Bienvenidos a mi blog. He creado este por que tengo un montón de historias en mi mente que me gustara compartir. Miles de mundos y personajes siempre me acompañan, decidí, que era hora de hacer que fueran conocidos. Quiero, que sean capaces de expresar y soñar junto a mi. Espero, que les guste mi casa y tendrán una voz aquí. Mi cariño y amistad también.

miércoles, 12 de abril de 2017

Ilumina mi corazón Capítulo 43 ( tercera parte)

Hola  ¿cómo les  va? Hoy  van  leer  sobre la huida de  Amelia  a  Seragon.  Espero que les  guste.
Capítulo  43



Días  después.
Amelia    terminó de  vestirse,  unas  horas antes  fue  examinada  por  Naltucien,  que indicó  que se encontraba  lo  bastante  fuerte  para hacer  el viaje a  Seragon.
Optó  por  un  calentador   deportivo  de  color  negro  y   camiseta  de manga larga del mismo  color   se  hizo una  cola de  caballo   en  su  cabello.  Agatha  en  la cocina   le  mandaba   una pequeña mochila  con   frutas,   emparedados, agua, linterna   y una  tableta.
Amelia  temblaba  de miedo  por   su próxima  fuga  y su inminente  operación.  Tenía  horribles pesadillas   en las  que Úvatar  le  raptaba de  nuevo.  Por  un momento   quiso  quedarse  escondida  y  volver  a  la  cama. Sin embargo, estaba  harta  de estar   enferma  .  Deseaba  una  vida normal  o por  lo menos estar  junto a los seres  que  amaba. Miró en su  cartera  una  fotografía  de  su hermana.   Luego  el anillo que   Sebastián   le  dio  como promesa  de una vida  juntos.  Minutos  después  Heli llamó a   desearle  suerte.
Ella no estaba  sola  quería  ser  feliz   y  debía   luchar  para  conseguirlo a   toda  costa. Respiró  en forma  profunda,  luego se  miró  al espejo  para  ver   si estaba  presentable .  Luego  salió  de la habitación  en donde  la esperaba  Agatha  y  Zahra.
Horas  antes  se había  despedido  de  su hermana,  de  Heli,   Sebastián  y  el resto  de sus  amigos.  Zahra  se  quedó   por  si necesitara alguna   ayuda.
—Estoy lista.
— ¿Tomaste las pócimas que te  dio Naltucien?
— Sí .
Zahra  buscó  una   manta    —.  Ten  por si  acaso  haga  frío.  
Amelia  asintió  tomó la manta   que  Zahra  le ofrecía minutos más tarde la  mochila   con la comida y  sus medicinas.
— Gracias —   algo  cohibida  Abrazo  a  Zahra  y  Agatha  esperando  no llorar   de  nuevo  como cuando  se  despidió  de  Ana.
Agatha nerviosa miró  a  su  reloj  —Será  mejor  que  vayamos  al pasillo.  Sinclair  pronto  vendrán.
—Ponte  saco,  el frío te puede  hacer   daño  Amelia.
Amelia solo puso los ojos en blanco, pero hizo caso a  Zahra.
Esperaron  unos minutos en el pasillo cuando     uno  hombres  fornidos se  les  acercaron  con una  gran  caja.
Agatha  se les  acercó
—  Hola, Sinclair ,  te  queda mejor la  barba.
Sinclair  gruñó   estaba  disfrazado  de  un hombre que tenía  una barba  de  Santa Claus.
—Será mejor irnos.
Abrió la caja de madera que era enorme, pero estaba   vacía.  Indicó   a  Amelia  que  se  colocara en ella.  La  muchacha    cerró los  ojos  sintió    un  inusitado miedo  a  estar  en un lugar  cerrado.
—  Tiene  buena  ventilación  y  el espacio  es  amplio .  Solo  será  por  un momento.
