a las  túnicas  de los Jedis, pero no dijo nada.  Para  transportarse  a los  5 mundos  tenía un anillo élfico que   era de su madre  y que ahora  era suyo .  Mediante   la  magia del anillo podía  recibir instrucciones  de   Adremelech. Y  un medallón hecho de  plata  élfica, de  cascarones de  dragones  y   aves  fénix   que le permitía comunicarse  con las  aves.  No  tenía  armas.  Su única  defensa  contra  las  sombras  era  crear  un campo de  fuerza   cantando.

Cuando  saltó pensó que  se iba a estrellar  contra  el suelo  e  iba a quedar  aplastada como una cucaracha.   Fue cuando sintió la magia  de su medallón  y empezó  a cantar. Sintió  que  el viento  la llevaba lejos  y   volar le intoxicaba como nunca antes.   Había  planeado  sobre  las cuatro paredes  del  castillo, pero era  diferente  hacerlo  al  espacio abierto.   Por  un momento  se perdió  en el placer  de   ser  completamente libre.  Luego  le horrorizó la idea que su túnica  se  elevará   y mostrara  su  ropa interior. Por   tener  esa idea estuvo  a punto de  caer, al  vació.  Observó    la  tierra  y no le dio miedo su muerte.  Sin  embargo, no deseaba  que  Amelia  y    todos lo que  confiaron  en  ella murieran .

Volvió  a  oír    a las aves  fénix  

— Una melodía  se  apaga  canción sin nombre.

Un  recuerdo importante para alguien

poco a poco  fue  dándome  coraje

Una  canción  para  ti  ,  una  canción para mí.

Con la emoción de volar  Heli no se dio cuenta  de que las sombras  la acechaban  y estaban a punto  de  arrebatarle el alma.

Cuando   por  fin miró a su alrededor    las sombras     estaban a punto de tocarla.  En lugar de tener  miedo  se  dejó llevar  por  el espíritu y  de la canción   y por la magia  de los  fénix.  Solo debía  creer  y  dejar  que   la  esperanza  , la  fe  y el amor llenen  su alma.

—Apenas se  oye

Una  canción  para  ella,  una canción  para  él.

Una escena  de otro  tiempo

Una  canción para chicos,  una canción para  chicas.

Heli  se iluminó   asustando a las  sombras   y  a las  que  se atrevían a acercarse  las paralizó , no era  su misión  sanear   a las sombras.  Tenía que  trasladarse  al infierno  antes  que  Úvatar      fuera  a atacar y terminará con su vida .

Cuando dijo el conjuro para poder  irse    al  inframundo   no  ocurrió nada.

Angustiada  gruñó    e  hizo una mueca. Luego  cerró los ojos y  recordó    nuevamente   lo que  Seirim  le dijo cuando la entrenaba.

— Los  hechizos  son solo palabras  que   utilizamos  para  plasmar  nuestra magia. Siente  y  deja  que el  encantamiento que  vas a hacer  fluya   primero  en tu mente luego por tus  venas  y  por  último  vaya  a tu corazón dónde está tu  verdadero poder.

Heli   dijo   cada  palabra   del  hechizo, mientras  pensaba  en  Amelia.   En su sonrisa,  en lo fuerte  que  abrazaba  cuando  estaba  triste.   Las  veces  que  reían por  tonterías.  Como siempre  compartían  dulces  , ropa  y libro.  Las palabras  que  utilizaba   para   despedirse  .  Las  tardes  viendo por   millonésima  vez  orgullo y prejuicio u  otras películas  románticas.

Se dio cuenta de que su hechizo  funcionó  cuando  oyó  la  banda  sonora  de la película de  orgullo y prejuicio  .  No esperaba  encontrar  un  gran  muro invisible    que no podía atravesar.   

 Cuando  Adremelech  le  entrenaba   le indico que se concentrará  y luego tocará  el  anillo élfico  él     le ayudaría   cuando  estuviera  confundida.  Sin mucho  tiempo  y con miedo  de   que  las  sombras  fueran atacarla.  Heli     tocó  el anillo  sintiéndose  un poco  como Frodo  del señor  de los  anillos.    Unos  minutos  después una  serpiente de luz  alada   apareció  frente  a  ella  y   revoloteo por la  cúpula  mágica .

