En las sombras de tu corazón. Capítulo 15 ( Segunda Parte)

 Hola  ¿cómo están?  Hoy  les  traigo un  nuevo  fragmento de  mi historia.  Como  recordaran  Billy  fue  vencido  por  Vanora.  Y  aunque  quiso  utilizar  a  Flavia que  se encontraba  muy lejos   ella  se desmayó  frente a  Radulf.

Capítulo 15

Mattut (  Billy)  sintió  un  enorme  dolor  solo  faltaban  unos minutos  antes  de morir  de nuevo y volver a  renacer. Perdió  el dominio de  Ganhau  y no pudo  absorber lo que le quedaba  de su alma  sólo  le  había  pasado  5 veces.  Pero  parecía  que   en los últimos tiempos   se le  repetía más  ese   fenómeno. Será que  se  estaba  volviendo  viejo.  

Eso no era, ya  que el tiempo no le  afectaba  como a  otros  seres. Fue  la maldita  bruja de   Lilith  que  le había  quitado  parte  de sus  poderes. Lo  comprobó  en los  últimos meses,  cuando  se  puso a  estudiar a  Nuar  y  Úvatar los  dos  únicos  inmortales   junto a  él que no habían sido  destruidos. Tanto Naur  como  Úvatar si bien sentía  dolor  no era tan fuerte  como él que el sentía  en especial cuando  tomaba almas  o  se regeneraba. Aunque  pudo  salvar  notas de los  experimentos  Naur  y supo que el dolor se  incrementó    a  medida que pasan los  años. 

Para  Mattut  o  Billy  no  solo  fue   el dolor, sino  que no podía  tener  el mismo poder que  antes.  Lo sintió desde  que se enfrentó a  Lilith   esa  elfa mezquina,  Debería poder   revivirla  para  volver a matarla de  nuevo. 

 El cuerpo  de  Billy  estalló  en mil pedazos  y  ahora no  tenía  mucho tiempo para  volver  a reunir los pedazos. Ya que  Flavia,  Pablo y  otros  a los que infectó  con  su  alma sólo tenían algunas semanas  de  vida.    De lo que  sabía era  el único inmortal que  utilizaba  esa  técnica.  Naur   lo  intentó  sin  resultado. 

Cuando  Mattut (  Billy)  daba  un regalo a sus  víctimas   les daba  parte  de su poder  al mismo  tiempo que  absorbía sus almas. 

Nunca pensó que  podía  engañar tan  fácilmente  a  Lilith  la  demonia  ella prácticamente  a los dos  días  de  darle   un medallón  le dio su  alma  sin  darse cuenta.    

Pablo le   daba más  guerra  y eso que era  un demonio nuevo. Por  eso  lo  mandó a  dormir. Si no podía controlarlo debía matarlo y ahora no tenía poder. Gasto  hasta  la última  gota  en  su plan  fallido por  controlar  el alma del  guardián de los  volcanes.  

Estaba  harto  de  fracasar.   Su esperanza   recaía  en  Flavia  esa   adicta  y estúpida mujer. Tenía que  salvarlo de  su  prisión.  El problema   ratificaba  que   apenas   tenía  energía para controlar  a   esa recolectora de almas  que ya  solo  era  un cascarón hueco  sin  vida y pensamientos.

Le aterraba quedar  encerado de poder  vida  en esa  prisión infame  como  Leviatán  planeó. Debía hacer algo, pero no sabía la forma. Los pensamientos  dejaron de  fluir  así mismo  como su vida. Pronto  renacerá  y  esperaba esta vez esperar lograr su objetivo de una  por todas.

Flavia podía  sentir  la  desesperanza  de  Billy. Él haría  todo por  calmar ese  dolor. Sin  importarle  a  quien destruía.   Ella  en su  vida  pasada sintió eso  mató  a su hermano y  a su padre  para poder  ascender  al lugar que merecía. Nunca  se  arrepintió por  ello.  Si  tenía  que matar lo haría sin miramiento.

Aunque  estaba   harta  de estar en el cielo azul y ser  una  simple  profesora. No quería ir  al infierno  y pagar  convirtiéndose en una piedra  por muchos  años  e incluso siglos.  

Lo mejor  era  olvidarse  de  Billy  y  seguir  con su  vida.  Oyó un gemido lastimero  que hizo  que  abra los ojos. Con miedo y  algo confusa se dio cuenta  de que por  un momento  se desmayó.  

Esperaba que nadie  lo haya  notado. Las parcas  como vulgarmente las  llamaban  no podía  morir  ni ser  heridas mientras  tengan  su piedra. Cuando era  un  recolector  penitente, su piedra  se encontraba en su  corazón  y solo si la abrían  y  retiraban   el recolector moría. 