Amelia  sonrió  sin  ganas    luego  entró en  la  caja. Fue  transportada   a un piso  superior  en donde  oyó  a  Sinclair      querer   entregar  un mueble   al  dueño  del piso de arriba.
El hombre los insultó  y  Amelia  tenía miedo  a estornudar  o  a reírse.  Más  tarde    salieron  del  edificio  sin que nadie  se dé cuenta de que ella   estaba  en la  caja.
Por  un momento  temió que los  hombres  que   Billy  puso    lo notaran ,  pero    pasó inadvertida.
Cuando la colocaron en un  enorme  camión  de  muebles   Sebastián   y  Luke  la esperan dentro    del lugar donde  se depositaban   la  carga.     Le ayudaron a   que se ponga  cómoda.
Eran como las  diez  de la mañana,  Amelia  no sabía  cuándo entraría  al ministerio de  magia  y menos    conocía la hora  de  ir  a  Seragon.   Se acomodó  junto  a  Sebastián  y  mientras le  contaron la otra parte  del plan.
Amelia se  iría   a  Seragon junto  con los  últimos  huevos  de   fénix  y de  dragón  que  fueron llevados  al mundo  humano  para  salvarlo.  A Amelia no le  gustó la idea  de   volver  a estar  encerrada  en   una  caja  por  enorme  y cómoda que fuera.  Sin embargo,  era    el único método  seguro para  pasar la  aduana  y  sobre  todo las puertas  mágicas   con  el mínimo de  energía.  Ya   que los  huevos  de  fénix     que estaban en la tierra    estaban muy enfermos  y  cualquier  energía mágica los podría  hacer  estallar.  Lo mismo que  ocurría  con  Amelia   después  de ser  contaminada  por  Úvatar.
Para despistar  a  Billy y al ministerio de  hechicería  .  Gilraren  y su padre   pidieron  cajas de madera  vacías  para empacar  .   Luke  y  el resto   esperaban  que en cualquier momento llamen  para dejarlas  y  así meter  a  Amelia  junto  a los  huevos  de  fénix.
Una  hora  más  tarde,  llamaron.  Era  la señal  para que  Amelia  vuelva  a  su escondite.  Transportaron  a  Amelia    un edificio       común  y corriente  a  ella  le recordaba  a un  banco.   Se decepcionó  al ver que ese  era el ministerio de  hechicería.  Esperaba algo espectacular  como en los libros  de  Harry  Potter. Volvió  a esconderse  en la  caja  antes que  Sebastián la  regañaba  por  poner en peligro su escondite.
Cuando  llegó al estacionamiento.  Un  hombre     con  voz  chillona  los   recibió    y  se  puso  abrir  las  cajas.  Amelia     temió  que  le iban a encontrar.  Luego  recordó  el dispositivo   que  Sebastián le  dio antes  de esconderse   solo lo podía utilizar   dos  veces  .  Era  un artefacto que  Blake  y  Firond  crearon que  daba  la ilusión     que la  caja  se encontraba  vacía.
Amelia  esperó a   que   revisaran su escondite  para   activar el aparato.  Sin  embargo.   Una  voz    gutural  y molesta  lo impidió.
Todos  lo dragones     que  fueron a  buscar   los huevos  conocían    que  Amelia  estaba  escondida  y que pidió  refugio  en  Seragon.  Amras  le  dio visto  bueno  y  si pasaba  la aduana de los mundos  .  Ella sería  albergada en los  bosques  prohibidos.  Aunque  Lólinder  despreciaba a los  humanos  y  no entendía  porqué  llevar   esa  farsa. Siguió las  órdenes de su líder, sin cuestionarlo.
— Va a revisar  caja  por  caja.  Ya  nos  hemos  demorado suficiente.   A  diferencia  de   asquerosos  humanos  los  dragones no mienten.