Heli no tardó   en entender  lo que la  serpiente   le señalaba.  Voló por la  cúpula mágica  creada por Úvatar   lo más  rápido   que podía  agitando sus manos    para crear   el polvo  de los  sueños .  Los  anuruin  eran uno de los pocos  seres  que podían  crear  cuando lo desearan   el polvo  de los  sueños o  como algunos  de los  humanos  decían polvo  de hada. La  sustancia  era  verdaderamente  fuerte   e  invisible   para  casi  todos.  Según  le explicó  Adremelech  era  la esencia  de  toda la magia  que  se encontraba  en cada  ser  .  Algunos  demonios tomaban las  almas  para   obtener  ese  inmenso  poder  que los humanos   apenas   utilizaban.  

Heli lanzó   el  polvo  a la  cúpula    y en su mente    pensó en grandes  martillos   que  destruyen la  barrera  que  ella no podía pasar.  Minutos  después  oyó  un gran estruendo.  Paso con cuidado  junto  a la serpiente  de luz  a la siguiente  barrera. Ya  que  lo más  probable era  hubiera  muchas trampas  y barreras pequeñas.

Úvatar   no  esperó que  una humana    fea  y gorda pudiera  tener  tal poder.  Era  una  anuruin  y   esa mujer  podía  destruir  todo  lo que  con  tanto trabajo    lucho. Respiró profundamente    para luego    hacer   que  de su  cuerpo surgieran dos   grandes  alas  rojas  llenas  de  sangre.  Fue  por    la   humana  no  debía    quitar sus  barreras, ni liberar  a  Amelia  antes    que     hubiera entregado   su  alma.  

A Heli le estremeció    mirar por primera  vez  a Úvatar.  Ahora  entendió el desasosiego que   tenía  Amelia.  El  demonio elfo  era  una  calavera enorme  con los  ojos   rojos  la  carne  podrida  saliéndole  y  dos  enormes   alas  de  dragón a las  que goteaban  sangre.  No podía  quitar  todas las  barreras  a tiempo y mucho menos  enfrentarse   con esa  cosa.  Se le ocurrió una idea  bastante loca  .  Su amigo  Ramoncito siempre    decía —"Siempre  haz lo inesperado, sorprende  y  ganarás”  

Heli  respiró hondo  ,  deseo  tener  un poco  de agua miel élfica    en ese momento para darse  valor.  O por  lo menos  gritar  Xena  la  guerrera, lo único que  hizo  fue  volar    a toda  velocidad  e   ir  en busca  de  Úvatar.

El  demonio  elfo,  no podía  creer   que la humana  fuera  tan tonta para pelear  de esa manera  la capturó en un segundo .  Ella  ni  se resistió, cuando  quiso  ir   al inframundo  no  se pudo  mover  la   humana     en el último momento paralizó. Úvatar  no  sintió  cuando ella   le  hizo  un hechizo tranquilizante.  Tenía que  reconocer  que la humana  era  algo   astuta. Sin  embargo, eso  no    le iba  a servir.

— ¿Crees  que    con paralizarme  podrás   salvar tu pellejo?

Heli    tragó  saliva     y  trato  de   que su  voz  sonara   tranquila  mientras    aprovecha   los poco  minutos  que  detuvo   a  Úvatar.

—No lo sé , pero  en un minuto todo puede pasar.

Heli  había  mandado a la serpiente  que  le dio  Adremelech  a  investigar   cuantas  barreras   y trampas  había      para  poder  desactivarlas   por  lo menos    5  minutos  para  que    Sebastián  ,  Adremlech   y  Khalid  entren al inframundo.  

Sintió  como Úvatar    empezaba    a resistir a su hechizo, por  suerte   la serpiente  apareció  con la información que necesitaba.   Con miedo  y  el corazón  latiendo  como un trombón.    Realizó  una serie  de hechizos complejos,  como si    siempre   hubiera  utilizado   magia desde  de niña.

Úvatar     rugió  de gozo era libre  e  iba a matar   a  esa intrusa  idiota,  no espero  que  un gran destello de luz  le  dejara  ciego, mientras  la humana     rompía    sus  preciadas  defensas  y  escapaba  dejándolo solo.

Úvatar  gritó    y  las sombras     persiguieron   a  Heli   que  desapareció  sin dejar  rastro.  Iba a perseguirla, pero  sintió   intrusos en el  castillo   de fuego.   Su prioridad  era   Amelia,   tenía que poseer  su  alma y no dejar que nadie la recate. Con resignación mando  a  Azidahaka   a  perseguir  a  la  humana, mientras  él destruía    a los  merodeadores.

Espero que les  haya  gustado   y  que  tengan  un buen  fin  de  semana