Después de Todo. Capítulo 10 ( Primera Parte)

 Hola, ¿Cómo  están? 

Hoy  les traigo un  capítulo   dulce  y algo romántico.  Esperó que  sea  de su agrado. 

Capítulo 10

Anazareth  apenas  podía  respirar  un  olor  dulzón  a  flores  infectó  el ambiente.  La oscuridad   la rodeaba, y  ella  se  estremeció sin  saber qué hacer.  Unas  manos  sudorosas  tocaban  y  bajaban  por  su pecho mientras  la  voz  chillona  de  Azidahaka le  susurraba  al oído.    

— Dime  que  me  amas. 

Anazareth  gritó  con  todas sus fuerzas  — te odio.

—  Pagarás  por esto  al igual que  tu madre. Ninguna  de las  dos  verá  la luz  del  sol de nuevo. — Luego de  decir  esas palabras Azidahaka  empezó a  lanzar  tierra sobre  Anazareth.  Una  mano  huesuda    tocó  el hombro de  la  demonia. 

Ella  gritó     y  se  golpeó  con  el suelo  alfombrado   de  su  estudio. Apenas  había podido  dormir  desde  que   Azidahaka   escapó.  Bostezó y  se  levantó  con dolor  en todo  su cuerpo.   Si bien  los demonios  no necesitaban  dormir  tantas  horas  como los humanos.  Requerían  descanso  igual que ellos. 

Ojalá  le  hubiera  gustado el  café.  Sabía  que  eso  ayudaba  a los  humanos  a  no dormir  y  retomar    un poco  de sus  fuerzas.  Tomó   un poco de té de luna  helado.  Pero  en lugar  de  reconfortarla  como casi siempre  hacía  su  sabor  se sintió amargo  en su paladar. 

 Fue   a  su torre    a  mirar  la luna   a  veces  cuando  tenía esas pesadillas   en especial  sobre  su madre  y  Azidahaka  mirar la luna   le  devolvía la  realidad  y   a veces  le  daba esperanzas. 

Su  torre le recordó a  Luke   y  quiso  verlo últimamente  lo  mejor  de su  día  eran  esas  tres  junto  a él.  Quiso llamarlo, pero  no lo hizo.  No deseaba  ser  ese  tipo de personas  que  dependía  de otros   para  calmar  su dolor. 

Respiró profundo  tal  vez  un  baño de  agua  caliente    le ayudaría  y si  tenía suerte   tal  vez podría  dormir  sin sueños  o pesadillas.  Pasó  alrededor  de una hora   en   tina  caliente  media  adormilada  cuando  su   celular  sonó.

Su  corazón latió  fuerte  al  oír la  voz  de  Luke. El  vampiro   solo con el poder  de  su  voz le  consoló  como nada o  nadie  había podido  hacer. Y solo le  saludo.  Anazareth debía alejarse de su intensa atracción por Luke, pero  cada  vez le resultaba  más  difícil.

— Hola, ¿cómo estás?

Anazareth  reprimió un  suspiro  y  las ganas  de  decir que lo extrañaba. En lugar  de eso   dijo  de la  forma  más  seca  posible. 

—Bien¿ y tú cómo estás?

Luke  alzó  una  ceja  y a diferencia  de Anazareth  no  disimuló  su cansancio. Al mismo tiempo que  hablaba   se  acostaba  en su  cama  en  Londres  cuando  ya   eran más  de las  10  de la mañana. 

— Cansado. Estuve  en reuniones  todo el día.

Anazareth  se  preocupó porque  la  voz  de  Luke parecía   tensa y algo triste.  No necesita  sus poderes  anuruin para  saber  que  algo le pasaba. 

— ¿Qué  pasó?

— Nada importante. 

— Cuéntame — dijo  Anazareth. Mientras  salía  de su  bañera  y  con un  tronar de  sus dedos  se secaba  y  vestía  con un pantalón  chándal  y una  camiseta negra. 