—Tenemos , miedo que lleven  animales  o personas   de contrabando  .  El    jefe  de  seguridad   ,  el señor  Gurt  nos pidió que  fuéramos  cuidadosos.
Amelia   oyó  un   gruñido. Estaba  muy nerviosa , sus manos  sudaban  y temía   tirar  el control  cuando la caja  sea  abierta  de improviso.
—  Ya que quiere  perder  el tiempo.  Espero que  traslade las  cajas  sin daño  y que pague  el tiempo que  se  demore   en  revisar  todo.  Gilraren  aunque  odio el mundo humano  creo que tenemos  tiempo de comer,  siempre   me  he preguntado   ¿qué son  esas papa fritas  que  tanto  le  gustan a  Firond?
Amelia oyó unos pasos.
— No pueden  irse  y dejarnos  en este lio .  Necesito   que  firme  los papeles y pague  a los proveedores.  Además,  es  su responsabilidad  trasladar  las  cajas    al ministerio a  su  barco  no la nuestra —.  Dijo el funcionario  algo  preocupado.
En lugar   de que  el hombre  hablará  lo hizo una mujer —  Le  damos  5  minutos ,   mientras  tanto pagaré  a los  hombres  que trajeron el material.
Lólinder  toma las   cajas  revisadas    y  llévalas  con  Idris.
Mientras    los   hombres  discutían  Amelia  sintió  que movieron  su  caja  y  la  colocaron    junto a otras  dos.
— Me llevo estas   creo  que  ya las  reviso.
—  Llévaselas.— Dijo el hombre sin notar que  colocaron  la  caja en la que estaba  Amelia
Amelia  fue  transportada     deprisa      por  varios pasajes .  Para luego ser llevada    en un ascensor.   Tomaron   su caja como si ella no pesara   y la llevaran  a un  sitio oscuro.  Ella seguía  nerviosa    y   estaba   algo mareada.
Al  principio  sintió  un  zumbido.  Heli le contó  que     un ser sensible podía  escuchar    el alma    de las   aves  y  escucharlas   cantar.   Amelia  solo  oía  un  graznido   algo  fastidioso  que le  produjo  dolor  de  cabeza.  
Oyó a  alguien  abrir  una puerta.
—No puede pasar  aquí  estas  cajas  ya  han sido revisadas  y contienen    los  huevos.  Uno  de  sus  hombres      nos vigila  como ladrones por llevar   lo que  nos pertenece  a nuestro mundo.
—Es  por  su seguridad.
Amelia se estremeció al oír la  voz  de  Billy.
—  Hace  un rato  uno  de mi   equipo sintió  un  aura de  poder.  Como  si  uno de   ustedes   usará magia.
La  voz   femenina    habló —   Uno de  los huevos  casi se  rompe   por  culpa  de  la prisa de  Lólinder.  Solo  lo volvimos  a su estado normal,  pero  si  quiere puede  revisar       de nuevo  las  100  cajas.  Eso sí   responderá  consejo   de especies  la  demora  y si uno  de  los huevos  muere.
Billy  gruñó  y si no fuera porque la dragona estaba  rodeada    de varios  hombres la hubiera atacado.  
Se  fue  furioso  sin decir   palabra.
Amelia  volvió a  quedarse oscuras  por     algún tiempo . De  vez en cuando alguien  apilaba    más  caja   y el ruido  se  incrementó.  A  ella le  dolía      la posición en la que estaba  sentada  y  tenía  náuseas   y  el dolor  apenas la  dejaba pensar.
Por   lo que  al principio  pensó  que  estaba  loca  cuando  sintió     que el cuarto  se  movía  aterrada  se abrazó  a sí misma  pensando  en  Sebastián  ,  Ana,  Zahra  y  Heli. Luego una luz     se prendió  y alguien  abrió la  caja en donde estaba  escondida.



