En las sombras de tu corazón . Capítulo 8 ( Segunda Parte)

 Hola  ¿cómo  están?  En este  capítulo  sabrán que  pasa  con  Vanora. 

Capítulo  8

Vanora  se puso a reír como si estuviera loca. Era  verdad, pero también era mentira. Por  fin se dio cuenta de que esas voces que  tanto temía estaban  en su  cabeza  y su corazón. 

—  Me gusto a mí. No todo  el tiempo  pero lo intento. Soy  fiel  valiente,  bella.

— Bella —   se rieron  las voces. —   Eres  tan  alta  parece  un gigante.

Vanora  que siempre  se acomplejó  de  su altura. Respiro  fuerte. —  Cuanto más  grande  mejor.  Pensó cuando le  beso  Adremelech  no se sintió  fea  o  muy alta  solo sintió placer  por  besarlo y  ser  besada.  

— Él solo está  contigo porque le  recuerdas  a tu hermana. 

Vanora  miró  como la niebla  se  disipaba pero  aún las  voces  eran  fuertes  y sus  temores   la mantenían   a punto de convertirse  en sal. Sus  manos estaban por  cristalizarse por lo menos  sus pies  volvieron a la normalidad. 

Las voces  gritaban  su peor  temor que  Adremelech  no  esté con ella porque le  gusta sino por  ser parecida a su hermana  a la que nunca superaría  en belleza. 

Estaba  harta  de compararse  con  otras mujeres y  se dio cuenta de que era  una estupidez  hacerlo.  Puede  que no sea  tan bella  y  femenina  como Maret pero   estaba  locamente  enamorada  de  Adramelech  y no lo dejaría  tan  fácilmente  como lo hizo su hermana.  Lucharía   contra sus miedos  y  con otras personas   solo por  estar  con el demonio por  una hora  o por lo que le reste  de vida. 

Dijo  en  voz  clara  — No me importa.

— Mientes.

Vanora  caminó la fuerza de la niebla  era  un poco menor. 

—   Me importa,  pero  voy  a seguir  con él. Me  gusta y lo  amo. 

— Lo perderás, él se aburrirá de ti.

— No lo hará. Soy linda, divertida  y  estoy harta  de oír  sus mentiras.  Me  gusto  no importa mis  defectos. 

Luego de decir  eso la  niebla  se  disipó. Vanora  caminó por  el mar  de la desesperanza  luchando  contra sus miedos y  tratando de ser positiva para  no llamar  a la  niebla.    

Busco  a Adramelech   sin poder  localizarlo  por  más que lo llamaba.  Fue  cuando  oyó  a  alguien llorando   estaba en  medio  del acantilado  que  se llenó de niebla.    

Vanora  tembló deseando  no ir   hacia la niebla, pero  si  había alguien debía ayudarlo.  Por más que  sea atravesar  la niebla  y sus  más  grandes miedos   otra  vez.  

La desesperanza  y el miedo  solo pueden  ser  vencidos  por  una sonrisa  y  la  fe.  Fue  de nuevo al  encuentro  con la niebla lista para  vencer  a  sus demonios, sus miedos   y arrepentimientos. 

Volvió  a oír  a las voces,  pero no los hizo caso.  Camino  buscando a la persona  que estaba  llorando esperando que no haya  sido una trampa.  Cuando estaba a punto de  irse  tropezó  y  cayó  en la arena

Se  sorprendió al ver  a  Amelia   casi llorando a punto de convertirse  en una estatua  de  sal. Debía  hacer  algo aunque no  sabía qué hacer para  salvar  a su  amiga.  Para  colmos  de males  la  está en  la niebla   las voces que  le atormentaba   volvieron   en pie  de  guerra. 

— No eres su amiga,  apenas  te soporta. 

 Vanora  no dijo  nada  y siguió llamando  a  Amelia   la niebla  alrededor  de  su  cuerpo  era tan espesa  que se podía cortar.  Y  aunque estuvieran juntas  ya  Vanora  no podía  verla.  Vanora  siguió gritando el nombre  de  Amelia  sin  saber  qué más hacer para salvarla.  

Amelia  lloraba  sin parar .  Las  voces  escondidas en la niebla le  gritaban —. Eres  peor  que  Úvatar,  eres  un monstruo. Ahora  Sebastián  está  con Kelly se dará cuenta de que eres  mejor  que ella  y te  dejara. 

Por un momento Amelia escucho su nombre, pero   las voces le gritaban a  todo pulmón  eres  un monstruo. Y  solo podía llorar  y sumirse en la autocompasión.  Ya  sus  manos empezaban  a cristalizarse  para  convertirse en  sal. 

