Bienvenidos a mi blog. He creado este por que tengo un montón de historias en mi mente que me gustara compartir. Miles de mundos y personajes siempre me acompañan, decidí, que era hora de hacer que fueran conocidos. Quiero, que sean capaces de expresar y soñar junto a mi. Espero, que les guste mi casa y tendrán una voz aquí. Mi cariño y amistad también.

lunes, 6 de junio de 2016

La luz de tu sonrisa. Capítulo 1

Hola,  ¿como  van?  Hoy  les  traigo  el  primer    capítulo    de    mi nueva  historia.  Conocerán  a   Carol  y  su mañana  de pesadilla.  Todos  hemos  tenido una mañana  así. Espero que  les  guste  esta  historia   les  mando un  abrazo.

Capítulo  1

Un  ruido ensordecedor   despertó  a   Carol.  Parecía  cumbia  o  algo  así.   Solo   oía  una  trompeta  y una voz  destemplada cantando .
—Quiero tu cu, cu  o  algo  así.  
Carol  bostezó, miró   al reloj  todavía  podía  dormir  un poco más. Si tan  solo   el vecino dejará de oír la música tan alta. Eran las  tres de la mañana y    a los  8  ella  tenía   una  presentación  para  lograr  una cuenta.  Si no la  conseguía sería  su último día  como  diseñadora en esa  gran compañía. Trabajó  tanto  para lograrlo y las  cosas  no parecían  funcionar. Por más   que intentaba  a los clientes  parecía no  gustarles  ella  o sus  diseños. Tembló  de  miedo,  siempre le gustó  dibujar . Solo  tenía que cerrar los ojos  para  ver  formas  y cosas  nuevas.  
Oyó  gritar    a  un  vecino gritar   para  que   se calle el alborotador se calle,  pero  el bravucón del  3G  se  reía  como  si  estuviese  haciendo alguna  gracia. Carol  puso una almohada en la  cabeza para poder  dormir  entre  la música  y el miedo por lo que iba a  ocurrir mañana  no lograba  conciliar el  sueño. Pasó moviéndose   de un lado a  otro  como una hora.  Por  lo que decidió pararse de la  cama   e  ir   a  su escritorio  y  repasar     lo que iba a decir  en su presentación. Se  puso  sus lentes  ,  prendió  la luz  algo desorientada y  bostezó una  vez más. Fue    a   su pequeño escritorio,  que estaba   al fondo  de  su habitación.  Reviso  sus  diseños  una y otra  vez  esperando  que  hubiera  errores.  Corrigió  unas pequeñas  cosas. La  cabeza  le dolía  y  vecino seguía    con la música   todo volumen  riendo  cada  vez  que alguien  le llamaba  la atención. De nada  valía   maldecir, mejor era  tener la mente ocupada aunque estuviera a punto de estallar.  

Se  puso  a leer   su presentación  y  se quedó  dormida  como arte  de magia. Oyó  un pitido de  su  celular     y  se  cayó  de  la silla  miró   su reloj  y   gritó.
—¡ Por  dios!  
Eran  las   siete y  cuarto. Debía  estar  arreglada  y lista  para presentación  en su oficina  a  las  8  en punto.  Las  oficinas  en donde  trabajaba quedaban a  media hora  de su residencia  tenía  que  correr  para  poder  llegar  a tiempo.  Su  cuerpo parecía no responder   estaba    inerte  sin sentido   en conmoción.
— ¡Mierda! ¡Mierda! — dijo  como un mantra  —.  Pasaron unos minutos       y se paró   fue  corriendo   al  baño     para    hacer sus necesidades  y  lavarse.
Se observó en el  espejo parecía  un oso  panda  con la  cara hinchada   y unas  horribles   ojeras.  Fue  a la  ducha    y    abrió la manilla  el agua  era  helada   mientras  esperaba a  que  caliente  fue    a  buscar algo que ponerse   planchó una  falda  negra     y una chaqueta   de  lana  del mismo color  .  Buscó  una   blusa  de  seda  blanca que  su madre le  regaló.  
—  Maldición —  gritó.
Fue    a  ver   si  el agua  caía    se  quemó  la mano. Maldiciendo de nuevo.  Se  desvistió   puso    agua  fría  y  se metió  en  la  bañera. Ahora     el  agua  estaba  helada.  Tembló   y  cerró  la manija  de  agua  fría minutos  más  tarde  se  cocinaba  como un pollo.  Maldijo  de  nuevo    hasta que por fin    tenía la  temperatura  ideal    .  Había perdido  mucho  tiempo     tomó   el  shampo   y  se enjabonó  el cabello  con prisa.  Sintió algo en las manos.  
— ¡ Oh,  no ! — sollozó.

