lágrimas de luna. Capítulo 3 ( primera parte)

Hola  ¿cómo están?   Sé  que  deseaban saber    que pasará  con  Heli.   Pero hoy    estaré  relatando lo que  ocurrirá  con  Seirim que  va  tener  un nuevo enfrentamiento  con su  hermano.   Espero que les  agrade  el    fragmento y la otra  semana les prometo que   les digo  que le  pasará  a  Heli .

Capítulo  3

Seirim se  frotó   las sienes. Tenía un fuerte  dolor  de  cabeza, sentía  que los ojos se le iban a salir  de las órbitas.  Un fuerte  olor  kyphi, un incienso    utilizado  por   los   faraones  y sacerdotes del antiguo  Imperio egipcio lo rodeaba .  Se mareó  por   el  fuerte olor.  Seirim nunca tuvo  visiones     hasta que  sintió ese   fuerte  aroma.  Fue  cuando   observó   grandes  arañas rojas.  Llamadas arañas del infierno, eran demonios menores que  existían en el inframundo y en el  reino de los  dragones  en Seragon.  En lugar de ir  primero  a Manhattan donde se encontraba  Zahra  fue   al reino elfo  y luego pasó por una iglesia para conseguir  agua  bendita  y poder tener 

 los elementos  necesarios para destruir    a las  arañas. 

Se  alegró de   ayudar  a  su amigo, pero  estaba  confundido por   la  visión que  tuvo.  No  pudo meditar    mucho  tiempo. Sintió   a unos  demonios menores  y  a su hermano  Agni acercarse  a  atacarlo .

Podía huir  pero no lo deseaba no era un cobarde  y sobre todo era inocente. 

Khalid  miró  como     desapareció  Zhara,   deseaba  que   la  familia  de  su amiga   se encontrara bien.   Salió corriendo ,  del apartamento   arruinado. Se  dirigió al ascensor,  ya  que  no quería delatarse  con  los demonios  que estaban en  el recibidor  del edificio.

Por  lo menos  sintió  la presencia  de  7  demonios  superiores y  algunos    6  demonios inferiores. Cuando  llegó  al primer  piso tembló  por  el ambiente helado  y percibió  un  desagradable  olor  a podrido.  Los demonios  menores  causaban  ese efecto, ya  que   no eran  de ese  mundo   y  los   cuerpos  que  utilizan  terminan  pudriéndose. Era fácil de matarlos,  con  las armas  adecuadas. Todo  recolector   tenía  una pequeña  piedra  con la que se  comunicaba,  cuando  era atacado  esa piedra  se  transforma  en una espada.  Zahra  se  burlaba  diciendo  que era  su arma  Jedi.

Sacó  su  espada   y  espero en las  sombras  para  degollar   dos  demonios  menores,  que estaban    de guardia.   En  el vestíbulo se encontraba  peleando Sei contra  un  esqueleto  en llamas  al que  Khalid reconoció como   Agni.

Seirim  estaba  transformado   era más  alto   tenía  un aura   lila  saliendo  de todo su cuerpo . Su  cabello   plateado  llegaba  al  piso  y tenía   unos   cuernos  blancos. Atacó   a  su   medio hermano con  un  látigo blanco. Agni  se  volvió  azul, sus  ojos  rojos   destilaban  odio.

Le  lanzó   a  Sei  una  bola  de fuego   que este  esquivo con  facilidad .  Los  otros  demonios veían la lucha,  pero Khalid  supo que era  cuestión  de tiempo para   que  intervengan   en  la lucha.

Uno  de los  demonios  mayores   se percató  de  su presencia le  lanzó   una  especie   de  ácido  Khalid  saltó encima  de  él y rebanó  la  garganta.

— Ríndete,  asesino.

Seirim  lanzó su  látigo por  el aire  y  del  él  salió una especie  de  rayos  que atravesaban  la   carne   de  Agni.

— No, maté  a nuestro padre.  

Agni  gruñó  y pateó  el  piso  de  mármol  que  se llenó  de  llamas .

— Ríndete.

Seirim   lo miró  extrañado  antes  de  que pudiera  contestar   el  piso de  mármol   se convirtió  en hielo. Una mujer muy hermosa  entró  a  la  habitación  Tenía  el  cabello  rubio  y  los  ojos   azules   muy  fríos. Estaba  vestida  con  una  especie  de  túnica blanca. Iba  descalza y  sin armas,  uno  de  los  demonios  se acercó  a  ella.

Aher  solo lo   miró  furiosa, para  que   la  bestia  para saliera  corriendo.  Era   la líder   de los recolectores de  almas.  Estaba  a cargo  de   la  reencarnación  , era conocida  por    la  otra      y  para  Khalid   enfrentarla   a  ella  era  peor  que hacerlo  con  mil legiones  de  demonios.