Vanora  estaba  ronca  de  tanto  gritar  sin lograr  resultados. Fue  cuando  observó  una  que  pequeña  luz  la siguió  al principio   entre las sombras  no la reconoció.   Aher  estaba  junto a  una mujer  de  cabellos  negros  que  le  recordó un poco a  Zahra. Las siguió solo unos pasos  y  volvió a  chocar  con  Amelia.  

Aher le  hizo   un  gesto  como si golpeara   a la mujer  junto a  ella. Vanora  pensó que no  tenía nada que perder y  golpeó  a  Amelia.  La  joven  que estaba  llorando  en el piso. Dejó de hacerlo al ver  a su madre  caminar  junto  con  una mujer  rubia  de  cabellos cortos.      

Su madre se  tapó las  orejas.  Amelia le llamó, pero   el fantasma  había desaparecido. 

— Hasta  tu madre  huye de ti — gritaron las  voces. 

Amelia dejó de  llorar. —  Mi  madre siempre me quiso. Y no soy igual a  Úvatar tengo  corazón. 

La niebla comenzó  a disiparse Amelia  se quedó sorprendida al  ver  a Vanora  junto a  ella  gritando  su nombre. 

— Hola,  Vanora. 

Vanora  aunque no era  dada  a  abrazos  . Tomó entre sus  brazos  a Amelia—. Pensé que te convertirías  en un alma  en pena. 

Amelia  se separó  de  Vanora— Gracias   por salvarme. 

— Yo solo te pegue. 

— Será mejor que busquemos  a Adremelech   y  Seirim.

Amelia asintió  confundida por  haber  visto el fantasma  de su madre.  No  tenían tiempo  que perder  debían terminar  el ejercicio y  salir  de ese  horrible  lugar.

Pasaron  varios minutos  caminando  solas  en silencios  sumidas  en sus pensamientos, miedos  y remordimientos. Vanora  fue la primera   en hablar. 

— Debemos  apurarnos,  la niebla  puede  haber  tomado  prisioneros  a  Seirin o  Adramelech.  Debemos encontrarlos. 

— Cierto, odio esa  maldita  niebla —. Dijo  Amelia mientras miraba  el   hermoso paisaje    marítimo   de una playa con arenas  blancas  y    aguas  cristalinas de  color  azul. Tuvo  ganas   de  bañarse en ellas, pero no tenía  tiempo  para  divertirse. 

— La  niebla  solo  es producto  de  tus sentimientos,  tus miedos , lo que odias  de ti y  temes  de  ti. Sale a  flote de la peor manera. Tuviste  suerte   de  no convertirte en estatua de sal  para  ser luego   destruida por el mar. 

 Amelia pensó que  su madre  fue la  que le  salvó, pero no quiso  confesar  que   miró a un  fantasma.  

— Gracias  nuevamente. 

— Solo te golpee, tú fuiste la  que reaccionaste contra  tus miedos.

Amelia suspiró cansada  de ocultar  su mayor  temor —. Odio pensar   en ser  igual que  Úvatar.  Mi mente  dice  que no soy  igual que  él pero mi corazón...

—  Tu corazón  sabe  que no eres  igual que él. son tus miedos, ese  lado oscuro  que  tememos  que  salga  él dice que  te dice que  eres  igual a él.  A veces es tan difícil  aceptar  que nos somos perfectos.

Vanora  se paró   en   medio  de la playa y poniendo los ojos  en  blanco dijo con  voz  apagada —  Siempre  tratamos de ser  como  nos dicen la sociedad. Amelia  rio  sin ganas — Cierto. Debes ser  delgada ,  bonita,  siempre  sonriente.  Ni  muy alto ni  muy  baja. Rubia  y otras cosas  más. 

— Estaba  tan acomplejada  con mi altura  que hice  un hechizo para no ser notada y quería lucir  tan femenina  como los estándares  dicen que me  volví  en una muñeca  de plástico como  me decía  a veces  Sebastián. 

— Vanora no eres  una muñeca  de plástico.

Vanora  le indicó  que  camine   hasta  un acantilado  hacia  el sur.  Con suerte podía  ver   allí  si  alguien caminaba en la  costa.  

— Si lo era, he  tardado  siglos  en  darme  cuenta  que  era una tonta y  tratar de aprender  a quererme  a mí misma. 

 — Nunca  es  fácil  tú sufrías  por   ser alta  yo por baja .  A mí me decían pulga.

—  A mi    una  recolectora  me decía  que parecía a una palmera  y una  vez me llamó  Godzilla. 

Amelia se rio un poco  menos   perturbada por lo que  ocurrió en la niebla. 