Una mata  de hermoso  cabello castaño estaba  en su mano.  Solo  faltaba  quedarse  calva.  El agua con  jabón  cayón  en sus ojos  dejándola ciega  unos minutos.   Le ardían los  ojos  que  ahora  se encontraban  rojos   como una película de  terror.  Se  secó   con una  toalla se puso  lo  último de  crema  hidratante   presionando  bien   porque  apenas    le  quedaba.   Todavía podía llegar a  tiempo.  Trató  de  tranquilizarse   cuando  percibió  un olor ha quemado.  Dejó la plancha  prendida sobre  su  chaqueta  negra.  Maldijo  de nuevo era  su   chaqueta  favorita y de la  suerte.  Fue  a  su armario  no había nada  que ponerse  aunque estaba  repleto    se puso  a  sacar  un sinnúmero de  ropas. Unas  la hacían  verse  gorda otras  no le gustaban para lo que  tenía planeado.   Miró un vestido blanco   pero le gusto   como lucía  con él .  La  otra  chaqueta   no le gustaba  su color  blanco  se  sentía  como  si fuera una monja    y  siempre  que utilizaba ese  color   se le  manchaba la  ropa.  Miró la hora no quedaba  de otra.  
Encontró  la blusa  blanca  que tanto buscaba  y  se puso la  falda  negra. Sin  embargo, el cierre apenas  le cerraba.
Hace   dos días le queda  bien. Se  preguntó  ¿  Cómo se pudo   engordar  en dos  días?
Con  dificultad y  conteniendo la  respiración   pudo colocarse la  falda.  Se  colocó medias  nailon  y  como estaba  deprisa  se rompieron  eran las  únicas  que le  quedaban.  Iría a la  tienda  de  abajo  y  se las pondría  en la  oficina. Se puso sus  lentes   y en  su   cartera  colocó  su maquillaje  para aplicarlo  luego.

