Bienvenidos a mi blog. He creado este por que tengo un montón de historias en mi mente que me gustara compartir. Miles de mundos y personajes siempre me acompañan, decidí, que era hora de hacer que fueran conocidos. Quiero, que sean capaces de expresar y soñar junto a mi. Espero, que les guste mi casa y tendrán una voz aquí. Mi cariño y amistad también.

viernes, 27 de septiembre de 2019

Lágrimas de luna. Capitulo 34 ( Segunda parte)

Hola  ¿cómo están?  Hoy  les traigo un capítulo muy  romántico y   con escenas  eróticas.  Esperó que les  agrade.





Capitulo 34 




Billy  furioso  salió  de la  habitación  de  Amelia  y  chocó  con  Heli. La muchacha estaba  distraída recordando  lo que sucedió esa mañana  con Seirim.  Todo el día   se la pasó en las  nubes,  tropezando con todo.  Solo tenía  que  cerrar lo ojos  para  revivir la escena. 
Ella estaba  profundamente  dormida  cuando  Seirim le beso.  Ella  respondió  al  beso de  forma  instintiva besarla de nuevo, la respuesta a un impulso antes de que llegara a su cerebro siquiera. La boca de Seirim se amolda a la suya con  presteza que le arrancó un gruñido satisfecho.
Seirim rio y  sintió cómo Heli apretaba de forma inocente los muslos contra sus caderas y lo abrumó un deseo abrasador.
Seirim buscó   con los dedos los botones del pijama  celeste de  Heli. La  camiseta  se abrió y dejó al descubierto la piel sedosa  y  blanca  del pecho  de  Heli.  Sus  senos  eran grandes  con  aureolas   rosadas.  Con sumo cuidado rozó con el nudillo un pecho, la oleada de excitación lo dejó sin aliento. Bajó la fina tela de algodón para dejar al aire un pezón rosado, que se alzaba por encima del borde de la pijama.
Se inclinó sobre ella y la instó a echarse hacia atrás, apoyada en su brazo, antes de deslizar los dedos  en  forma  exploratoria  para levantar el firme y suave pecho. Agachó la cabeza. Se metió el pezón rosado en la boca y lo succionó hasta dejarlo enhiesto. Heli jadeó y se despertó.
— Buenos  días. 
Seirim  rozo  suavemente  su  mejilla.
— Buenos  días,  Heli.
Ella levantó la  cabeza  y lo  besó en la boca.  Para él, el sexo siempre  fue  lujuria y  soledad. Conocía infinitas maneras de estimular, atormentar y satisfacer, de conseguir que  su pareja se volviera loca de deseo. Pero jamás había experimentado algo parecido a la intimidad de ese instante.
Seirim   luego  de  besarle  en la boca  paso  a dejar  un  reguero  de  besos  en su  cuello  e  ir a su  seno  derecho. Se tomó su tiempo para saborear la increíble suavidad de su piel. Cuando sus labios llegaron al borde de la camiseta Heli se afanó por quitarse la prenda. Incluso tan excitado como
estaba, Seirim sonrió al ver la  impaciencia de su amada. Le rodeó un pecho con una mano y besó la blanca curva, evitando a propósito la rosada areola. Heli le enterró los dedos en el pelo e intentó guiarlo hacia donde lo quería. Él se resistió y sopló con suavidad sobre el endurecido pezón. Ella se estremeció, frustrada, mientras él se detenía sobre el otro pezón durante un larguísimo y angustioso momento, haciéndolos esperar a ambos. A la postre, cedió y chupó el enhiesto pezón, lo
succionó y lo acarició con la lengua.


Fue todo lo que soportó antes de tener que apartar los labios. Heli se estiró para besarlo, pero él meneó la cabeza y la mantuvo apartada. Jamás había estado más excitado, la tenía tan dura que cada latido era una tortura.
—Tengo que parar —dijo con voz ronca. En ese instante, mientras pueda.
Ella le rodeó el cuello con los brazos.
—No pares.
Presa de la lujuria y del anhelo, Seirim le acarició la  mejilla con la punta de la nariz.
—Ay, Heli —susurró—, sabes que  si sigo no habrá vuelta atrás. ¿ Estás  segura? Ella contestó con la cabeza apoyada en su hombro.
—¡No  lo sé! Te deseo, pero...
Casi se le escapó una carcajada al oírla.
Heli tenía las piernas colgando por el borde de la cama. El pantaloncito celeste  apenas la  cubría. Esa postura, con las piernas separadas, debería hacerla parecer una descarada, pero más bien le  dio ternura y deseo al mismo  tiempo. No podía creer que se expusiera de forma tan vulnerable a él.
— Tú decides , cuando.  Siempre esperaré por ti. Lo sabes
Heli se inclinó hacia delante y  besó en la boca a Seirim que se estremeció y separó los labios para dejar que la saboreara. Los definidos músculos de sus muslos se tensaron cuando ella se dio cuenta de que le había metido una mano por debajo de  pantalocintos  una mano que ascendía por la pierna. El pijama de  Heli , tenían una abertura en la entrepierna. Si bien la prenda resultaba muy decorosa cuando la mujer estaba de pie, se abría por completo cuando estaba sentada. Al llegar a la abertura, dejó que el pulgar descansara contra la delicada piel de la cara interna del muslo.