—  Adoro  tu tamaño y  como quisiera  tu  tener  tu cabello. 

—  Yo siempre  quise  ser  rubia y alta.  Además   de  tener  tus pechonalidad. Ahora  fue Vanora la que se rio  — Parece  que nunca nadie  está  totalmente  satisfecho con lo que tiene. 

— Cierto en parte. Aunque  mi  vida  no es  como la planeé. Estoy  feliz con Sebastián ,  mi  familia y  amigos en los  que estás incluida  tú.

Vanora  le  dio un golpe en el hombro —.  Gracias.  — Dijo señalando un pico  muy  empinado — Será mejor que subamos  el risco. Estoy  preocupada por  Adramelech  y  Seirim. 

Amelia  bajó  la  cabeza  algo preocupada. 

— Me siento  culpable con Seirim  la  verdad, es  que por más que él es  amable conmigo . Yo soy  muy  fría  con él. Discutimos  cuando llegamos   para  este  mundo.  por  lo menos  ahora podía moverse  en el anterior mundo   era  un bloque de  hielo. 

—Él va a estar  bien, es  un  genial guerrero. 

—Lo sé. 

Treparon por un buen rato  casi  sin  hablar ayudándose  entre las dos.  Cuando  por  fin llegaron.  Vanora  le dio una botella  de  agua  a Amelia  y se sentaron  a  beber en  silencio. Para   cortar el silencio que  se estaba  volviendo  incomodo  Vanora preguntó —¿Por qué estabas  molesta  con Seirim?

— Él  cree  que   estoy  celosa  por  su relación  Heli.  Y  no es  así me alegra que ella  y él se lleven  bien. Estoy  feliz  por mi amiga.  Pero  aunque  deseo  perdonarlo por  ocultar que  era  una de los elegidos  y  que debía ser raptada para  capturar a  Úvatar  no puedo  hacerlo por  completo. 

— Pero Adremelech  creo que los has perdonado son muy  buenos  amigos.   

Amelia se puso  algo  roja —. Si la  verdad, aunque  al principio no quería  reconocerlo. Adremelech  me  gusta  ese  tiene algo misterioso  y oscuro. No  es  que  lo vea  como una futura pareja  quiero a Sebas...—  Amelia  dejó  de hablar al ver    como  Vanora  la observaba    con los ojos entrecerrados y  como si estuviera a punto de  tirarla  del risco. Amelia se alejó  un poco de ella para preguntarle curiosa. 

— ¿Te  gusta  Adremelech?

Vanora respiró  de forma  profunda. Amelia pensó que no le iba a contestar, pero lo hizo — Sí,  sin  embargo.  nuestra  relación  es muy difícil para que se concrete. 

— Toda  relación  es difícil, lo que importa  es qué  vas a hacer  al respeto. si  vas a  luchar  por  lo que sientes  o no.  Sabes  al principio  cuando conocía  Sebastián  quise  salir  huyendo.  Bueno si  soy  sincera  salí corriendo  al lado  contrario porque  por  más que me gustaba  no  confía en ningún  hombre, ni deseaba  una relación. 

Vanora no lo podía creer — Yo siempre  te  vi muy enamorada de  él. 

—  Lo estaba, lo  estoy.  Tuve  que enfrentarme  a mis miedos  y decidir   que   deseaba más  estar  segura  pero  sola  o intentar  una relación  con un hombre que me intrigaba  y del que estoy profundamente enamorada.

Vanora  miró al horizonte esperando  tener  una  decisión sobre lo que hacer  con su vida. 

— La  verdad  no sé que hacer  con mi  relación  con Adremelech, a veces pienso que le gusto y siente algo por mí  pero  en otras  ocasiones creo que me estoy mintiendo.

Amelia se rio —  Creo que  todas  hemos  vivido, eso. Yo  creo que  si le gustas. Se  puso como una fiera  cuando  fuiste  atacada.

— ¿En serio?

Antes que  Amelia pudiera  contestar  empezó a llover las  dos mujeres se refugiaron en una cueva . Fue  cuando  oyeron  a  alguien  gritar   sus nombres.  

A pesar  de la lluvia  salieron  afuera  con esperanza de  encontrar  a  Adremlech y  a  Seirim. pero no podían  ver nada  la  lluvia  era intensa  y  de color rojo  al principio Vanora  tuvo  miedo que fuera  sangre. Pero  no lo era  solo era lluvia  roja. Vanora tenía miedo de que sea nociva iba a decirle a Amelia que regresarán a la cueva, pero  observó  a una sombra   ir  por  ella

 Esperó que les  haya  gustado este  fragmento. Les deseo un genial  fin de semana