Fue  a la cocina    y tomó  algo de jugo de naranja.  Miró   a la mesa  había  una hogaza de pan.  Suspiró  al  sentir  el contacto de  la  falda  que  apenas le dejaba respirar.
— Estoy gorda  —dijo  en voz  baja  y tomó lo que quedaba del  jugo de naranja.
Su estómago protestaba por más  ,  pero no tenía  tiempo.  Tomó  su maletín su cartera  y  salió  de su  departamento.   Mientras  se peinaba en el pasillo   con prisa  temiendo    que  se le cayera más  cabello.  La  vecina   de  2G    se le  quedó  viendo  como si fuera un bicho raro.  No  le hizo  caso y   fue al ascensor.  Por  sorprendente  que  sea    respondió de inmediato y no había nadie  Se  dio cuenta  cuando  salió  del elevador     que estaba   en pantuflas de conejito. Corrió a su departamento  agradeciendo  no   salir   fuera  del edificio. Volvió nuevamente  al ascensor ,  pero este no llegaba.  Con desesperación subió corriendo  los  7 pisos  hasta llegar  a su  departamento.
En el quinto estaba   ya sin energía   fue  cuando   vio   al  vecino  del  quinto  e. Era  su amor  platónico con  su  cabello    castaño  y  esos  ojos  grises   siempre  tristes.  Era alto,  de rostro alargado y  fino  como un ángel   siempre  vestía  de negro. Las pocas  que sonreía  su  mundo  se queda paralizado  y por  un momento  todo era  diferente.  Éric   Brown   apenas la miró estaba  concentrado   cerrando la puerta  de  su apartamento y  hablando por   su celular. Para  alivio  de  Carol  que estaba   despeinada   con pantuflas  de  conejito y  sin maquillaje.  Aunque  adoraba   ver   a  su  vecino  de lejos   nunca  tuvo el  valor  de  hablar  con él. Más allá  de   darle los  buenos  días.  
Se  escabulló  por  las  escaleras  deseando ser  invisible    o  ser  superrápida  como  en  las películas  de  superhéroes. Cuando estaba  a punto  de lograr  su cometido    el  estúpido vecino  del  3G  llegó  cantando.  Y  casi le  salta encima.
Carol no entendió  ¿cómo le era  posible    estar    de fiesta toda  la noche? ¿ Y  aún así  tener   ganas  de   celebrar   al día siguiente?  Hasta  tenía    fuerzas  para  salir   a correr.
—Hazte a un lado.
—Buenos  días.
—Hasta  a un lado.
Carol avanzó  por las  gradas  molesta  por  el   grosero  fiestero. Ni siquiera  le  saludo  y  si llegaba  tarde a la oficina  sería  su  culpa.  Subió un peldaño cuando  chocó   con  alguien.  Carol  cerró los ojos , tal vez   cuando  se  desplomase  doliera menos  si  no observaba   la  caída.  Temió quedar desparramada por la escalera, pero una mano  firme  y  algo  callosa  la sostuvo.
Carol  abrió los  ojos para  ver a   Éric  tomar  su mano. Por  un momento   quiso lanzarse por la escalera  , pero no lo hizo.  Solo pudo  decir  en voz  baja   —Gracias.
Él le sonrió.  El corazón  de  Carol latió    mil  por  hora  y   todo  en ese instante   perdió significado. No le importó  que estuviera punto de atrasarse,  ni  hecha una  facha.  Solo  la  luz  de su sonrisa  y  que  él le  salvará  significaba  algo.  El  vecino    soltó su mano terminando con la magia.
—  Me alegro de que estés  bien ten un lindo  día.
Carol   balbució  —  Gracias  igualmente.
Éric  se  marchó por  el ascensor. Carol  observó la  hora  en su  reloj   y maldijo    corrió  sin fuerzas  por la escalera  a su apartamento.  Cuando llegó  resoplaba  por  falta  de aire,   las piernas le pesaban  y  estaba sudando mucho. Ni siquiera  se  vio  al espejo,  casi arrastrándose    fue  a su habitación  se puso  unos   zapatos   con un taco alto  que siempre le apretaban  y con los que apenas podía  caminar.  Respiró profundamente para  darse  fuerza Salió  de apartamento  haciendo malabares    buscando  su  celular en  el bolso   sin tirar al suelo  la  carpeta  con su trabajo.
Su jefe le llamaba para saber dónde se encontraba y  si  ya iba para   oficina.  Carol   respondió un escueto — ya llegó.  Mientras suplicaba  porque el ascensor   llegase a  su piso.   
Entró  apretujada    con  5  inquilinos  más.   Mirando  la  hora  e intentando  no comerse las uñas  de   para  calmar los nervios. Fue  cuando  oyó  un  ruido sordo  y las luces  del  elevador  se apagaron.  Carol cerró los ojos  para no gritar solo  faltaba  un piso para  llegar a la  entrada  del edificio. Mientras    las personas que le acompañaban   murmuran algo  y alguien    llamaba  a urgencias.  Carol  se preguntaba ¿Por qué  señor?  ¿  Qué  hice?
Se  quedó  un  rato  esperando  una  respuesta  divina,  pero la única  respuesta  era  el  gimoteo  de una  vecina  a la  que no conocía.   Con  vergüenza  y  aprovechando   que el ascensor  se encontraba   parado .  Carol  sacó    su   cepillo y  se peinó tratando  de   dar  forma  a sus  rebeldes  rizos   negros.
La mujer  que  gimoteaba   la  miró de  forma reprobatoria.    Dos  hombres  se  rieron.  
Sonrojada  Carol   dejó  el cepillo en su cartera  y volvió  a  tomar  su celular.  Para explicarle  a su jefe la tardanza.   Este le  gritó  y por la mirada   de los ocupantes supo  que  oyeron  todo. Pasaron  10 minutos    hasta  que el conserje  fue  a  rescatarlos.  El maldito elevador  se  quedó  entre  dos pisos   y   ella  tenía  que  saltar.