— Eso, no quiere  decir  que deje de tentarte.  Hasta que seas mía. Por el momento  te voy  a  dar placer.  ¿  Lo deseas?
Heli se apartó de sus labios y le enterró la cara en el cuello —. Sí.
 Seirim le abrazó la espalda con más fuerza mientras su pulgar ascendía, lentamente y trazando círculos, hacia los rizos de su sexo. Rozó la parte superior de los rizos, agitándolos con caricias que despertaron ecos de sensaciones en la piel.
Le susurró con ternura al oído, justo detrás del lóbulo de la oreja —.  Te quiero. ¿Deseas que pare?
Heli  con voz temblorosa gimió—No. 
Ella se estremeció cuando uno de sus dedos se abrieron paso entre los rizos de su sexo y se detuvo sobre un punto muy sensible. Heli lo miraba fijamente con las pupilas dilatadas, cada vez más sonrojada, mientras él seguía acariciando la sedosa y misteriosa entrada de su cuerpo.
Seirim  nunca antes  tuvo paciencia  con sus  amantes. Nunca  fue cariñoso. Demostrarle ternura a otra persona. Siempre había temido cualquier signo de debilidad.  Esa mañana, en cambio, todo era distinto. Heli lo poseía por completo, poseía su ternura y su violencia, todo lo bueno y todo lo malo.
Inclinó la cabeza y la besó durante largos y apasionados minutos, mientras descubría qué la hacía estremecerse y qué le alteraba la respiración. Dejó que sus dedos siguieran jugando entre sus muslos. Con el pulgar y el índice, acarició cada labio mayor como si estuviera liberando el perfume de los pétalos de una flor. Heli gimió al tiempo que se arqueaba para que la acariciara con más firmeza. Seirim rodeó el protuberante clítoris, cerca pero sin tocarlo, y masajeó el capuchón que lo cubría.
—Por favor, por favor —susurró ella, retorciéndose por la lenta tortura.
Trazó círculos más pequeños, acercándose en espiral hasta que llegó al clítoris y le prodigó unas cuantas caricias. Heli gimió de nuevo y le apretó las caderas con los muslos. Cuando ella alzó las caderas y se quedó paralizada al borde del clímax, él apartó la mano. Heli se aferró a su cuello casi con rabia en un intento por acercarlo de nuevo.
—Tranquila,  mi amor —dijo Seirim con una carcajada entrecortada, aunque estaba sudando y el deseo lo tenía dolorido—. No va a servir de nada que me estrangules.
Ella frunció el ceño y bajó los puños para aferrarse  a su  camisa. 
—¿Por qué has parado?
Seirim pegó la frente a la suya.
—Necesito un minuto.  Te deseo tanto  que apenas puedo controlarme. 
Heli se retorció, impotente. Sonrió y le acarició la mejilla con los labios.
— ¿Deseas parar  Seirim?
— No.
Extendió un brazo y le separó los labios con los dedos, acariciándola hasta que sintió la humedad. Sentir ese sedoso elixir femenino, tan fresco y ardiente, hizo que el deseo le corriera por las venas. Le acarició la entrada de su cuerpo y le introdujo la punta de un dedo. Al sentir que sus músculos se tensaban para impedirle la entrada, le susurró palabras dulces. Penetró a  Heli con mucho cuidado. Ella se quedó inmóvil al sentir que la penetraba, que la invadía.
—Tranquila —le susurró—, relájate y podré llegar a sitios que te darán placer.
Heli lo miró con expresión confundida.
— Uy ... —Se interrumpió con un gritó cuando él le dio un pellizco inesperado en un pezón.
Los músculos internos se cerraron en torno a su dedo por la sorpresa. En cuanto dichos músculos se relajaron, aprovechó la oportunidad de penetrarla más y se apoderó de sus labios. 
Heli  separó más las piernas arqueando el cuerpo hacia él.
Su interior estaba húmedo y prieto, y sus músculos se afanaban por arrastrarlo más adentro. Humedeció el pulgar en su  vagina  y le acarició los pliegues.  
Seirim  tenía el miembro tan duro como el mármol, pegada contra el borde de la cama. Metió la otra mano por debajo del pantaloncito  y jugueteó con ella, acariciándola con golpecitos que parecían gotas de lluvia. Después de acariciar los pliegues henchidos, rozó el punto central una y otra vez. Daba igual que ella intentara que se diera prisa, fue implacable y deliberado mientras la acariciaba
despacio para aumentar su placer, torturándose tanto como la torturaba a ella.
Heli empezó a gimotear. Le separó los labios y bebió sus gemidos, deleitándose con los estremecimientos que la recorrían, provocados por sus caricias.
Heli estaba demasiado excitada para resistirse a lo que le hacía, se debatía para que todo fuera más rápido, más intenso, para tenerlo más cerca, pero él la acarició con más lentitud y demostró una paciencia infinita mientras prolongaba la tensión. Las oleadas de placer comenzaron y ella se estremeció con un intenso clímax, apretándole las caderas con los muslos. Seirim se apoderó de su grito y la acarició y estimuló mientras ella apoyaba la cabeza en su hombro, como si no tuviera fuerzas para sostener su peso. 
Heli emitía suspiros de placer y alivio, y eran los sonidos más maravillosos que había oído nunca.
A la postre, apartó las manos de su sexo y la abrazó con fuerza.
—Te amo —le susurró. 
Con cuidado, deslizó una mano entre  ellos para acariciarle un pecho antes de besárselo y devolverlo a los confines del  pijama. Repitió la operación con el otro pecho y luego empezó a colocarle  camiseta.
Heli se quedó sentada en silencio. Indecisa  de  expresarle  a  Seirim cuanto  lo amaba.  Fue  cuando decidió  darle la misma  clase  de  placer. Aunque  Seirim  debía indicarle  como ...
Heli sintió  alguien  que la  empujo  y  una  horrible  voz  le  devolvió a la realidad.  Billy  estaba  furioso  la  humana  no lo dejaba  pasar.   
—  Ten cuidado, basura.
Heli solo hizo una mueca.Al darse cuenta que se   quedo nuevamente  recordando lo que  paso unas  horas antes.
—  Yo no soy  basura.  Lo es  usted  al torturar a una enferma.
Billy odiaba  que las mujeres  simplemente  le hablen   en voz  alta.  Tomó  de las muñecas a la muchacha. 
—  Estúpida  híbrida.  Me importa  un comino tu opinión.
Iba  a golpear a  Heli    cuando llegó  Seirim junto a  Adremelech.
Billy soltó  a  Heli  y se  marchó  huyendo como un cobarde.
Seirim  quiso   ir a  buscarlo  pero  Heli ni  Adremelech  lo dejaron.  Seirim abrazó  a  Heli, comprobó que este  bien  y le pidió que lo esperé en la puerta.