—Dejen de  pelear

La  respuesta  de  Agni  fue   lanzar  una bola  de  fuego  mientras  vociferó — Tú, no me  mandas  perra.

Aher unió sus manos  como si orara,  a  los pocos  minutos  empezó a llover.  La  bola  de  fuego se  apagó antes   de herirla.

—Si  ya  dejaste  de  cacarear  como gallina, Agni.   Tenemos   un  enemigo   que  ha vuelto.

—Lo sé ,  pero no me importa.  Deseo llevar   al  asesino  de mi padre,   a  su  fin. Luego  me  ocuparé  de  ello.

Aher hizo  una mueca  que  deformó  su  rostro  mientras  Sei gritaba.

—Soy inocente,  yo no maté   a  mi padre.

— Baal, fue  asesinado  con una  de las urnas que atraparon a  Úvatar —. Dijo  un  demonio que acabó  de  entrar.  A  diferencia  Agni,  el demonio  parecía   un ser   humano  normal.

Adramelech  miró  con  asco  el piso  destruido.   Lucía  con   un hombre  alto  de  cabellos  rubios  y  barba  en  forma  de  candado.  Su  expresión  era  arrogante  y  fría.

—Debemos  capturar  al culpable   y  eliminarlo. Cuando  ocupe  su  lugar Úvatar  será  destruido.

Aher puso  los   ojos  en  blanco — No,  es  tan fácil, ni siquiera  si hiciéramos  una nueva  ceremonia  venceríamos  al  demonio  elfo.

Agni  bostezo aburrido.

 —No  te interesa  Úvatar, lo único que quieres  es   ser  el  nuevo rey  de los  demonios.

—Cierto,  ve  y  caza  a  tu demonio.

Adramelech  se  acercó  a  Seirim —Debes  ser  juzgado por  la muerte  de  Baal

Seirim sacudió  su  cabellera plateada,   alzó  su  látigo  para  atacar,

—Soy inocente,  mi  padre herido me mandó a  detener  a  Úvatar.

—Es  verdad,  sin  Seirim  no hubiéramos  detenido el ataque  — interrumpió  Khalid

Adramelech chasqueó la lengua  y  golpeó  con su  bastón.

—Sí, eres  inocente,   ven Seirim.

—No —gritó  Khalid.

Aher  se  acercó  Adramelech — Necesitamos  a  Seirim y  sobre todo debemos  convocar  al consejo  para   detener  a  esta  amenaza.

— Aher , no  te metas  en  los  asuntos  de  los  demonios,  que  nosotros  no nos metemos  en  los  tuyos,  ni  en tus  secretos.

Khalid  observó  como  Aher  palideció.

—¿Irás  al consejo?

—Lo haremos  y  ayudaremos   a  detener  a  Úvatar.

Agni  furioso  lanzó  chispas

—No   eres   nuestro  rey.

Adremelech  tranquilo  lo miró como si apestara — Tienes  razón Agni, no lo soy. Como sabes   según nuestras leyes  debes  demostrar  que eres  digno.  Aunque  te duela  hay  muchos candidatos para  tomar  el puesto de Baal. ¿Deseas tratar  este  asunto entre  extraños?

Agni  gruñó como respuesta luego  de eso, los demonios  desaparecieron. 

Seirim  se sintió defraudado siempre confió en   el juicio  de Adremelech.  Él fue  su maestro y amigo.  Si  el demonio sabio  no creía en él  dudaba   que  los otros  seres  del inframundo lo hicieran, estaba  condenado. Fue  cuando observó  la mano izquierda  de  Adremelech,  tenía  el anillo  que  su  padre  expuso   unos minutos  antes   de ser asesinado.

—  Me llevas  un juicio  justo  o   a mi muerte.

Adremelech   lo miró sin  ningún  rasgo de emoción  —.   Aún no  lo sé. Tal vez  a los dos.

Seirim  miró   a la pequeña  celda  que fue  transportado.  Era  una mazmorra  de  máxima  seguridad.   La  habitación  era pequeña  y   tenía un  campo de fuerza  que succiona  su  energía  y  su poder  mágico.

— ¿Estás seguro de que mate  a mi padre?

Adremelech  miró    al anillo que portaba  y luego respondió  —Sé que no lo hiciste  —  . Luego dejó la   celda.

Seirim  se  preguntó    si   en  lugar  de  Azidahaka   fue  Adremelech  quién mató a  Baal.  Esperó que no fuera   así.  De lo único que  estaba seguro  era   que  Adremelech  ocultaba algo  y  que  Úvatar   era  un enemigo  fuerte que no sería  fácil de  derrotar.