El conserje  y  dos hombres más  ayudaron a la señora  que  lloraba, luego fue el turno de una  niña.  Carol respiró   cuando  llegó la hora  de  saltar . Tomó la  mano  bronceada  del conserje .  Cuando  observó  que  Éric, el vecino del  5e: su amor  platónico le  daba  la mano.
—  No tengas  miedo. Siéntate  si no puedes  saltar.  Nosotros  te   ayudaremos.
Carol no quería pasar  con una  debilucha  inútil  .  Así que no se sentó  con todas  sus  fuerzas  saltó .  Oyó  una  rasgadura   su  falda   se  rompió al  saltar  para colmos  cuando lo hizo  cayó al piso y  se lastimó la  rodilla.
Éric  se acercó   preocupado.
—  Estas  bien.
Carol  sonrojada  y  con  ganas    de  que la tierra  le trague contestó.
— Si,  gracias.
—  ¿Quieres  que  te  acompañe  a  tu apartamento?
— No,  estoy  bien.
Carol intentó    no  cojear   aunque la pierna le  dolía mucho.  Volvió   por las escaleras  que le parecían el monte  Everest  y  fue  otra  vez    a su apartamento    a  cambiarse   .  Luego  de   10 minutos  en los  que  se puso lo primero  que encontró decente  salió     de  su apartamento.
Esperando  tomar  un taxi pronto,  pero   al parecer  ninguno  le  hacía  caso.  Miró  de nuevo su  reloj  con desesperación.  Su  jefe   volvió  a llamar  y decidió no contestar.  
Se   puso  a  rezar  para que  un  miserable  taxi    le hiciera  caso.
Pero  sus  suplicas no fueron oídas,  lo peor  es que empezó  a llover     muy  fuerte.  Carol se preguntó   ¿qué otra  cosa peor podría pasar?  cuando  un   charco  le  mojó entera  hasta   se  tragó  algo  de  agua sucia.  Iba  a insultar  al de   vehículo cuando  observó que era  un taxi.
Se  dispuso a  tomarlo.  
El taxista  un hombre  gordo y  calvo la miró  en forma  despectiva
—  Está  demasiado mojada  va  ensuciar mi taxi —  Carol se quedó sin palabras mientras  era mojada por  agua sucia  de nuevo.
Ya eran las  8  debía llegar a la presentación  y solo pensar  en cambiarse  e  ir a su apartamento le parecía  una misión imposible.
Lo único que se le ocurría  era llorar  cuando un  auto  aparco     junto  a ella y  le preguntaron   
—¿Te llevo?
Carol no  supo qué responder al ver el rostro del taxista. Iba   a cambiarse otra  vez  cuando  su  celular  sonó era un mensaje  de su  jefe.
—  Si en diez minutos no estas.  Date  por despedida.
— Puede llegar  al  edificio   Snow  en  5  minutos.
El  taxista  le sonrió  antes de  responder —   un taxista de  New  York  puede hacer lo que  quiera.
Carol se  subió con la esperanza de   que nada  más  la  retrasara a  su trabajo.

Espero que les  gustará  el  fragmento.  Les deseo una   buena  semana 



14 comentarios:

Fantasía y realidad dijo...

Hola Citu,no sabes como me alegro de poder seguir de nuevo una de tus historias,Y bueno,esta parece que será algo más que interesante.Me encanta!!.
Muchos besos y cuidate mucho niña:)tqm

Violeta dijo...

Hola guapa!
Pinta genial la historia ya me encanta tanto Carol como Eric. Feliz inicio de semana. Besotes

Mela dijo...

Hola, JP... Me he carcajeado con la pobre Carol, le ha pasado de todo
Me temo que su jefe la va a despedir aunque, este otro taxista, la lleve en 10 minutos
Me ha encantado conocer a Carol y a Érric Bromn
Un capítulo divertido y estresante a más no poder
Me ha gustado mucho y ya deseo leer el segundo capítulo
Besos

CRISTINA dijo...

Hola Citu, parece que va a ser una historia muy interesante. Gracias por compartir.
Besitos.

omar enletrasarte dijo...

bien concebida, esta historia se las trae
buenísimo!!
saludos

YOIK dijo...

ejjeje la verdad es que he pasado un buen rato con la pobre Carol, desde luego que vaya mañana de pesadilla.
Besotessssssssssssscuidate

Mi tarde junto a un libro dijo...

Hola! Que bien empieza esta historia... Tengo curiosidad por saber que nos
deparará.
Besos!

Mientrasleo dijo...

qué buen comienzo y qué rápido, Carol es genial!
Deseando seguir
Besos

JUAN FUENTES dijo...

Tus seguimientos a mis fantasias,me ayudan a continuar con ellas
Abrazos

JUAN FUENTES dijo...

Amiga escritorae,admiro tu capacidad para madejar todos los acontecimientos en tu novela

Lourdes dijo...

Bueno Citu aquí estoy. Me he leído cuatro entradas a tu blog y lamento haber tardado. Te diré que con esta nueva novela estoy tan entusiasmada como con todo lo que escribes, lo sabes. Te sigo siempre y es un placer. A ver que tal Carol y Eric!!! Suerte y éxitos por supuesto. Besotes

yessykan dijo...

Me ha fascinado la agilidad con que narras la trama. Pobre Carol, si la tenías a la pobre sin respiro. Déjame decirte que me ha encantado tu nueva historia, me late es comedia romántica, y este género también son mis preferidos. Has despertado mi curiosidad por saber más del vecino fiestero y del apuesto Eric. ¡He disfrutado tu historia, J.P!
Abrazo

Mirian Cartagena dijo...

Tantas cosas que le pasan a Carol, ¿seguirá en su trabajo?
Saludos.

LILIAN CARCELEN dijo...

HE TENIDO UNA MAÑANA MUY LINDA, AL LEER LOS CINCO CAPÍTULOS CREO QUE CAROL Y ERIC TENDRAN UNA VIDA FELIZ JUNTOS. TE FELICITO, TIENES UN DON MUY ESPECIAL,
FELICITACIONES, CON MUCHO CARIÑO TU TIA LILIAN