Las parcas  propiamente  dichas  tenían  su piedra   al alcance de su mano.  Podían utilizarla  o  no.

Cuando  Flavia  enfocó la  vista  se encontró acostada  en un  pequeño cuarto de paredes  blancas  y  piso de madera.  Se preguntó en dónde estaba y si podía escapar.  

Iba a pararse  cuando  oyó a  Radulf. 

— Descansa,  un  médico  va  a examinarte. 

Flavia  se  puso pálida   y tuvo miedo. De  todas los recolectores de almas teníanla que hallarla  el  más  santurrón y  chismoso  del cielo  azul.

Flavia  intentó  sonreír  y  lucir   más  segura de lo que  se encontraba —Estoy  bien   creo que me  resbale...

Radulf  hizo  una  mueca  furioso  porque   aún no llegaban ni  Vanora  o  Khalid.   Y lo único  que hizo  Brom  fue   poner   a  Flavia  en una  habitación  y con custodia.

Radulf no confiaba  en  Rory  para  cuidar  a  Flavia  así que  se quedó  con   ella.

—  Qué extraño yo  te  vi   convulsionar    de  tus  ojos   salían  llamas  al igual que  de tus manos. 

Flavia quiso  golpear  a  Billy por ponerla  en ese  aprieto. Cuando  Super  One  y él  le  vendieron la  droga dijeron que era indetectable y que no habría efectos secundarios.

 Tratando  de   restarle  importancia  dijo —  Qué extraño. será mejor  que  me marche  tengo  clases  y algunos  asuntos pendientes. 

—Eso no podrá ser,  te  quedas hasta  venga  el médico y se examine  tu piedra.  Además...

Antes que Radulf dijera una palabra más la puerta  se abrió entraron  Brom  y  Xant  que era  un extraño   recolector  de  almas  de origen asiático. 

A  Flavia le  gustó muy  poco  que  hubieran llegado.  Estaba segura de que  no  iba a librarse   fácilmente  de  un  destino  peor  que la muerte. 

Tal  vez  era  el momento   de   liberar  a  Billy  aunque no  tenía ni la más mínima  idea  de cómo hacerlo.

Miró a  Xant  que era  un hombre  alto de   casi  dos metros,  de porte  elegante,  era  de origen asiático. Su  cabello esta  vez  era   azul  y   estaba cortado a  ras.   Llevaba  un  vaquero y  una  camiseta negra pegada al cuerpo.  

Como siempre  que lo  veía  Radulf   hizo una  mueca  y  le  lanzó un  gruñido  que  él  recolector  de  almas  ni  siquiera respondió. En lugar  de eso se concentró  en  Flavia. 

—¿ Cómo  te sientes?

Flavia    le sonrió  a  Xant  para  ocultar  su miedo —.  Estoy  bien.

—Eso  vamos  a  comprobar.

Se dirigió  a  Radulf y  a  Brom —. Salgan para que pueda  examinar  a la paciente.

Radulf  hizo una mueca —. Creo que es mejor que me quede.

Xant alzó una  ceja  —  ¿ Crees que no puedo  cumplir  con mi trabajo?

Radulf quiso  decir  que  sí.  — Pensaba que  necesitabas  un poco de  ayuda.

— No pueden  marcharse.

Radulf volvió a gruñir, pero camino  junto a  Brom  a  hacia la puerta. 

Xant sonrió  cuando lo dejaron a   solas  con  Flavia. Las  parcas  nunca  en enferman  especial  los  recolectores  de  almas penitentes. Xant  en su otra  vida  fue  acupunturista muy afamado  en   Joseon ( Corea).  Como  recolector  fue  el primero  en darse  cuenta   de  que  ciertas  drogas    hacían  daños    a los  recolectores penitentes. 

Flavia  siempre  evitó  el contacto con  Xant. Esperaba que  Super  One no mintiera  cuando le dijo  que la  droga  que  le dio  era  indetectable.

— Voy  a  examinarte, pero  creo que  utilizaste alguna  droga.

Flavia  se puso más  furiosa  de  lo que en realidad  se  encontraba —. Nunca he  utilizado esos  productos.  Además,  son prohibidos.   

 Xan  estaba seguro de que mentía y  que   su ira solo  era una  actuación.  Solo con mirarle  a los ojos  sabía que  Flavia  se encontraba  muy  enferma. 

—  Lo descubriremos en un minuto.

Les  deseo un  genial fin de semana.