En las Sombras de tu Corazón. Capítulo 16 ( Segunda Parte)

 Hola ¿cómo  están?  Hoy les  traigo un nuevo fragmento de  mi historia.  Hoy  sabrán si  Vanora  podrá  visitar a Adremelech. Esperó que les  guste.   

Capitulo  16

Vanora pensó que iban a ir hacia los volcanes, pero no fue  así.  Petunia   la llevó  a la  frontera  con el cielo  azul. Vanora  preocupada preguntó  — ¿Estás segura de que ese  es  el  camino? 

Petunia sonrió antes de responder. 

— Estamos a punto de llegar.  Lo que  vamos a hacer es  un poco peligroso  si no lo  deseas...

Vanora   alzó la  ceja  y preguntó  —¿Qué  vamos a hacer?

— Cielos,  siempre  Siwon  me reta por ser  tan despistada—. Petunia  siguió  caminando como si nada hacia  un  enorme  bosque petunias  de colores   rojos   que  cambiaban  a  colores    blancos  y azules. 

Vanora  nunca  había pisado  el  bosque prohibido que era la  frontera entre  el cielo  azul y  el inframundo. 

— La  primera  vez que llegue  al inframundo  me  enamore de este lugar, a  Chatel le  hizo tanta  gracia que me llamó  Petunia.  Más allá hay  jacintos,  violetas  y   rosas.  Sin  embargo, para  lo que deseamos   nos interesan las  petunias.      

Vanora pensaba que perdía el tiempo, mas  no quería  ser  grosera  con  Petunia. 

Petunia sacó  de   su  chaqueta de cuero    un  pequeño  frasco transparente  en el que  había  un líquido  ámbar. Antes que   Vanora  pudiera preguntar la  semi demonia  le  explico — Es  licor  de  fuego  de  las   arcas  de  Agni.  Cuando mojas  una  petunia  del  infierno  con  él.  Esta  crea  una burbuja  gigante   piensas  algún  del inframundo que quieres  ir y  te lleva.

Vanora  casi quiso  besar a  Pertunia.

El problema   es que   solo tienes   3 minutos  antes    que   la esfera mande  un  gas que  te  hará  dormir   y posteriormente  te  matará ya que  volverá  al campo de  petunias  y  estas  tomaran  de  tu cuerpo inerte     obtendrán nutrientes. 

Vanora    a pesar  de querer lucir  fuerte  lanzó  un gemido. 

Petunia le  sonrió  — No es tan  grave si  sabes qué  hacer.  Ni  bien  transcurrido los  tres minutos  vamos  a  un lugar seguro.  Como la cueva que nos  encontramos, cuando estés  ahí  solo tienes  que regar  con  tres  gotas    de  río Amruil  a la  esfera. 

Petunia  le  dio dos  pequeños  frascos.  Y  sacó otros  dos para  ella. Luego miró a  Vanora  con  seriedad.

—¿Estás lista?

Vanora aunque no  se  encontraba  lista.  Asintió  respiro profundo  y  luego dijo

— Vamos  a  hacerlo. 

Vanora suspiró  y  siguió  el ejemplo de  Petunia    al  vagar  por  el bosque. Había  toda   clase de  flores  de    varios  colores  y  tamaños.  Buscaron por unos minutos hasta  que  encontraron dos   Petunias  inmensas  de color  rojo. La demonia  sonrió  hasta de decir  Estas  están  perfectas. ¿ Estás  lista  Vanora?

— Sí.

Vanora se puso a  temblar  pero  tiró  tres  gotas  de  licor   de fuego   en  la  flor.  Se  oyó un estruendo  y  de  la  petunia roja   emergió una    esfera   de color  rojo.  Siguiendo el ejemplo de  Petunia.  Vanora  entró  en la  esfera  que   quemó su piel por  unos  segundos. A  pesar  de   que no quería  la  recolectora de almas  gimió.  No  tenía  tiempo para quejarse del dolor. 

Se concentró para  ir  al sitio donde estaba  Adremelech.  La esfera  en cuestión  de un segundo     la llevó  a su destino. 

Vanora   no estaba  preparada para  ver  a  Adremelech suspendido  en una   cama   de lava   dentro  de  un  volcán.  Vanora  tuvo  miedo  que  la esfera   se  rompiera   por más que  lava   salpicaba  no podía herirla de  ninguna manera. 

Se  acercó  lo más que pudo   a  su  amado, que descansaba  plácidamente. 

—  Sé que ya me despedí, pero esperaba  verte  una  vez más.  Como  quisiera  saber  como te encuentras.