Amelia  casi  gritó  al ver  a  Naltucien   junto a  ella.
—¿Estás  bien?
—  Solo  algo  asustada. Pensé que  me iban a  descubrir.
Naltucien se  acercó a  Amelia, que estaba  algo pálida.  Se puso  a  examinar a  la muchacha. —  Aun estamos en el ministerio. Así que  todavía  corres peligro.
—Pensé que fue  transportada algún lugar.  Creí  que  con mi condición era imposible.
— No puedes utilizar  ni  puertas   mágicas, ni pasadizos.  Tampoco    pueden  hacerte  hechizos  directos,  pero la magia indirecta  y  utilizada  al mínimo.  Apenas  te   hace  daño.
Aunque había poca luz  Amelia   observó la habitación en la que estaba    era  un galpón con  cientos  de  cajas  y piso  de madera.
—  ¿Estamos en el  barco?
—Sí aunque estás  en uno  de los  nueve compartimentos  de  carga.  Todavía no puedes ir a  tu camarote.  Hasta que  salgamos  del ministerio.
Amelia   aún tenía  un  terrible  dolor  de cabeza,  su estómago estaba a punto de vomitar  y sus  piernas apenas le sostenían.  Lo peor era  el sonido irritante  que  hacían las  aves.
Naltucien    se aproximó  a  la  caja   en donde  Amelia estaba  escondida  y la transformó en un  catre. Encima  tenía    su pequeña  mochila  con sus provisiones.
— Será mejor que  descanses.
Amelia  cerró los ojos  demasiado  débil y prácticamente  se tiró en la cama.  
— No puede llevarme a  otro sitio  creo que las  aves  fénix    me enferman.
Naltucien   solo la miró  con sus profundos  ojos   grises.   Para  Amelia la  dragona le intimidaba   aun en su  forma  humana.  A pesar de que    era  de estatura  pequeña   y su    rostro  era  redondo y lleno de arrugas.   Algo  en su  mostraba una  fuerza  que amedrentaba en especial a  Amelia que  se sentía impura luego  de ser  raptada por  Úvatar  
— Las  aves no hacen nada,   es  tu corazón  está  lleno  de  miedo.  No debes  tener   a  la oscuridad.  Todos  somos  luz  y  sombra    lo bueno y lo malo viven en nosotros.  Cuando  dejes  de  tener  miedo  sobre  tus  sentimientos ,  dejarás  de  oír   su graznido.  Hay seres  que nunca lo hacen , eso   no  es malo no eres  un monstruo que  va a asesinar . Solo tienes  miedo.
—  Las  bestias  con   miedo  son las más peligrosas.
—  Tienes  razón, pero  los  humanos  casi siempre  satanizan  lo que no entienden.  Escucha a tu corazón y mírate por  dentro.   Tal  vez  lo que encuentre sea no sea  tan malo.
Luego  de decir eso  dejó Amelia  con las aves  fénix.  El  graznido  se volvió  terrible  . Ella pensó que se iba a  volver loca.  Grito  a las  aves  — Cállense.
Las aves  hicieron más  ruido  .   La muchacha se tapó los oídos con las manos, pero  fue  inútil. 
Amelia sintió  que iba  a morir  si seguía  en ese lugar.  Debía  huir  hacia otra habitación capaz que  no pudiera  escucharlas.    
Así  que  con trabajo  se paró  y  fue   a   la puerta.  Estaba  cerrada. Se arrastró  a la  cama  y  volvió  a gritar  — silencio.
Las  aves  hicieron más  ruido  y  a Amelia le pareció  que se  estaban  burlando de ella.  
—  Si  vuelven   hacer  ruido las  destruiré.  Las aves se callaron un momento, pero luego  hicieron  ruido más  fuerte.  Amelia   con furia  fue  a la caja más  próxima  dispuesta  a destruir   a los huevos.   Abrió  el  cofre  y  miró   a    los huevos  podría  destruirlos   y ellos no   se defenderán   .  Solo  debía  tirarlos  al piso.  
—Pueden  callarse,  me siento mal  y ustedes  con su ruido  me hacen sentir  peor.  Por  favor,  silencio.
Sorprendentemente las aves  se  callaron   Amelia   volvió  a la  cama  aun más enferma.  Luego de un rato en lugar  de  graznidos escucho como las aves   cantarán.  Heli le contó que solo los seres puros   y  que no desean  mal a nadie  podían  escuchar   el canto  del fénix.
Amelia  se quedó dormida y su  dolor  cesó.  Una hora más tarde  Naltucien    y   un hombre  de  cabellos  y  barba  que  Amelia  le recordó  a  Gandalf  del  señor  de los anillos  entraron.
— Bienvenida    a  la nave  de los  dragones —  dijo el hombre.
Amelia  asintió y quiso  peinarse  con las manos.
— Gracias por ayudarme.
—  Estamos a punto de  abandonar  el ministerio  e  ir  a  Seragon.  Espero que tu viaje sea  grato.
Luego de decir  eso  el hombre se  fue.  Dejando  a  Amelia  junto a  Naltucien .
—  Ven te mostraré   tu  camarote  y podrás  ver  zarpar el barco.  Estamos  todavía  sobre el Támesis  pero la magia  del  agua   pronto nos  llevará   al  océano de los elfos  y los  a las aguas  salvajes  de  Seragon.