A  Luke  no le  gustaba  hablar  de  sus cosas  y  menos  cuando  lo habían  herido.  Así que  cambió  de tema.  —  Te llame  para  decirte  que encontré  el diario de mi  bisabuela.  Tal  vez,  tengamos  información  de  Úvatar. 

Anazareth  ni se dio cuenta de que  fue  hacia su cama  y se acostó. El miedo y el cansancio que sintió antes se fueron por  arte  de magia  solo con oír la  voz  de  Luke. — Eso  es  genial más  a la noche.  Voy  y lo leemos  juntos. 

Luke miró al techo de su habitación  y espero  no  oírse desesperado. 

— Si quieres puedes  verlo  ahorita. 

—  Mejor  descansa  y ¿cuéntame  que paso?

Luke  suspiró —  Solo me peleé  con  mi primo  Sinclair. 

Anazareth suspiró a  Luke había  que  sacarle las  cosas   poquito a poquito. 

—¿ Por qué?

—  ¿Me interrogas? 

—  Puede ser. —  Anazareth  esperó que  Luke  se molestara,  así  terminaría  su incipiente  relación.  Aunque eso  rompiera  su corazón  era lo mejor para ambos. 

Sin  embargo, estaba  preocupada. 

No  esperaba  la  reacción  de  Luke que se rio. 

— Si me  vas  a interrogar  por lo menos  podría   ser cara  a cara. Te  extraño— Luke  quiso  golpearse  al   darse cuenta que pronunció esas palabras.  Ahora  ella pensaría que  él estaba  desesperado por   verla. 

Anazareth  se  estremeció  ya que ella  también lo extrañaba. Y  aunque  no lo  deseaba  como siempre pasaba  cuando  hablaba  con  Luke no pudo contener    ni sus palabras,  su deseo  o su  corazón. En  voz  muy baja  solo para  ella misma  dijo

—  Yo  también  te extrañe.  Y por eso  te preguntó  que  pasó. 

Luke  sonrió  y  si no estuviera  cansado  y no fuera  ridículo  hubiera  saltado  de su  cama para  celebrar.

— Me peleé  con  Sinclair  y  me siento culpable.  Pero parece  que  a veces por más que trato no puedo estar  en tres  o más lugares.  —  Consumo mucho de tu tiempo.

—  Mi tiempo contigo es  lo mejor  de mi día.  ¿ Y  tú cómo estás,  de verdad? 

Anazareth  no  esperaba   que  él le  preguntara  de  nuevo. 

Miro al cielo  estrellado   de  su cuarto y  deseo  tener  a  Luke  a su lado.  Deseaba  sentir  su olor,  tocar  su piel  fresca.  Mirar  sus  ojos  azules  que le  hacían  temblar  de deseo  y no solo escuchar su voz   a kilómetros  de  distancia. 

Aunque  se aferraba a eso  porque  al oírlo   cerraba  los ojos  y lo sentía cerca  de su corazón.

—  Luego   de estar  contigo  investigado  sobre  Úvatar  y las  flores.   Lo hice   en  el inframundo y  el mundo  de las hadas  sin muchos  resultados. 

Pero estaba tan cansada de que me  quedé  dormida  y  tuve pesadillas.

— Vaya  pareja que somos.

 Anazareth  sonrió   — No somos  pareja. 

—  Uno puede soñar. 

— Deberíamos tratar  de dormir.  Si quieres  te  canto una  canción.

—  A  ver .

—  Duérmete, mi niña...

Anazareth   tuvo que  soltar el teléfono.  La  voz  de  Luke  era  horrible. 

— Cantas  peor  de lo que  Heli  baila. 

—  Hieres  mis  sentimientos, duerme  algo .  Luego iré  a  buscarte. 

— Dentro  de  dos  horas, sería  genial

— Hecho. Hasta  ese momento mi  voz,  mi corazón y mis  sueños estarán contigo. 

Anazareth ni bien  colgó  el  teléfono se quedó dormida sintiendo que  Luke  estaba a su  lado  cuidándola. 

Les  deseo un genial fin de semana.