— Estoy  bien,   gracias  como siempre  tú me  salvaste. 

Aunque   Adremlech  no dijo ninguna  palabra.  Ella  pudo  oírlo. 

— ¿  Cómo podemos comunicarnos? — Dijo  Vanora asombrada. 

—  Mi alma  se comunica con la tuya. 

— Quisiera  abrazarte

— Yo  también,  pero me conformo  con  verte. 

Vanora  gimió.

— Se me acaba  el tiempo.

— Lo sé.

— Te quiero, mañana   volveré a  verte.

— Cuídate. Es  un método muy  peligroso.

—   Más  miedo  me  da  no  verte. Tengo  que  irme.

— Te quiero. 

—  Yo también,  hasta mañana. 

Vanora  cerró los ojos  y  se  concentró  en  el  campo de  flores. Parpadeo un  segundo  y lo observó  con tristeza   tomó  el frasco  de  agua y  destruyó la esfera.

Cayó  en  el suelo  mi  al  cielo  estrellado  prometiéndose  volver a  ver  a  Adremelech.

— Pareces  cómoda. 

Vanora  puso los  ojos  en  blanco  al  oír a  Seirim.  Le esperaba  un  regaño, por  suerte  no era  Anazareth. Vanora  se levantó  con  prisa  y  casi  se  cae  de nuevo cuando  oyó.

— Te lo dije  Ananazareth, no subestimes   a   una mujer enamorada.  Me debes  5  tortas  de  selva  negra.

Anazareth  suprimió las  ganas de  reír.  Por lo menos   Vanora   quería  a  Adremelech.  Nadie  nunca la  había  desafiado  de esa  forma. La   parca de  Adremelech   podía llegar a  agradarle.

— No es mucho dulce.

—  Es para  Heli.

—  Entonces  es poco —  La  compañera de  Sei  es   una  golosa sin remedio.  Igual que   la pequeña  trol que encontré. Petunia  se   puso  sonrosada  .  Chatel siempre  le  hacía  sentir  delicada.  Tal  vez,  por eso   siempre   lo amaría  de forma platónica,  una  chica como ella  nunca  podía   enamorar de  alguien  tan atractivo. Pensó en  el rey de  los demonios tan  guapo  y  tan atento.  Ni  siquiera  Chatel le había  tratado  de esa  forma. 

Fue   la  voz  de  Ananazareth  la  que le devolvió a  la   realidad.

— Ppparece  que   he  habblado  al  vvviento.

Vanora  se  paró  y se  puso delante  de Petunia.  Temiendo que  castiguen a  la  demonia  trol por  ayudarla tan  desinteresadamente.

— Ella solo me ayudo, yo la presione  a que  me  diga...

Anazareth la interrumpió —. No  te ppreocupes, Pppetunia  ni  tú  serán  castigadas.  Aunque  no  apppruebo   que  vayan  creo que no  podré  ppersuadilas  de no hacerlos. Así que mientras    avises   a  Seirim  o  a mí  que   van a visitar  a  Adremelech   para poder  salvarlas  si pasa  algo. Podrán ir. 

Vanora  estaba tan feliz de que abrazo a  Anazareth.  La demonia  se  soltó  casi aterrada, mientras  Vanora sonreía.   

— Sserá  mejor que  todos  vayamos  a descansar.

Petunia  esperó a que  todos  se  marcharán para ir  a agradecer a  Vanora.  Casi nadie a  excepción de  Chatel  y    Seirim  nadie  la  había  defendido.

— Gracias  Vanora.

—  Gracias a  ti  Petunia por   ayudarme.  No tengo  sueño  y  tengo  algo de  hambre  quieres  ir   a comer algo.

Petunia  la miró confundida. 

—  Soy  trol y  una  chica tan linda  no  ha de  querer  salir conmigo.

— Eres linda y  si quiero.  — Vanora  recordó  cuando se sentía  acomplejada  por  su tamaño.   Sonrió a  Petunia  y le  pregunto  ¿ Te gusta la comida mexicana o  francesa?

— Mexicana ,  aunque    una  hazaña como esa  se debe  celebrar  con  Rame. 

— ¿ Rame? Nunca lo he probado.  

— Vamos, conozco   un  sitio   que  te  va a agradar. 

Vanora  comió  en paz   junto a la alegre Petunia sabiendo  que   dentro de  unas  horas  volvería a ver  a  Adremelech.

Esperó que les  haya  gustado.  Les deseo un  genial fin de semana.