Les deseo un genial  fin de semana 







15 comentarios:

Mela dijo...

Hola, JP... Te diré que me parece muy comprensible que Heli esté en las nubes y que tropiece con todo... solo tiene que cerrar los ojos y ya recuerda lo sucedido con Seirim
También debo felicitarte por este capítulo... no es sencillo escribir sobre escenas eróticas... bueno, a mí me parece muy complicado
Y Billy sigue siendo el desagradable de siempre
Feliz fin de semana
Besos

yessykan dijo...

!Oh wow que picante, humeante y candente capitulo! bastante erotica y llena de mucha sensualidad, en la que muestras el encuentro de Seirim y Heli en esos momentos de pasion. Y como siempre ese tipo dessagradable de Billy, fastidiando a la pobre.
Me encanto, me enacanto!

Ignacio Alfonso dijo...

Soy duro como una roca, pero no soy de piedra!
Bso

Sandra Figueroa dijo...

Y como no iba a andar en las nubes Heli después de lo que paso.... Un capitulo cautivante amiga, sensualmente bello..... me gusta la dureza del mármol...... Saludos.

Evi Erlinda dijo...

It's hot!
I am jealous of Heli :)

Kisses.

Lourdes dijo...

¡Hola Citu! Muy buen capi. Genial escena. Por fin Heli y Seirim pueden disfrutarse mutuamente.
Ojalá los villanos paguen por su maldad y puedan estar juntos. Muy buen capi.Gracias por compartirlo Besotes y feliz semana para ti!

Gladys dijo...

Hola mi querida amiga, así es el amor se siente flotando en las nubes un capítulo muy romántico. Abrazos amiga gracias por tus lindas palabras en mi espacio.Feliz fin de semana

JUAN FUENTES dijo...

Leer los capítulos de tu novela es un gran placar

Ramón Berenguer dijo...

A mi me ha gustado muchisimo.Seirim y Heli estan enamorados y se han amado con pasion.Seirim tendria que haber ido a por Billy y pararle los pies para siempre.Besos.

Mi tarde junto a un libro dijo...

Hola! La próxima semana ya estaré al día. Estos últimos capítulos me han gustado mucho.
Besos!

Kathy Leonia dijo...

very good post:)

Kinga K. dijo...

Buen post❤

Merche dijo...

Ohhhhhhhhhhhhh, que viva el amor amore!!!! Anda cómo han disfrutado Seirim y Heli!!!! Bravooooo, bravísimoooooooo!!!! Capítulazoooooo!!!!

Besoteeeeeeesssssss!!!!!

Sunako Chan dijo...

Hola Citu! Espero que estés bien. El amor flota en el aire y a otros le amarga la vida. Que mal ser es Billy siempre amargando a mi parejita feliz. Porque Heli y Sei son de mis favoritos. Que capitulo más sexy. Espero el siguiente con muchas ganas. Buen finde! Te leo pronto!

Unknown dijo...

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