Lágrimas de Luna. Capítulo 37 ( Tercera parte)

Hola  ¿cómo están?  Hoy les traigo un nuevo  fragmento  de mi historia  esperó que le  agrade. Aunque es  un  fragmento pequeño

Capítulo 37

Billy ni siquiera entró  al  auto  de  Adolfo  Mercader.  Se  quedó  un buen  rato en la  calle sintió que  alguien  le estaba  vigilando.  Estaba seguro de que era  un recolector y un demonio.  Debía  ser  Vanora  sospecho   de ella  desde la primera  vez que  sonrió  a  Mercader .  Ninguna mujer   con  algo de inteligencia  le  gustaba  el primer  ministro. Seguro que estaba  en compañía de  Adremelech  ese demonio era tan insidioso como   Leviatán.
Sabía la manera de  intervenir  en el cielo  azul.  Desde  antes de conocer   tuvo un espía   y  siempre se  guardó de hablar  de  él.  Camino sin  rumbo  fijo por  si lo espiaban, mientras llamó  a  super one.
Alrededor   de  la  una de la madrugada   llegó   al local nocturno para  criaturas  mágicas  y demoníacas    que  regentaba  Super  One en secreto  del  cielo azul que no dejaba  que los  recolectores tengan sus negocios fuera  del  trabajo  como recolectores  por  el que  se les pagaba bien.

Ebenizer  Collins  o   como   lo llamaban  Super  One   chantajeo  a Aher   con contar    sobre    su  romance  con Úvatar  y  sobre la existencia  del hijo de ambos Khalid. Fue el mismo  Billy quien le dio la información  a  cambio que  fuera  su espía.  Así se  formó una  alianza  fructífera  con  el recolector. 

Cuando  entró   al bar   estaba seguro de que nadie  lo seguía ni   interfiere  con sus planes.   Fue   por  la puerta de  atrás  para no molestar   a  la  clientela  de  Super  One.   Paso por   una cocina  estrecha  en la  que   dos  individuos cocinaban     algo  y  varias meseras   con  ropas  apretadas  llenaban  sus  bandejas  con licor   humano  y mágico.  Billy  arrugó la nariz    por  el penetrante  aroma  a sudor, licor  barato y  drogas,    Odiaba  ese lugar  y sobre todo  aliarse  con  basuras   como Super  One. 

Ebenezer o  Super  One  como lo llamaban a sus  espaldas lo estaba  esperando   tomando algo  de licor y mirando el amanecer. Por lo general  a esa  hora  veía   cuánto  generó la  noche antes  de irse a  dormir.  Él  casi nunca  trabajaba  como recolector  cuando  vivía Aher,  pero  ahora era  diferente.  

El  Super  One  que siempre  recordaba   Billy  era  un hombre elegante siempre  impecable   de  cabellos   dorados,   con  una sonrisa  irónica  y un  traje a la medida.   Sin  embargo,  el hombre que lo esperaba    estaba    demacrado  con  barba  de tres  días  al igual  que su ropa  por  el tufo  que emitió al moverse de su escritorio y pararse a  saludarlo.

Billy  se aguantó la respiración  e  intentó sonreír  a  su  cómplice.   

  — Buenos  días,  Billy  ¿ que  te trae  a mi humilde morada —. Dijo  Super  One  luego le  dio la mano a  Billy  que  la  tomó por unos  segundos  sin mucho afán. Después  le invitó a  sentarse  en  el elegante  sillón  negro que  tenía  para las  visitas.  

Billy  no era  un  ser   para   andarse por las  ramas  y por  el semblante del recolector.  Dudaba que  se llevará con su nueva jefa. 

— ¿Me preguntaba que  tal te llevas con  Vanora?

Ebenezer  frunció  el ceño  — Odio a esa puta  con toda  el alma. Descubrió mi negocio y desea  que lo venda  y trabaje   de  recolector.  Además,  se  niega  a darme  privilegios  y  eso  que  trate  de  chantajearla  con  el mismo  argumento que  hacía  Aher, pero  a  ella no le importa manchar  la  reputación de su predecesora ni de  su compañero.   

Billy  se puso satisfecho — ¿  No  sabes nada  de ella para  poder doblegarla?

— No , se la pasa trabajando y  dando órdenes  como  una   reina mojigata  y amargada.  Conocí a una  y era   igual de insoportable  que   Vanora  y  sus  aires de superioridad y mojigatería. 

— Creo que tiene una relación ilícita  con  Adolfo  Mercader. 

Super  One  se  rio de  forma  sarcástica  — Lo dudo apenas  sale de su oficina y  del cielo azul.  La única vez  que lo hace  va  al castillo  de  Luke  Dufrew. He tratado  de poner micrófonos    mágicos   en su oficina,  pero   la revisa   cada   hora.  

Billy   le sonrió  en  señal   de aceptación, aunque por dentro hervía  de   furia  y miedo.  Se  preguntó   ¿  Si no  era  Vanora  quien  doblegó  a  Mercader? —  Todos  tienen  secretos   y un pasado oscuro que ocultar.  Tarde  o temprano   esa  bruja  caerá.    

Super  One  alzó  la ceja con incredulidad —.  ¿ Por  qué  viniste   a saber de  ella?

—  Mi jefe  desea  que deje  de molestar a  Amelia  Bolaños.  Ahora no puedo    ni pasar por  el castillo y  con  el idiota de  Firond que no  se deja amedrentar  estoy perdido.   Pensé que  Vanora  era la  hostigadora  y deseaba   dañarla de alguna forma.

—  Si deseas matarla, yo te ayudo.  Sin embargo,  te puedo socorrer con  Firond por un precio .

Billy  sonrió  con  ganas por primera  vez  en semanas.  Luego de pagar  a  Super  One  se fue  a  ver    su futura  víctima.  Pronto   atraparía   a Amelia sin  saber que  ella  ya no estaba  en el  castillo.

Les deseo un genial  fin de semana