Espero que les haya  agradado el capítulo y  les deseo  un genial fin de semana 




10 comentarios:

JUAN FUENTES dijo...

Tus pensamientos, y estos a traves de tus personajes vuelan y vuelan

Mi tarde junto a un libro dijo...

Hola! Que alegría encontrarme con el capítulo unos días antes de lo esperado!! jejeje. La verdad es que tenía muchas ganas de leerlo y como siempre me ha encantado :)
Besos!

Mela dijo...

¡Qué mal lo ha pasado Amelia!
Pero no se rinde... está dispuesta a luchar por Sebastián y por Ana... es una valiente
Tiene peligrosos enemigos, pero también tiene amigos que la valoran y la quieren muchísimo
Yo temía que la descubrieran dentro de la caja, menos mal que no ha ocurrido
Ahora ya está en el camarote... ojalá llegue pronto a Seragon, y su operación sea un éxito... Amelia se merece lo mejor
Me ha encantado como has desarrollado este capítulo, eres genial
Besos

Sunako Chan dijo...

Hola! Espero que estes bien. Vamos que Amelia ha empezado un viaje más bien movidito y con pajarracos incluidos. La verdad tengo ganas de ver como es la tierra de los dragones. Me está gustando el personaje de Naltucien. Te leo en siete días. A ver qué pasara y si llegará sana y salva. Un besote guapetona!!

Nena Kosta dijo...

Está siendo un viaje terrible para la pobre Amelia, primero encerrada en una caja, ¡a mi me daría agobio y claustrofobia! y para colmo las aves graznando continuamente, como para estallar los cráneos más duros.
Sabias las palabras de Natulcien.
A final una súplica fue más efectiva que las amenazas y los gritos, e hizo que las aves callaran. A ver si al menos, puede disfrutar del viaje en barco.
Muy ameno el capítulo.
Besos!!!

Laura dijo...

Excelente capítulo y que a Amelia le vaya bien en su viaje en barco, gracias por el capitulo saludos!

JUAN FUENTES dijo...

Tu tienes cultura,imaginación y fantasias

Ariel dijo...

Hola Citu, buenos días,
esperaba con ansias poder leer este nuevo capítulo

excelente!


feliz fin de semana y... Felices pascuas!

un abrazo

JUAN FUENTES dijo...

Terminaron las fiesta religiosas,la vida continua
Un fuerte abrazo

yessykan dijo...

Pobre Amelia, menos mal no es claustrofóbica. Pero que es muy buena idea, asi pasara inadvertida, ojala logre pasar la aduana.
Yay! Que nervios lo de la revisión de las cajas, imagino el susto de la pobre.
!Ay, que susto! Menos mal fue Naltucien el que abrio la caja. Me encantaron esa avecillas fénix, sus graznidos ayudaron a conseguir dormir a la pobre de Amelia.
Lindo capitulo, me gusta el suspenso. Veremos que nos traes para la próxima en ese viaje por el océano.
Besos